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"El miedo mide la intensidad del viaje, y, si pudiera decirse así, le da sentido. Miedo indica que deben ocurrir cosas, y que serán acontecimientos para los que no estamos preparados".

"Yo creo que nos hemos equivocado enormemente en este asunto de la vida y la muerte. Me parece que lo que llaman mi sombra aquí en la tierra es mi verdadera sustancia. Yo pienso que al observar las cosas de manera espiritual, nos parecemos mucho a las ostras mirando el sol desde el agua y creyendo que la densa agua es la más fina de las atmósferas. Yo creo que mi cuerpo no es nada más que la escoria de mi mejor ser".

"La amabilidad no tiene nada que ver con el amor, protestó ella. La amabilidad -¡qué palabra tan horrible!- es lo que damos a quienes no queremos. A quienes no podemos querer. Precisamente por eso somos amables con ellos. Es ahí cuando entre en juego la amabilidad, cuando no hay amor".

"Eran muchas las cosas que le gustaría hacer por ella, muchas las cosas que le gustaría darle, pero parecía que ella no apreciaba nada de lo que hacía o le daba. Era como si llevara puesto un escudo que desviaba su amor, una armadura que la protegía de todo lo que él le daba".

"Cuando uno deja de sentir se olvida de que existen los sentimientos, de que otros los sienten de verdad".

Por ahora lectura sobrecogedora por ver detalladamente, paso a paso y con la distancia del tiempo, los efectos de permitir que los políticos perviertan el sistema a su favor y rompan los consensos aunque sea en nombre de una "buena causa".

"¿Qué sentido tiene una obra que se puede ir escribiendo de corrido? ¿Qué sentido tiene un camino por donde de puede avanzar sin la menor vacilación?".

"Ah, basta con que te agrade habitar conmigo la pobre campiña y las cabañas humildes, tirar a los ciervos y carear el rebaño de cabritos al verde malvar. Conmigo imitarás a Pan tañendo en las selvas".

"En casa nunca más se volvió a hablar del tío Luis. Desapareció como las semillas de un diente de león arrastradas por el viento. No dio tiempo a pedir ningún deseo".

"Hace mucho tuvimos una familia. Tuvimos una casa. No elegimos empezar nuestras vidas en tiendas y chozas hechas de cartón y de lona; no nos convertimos en sintechos por propia elección".

"Cuando uno no existe, tampoco puede desaparecer".

"Había tenido todas las cosas, decía de sí mismo, y todas eran de poco valor. Entretenido con el cuidado no de adquirir, sino de conservar un imperio, agobiado por la edad y las enfermedades, despreocupado de la fama y saciado con el poder, todas sus esperanzas de vivir se perdieron. El designio de perpetuar la grandeza de su familia era el único deseo que le quedaba de su ambición y cariño parental".

"...la incapacidad de apreciar sin más lo que tenía, siempre infravalorado con respecto a lo que me faltaba. De haber sabido decir que sí, sin más, a las invitaciones recibidas. Pero no: en lugar de la oportunidad y la alegría, siempre veía la falta de sentido. (...) Prescindir de las cosas que alegran la vida me hacía sentirme extraordinariamente superior".

"El placer radica justo en eso: no hay que rendir cuentas a nadie. Las reflexiones y las imágenes fluctúan, bostezan, se desperezan, disfrutan de la ausencia de vigilante. Vía libre. ¿Qué tiene de malo que nos encaprichemos con imaginar un jardín repleto de esperanzas que podríamos defraudar? Es una fantasía cariñosa. Que sin duda mitiga la consternación, ya al acecho".