¿Y AHORA QUÉ?

Certifica el Consejo Nacional Electoral un nuevo triunfo delGran Polo Patriótico: 23 gobernaciones de 24; en la Asamblea Nacional 253 de285 escaños.
Como de costumbre, la oposición sólo acepta resultados quele sean favorables; rechaza los oficiales, y se atribuye como propia la notableabstención de 56,32% de los inscritos. Pero ninguna abstención es triunfo, nidel gobierno ni de sus opositores.
Con la presente consulta, suma el bolivarianismo 26 años enel mando, casi el mismo tiempo que lo rigió el Benemérito Juan Vicente Gómez.La edad promedio del venezolano es de 25 años; la mitad de nuestroscompatriotas no ha conocido otra forma de gobierno.
Más de un cuarto de siglo de poder invita a reflexión.Sugiero que tanto gobierno comooposición emprendan detenido examen de este lapso, con sus éxitos, fallas y oportunidadesperdidas.
Dicho análisis debería comenzar por el cálculo de laspérdidas económicas y humanas causadas por la inmotivada agresión contra lavoluntad de nuestras mayorías. Todas lastécnicas de desestabilización de gobiernos del Manual de Kurt Tidd han sidoaplicadas; ninguna ha dado resultados.
En el ámbito externo, campañas de desinformación,coaliciones de gobiernos títeres, agresión diplomática, invasión paramilitar,ofensivas territoriales so pretexto deayuda humanitaria, promoción de la emigración, contrabando de extracción,tensiones fronterizas, latrocinio de bienes, reservas y activos de la República en el exterior, injerenciamediante Organizaciones No Gubernamentales, secuestro de diplomáticos,espionaje sistemático, hiperinflación inducida, bloqueo, un millar de medidascoercitivas unilaterales.
En el ámbito interno, golpes de Estado, sabotaje petrolero,eléctrico e informático, llamado al Paro General, intentos de magnicidio,cortes viales, guarimbas, terrorismo mediático, acaparamiento, ocultamiento ydestrucción de bienes de consumo, asesinatos selectivos, tentativas deobstrucción violenta de elecciones, desconocimiento de resultados electorales,creación de gobiernos paralelos fake.

Tal sumatoria dedaños debe servir convencernos de que sería criminal y sobre todo inútilel hacer que tantos sacrificios no sirvieran de nada, rindiéndonosincondicionalmente a quienes quieren los han infligido.
Al cálculo de los daños debe seguir un censo de los logros, que son muchos ytrascendentes, y que igualmente revelaría la magnituf de lo que se perdería sinos rendimos.
La frenética agresiónintensificada a lo largo de un cuarto de siglo es una extorsión para hacersufrir al pueblo a fin de que este ejecute lo que el imperio no ha podido: elcambio de gobierno. Procede entonces el examen de por qué tantas atrocidades no han dadoresultados.
El bolivarianismo no brotó de la nada, irrumpió como resistencia popular, militar, social, económica, cultural y política contra un proyectobipartidista que nos arrastraba a la aniquilación.
El bolivarianismo surgió como protesta contra unageneralizada corrupción, manifiesta en la ostensible proliferación de fortunasdebidas al tráfico de influencias y la especulación cambiaria, y amparada porla disminución del control previo y la reducción del posterior a un muestreoaleatorio.
El bolivarianismo creció como muralla contra laprivatización masiva de recursos, bienes y empresas de la Nación (es decir, detodos nosotros) y la colocación de lo así obtenido en fondos secretos administradosdiscrecionalmente por sus creadores, como ocurrió con el mal llamado Fondo deInversiones de Venezuela.
El bolivarianismo triunfó como iniciativa opuesta a laprivación de derechos de los trabajadores iniciada por Rómulo Betancourt en 1959con la “Ley Hambre”, remachada por CarlosAndrés Pérez en 1989 con el Paquete del FMI que liberó precios y congeló salarios, y culminada por Rafael Caldera en 1997 con la eliminaciónde las prestaciones sociales.
El bolivarianismo insurgió contra la progresiva exención deimpuestos para las empresas extranjeras, iniciada en grande por Raúl Leoni en 1968 con inconstitucionales“transacciones” que perdonaron a las petroleras décadas de tributos, culminadapor Rafael Caldera en 1998 con los Infames Tratados contra la DobleTributación, que exoneran a empresas y ciudadanos extranjeros de pagarimpuestos en nuestro país y prolongada subrepticiamente con normas similares.
El bolivarianismo se fortaleció al detener la planeada y desastrosa entrega de recursos naturales, turísticos,estratégicos, comunicacionales y de estructura a empresas extranjerasfavorecidas con el inconstitucional privilegio de no pagar impuestos y de hacer decidir sus controversias sobre contratosde interés público por tribunales, jurados o árbitros foráneos, como el CIADI,la Corte Interamericana de la OEA o los árbitros que pretendieron despojarnosde la Guayana Esequiba.
El bolivarianismo reafirmó su arraigo popular al luchar porel principio de Igualdad, desechando las políticas neoliberales que en el siglopasado sumieron en la pobreza hasta el 80% de la población,exoneraron de impuestos al capital extranjero e incrementaron desproporcionadamentela participación de la minoría empresarial en el PIB. El privilegio para pocosdesmoraliza a todos.
Este censo de políticas que llevaron a su perdición al bipartidismo es también el de las que podrían extinguir acualquier movim iento que las adoptara. Ninguna mayoría estuvo ni está a favorde ellas; son impulsadas por minorías que intentan destruir sigilosamente desdeel interior lo que no pudieron vencer de frente y en confrontación abierta.
Un proyecto progresista para el futuro debería por tanto comenzarpor la erradicación total de las políticas que destruyeron al bipartidismo y elfortalecimiento de las que consolidaron al bolivarianismo o, para decirlo conclaridad, al socialismo.
De nada nos ha valido la moderación: la ofensiva deagresiones, sabotajes y atropellos infligidoses igual, si no superior, a la desatada contra los procesos más radicales delplaneta.
La que fuera primera potencia del mundo abandona despavoridael ideario neoliberal que la llevó a la ruina, y adopta medidas de intervenciónestatal y proteccionismo en la economía. ¿Iremos nosotros a redimirnosmimetizando las medidas que nos aniquilaron históricamente, y que ahora hundena quienes nos las impusieron?
Las políticas que aniquilaron el bipartidismo han destruidoy destruirán cualquier sistema que las adopte. No debe haber marcha atrás.

TEXTO/FOTOS; LUIS BRITTO
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