More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
Se suponía que todo tenía que ser fácil
Sin pensar. Sin buscar ahora mil excusas como siempre haces. ¿Qué me dices?
AMOR. LOCURA. PIEL
Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
gemí en voz alta al quitarme las sandalias y hundir los dedos de los pies en la arena. ¿Cómo algo tan sencillo podía ser tan placentero?
brillaba. Era eso. Una estrella.
recordé también que las únicas estrellas que sabía dibujar a veces tenían puntas afiladas, aunque su centro fuese deslumbrante o resultasen tan bonitas y difíciles de tocar.
Nada más. Nada menos. Era como si, por primera vez en mi vida, lo único imprescindible fuese yo misma.
Puede que «querer» y «enamorarse» no sea lo mismo.
Qué es algo grande?» ¿Cómo pueden cuantificarse las metas, los sueños, los objetivos?
Deseaba algo «grande» para él… Pero no podía evitar pensar en todas las cosas «pequeñas» que podía perderse por el camino, esas que al final marcan una vida. En los pasos cortos que brillan menos en apariencia, pero que en el fondo están llenos de sonrisas, de amor, de las emociones que terminan coloreando el día a día…
Es que por un momento he sentido que no te conocía, Rhys. —Joder, no digas eso, porque si no me conoces tú, entonces, ¿quién lo hace? No respondió. No dijo nada. Y me asustó ese silencio. Ese vacío repentino.
Cada beso, una huella invisible.
No dejaremos que se rompa nada… —Prométemelo. —Me acarició la mejilla. —Te lo prometo, Rhys. De verdad.
Hasta entonces no sabía que se podía llegar a conocer a alguien a través de la piel.
Y Rhys había sido el mejor compañero de vuelo. Uno que nunca me había dicho abiertamente que tenía que salir, pero que siempre se había mantenido ahí fuera esperándome por si algún día me animaba finalmente a hacerlo.
Tres días, ocho horas. Ese era el tiempo exacto que nos quedaba
aunque por momentos parecía estar lejos de todo, de mí e incluso de él mismo, como si se volviese borroso.
«Los baobabs comienzan por ser pequeños».
Viví el inicio de los veintinueve junto a ella. Y mientras gritaba como una loca diciendo: «¡Pide un deseo, pide un deseo!», me di cuenta de que lo único que quería era un imposible, un desvío sin señalizar y lleno de baches.
Estábamos cansados, saciados, perdidos en la luna.
No podía quitarme las palabras de la cabeza. «Podrías quedarte.»
¿Por qué había tenido que decirlo? ¿Por qué, por qué, por qué? Se suponía que aquello no era una opción. Que no debería estar dándole vueltas.
hubo cosas…, cosas que no se pueden deshacer. Palabras que no se pueden borrar. Que siguen doliendo.
Gracias por este verano… Gracias por darme tanto.
Siempre había sabido que Rhys me rompería el corazón.
No sé por qué ni cómo, a veces sentimos cosas de forma instintiva.
Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden y las espinas son su defensa.
Contemplaba una luna imposible.
Aún no he comprado los regalos; todos los años me digo que lo haré con meses de antelación y siempre termino corriendo la última semana.
«Moon books».
El caso es que toda mi existencia era, al final, un montón de hilos de los que había tirado en algún momento, pero que siempre había terminado por cortar antes de que pudiesen hacerse lo suficientemente largos como para ser resistentes.
Su hilo seguía ahí, constante, creciendo. Sabía que nunca sería capaz de soltarlo.
Algunas vueltas de la vida no están tan mal.
¿Era posible siquiera o tan solo resultaba algo platónico, un sueño tan idealizado como tocar la luna?
Desaparecer. Ser humo. Nada.
me perdí entre todos aquellos desconocidos que parecían seguir un rumbo fijo. Yo iba sin brújula. Siempre. Iba dando vueltas, tropezando, colisionando, desmoronándome…
Es curioso cómo algo tan cotidiano, que está siempre ahí, presente, puede recordarte tanto a otra persona.
quería eso. Quería avanzar. Quería más.
«Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.»
«Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los otros. Si consigues juzgarte rectamente es que eres un verdadero sabio».
Ojalá hubiese podido fingir que no me afectaba. O que ya no sentía nada por él. O que podía seguir adelante. Pero no era cierto. Resultaba devastador.
es imposible seguir adelante mirando constantemente atrás,
Eras lo mejor que tenía en mi vida.
no era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.»
Así son las cosas, ¿no? Personas que en cierto momento fueron importantes, casi imprescindibles, pero que un día desaparecen sin más, caen en el olvido. Amistades volátiles.
los recuerdos estaban cada vez más difusos, como si fuesen perdiendo color.
Es como estar perdido y solo en un asteroide del que nunca nadie ha oído hablar, en algún punto inexplorable de la galaxia, lejos de cualquier otro ser humano.
no se puede volver atrás en el tiempo con lo que uno sabe en el presente, ¿verdad? Entonces todo sería tan jodidamente fácil… Cambiaría muchas cosas.
¿Cómo es posible que a veces unas palabras o una decisión aparentemente insignificante sean capaces de trastocar una vida entera? Debería aterrarnos caminar así por el mundo, pendiendo de un hilo tan fino… que como pierdas el equilibrio un segundo, solo uno, te darás de bruces contra el suelo.

