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Desarrollar tus facultades intelectuales a expensas de las sociales es retardar tu progreso a la maestría, y limitar la gama entera de tus facultades creativas.
Las cuatro estrategias esenciales siguientes, desarrolladas por maestros antiguos y modernos, te ayudarán a vencer esos inevitables desafíos y mantener la mentalidad racional necesaria para la inteligencia social.
gente tiende a juzgarte con base en tu aspecto exterior. Si no tomas precauciones y supones simplemente que es mejor ser tú mismo, comenzará a atribuirte todo tipo de cualidades que tienen poco que ver con tu individualidad pero que responden a lo que ella quiere ver.
Tu única protección es invertir esta dinámica moldeando conscientemente las apariencias, creando la imagen que te conviene y controlando los juicios de los demás.
Todos usamos máscaras en la esfera social, interpretando papeles diferentes de acuerdo con los entornos por los que pasamos. Simplemente sé más consciente de este proceso.
hacía sentir a sus compañeros de trabajo inseguros, inútiles e inferiores. Había herido el ego de esas personas y pagado el precio por ello.
Su comprensión de lo que había marchado mal no se derivó de empatía con otras personas; fue un ejercicio intelectual, como resolver un enigma o problema de diseño.
Le ofrecieron una descripción clara y objetiva de sí misma desde la perspectiva de los demás, y eso era justo lo que ella necesitaba para corregirse.
juzgaba inútil quejarse de lo que no podía cambiar.
hablaría muy poco, aventurando rara vez una opinión sobre cualquier cosa. Haría hablar interminablemente a sus interlocutores sobre ese o aquel tema.
lo que no estaba frente a sus ojos no existía, y por lo tanto casi no había palabras ni conceptos para cosas fuera de la experiencia inmediata.
en lo tocante a la vida práctica, lo que debe importar es obtener resultados de largo plazo y que el trabajo se haga en la forma más eficiente y creativa posible. Éste debe ser el valor supremo que guíe las acciones de la gente.
Todos tenemos un lado necio, momentos en que perdemos la cabeza y pensamos más en nuestro ego o metas de corto plazo.
“tolera a los necios”– debe forjarse en la fase de aprendizaje, durante la que es casi seguro que tropieces con esta clase de personas. Si te causan dificultades, neutraliza el daño manteniendo la vista fija en tus metas y lo importante, e ignorándolas si puedes.
los rudimentos de la inteligencia social:
poder captar y reconocer a los tiburones y hechizar y desarmar a personas difíciles. La razón es que por más que trates de evitar situaciones que demandan esos conocimientos, el mundo es una enorme corte llena de intrigas e inevitablemente te jalará.
Es una tontería esperar que los demás armonicen con nosotros; yo no lo he hecho nunca. Siempre he considerado a cada hombre un individuo independiente, que me empeño en comprender con todas sus peculiaridades, pero de quien no deseo más simpatía. De esta forma he podido conversar con todos, y sólo así se produce el conocimiento de los caracteres diversos y la destreza necesaria para la conducción de la vida.
Varias cosas giraban en mi mente y entonces lo vi, la cualidad que formaba a un hombre de pro, especialmente en literatura, y que Shakespeare poseía en abundancia. Me refiero a la capacidad negativa; es decir, cuando un hombre es capaz de ser él mismo en la incertidumbre, el misterio, la duda, sin que nada irritable alcance al hecho y la razón.
cielo nocturno o nuestro reflejo en un espejo, solían producirnos asombro.
Llamemos a esta cualidad la mente original. Esta mente miraba el mundo de manera más directa, no a través de palabras e ideas adquiridas.
Al rememorar esa mente original no podemos menos que sentir nostalgia por la intensidad con que experimentábamos el mundo. Con el paso del tiempo, esa intensidad se reduce de modo inevitable. Acabamos por ver el mundo a través de una pantalla de palabras y opiniones; nuestras anteriores experiencias, en capas sobre el presente, tiñen lo que percibimos.
Nos ponemos a la defensiva ante un mundo que ahora damos por supuesto y nos disgusta que nuestras creencias y suposiciones sean atacadas.
mente convencional
A veces, cuando visitamos otro país donde no podemos contar con que todo nos resulte conocido somos otra vez como niños, impresionados por la rareza y novedad de lo que vemos. Pero como nuestra inteligencia no está completamente enfrascada en esas actividades, que duran sólo un instante, no obtiene ninguna satisfacción profunda. No es creativa.
