Zoé Valdés's Blog, page 2874
January 4, 2012
La continuidad ¿infinita?
Breve repaso al año que termina, y revista de dos revistas. (1ra parte de dos). Por Rolando D. H. Morelli.
Breve repaso del año que termina, y revista de dos revistas.
(Ira parte de dos)
Rolando D. H. Morelli, Ph. D., escritor, intelectual y académico cubano reside en Philadelphia. Es miembro del Pen Club de escritores cubanos en el exilio y co-fundador de las Ediciones La gota de agua.
El año 2011 quedará en mi memoria, asociado entre otros muchos hechos trágicos o luctuosos (el asesinato en Cuba de Orlando Zapata Tamayo; la muerte de Laura Pollán, etc.) con la muerte del poeta David Lago, mi amigo, en España. Otro cubano que muere en exilio mientras el régimen de los Castros sigue añadiendo hojas a un calendario apoplético. Para no dejarme abrumar por la constatación de tanta saña sin sentido contra mi pueblo, perpetrada en primer lugar por la tiranía de los Castro y sus acólitos, me ocupo con pragmatismo de cosa inmediata de devolver al estudio donde trabajo una cierta semblanza de organización y concierto. Mientras intento poner orden al desorden de mis papeles y devolver a sus entrepaños los libros fuera de lugar, doy con sendos números de las revistas Correos de Cuba (Revista de la Emigración cubana) y Areíto, ambas editadas y promovidas por la tiranía cubana en distintos momentos y con idéntico fin, confundir, mintiendo a la opinión pública internacional, ya que ninguna de estas revistas llega al pueblo de la isla. Los comentarios que no llegué a escribir en su momento, a causa del insuperable revulsivo que su lectura me produjo, quiero dedicarlos ahora a la memoria de David, cuyas entradas desde las combativas e incisivas páginas de sus bitácoras El Penthouse de Heriberto, Indicios de desorden y Strawberry Fields Forever tanta falta nos hacen. Por tratarse de dos largos culebrones me veo obligado a dividir en dos partes mis comentarios, comenzando por la revista Areíto. En una segunda parte de este trabajo me ocuparé de repasar Correos de Cuba, pretendida "revista de la emigración cubana". Para quienes no conocen estas publicaciones comenzaré por unos datos de ubicación.
La revista Areíto constituyó en su momento un exitoso frente propagandístico de la tiranía, encaminado sobre todo a atraerse a los jóvenes cubanos, educados en universidades norteamericanas, cuyos padres habían salido de Cuba temprano en los años sesenta con el fin precisamente de librar a sus hijos del adoctrinamiento y las penurias naturales del comunismo y la tiranía consiguiente. Este grupo de jóvenes "educado" en los lugares comunes y las falacias del activismo "liberal" norteamericano que había copado las cátedras universitarias y proclamaba su adhesión y simpatía por la llamada "Revolución cubana", sus presuntos objetivos y "logros" económicos y sociales, constituyó la cantera natural que nutrió las filas de quienes por esta vía "se re-encontraban con la patria, la revolución y el socialismo" según declaraba uno de los lemas del grupo. La llamada generación de Areíto y su correspondiente la "Brigada Antonio Maceo", tendrá a la vez su contrapartida isleña algo más tarde, en la llamada "Generación del Mariel" constituida sobre todo por jóvenes crecidos y educados en Cuba bajo la tiranía castrista, cuya principal aspiración sería escapar de la isla y del sistema que los aherrojaba. Los contactos propiciados en los años setenta por el régimen de Castro, que se sentía imbatible, entre los "Areítos" y "Maceítos" de fuera de la isla y la población isleña, permitieron a contracorriente una confrontación con las realidades de unos y otros, que al cabo hicieron que muchos de quienes crecieron fuera se enfrentaran a una realidad en contradicción con sus ideas de lo que