Capitán Jenny - Capítulo 6

Cuando Nick despertó, le atacaron las náuseas y un dolor de cabeza insoportable. Debía tener un buen chichón. Permaneció quieto hasta que se le pasó el malestar, sintiendo el suave balanceo del barco. Debían estar ya en alta mar. Consiguió reptar hasta buscar acomodo en el mamparo, a la espera de lo que la suerte le deparase. Había conseguido su objetivo, pero no estaba seguro de si sería admitido en la tripulación o acabaría colgado del palo mayor.
Minutos después se abrió la escotilla y el ruido de pisadas le puso en alerta. Ante él se paró un sujeto alto y delgado de rostro cadavérico marcado con una cicatriz, al que acompañaba un muchacho muy joven que parecía estar algo asustado.
-Vaya, el palomo ya está despierto.
Cortaron las ligaduras de los tobillos, le pusieron en pie y fue empujado hacia la escalerilla. Subió a trompicones. En la cubierta, los marineros se afanaban en sus quehaceres y no le prestaron demasiada atención. Por el contrario, él sí observó el barco, haciéndose una idea del lugar al que había ido a parar. El que le cortase las ligaduras lo empujó para que siguiera caminando y Nick se revolvió, pero poco podía hacer con las manos atadas.
-Sigue con lo tuyo, Jack, ya me encargo de él –escuchó decir a su espalda a la vez que alguien cortaba las cuerdas que apresaban sus muñecas.
El gigante con el que había peleado en el puerto se guardó el cuchillo sin dejar de observar el gesto fastidiado del prisionero.
-¿A quién debo el golpe en la cabeza? –preguntó Nick, masajeándose la piel lacerada-. Más que nada, por devolverle el favor.
Potter dejó escapar una sonora carcajada.
-Se lo debes a tu estupidez, muchacho. Espero que sea el único golpe que te ganes a bordo, aunque no se por qué, me da en la nariz que eres de los que busca camorra.
-Si me buscan, me encuentran.
-Procura contenerte mientras estés en el Melody Sea. Aquí no gustan los gallitos.
-Así que estoy a bordo de un barco pirata.
-Corsario –rectificó Potter.
-Al que me han enrolado por la fuerza.
-Así es.
-Bien. Y ¿qué se supone que voy a hacer aquí?
-¿Qué te parece ser el fregona de cubierta?
Nick entrecerró los ojos. A esas alturas, muchos de los marineros estaban pendientes de la conversación y empezaron a rodearlos.
-¿Qué tal de capitán? –propuso con todo descaro.
Un coro de carcajadas estalló a su alrededor. Y una voz suave, envolvente y femenina, dio respuesta a su arrogancia:
-Esta nave ya tiene capitán, marinero.
Nick se giró despacio para encontrarse cara a cara con una muchacha joven vestida como un verdadero lobo de mar. Pantalones ajustados, camisa abullonada anudada en el estómago, botas de alta caña hasta por encima de las rodillas, sable al costado… Llevaba el cabello largo, rizado y oscuro sujeto con un pañuelo rojo anudado bajo la oreja izquierda, haciendo destacar más el tostado de su rostro perfecto, sus enormes ojos del color del jade, su boca plena. Era una belleza que lo dejó sin aliento.
Jenny Cook afianzó los pies sobre la cubierta, cruzó los brazos y observó con interés al nuevo componente de su tripulación.
-Estoy de acuerdo con usted, señor Potter –dijo con los ojos fijos en Nick-. De momento, que empiece fregando la cubierta.
-Solicitó hablar con su capitán. Tengo conocimientos de marina y sería un desperdicio ocuparme en trabajos de esa índole, señora.
-¿Cuál es vuestro nombre, marinero?
-Russell. Las damas y los amigos me llaman Nick.
A ella se le escapó una sonrisa. Le había parecido guapo cuando le vio peleando con Potter en el puerto, pero ahora, teniéndole frente a ella, se daba cuenta que tenía un atractivo especial. Era bastante alto, bien proporcionado, con un rostro que seguramente conquistaría a muchas mujeres y unos ojos grises que parecían observarlo todo.
-Yo os llamaré Russell. Bien, os escucho.
-¿Perdón?
-Queríais hablar con el capitán, ¿no es eso? Yo soy el capitán.
Nick abrió la boca pero volvió a cerrarla. ¿Se estaba burlando de él aquella muchacha? Incluso vestida como un corsario y portando un sable a la cadera se adivinaba que era muy joven. Con seguridad sería la amante del auténtico capitán.
-Como broma, señora, no está mal –respondió.
Potter le golpeó amistosamente en un hombro y dijo:
-Ella está diciendo la verdad, muchacho. Estás frente al capitán Cook.
-Tenía entendido que es un hombre.
-Era mi padre.
Capítulo 7
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Published on January 21, 2013 15:01
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Reseña. Rivales de día, amantes de noche
Preciosa la que ha hecho Lady Isabella de Promesas de amor.
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