Los maestros y quienes muestran un alto nivel de energía creativa son sencillamente personas que logran preservar una porción considerable de su espíritu infantil pese a las presiones y exigencias de la edad adulta.
Conservan un entusiasmo infantil por su campo y un enfoque juguetón, todo lo cual vuelve vivaces y placenteras las horas de duro trabajo.
carecen igualmente de
flexibilidad de espíritu, así que sus ideas no pasan de lo convencional y ellas no son nunca verdaderamente creativas.
mente dimensional.
Este espíritu regresa entonces cuando ellos alcanzan la libertad y oportunidad de usar en forma decidida los conocimientos obtenidos. Esto suele ser una lucha, y los maestros pasan por una crisis al enfrentar las exigencias ajenas de ajustarse y ser más convencionales. Bajo esa presión, pueden tratar de reprimir su espíritu creativo, pero con frecuencia éste regresa después, con doble intensidad.
Lo que mata la fuerza creativa no es la edad o falta de talento, sino nuestro espíritu, nuestra actitud. Nos contentamos con los conocimientos que hemos adquirido en nuestro aprendizaje. Tememos albergar nuevas ideas y el esfuerzo que esto requiere.
Preferimos vivir con ideas y hábitos de
pensamiento conocidos, aunque pagamos un alto precio por esto: nuestra mente languidece por falta de retos y novedad; llegamos a un límite en nuestro campo y perdemos el control de nuestro destino, porque nos volvemos remplazables.
La mente dimensional tiene dos requisitos esenciales: uno, un alto nivel de conocimientos sobre un campo o tema, y dos, apertura y flexibilidad para usar esos conocimientos en formas nuevas y originales.
la actividad creativa implica todo el ser: nuestras emociones, niveles de energía, carácter y mente. Para hacer un descubrimiento, para inventar algo que atraiga a la gente, para producir una obra de arte significativa inevitablemente se requiere tiempo y esfuerzo.
lo que hace al maestro es la decisión de dónde dirigir su energía creativa.
tu compromiso emocional con lo que haces se trasladará directamente a tu trabajo. Si realizas tu labor con sólo la mitad de tu pasión, esto saldrá a relucir en resultados opacos y la pesadez con que te arrastras hasta el final. Si haces algo principalmente por dinero y sin verdadero compromiso emocional, esto se traducirá en algo carente de alma y sin relación contigo. Quizá tú no lo veas, pero ten la seguridad de que el público lo sentirá y de que recibirá tu obra con el mismo espíritu opaco con que se le creó.
Si te preocupa lo que piensen los demás y el riesgo que corra tu posición en el grupo nunca crearás nada. Sujetarás inconscientemente tu inteligencia a ciertas convenciones y tus ideas se estancarán y desinflarán.
Concíbete como un explorador. No hallarás nada nuevo si no estás dispuesto a zarpar.
cada vez que nos sumergimos en un problema o idea nuestra mente estrecha en forma natural su foco de atención a causa del esfuerzo implicado.
cuanto más progresamos en nuestra tarea creativa, menos posibilidades o puntos de vista alternativos tendemos a considerar.
antídoto es aplicar estrategias para relajar la mente y aceptar otras maneras de pensar. Esto no sólo es esencial para el proceso creativo, sino también sumamente terapéutico para nuestra psique.
Dada la limitación de nuestros sentidos y nuestra conciencia, sólo advertimos una reducida porción de la realidad.
debemos ser capaces de negar nuestro ego. Somos por naturaleza criaturas temerosas e inseguras. No nos gusta lo desconocido. Para compensar eso, nos afirmamos con opiniones e ideas que nos hacen parecer fuertes y seguros. Muchas de esas opiniones no provienen de una reflexión profunda, sino que se basan en lo que piensan otras personas.
Personas verdaderamente creativas en todos los campos pueden suspender su ego en forma temporal y experimentar simplemente lo que ven, sin necesidad de emitir un juicio, siempre que sea posible.
la realidad contradiga sus más caras opiniones. Esta aptitud para
malos. La necesidad de certidumbre es la peor enfermedad que
en los descubrimientos e inventos es que nuestra mente