suponían que era el régimen. Más de uno debió admitir ante sus padres que al sacarlos de Cuba "los habían librado de padecer un verdadero infierno". Sobre todo a partir de los hechos conocidos como "el éxodo del Mariel" y la estampida provocada por la crisis de la Embajada del Perú en La Habana, muchos de los areítos y maceítos revisarían sus posiciones y reconsiderarían con arreglo a los hechos y sus experiencias, las conclusiones bastante precipitadas a que habían llegado respecto a "la justicia de la causa revolucionaria" en la que llegaron a creer. No todos, sin embargo, procedían por un impulso que les parecía generoso, en el que, paradójicamente, mucho tuvo que ver el celo nacionalista cubano comunicado por los mismos padres que huían del régimen que los despojaba de su patria. No pocos de quienes constituían Areíto y la "Brigada Antonio Maceo" habían sido captados por la Inteligencia castrista para sus fines de propaganda y desestabilización social. Puestas las cosas en su verdadera perspectiva, no podría pues decirse que la revista de igual nombre que dio voz al grupo Areíto, constituyó, según se pretendía de cara a la galería exterior, un medio de espontánea generación propiciado por "las contradicciones internas del capitalismo" y los avances "inevitables" de una toma de conciencia revolucionaria a nivel internacional por parte de los jóvenes. Areíto, se concibió y produjo antes en los cuarteles de la propaganda dictada por La Habana, que en los talleres niuyorquinos donde se imprimía. Su Consejo de Dirección estaba presidido por Francisco Aruca, periodista que ha demostrado en todo momento (hasta el actual) su identificación con la propaganda del régimen al que defiende desde varios medios miamenses. Entre los otros nombres conocidos o que pronto se darían a conocer, de dicho Consejo, se encontraron Lourdes Casal, y Marifeli Pérez-Stable. Para la Junta de Asesores se reclutaron los nombres de figuras de prestigiosos investigadores literarios o sociales respectivamente como José Juan Arrom y Manuel Moreno Fraginals. Arrom había vivido fuera de Cuba durante muchos años, y siempre padeció inclinaciones izquierdistas. Fraginals acabaría por acogerse años después al exilio. Otros dos nombres conocidos de la Junta asesora eran Roberto Fernández Retamar y Gabriel García Márquez. Los nombres de los redactores más conspicuos eran Lourdes Argüelles, Silvia Arrom, Emilio Bejel, conocido estudioso y defensor a ultranza del modelo socialista y revolucionario castrista hasta el día de hoy, la hoy profesora y antóloga Raquel Chang-Rodríguez, la poetisa Eliana Rivero, Nelson P. Valdés, conocido politólogo y Miriam Muñiz. Una nota oportuna indicaba en cada número que el Consejo de Dirección "no se responsabiliza[ba] con las opiniones expresadas en los artículos firmados", por si acaso.
El número 24, vol. VI de la revista, año 1980 ofrece un resumen de lo que interesaba a la propaganda del régimen en esos momentos, pese a la pretensión de "independencia" de parte de sus redactores. Entre las cartas de los lectores se leen dos en particular que resultan de interés a este respecto: un señor que firma Aurelio Álvarez, desde Boston, señala lo que le parece "una tendencia preocupante" porque según dice: "una buena parte del contenido se parece tanto a la prensa en Cuba, que no ofrece la visión crítica y realista que antes los caracterizaba". Un presunto Pedro J. Gutiérrez quien escribe desde Cuba (donde no circulaba la revista) les envía una felicitación por haber merecido Areíto los elogios de la revista Casa de las Américas, conocido vocero del régimen. Asimismo se publican dos mensajes airados de lectores de Miami y Hialeah respectivamente. El Editorial con que abre el número, merece sin embargo, comentario aparte.
