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No hay nada más eterno que un encuentro fugaz.
Porque a veces solo hace falta mirar la luna para sentirte cerca de otra persona.
Ojalá algún día te cuelgues de la luna, boca abajo, con una sonrisa inmensa, sin miedo
Es así de imprevisible; supongo que ahí está la magia.
Todos somos desconocidos hasta que nos conocemos.
«A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con estos detalles creen conocerle».
¿Nunca has tenido la sensación de que toda la gente que te conoce piensa que eres de una forma que no es real? Es decir, quizá sea culpa mía. A veces es como si el paso del tiempo fijase normas y cosas que ya no puedes cambiar.
¿Galleta Ginger? A mí me encantan. En serio, las de jengibre son mis preferidas. Eres, literalmente, uno de mis placeres secretos —confesó susurrando.
te prometo que te recordaré. Que, dentro de muchos años, seguiré acordándome de ti y de esta noche improvisada.
¿Y nosotros dónde estamos? Se quedó callado mirando la ventana. —Nosotros en la luna.
Era un «y si» lleno de incógnitas que siempre me acompañaría.
¿Puedes enamorarte de alguien en unas horas? ¿Puedes olvidarlo después al cabo de otras tantas?
¿Nunca has deseado ser alguien que no podías ser? Yo sí.
Sé la chica que en realidad siempre deseas ser. Atrévete.
Aunque por aquel entonces ya sabía que no se puede huir de la piel.
recuerda, nosotros en la luna».
yo te entiendo incluso sin entenderte.
¿de verdad saldrías con alguien que está dispuesto a dejar que el Señor Chocolate se acueste con la Señorita Frambuesa? Sinceramente, hay defectos y defectos, y a mí este me parece grave, de los que en vista de un futuro hacen que una relación no funcione.
Sencillamente, me gusta creer en imposibles.
Y no te preocupes por mí. Siempre estoy bien.
Existía algo en mí que me instaba a quedarme bien acurrucada en mi nido, en la seguridad de lo conocido.
Quería decir que no. Peor aún, quería gritar que no, alto y claro. NO, NO, NO. Pero esa palabra tan sencilla y que solo tenía dos letras se me quedó atascada en la garganta
Y la luna iluminando entre sombras, redonda. La luna que siempre me recordaba a ella.
Supongo que son cosas que pasan, que a veces conoces a una persona y la dejas entrar en tu vida sin razón.
hay algunas respuestas que es mejor no saber.
Creo que aún me falta mucho para conseguir entenderme.
no deberías hacer nada que te haga infeliz.
la vida es demasiado corta como para no aprovecharla todo lo posible.
Dicen que es durante los silencios cuando uno se da cuenta de que tiene delante a la persona adecuada. Yo pienso que es mentira. O que a esa afirmación le faltan matices. Un silencio puede ser cómodo, pero estar vacío. Y otros silencios pueden ser tensos, electrizantes, pero significarlo todo.
que cada instante es irrepetible. Que nada puede ser igual.
a veces conoces a una persona y la dejas entrar en tu vida sin razón.»
No me apetecía enfrentarme a «la vida adulta»,
Qué vida más perdida, pensé. Vivir atado a un punto, pero ser incapaz de formar parte del siguiente, anclado en medio de la nada.
Qué raro, ¿no? Lo complejas que son las emociones. Tuve la sensación de que llevaba guardando las mías durante demasiado tiempo y cuando las dejé salir ya estaban como… desgastadas, habían perdido intensidad. No tenían brillo.
claro que odio la expresión «mi vida adulta». Debería ser eso, «vida», siempre, sin más añadidos.
Tú puedes ser lo que quieras,
¿A ti no te parece triste que a veces dejemos de tener contacto con personas que en algún instante llegaron a significarlo todo? Es extraño. Ya sé eso que se dice de que «la vida da muchas vueltas» y «la gente va y viene», pero quizá no deberíamos verlo con tanta normalidad. Porque a mí me asusta que el ser humano sea capaz de olvidar tan rápido.
Qué curioso. Qué imprevisible e irónico es todo.
¿Te das cuenta de lo delicado que es todo? Un hilo tan fino que casi da miedo rozarlo.
¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti? Que me dejaste verte desde el principio, sin pedir nada a cambio, sin esconderte. Me hiciste tener ganas de imitarte, de darte… cosas.
Podría correr el riesgo de joderla con alguien que me importase.
Que me hagan regalos me pone histérica. MUY HISTÉRICA. Es como «ay, quiero saber qué objeto crees que te recuerda a mí o que pega conmigo», y me da miedo tanto que aciertes mucho como que te equivoques estrepitosamente.
Espero que tengas wifi por allí. Y que me mandes fotos de koalas, me encantan esos animales, no sé qué tienen, pero me parece fascinante un ser que está especializado en abrazar y que además es muy peludito.
aceptémoslo, no soy una de esas chicas aventureras que están destinadas a comerse el mundo. Es más probable que el mundo me coma a mí.
nunca había imaginado que un acto tan sencillo pudiese ser tan reconfortante.
«Si las abejas desaparecieran, el mundo duraría cuatro años.»
¿No sientes el vértigo? —Sí —susurré nerviosa. —¿Sí? —Inspiró hondo. —Hay muchos tipos de vértigo.
No sé cuánto tiempo estuvimos allí, … tan perdidos en aquel momento, … tan cerca de la luna.
a veces algunos pequeños actos están destinados a marcar toda una vida o suponen un desvío en el camino que no estaba ahí segundos atrás. Ocurre, aunque ni siquiera seamos conscientes de esos momentos.
supe que aun así había valido la pena cazar ese recuerdo. Porque hay certezas que son así, punzantes.

