Stasiland: Historias tras el muro de Berlín
Rate it:
Open Preview
Read between April 16 - April 25, 2020
19%
Flag icon
de cometer infracciones en las fronteras». No había manera de enfrentarse a la Stasi: tanto los abogados defensores como los jueces formaban parte de ella.
19%
Flag icon
Ese día Trost le dijo que Charlie se había ahorcado con el elástico de la cinturilla del pantalón. Miriam no se lo creyó. Siguió volviendo a la oficina y preguntando. Para su sorpresa, la trataron con bastante amabilidad. El segundo de Trost le dijo que Charlie se había ahorcado con sus propios calzoncillos. En otra ocasión Trost le dijo que había sido con un trozo de sábana.
19%
Flag icon
Fue entonces a ver al abogado de Charlie, herr X, que era el representante en Leipzig del doctor Wolfgang Vogel de Berlín. Vogel era el fiscal del Estado que se encargaba de comerciar con la gente entre las dos Alemanias. Confeccionaba una lista de nombres y negociaba con el Gobierno de la RFA el precio de cada uno de ellos, por el que «compraba su libertad» (freigekauft). Había una diferencia de precios que, al parecer, variaba en función de la formación de las personas que iban a ser compradas. Un comerciante o un oficinista salían más baratos que alguien con un doctorado. La excepción era ...more
19%
Flag icon
El martes 21 de octubre de 1980, un agente de la Stasi se plantó en la puerta de Miriam para comunicarle que la autopsia del cadáver había finalizado y que el Ministerio estaba a su disposición para los preparativos del funeral. Miriam le dijo que podía arreglárselas por su cuenta.
20%
Flag icon
—El 30 de octubre enterramos un ataúd. Enterramos un ataúd y ellos fijaron una fecha para su incineración al día siguiente. O no había nadie dentro de aquella cosa, o había otra persona.
20%
Flag icon
En 1985 le dijeron: —Es posible que quiera usted que analicen el contenido, ¿no es así? —¿Y qué si quiero? ¿Voy a averiguar algo que no sea que se ahorcó, es eso? —Sabe que ya no quedará nada en el ataúd. No podrá probar nada.
21%
Flag icon
Una mañana, a las ocho, en mayo de 1989, sonó el teléfono de Miriam. Era la Stasi. No podían decirle el motivo pero debía presentarse ante ellos sin más dilación, ese mismo día, provista de su identificación.
21%
Flag icon
Estaba conmocionada. Les espeté: «¿Hace once años que presenté la solicitud para dejar el país y ahora ni siquiera puedo despedirme de mis amigos?». Esa noche el tren iba hasta las trancas de gente expulsada de la RDA. Era como si hubiese que mandar al otro lado del Muro a todo aquel que pudiese verse afectado por el virus de la glásnost. Miriam iba con una pequeña cesta con dos mudas de ropa, y se disponía a dejar su vida atrás. Sus amigos recogerían su piso. Hasta donde ella sabía, no volvería jamás. Nadie tenía ni idea de que el Muro caería en noviembre.
21%
Flag icon
—En dos palabras, la deportación llegó once años tarde y seis meses antes de la cuenta.
21%
Flag icon
Poco después de la revolución de 1989, Miriam fue al cementerio para buscar a herr Mohre, pero este desapareció del mapa en cuanto cayó el Muro.
25%
Flag icon
El 7 de noviembre de 1990, solo unos meses después de que los berlineses cerraran con barricadas el recinto, se abrieron al público las dependencias de Mielke, incluidas sus habitaciones privadas, como museo. El Comisionado Federal para la Documentación del Servicio de Seguridad del Estado de la ex RDA (la Oficina de Documentación de la Stasi) es quien controla ahora los archivos y expedientes.
25%
Flag icon
El apellido Mielke se ha convertido en sinónimo de Stasi.
25%
Flag icon
El aparato de Mielke, dirigido sobre todo contra sus propios conciudadanos, era 1,5 veces mayor que el ejército regular de la RDA.