El triunfo eleccionario de Ronald Reagan acapara toda la página. Con un tono de aparente sosiego que desmiente de inmediato el mismo carácter sesgado de las afirmaciones que se formulan, el editorialista pasa revista por adelantado no a la desastrosa administración de Jimmy Carter, mencionado de pasada, sino a las implicaciones naturalmente catastróficas que se presumen de haber elegido a un presidente y a un Senado "de derechas". Ya se sabe que el término "derechas" vilipendiado de continuo a partir de la Revolución Francesa donde se originara al igual que su contrapuesto, suscita en general una predisposición que más bien debería corresponderse con la "izquierda" y su historia documentada, y basta cuando menos a causar en muchos lectores una especie de "descarga" eléctrica capaz de inducir un breve lapso de razón. "Todo mezclado", como habría dicho Nicolás Guillén, se procede en esta página editorial a señalar la muerte de once niños negros en Atlanta como asociadas por descontado con "el alza de la derecha", aunque antes el propio editorialista ha dicho que habría que interpretar la victoria electoral de Reagan y los republicanos más bien como un rechazo a las políticas de la Administración Carter, y no como un "triunfo arrollador" de las ideas y promesas políticas de su contendiente. Otros dos tópicos del Editorial, igualmente traídos por los pelos son la existencia del movimiento auto-denominado "Moral Majority" de carácter religioso, que a pesar de su nombre no representa sino una de las muchas tendencias en la sociedad norteamericana del momento, y la puja en La Florida entre quienes procuran y consiguieron pasar una resolución contra el bilingüismo y los que favorecen éste. El Editorial coloca dicho enfrentamiento en un plano de mayor confrontación que no le corresponde y que, según demuestran los hechos posteriores, acabaría por ser desestimado en una zona del país que es de hecho bilingüe. Naturalmente, a semejante Editorial, le siguen unas "Reflexiones sobre la lucha en El Salvador". Véase que no se habla de guerra civil, en la que la intervención del régimen cubano propició el número de las víctimas, según lo señalara oportunamente al propio Castro el hoy ex presidente electo salvadoreño Francisco Flores, sino de "la lucha" ése lugar común de la izquierda y los regímenes totalitarios de izquierda cuando buscan desestabilizar una sociedad para crear las que llaman "condiciones óptimas" para la confrontación armada. La escritura de esta soflama hipócrita y mentirosa corre a cargo de Gary MacEoin y Lourdes Arguelles, autores que no vacilan en invocar el nombre del poeta comunista salvadoreño Roque Dalton, asesinado por sus propios compañeros, cuyo asesinato fuera por mucho tiempo atribuido a la CIA, y pese a la admisión de quienes fueran sus verdaderos asesinos, sigue con frecuencia atribuyéndose a los malos por designación conveniente.
Sería cosa de nunca acabar hacer la disección de toda esta piltrafa maloliente de la propaganda castrista hecha por la revista que presuntamente expresa las preocupaciones e intereses de los jóvenes cubanos expatriados por sus padres, pero mencionaré de paso los títulos de los siguientes trabajos que la ocupan: "La Psicología de la salud en Cuba: situación actual y perspectivas" signada por Lourdes García Averasturi, que constituye una ponencia presentada por la autora en el "Primer Seminario Internacional de Psicología de la Comunidad", celebrado del 9 al 12 de septiembre de 1980 en La Habana. La psicóloga es Jefa del Grupo Nacional de Psicología del Ministerio de Salud Pública cubano. Pese a que la fecha de este cónclave es posterior a los hechos del Mariel no se hace la menor mención a las expulsiones masivas de enfermos mentales obligados a viajar a los Estados Unidos en las embarcaciones, entre quienes sí buscaban salir del país, hechos de los que tengo constancia personal y son ampliamente conocidos. Tampoco hay la menor alusión a los métodos de tortura practicados a disidentes políticos y a manera de "cura" de homosexuales por la vía del electro shock en hospitales psiquiátricos cubanos.
Otro trabajo del mismo corte del anterior y presentado como ponencia al mismo cónclave aparece publicado bajo la firma de la especialista Loretta Rodríguez Almeyda.
