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Pero tiene un coste: la pérdida de la libertad.
Lo que en un momento dado parecía una buena idea pudo no haber salido bien. Eso es todo. Los acontecimientos desafortunados, simplemente, sucedieron.
El propósito es pasar de ser una víctima de nuestros sentimientos a elegirlos.
Existe el miedo, pero también el coraje. Existe el odio, pero su opuesto es eI amor. Existe la timidez, pero también la valentía. Existe la tacañería, pero también la generosidad. En la psique humana, cada sentimiento tiene su opuesto.
Podemos sentarnos, imaginar la cualidad de generosidad y dejar de resistirnos a ella. ¿Hay algo generoso dentro de nosotros?
Pero empezamos a ver la existencia de la generosidad en nuestra conciencia. A medida que dejamos de resistirnos a la generosidad, nos sentimos generosos. De hecho, disfrutamos
Nos eleva del papel de víctimas impotentes al de seleccionadores conscientes. En
«No hay trabajo». En ese momento, tenemos la libertad de rechazar o aceptar esa forma de pensamiento negativo. En su lugar podemos decir: «El desempleo no es aplicable a mí». Al negarnos a aceptar la creencia negativa, ya no controla nuestra vida.
«donde hay una voluntad, hay un camino». También hubo una disposición a renunciar al orgullo a cambio de empleo.
Si tenemos el poder para manifestar la negatividad en nuestra vida, obviamente, nuestra mente también tiene el poder de hacer realidad su contrario.
Por ejemplo, cuando dejamos de culpar, experimentamos el perdón.
¿Me impartieron cursos sobre la conciencia en la escuela? ¿Alguien me dijo alguna vez que era libre de elegir lo que pasa en mi mente? ¿Alguna vez me enseñaron que podía rechazar toda la programación negativa? ¿Alguien me habló de las leyes de la conciencia? Si nadie lo hizo, ¿por qué me muelo a palos por tener creencias inocentes sobre ciertas cosas? ¿Por qué no he dejado de molerme a palos hasta este momento?
Cuando nos demos cuenta de que fuimos manipulados, explotados y engañados, llegará la ira.
«conseguirlo por ósmosis». No es necesario saber cómo sucede, sino simplemente que sucede.
frecuentamos. Es poco probable que vayamos a superar la inhibición si elegimos estar en compañía de otras personas que tienen nuestros mismos problemas.
En compañía de gente más feliz, tomó conciencia de toda la negatividad que albergaba dentro de sí. Empezó a darse cuenta de que mantenía la negatividad conscientemente, elegía hacerlo, y vio el coste de ello.
La persistencia de una sensación se debe a nuestra resistencia a abandonarla (lo vemos, por ejemplo, en la canción Cry me a river).
Dentro de cada persona coexisten el niño, el padre y el adulto.
Señor, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia.
Cuando encontramos dentro el origen de la felicidad, somos inmunes a las pérdidas del mundo.
Al soltar de forma constante nuestros sentimientos negativos, nos curamos del dolor presente y prevenimos el dolor futuro.
El miedo nos ha paralizado y congelado, con las palpitaciones y la aprehensión que lo acompañan. Las preocupaciones son miedos crónicos. La paranoia es su manifestación extrema.
lo que uno mantiene en su mente tiende a manifestarse.
Cualquier pensamiento que alberguemos de manera consistente en la mente, y al que demos energía, tenderá a manifestarse en nuestra vida.
«¿Qué es lo peor que podría suceder? Bueno, podrías ser terriblemente aburrido». Esto trajo a la mente todos los discursos aburridos que habían dado los demás, y entonces pude aceptar que, en realidad, un discurso aburrido es algo común y ciertamente no es el fin del mundo.
He aquí otra de las leyes de la conciencia: el amor cura el miedo. Este es el tema central de una serie de libros escritos por el psiquiatra Jerry Jampolsky (como Amar es liberarse del miedo).
en soltar el miedo y reemplazarlo por el amor.
Carl Jung llamó la «sombra» a esa zona que no estamos dispuestos a ver y de la que no queremos apropiarnos. Dijo que el yo no puede ser sano y pleno a menos que se vea y se reconozca la sombra. Esto significa que sepultado dentro de cada uno, en lo que Jung llamó el «inconsciente colectivo», está todo lo que no gusta admitir sobre uno mismo.
Cuando nos familiaricemos con nuestra sombra, ya no tendremos que proyectar nuestros temores sobre el mundo y se evaporarán rápidamente.
Cuanto más miedo tengamos, más situaciones temibles atraeremos a nuestras vidas. Cada miedo exige energía adicional para crear un dispositivo de protección. Así, al final, toda nuestra energía se consume en medidas defensivas. La voluntad de observar el miedo y trabajar con él hasta liberarnos aporta recompensas inmediatas.
En realidad, ocurre justamente lo contrario. El miedo nos ciega a los peligros reales de la vida. De hecho, el propio temor es el mayor peligro al que se enfrenta el cuerpo. El miedo y la culpa provocan la enfermedad y el fracaso en cada área de nuestras vidas.
¿no es nuestra inocencia la razón de que nos creamos culpables?
La mayoría de los programas sobre la conciencia se reducen a este punto esencial: darse cuenta de lo que estamos comprando, de lo que aceptamos diariamente.
Echemos un vistazo a lo que ya está programado en nosotros y comencemos a cuestionarlo, desarmarlo y soltarlo.
Desde el principio de los tiempos, los grandes maestros han dicho que hay que mirar dentro y encontrar la verdad, porque la verdad de lo que realmente somos nos hará libres.
Lo importante es que al alivio de la culpa lo acompaña un resurgir de la energía vital, el bienestar y la salud física.
Nos hemos permitido ser manipulados por la culpa y ahora le damos la vuelta y usamos ese mismo mecanismo para tratar de explotar y controlar a otros.
Si algo llega a nuestra vida, es porque lo hemos elegido. Es el resultado de nuestra intención o de habernos decidido por ello. Ha llegado a nuestra vida a pesar del deseo.
si decimos que deseamos algo, estamos diciendo que no es nuestro, y, así, ponemos una distancia psíquica entre nosotros y lo que queremos.
Lo imposible se vuelve posible en cuanto nos rendimos totalmente.
Se trata de luchar, y la lucha produce el bloqueo
que el deseo pone en nuestro camino.
lo que elegimos se manifiesta en nuestra vida sin esfuerzo.
elegimos la meta, la visualizamos amorosamente y permitimos que suceda, porque vemos que ya es nuestra.
Aunque el mundo puede ser mezquino y hostil para los demás, no hay razón para que nos conformemos con ese paradigma. Cuando nos conformamos con él, lo hacemos real en nuestra vida.
«Lo que mantenemos en la mente tiende a manifestarse».
Entregarlo totalmente significa que está bien si consigo el apartamento y también si no lo consigo. Al entregarlo totalmente, lo imposible se hizo posible y se manifestó rápidamente y sin esfuerzo.
Si tenemos éxito casi sin esfuerzo, la gente nos envidia.
Curiosamente, el inconsciente nos permitirá tener solo lo que creemos merecer.
lo que cuenta ya no es lo que hacemos en el mundo, sino lo que somos.