25%
Flag icon
Después de la caída del Muro los medios alemanes dijeron de Alemania del Este que había sido «el Estado-espía más perfecto de todos los tiempos». En total la Stasi tuvo 97.000 trabajadores, más que suficiente para vigilar un país de 17 millones de personas. Pero también disponía de más de 173.000 confidentes repartidos entre la población. Se estima que en el Tercer Reich de Hitler hubo un agente de la Gestapo por cada 2.000 ciudadanos, y en la URRS, un agente de la KGB por cada 5.830 personas. En la RDA, había un agente o un confidente de la Stasi por cada 63 personas. Si incluimos a los ...more
25%
Flag icon
Aquí, en Normannenstrasse, 15.000 burócratas de la Stasi trabajaban a diario, administrando las actividades de la Stasi en el exterior y supervisando la vigilancia interior a través de ...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
25%
Flag icon
Se dice que los psicópatas, gente sin problemas de conciencia, suelen ser buenos generales y políticos: tal vez él fuera uno de ellos. Lo que sin duda es cierto es que era el hombre más temido de la RDA; temido por camaradas, temido por miembros del Partido, temido por los trabajadores y por la población en general.
25%
Flag icon
Mielke huyó a Moscú. Allí asistió a la Escuela Internacional Lenin, una institución de elite para formar a líderes comunistas, y al mismo tiempo trabajó para la policía secreta de Stalin, la NKVD. En enero de 1933, el Partido Nazi subió al poder en Alemania. Algunos de los comunistas responsables de los asesinatos de Bülowplatz fueron sentenciados a muerte; otros, a largas condenas. Se ordenó su arresto.
25%
Flag icon
Mielke se mantuvo lejos de Alemania. A finales de la década de 1930 participó activamente en la Guerra Civil española; por su cuenta, hizo méritos en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, tiempo después, Stalin le condecoró con varias medallas por los servicios prestados: parece evidente que, a partir de la mitad de la década de 1930, allá donde fuese, Mielke actuaba como sicario del servicio secreto de Stalin.
25%
Flag icon
En 1971 ayudó a organizar el golpe que proclamó a Erich Honecker secretario general. Este recompensó a Mielke proponiéndolo como candidato al Politburó y regalándole una casa en el complejo de lujo del Partido, en Wandlitz. Desde entonces ambos Erichs fueron los mandamases del país.
26%
Flag icon
El pasado de Honecker no era muy distinto al de Mielke. Su padre fue minero y se unió a la Jung-Spartakus-Bund a los once años, y a las Juventudes Comunistas a los catorce. Fue aprendiz de techador, antes de pasar 1930 y 1931 en la Escuela Lenin de Moscú para después trabajar clandestinamente con los comunistas en contra del régimen de Hitler. En 1937 fue arrestado por la Gestapo y sentenciado a diez años de prisión por «planear alta traición». Escapó poco antes del final de la guerra, momento en el que empezó, poco a poco, a hacer carrera en el Partido como dirigente de Alemania del Este.
26%
Flag icon
Las competencias de la Stasi eran ser «el escudo y la espada» del Partido Comunista, llamado por entonces Partido Socialista Unificado de Alemania (Sozialistische Einheitspartei Deutschlands) o SED. Pero su mayor cometido era proteger del pueblo al Partido. Arrestaba, encarcelaba e interrogaba a todo el que se le ponía por delante. Inspeccionaba toda la correspondencia en cuartos secretos en la parte de arriba de las estafetas de correo (se copiaban cartas y se robaba cualquier cosa de valor), e interceptaba, a diario, miles de llamadas telefónicas. Colocaba micrófonos en habitaciones de hotel ...more
26%
Flag icon
sin la amenaza de los tanques soviéticos en la retaguardia, el régimen del SED no ...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
26%
Flag icon
Dice que los berlineses solían llamar a este sitio la «Casa de los mil ojos».
26%
Flag icon
Al fin y al cabo, dice arrugando la nariz, los líderes de la RDA eran los más viejos del mundo. —Debimos de batir algún récord. Pero, al contrario que en China, donde se veía a los líderes en silla de ruedas, casi muertos, los viejos de aquí apenas mostraban signos de desfallecimiento físico.
26%
Flag icon
Mielke y Honecker se criaron luchando contra el demonio real del nazismo. Y continuaron luchando contra Occidente, al que consideraban el sucesor de aquel régimen, durante cuarenta y cinco años tras el fin de la guerra. Tenían que hacerlo, como estado satélite de la URRS y como bastión del Bloque del Este contra Occidente. Pero en Alemania Oriental lo hicieron más a conciencia y con un entusiasmo más pedante que los polacos, los húngaros, los checos y hasta que los propios rusos. Nunca quisieron detenerse.