El artículo "Apuntes preliminares sobre la incorporación de la mujer cubana a la fuerza laboral en los Estados Unidos" de Yolanda Prieto, asociada a Ramapo College, según se indica, sirve a su autora para avalar mediante algunos datos y cifras sobre el tema, un examen reduccionista que no permite llegar a conclusiones ni comprender con claridad que busca decirnos su autora con el acarreo de fuentes. Se trata, simplemente de material de relleno.
Después de apuntar el peligro que representa la elección de Reagan, y el éxito de la sociedad cubana según lo dan por bueno funcionarios del régimen como las psicólogas de marras, pasamos a la sección "Desde las entrañas". No habría que añadir nada más. Pero sí. Hay que decir que el primero de dos artículos se dedica a la situación de los marielitos en los centros para refugiados creados por la administración Carter. En ella se aborda con hipócrita solidaridad el estado presente de los refugiados, sin hacer la menor mención al éxodo o a las causas, ni a la responsabilidad del régimen de La Habana por el mismo, ni a los maltratos sufridos en Cuba por quienes salíamos por el Mariel. Para justificar los presupuestos del autor, afirma éste con gran cinismo luego de pasar lista a las calamidades y presuntos o verdaderos agravios de los marielitos retenidos en los campamentos:
«(…) ¿Puede entonces sorprenderse alguien de que 9 aviones hayan sido desviados hacia Cuba en el transcurso de un mes? ¿Puede realmente asombrarse nadie de que cubanos desesperados apelen a cualquier medio a su alcance para regresar a una patria que, después de todo, no queda tan mal parada en el choque con la realidad que les brindan los Estados Unidos? ¿Hay alguien que no comprenda por qué un gran número de estos cubanos (…) aprueben, (aunque tengan que hacerlo en voz muy baja) estos actos desesperados? ¿Cómo no ponerse en la situación de ellos y darse cuenta de sus razones para haber considerado el haber abandonado su patria como un gran error? (…) (27)»
Obsérvese que quienes desviaron aviones no podían hallarse encerrados en esos campamentos, sino que habiendo sido procesados por las autoridades se encontraban ya fuera. Al margen, pues, de quienes eran verdaderamente estos "marielitos" que desviaron aviones de vuelta a Cuba, los razonamientos del articulista se hallan en línea con los de la documentalista oficial Estela Bravo a quien se encargó elaborar a posteriori una explicación seudo compasiva de los "marielitos" que ratificara las razones del régimen cubano para consumo doméstico e internacional, y se hallan asimismo a la altura de los divulgados por la película Scarface de Bryan de Palma, uno más de los conocidos admiradores hollywoodenses de Fidel Castro, y en consecuencia denostadores de sus víctimas.
Andrés Gómez, fundador de la Brigada Antonio Maceo, actual director de la revista Areíto, según su página digital y agente al servicio de la tiranía, que reside en la ciudad de Miami, es el autor de la siguiente entrega del número que reseñamos. El artículo está dedicado a contraponer la política de asilo norteamericana prevaleciente hasta entonces, respecto de cubanos y haitianos. En ninguna parte, sin embargo, se hace mención al hecho de que los haitianos podían regresar a su país sin la oposición del régimen haitiano, y que los cubanos, de serlo, como ocurrió con los marielitos devueltos según acuerdo suscrito entre Washington y La Habana, eran puestos en prisión de inmediato, ni se menciona tampoco el hecho de que no se tengan noticias de ametrallamientos en alta mar o hundimientos de naves cargadas con niños, mujeres y hombres del lado de los haitianos como sí hay evidencias de la comisión de estos crímenes por parte del régimen cubano a lo largo de los años. Los mismos razonamientos elucubrados en La Habana, filtrados por una agente del régimen como María Belén Montes, la espía que trabajó para el Departamento de Estado por más de dieciséis años y ofrecía consejo a las diversas administraciones norteamericanas sobre la cuestión cubana, indujeron a la administración Clinton a producir la política de "pies secos, pies mojados", que no hizo justicia a los haitianos y provocó una gran injusticia a los cubanos, se hallan bien delineados en las afirmaciones de Gómez en su artículo.
