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by
Gabor Maté
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December 27, 2023 - January 30, 2024
Hans Selye, el fundador del estudio del estrés, desarrolló el concepto de energía de adaptación. «Es como si tuviéramos reservas ocultas de adaptabilidad, o energía de adaptación, por todo el cuerpo
Una simbiosis inadecuada entre padre e hijo es la fuente de muchas patologías.
diversos tipos son, por lo general, enfermedades de la civilización. Si bien la sociedad industrial ordenada según el modelo capitalista ha solucionado muchos problemas para muchos de sus miembros —tales como la vivienda, el abastecimiento de comida y la sanidad—, también ha creado numerosas presiones nuevas incluso para aquellos que no tienen dificultades para subsistir. Hemos
El nexo previamente basado en la familia amplia, el pueblo, la comunidad y el barrio ha sido reemplazado por instituciones como las guarderías y los colegios, donde los niños se orientan más hacia las relaciones con sus colegas que hacia sus padres o sustitutos paternos responsables.
pregunta que surge inmediatamente es por qué tendría uno necesidad de demostrarlo. Ningún ser humano es «inútil», ya sea el niño indefenso o el adulto moribundo indefenso. Lo importante no es demostrar que las personas moribundas pueden ser útiles para poder valorarlas.
aumenta según disminuye la sensación de control, las personas que ejercen mayor control sobre su trabajo y sus vidas disfrutan de mayor salud.
En la vida de una célula individual, no es el núcleo, sino la membrana celular, la que lleva a cabo funciones análogas a las del cerebro.
Los resultados reales del Proyecto Genoma han sido sin duda decepcionantes. Aunque la información científica descubierta es importante en sí misma, es dudoso que nos llegue a aportar grandes beneficios médicos en el futro próximo.
es imposible que los genes por sí mismos den cuenta de las complejas características psicológicas, comportamientos, salud y enfermedades de los seres humanos. Los genes son meros códigos. Actúan como una serie de reglas y plantillas biológicas para las síntesis de las proteínas que dotan a cada célula particular de su estructura y funciones características. Son, por así decir,
profundamente regulada por el entorno temprano. Dada la escasez de pruebas que indiquen que
Como señaló Hans Selye, las suposiciones no reconocidas del científico a menudo limitarán y definirán
al igual que el organismo humano entero— pueden adoptar un modo defensivo o de crecimiento, pero nunca los dos a la vez.
Exactamente. A veces el problema no es que carezcamos de fuerza, sino que las exigencias que nos imponemos son imposibles. Por
ONCÓLOGA DE VANCOUVER Karen Gelmon no es favorable a emplear las metáforas bélicas que suelen aplicársele al cáncer. «La idea consiste en que se puede controlar y expulsar empleando la fuerza suficiente —dice—, lo cual sugiere que se trata de una batalla. No creo que sea una manera útil de verlo. En primer lugar, no es válido fisiológicamente. En segundo, no creo que sea sano psicológicamente. »Lo
Debemos entender ese flujo, saber que hay cosas sobre las que podemos influir y cosas sobre las que no. No es una batalla, es un tira y afloja en busca del equilibrio y la armonía, de amasar las fuerzas en conflicto en una sola masa».
El siglo xix fue testigo de un acalorado debate sobre este asunto, protagonizado durante décadas por dos figuras extraordinarias de la historia de la medicina, el pionero microbiólogo Louis Pasteur y el fisiólogo Claude Bernard. Pasteur insistía en que era la virulencia del microbio la que decidía el curso de la enfermedad, mientras Bernard sostenía que el factor más importante era la vulnerabilidad del huésped.
Pasteur se retractó. «Bernard avait raison —dijo—. Le germ n’est rien, c’est la terrain qui est tout». [Bernard tenía razón. El microbio no es nada, el terreno (es decir, el cuerpo huésped) lo es todo].
Por qué tiene este paciente esta enfermedad ahora?», se preguntó George Engel, investigador de una unidad médica cuerpo-mente, en 1977 1. A todos los efectos, la práctica médica moderna ha adoptado una perspectiva simplista de «causa y efecto». Cuando no se encuentra ningún agente externo evidente —como sucede con la mayoría de las enfermedades graves—, se encoge de hombros y declara que la causa es desconocida. «Etiología desconocida» puede que sea la frase más común en los manuales de medicina
Nunca insistiremos lo suficiente en que la palabra curar deriva de un origen antiguo que significa «entero» o «completo». Curar es completarse. Pero, ¿cómo podemos ser más completos de lo que ya lo somos? ¿Es que acaso puede estar uno incompleto?
El área al que no prestó atención era invisible para ella: el estrés relacionado con la represión emocional.
El primer paso para retomar el camino hacia la salud es abandonar nuestra dependencia de lo que se denomina pensamiento positivo. En demasiadas ocasiones durante mis trabajos paliativos me he sentado con personas abatidas que expresaban su asombro al haber desarrollado cáncer. «Siempre he sido un optimista —me dijo un hombre de cuarenta y muchos años—.
En cuanto asociamos la palabra pensamiento con el adjetivo positivo, excluimos aquellas partes de la realidad que nos resultan «negativas». Es así como parecen operar la mayoría de las personas que adoptan el pensamiento positivo.
El comienzo de los síntomas o el diagnóstico de una enfermedad debería inducir a una pregunta doble: ¿qué me está diciendo esta enfermedad sobre el pasado y el presente, y a qué me ayudará en el futuro?
Para poder curar, es esencial reunir las fuerzas para pensar negativamente.
Constituye, más bien, una voluntad de pensar en aquello que no funciona. ¿Qué
no hacerse preguntas es, en sí mismo, una fuente de estrés. En primer lugar, el «pensamiento positivo» está basado en la creencia inconsciente de que no somos lo suficientemente fuertes para asumir la realidad.
Un estudio llevado a cabo a lo largo de casi dos años reveló que las pacientes de cáncer de mama propensas a sumirse en ensoñaciones placenteras tenían un pronóstico peor que sus compañeras más realistas, al igual que las mujeres que afirmaron tener menos sentimientos negativos 2.
el pensamiento negativo honesto conducirá a áreas de dolor y conflicto que hemos ignorado. No puede ser de otro modo. La necesidad arrolladora del niño de evitar el dolor y el conflicto es responsable del rasgo de personalidad o estilo de afrontamiento que luego predispone al adulto a la enfermedad.
Un poco de pensamiento negativo las ayudaría a empoderarse y librarse del autoengaño que las mantiene sumidas en patrones de comportamiento autolesivos.