26%
Flag icon
Cuando en 1985 Mijaíl Gorbachov subió al poder en la Unión Soviética, implementó las políticas de la Perestroika (la reforma económica) y de la glásnost (la «transparencia» de discurso). En junio de 1988 declaró el principio de libertad de elección para los gobiernos del Bloque del Este y rechazó el uso de la fuerza militar soviética en defensa del poder de estos países. Sin el respaldo soviético para acabar con la disidencia del pueblo —como había sido
26%
Flag icon
el caso durante la insurrección obrera en Berlín en 1953, en Hungría en 1956 y en Praga en 1968—, el régimen de la RDA no podría sobrevivir. ...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
26%
Flag icon
Alemania Oriental tenía un sitio donde arrojar a la gente que se oponía: Alemania Federal. La encarcelaban y luego la vendían a la RFA por moneda fuerte. El número de disidentes no llegó a constituir una masa crítica hasta 1989, cuando las reformas en la Unión Soviética insuflaron al pueblo de a pie el valor suficiente para tomar las calles.
27%
Flag icon
Tras la caída del Muro se hallaron documentos que revelaban lo meticuloso de sus planes, vigentes durante toda la década de 1980,
27%
Flag icon
para vigilar, arrestar y encarcelar a 85.939 alemanes orientales, ordenados por orden alfabético en listas. El «Día X» (el día en que se declarase una crisis, cualquiera que fuese), los funcionarios de la Stasi de las 211 delegaciones locales tenían orden de abrir los sobres sellados que contenían las listas de la gente de su zona y de arrestarlos.
27%
Flag icon
Hacia mediados de 1989 las manifestaciones de después de las reuniones para la oración de los lunes en la Nikolaikirche de Leipzig se propagaron por todo el país, por Erfurt, Halle, Dresde, Rostock.
27%
Flag icon
En agosto, los húngaros cortaron el alambre de espino de la
27%
Flag icon
frontera con Austria, creando así el primer hueco en el Bloque oriental. Miles de alemanes orientales acudieron hasta allí en masa y cruzaron la frontera, llorando de alivio y rabia. Otros tantos viajaron hasta las embajadas de la RFA en Praga y Varsovia y acamparon a las puertas, lo que generó una pesadilla diplomática para las relaciones entre las Alemanias. Al final, el régimen accedió a dejarlos ir, bajo la condición de que los trenes que los llevaran a Alemania Occidental tendrían que atravesar la RDA. Honecker esperaba humillar así a los «expulsados» confiscándoles los documentos de ...more
27%
Flag icon
A principios de octubre, Leipzig era un punt...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
27%
Flag icon
empleados de las gasolineras se negaban a llenar los depósitos de los coches patrulla; a los hijos de l...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
27%
Flag icon
Honecker ordenó que se acabase, de raíz, con los «contrarrevolucionarios» de Leipzig. «Nada puede entorpecer —decía— el progreso del socialismo.» El 8 de octubre Mielke, puso en marcha los planes para el «Día X»: envió órdenes a las divisiones locales de la Stasi para que abriesen los sobres. Pero las cosas ya habían ido demasiado lejos. En vez de encarcelar a la gente, la Stasi se atrincheró en sus propios edificios. En las sedes regionales tenían 60.000 revólveres, más de 30.000 metralletas, granadas, rifles de precisión, armas antitanques y gases lacrimógenos. El miedo al linchamiento no ...more
27%
Flag icon
El 7 de octubre de 1989, la RDA celebraba sus cuarenta años de existencia con ostentosos desfiles por Berlín.
28%
Flag icon
En Leipzig, el extraordinario valor del pueblo no flaqueó y no derivó en nada más. El 9 de octubre, 70.000 manifestantes salieron de noche, cubiertos con grandes abrigos y portando velas. Se apostaron ante la Runde Ecke para hacer sus peticiones. «¡Desenmascarad a los confidentes de la Stasi!», «No somos alborotadores, somos el Pueblo», y una consigna constante y constante, la «no violencia». A partir de esa noche las manifestaciones fueron a más y de forma clandestina llegaron grabaciones de estas hasta el Oeste, lo que convirtió a Leipzig en la «Ciudad de los Héroes».
28%
Flag icon
Los intentos del Partido por cambiar su imagen llegaron demasiado tarde. El 17 de octubre, Honecker fue sustituido por uno de sus diputados, Egon Krenz, quien, aunque algo más joven, tenía
28%
Flag icon
la misma mala fama. El 8 de noviembre se empezaría un proceso contra Honecker por abuso de poder y corrupción.
28%
Flag icon
Al día siguiente, en sus intentos por gestionar la crisis, el Politburó se reunió y decidió relajar las restricciones para viajar. Permitirían que la gente se desplazase libremente y solo se prohibiría aban...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
28%
Flag icon
La decisión tenía que materializarse al día siguiente, después de que se instruyese a los guardias fronterizos sobre cómo implementarla. Pero una vez que Schabowski lo hubo dicho, fue demasiado tarde. Pocas horas después de su metedura de pata, 10.000 personas llegaron al control del puente de Bornholmer, a pie o en sus Trabant, y abarrotaron el Muro. Se veía el aliento de la luz de la Franja de la Muerte, exhausta. Había una sinfonía de bocinas. Los guardias se prepararon y mantuvieron el dedo en el gatillo, pero no recibieron ninguna orden. Al final, el supervisor decidió dejar pasar a la ...more
28%
Flag icon
sello de salida a la izquierda de la fotografía del pasaporte a los «más insistentes» (los que estaban al principio de la cola), para que más tarde se les pudiese identificar y se les denegara el regreso. La gente no sabía de qué le estaban hablando pero tampoco les importaba. Entraron a raudales en Berlín Oeste. Cuando algunos de los primeros regresaron con latas de cerveza occidental para demostrar dónde habían estado, los guardias intentaron detenerlos para que no regresasen, pero era demasiado tarde, se había acabado todo, y la gente del Este y del Oeste estaba trepando, llorando y ...more
28%
Flag icon
Aquí, en el cuartel general de Normannenstrasse, cundió el pánico. A los funcionarios de la Stasi se les dio órdenes de destruir los expedientes, empezando por los más incriminatorios: los que nombraban a occidentales que espiaban para ellos y los que estaban relacionados con muertes. Eliminaron los expedientes hasta que las destructoras de papel se colapsaron. Entre otras escaseces del Este, también había escasez de este tipo de máquinas, así que mandaron a agentes encubiertos a Berlín Occidental para comprar más. Solo en el edificio 8, los miembros del movimiento civil se encontraron con más ...more
28%
Flag icon
El 3 de diciembre, Krenz, junto a Mielke, fue expulsado del Partido.
29%
Flag icon
Cuenta que, en enero de 1990, al ver el humo saliendo por las chimeneas, los berlineses vinieron hasta aquí para protestar. Trajeron ladrillos y piedras y construyeron un muro simbólico alrededor del edificio para instar a la Stasi a que dejara de quemar los expedientes. Dice que es extraordinario que, con tantas piedras como había, no se lanzase ni una y que, del otro lado, tampoco llegase ningún disparo:
29%
Flag icon
Al final, cuando la Stasi hubo hecho todo lo que pudo para esconder y destruir sus archivos, abrieron las puertas a los manifestantes.
29%
Flag icon
Encerraron a Mielke en prisión preventiva. Durante 1990 y 1991 entró y salió de varias cárceles berlinesas, incluida Hohenschönhausen, donde había mandado a la mayoría de sus presos políticos. Con el tiempo se añadieron más cargos, entre ellos los de los agentes de Policía asesinados en 1931. El juicio de Mielke empezó en 1992 pero, para cuando terminó, las únicas acusaciones que quedaban eran las relacionadas con los crímenes de Bülowplatz. Fue condenado a seis años de prisión por participar en ellos. La guía le explica a su rebaño:
29%
Flag icon
Honecker salió peor parado. A principios de 1990 se le arrestó por sospecha de corrupción y alta traición, para luego ser puesto
29%
Flag icon
en libertad bajo fianza. En noviembre de ese mismo año se le acusó de ser responsable de asesinatos cometidos en el Muro, pero huyó a Moscú, desde donde comunicó a la prensa que no albergaba remordimiento alguno y protestó por el arresto de antiguos colegas. En julio de 1992 fue extraditado a Berlín para que afrontara un juicio que sería suspendido en enero debido a su cáncer de hígado terminal. Honecker y su mujer se exiliaron a Chile, donde él murió en mayo de 1994.