La sección que sigue da cuenta "Desde Cuba" de la situación en la isla a través de los ojos de Max Azicri, uno de los integrantes del Consejo de Redacción, de quien no se dan datos personales o profesionales de ninguna clase, fallecido recientemente, y quien fuera según conseguí saber, periodista, profesor universitario y activista político. En su obituario reciente se indica como uno de los «highlights of his career» «[the invitation] [by the Cuban Government] to attend a conference in Cuba marking the 40th anniversary of the Bay of Pigs invasion in 1962». Es decir, que todavía en el año 2002, este profesor invitado a Cuba por la tiranía de Castro, se siente distinguido por el dudoso privilegio de ser invitado a conmemorar un evento que frustró para los cubanos la posibilidad de poner fin a tiempo a la dictadura. Añade el obituario que «Edinboro University was one of only seven American institutions invited to the event. Hosted by Cuban president Fidel Castro, the American and Cuban guests were a virtual Who's Who of key participants in the ill-fated invasion. As a result of participating in the Conference, Edinboro University was presented with sets of declassified documents from the invasion and a complete set of videos from the two-day conference. In addition to his many visits to Cuba, Azicri has received government grants to study in Germany, Israel, Egypt and Yugoslavia». Este 'observador' y estudioso de la realidad cubana, cuya tarea ha consistido de educar generaciones de jóvenes norteamericanos en presupuestos de los que no podrían caber dudas, escribe o más describe la Cuba que ve durante uno de sus viajes a la isla como si se tratara de un cromo en los que son especialistas los compañeros de viaje del comunismo en todas partes, con aspiraciones a volverse residentes a ultranza de esta ideología, pero sin sacrificar la sociedad de consumo que tanto desprecian. Un párrafo esclarecedor podría resumir el artículo del profesor Azicri:
«A mi regreso a Cuba en agosto, lo más importante fue palpar la diferencia en la atmósfera: la efervescencia de abril-mayo [léase los actos de repudio, las golpizas, atropellos y muertes a manos de las turbas organizadas por el gobierno], había prácticamente (¿?) terminado, los mítines de repudio pertenecían al pasado y la mayoría de los letreros de condena a los que se iban habían desaparecido. [El puerto de] Mariel seguía abierto, pero el drama se había desplazado a los campamentos de refugiados en los fuertes militares en los Estados Unidos, la Ciudad de las Carpas en Miami y el Parque Tupac Amaru en Lima». (31).
Este resumen nos permite concomitantemente componer una narrativa que es la de la revista y sus alcances propagandísticos y distorsionadores.
Seguidamente se dedican un artículo a "la negritud" en la poesía de Nancy Morejón, cuyos comentarios huelgan. Se publica un cuento de Daína Chaviano y se dedica amplio espacio a una "relectura" de Calibán, mamotreto de Roberto Fernández Retamar que fuera de obligado estudio en algunos medios universitarios norteamericanos y europeos, indicado por profesores como el doctor Azicri para sus cursos. Esta reseña corre a cargo de Lourdes Casal, de manera que todo queda "atado y bien atado" o de otro modo, en casa.
Eliseo Alberto, escritor cubano también conocido como Lichi, (fallecido recientemente en México) dedica en este número de la revista unas páginas traspasadas de revolucionario lirismo a la figura de "Celia" (Sánchez Manduley), colaboradora de Fidel Castro Ruz desde los días del Moncada y la Sierra Maestra, de quien se decía había sido igualmente su amante. Prefiero no reiterar aquí las babosadas de Eliseo Alberto, quien muy posteriormente diera a la luz fuera de Cuba un "Informe contra mí mismo" en el que echa pa'lante a María Santísima. ¡Alaba'o sea Dios! Para que la farsa siga su curso, Marta Rojas, periodista que fuera adoradora de Batista antes —según dan cuenta documentos publicados hace poco en la red— y luego se convirtiera en uno de los mascarones de proa del régimen castrista dedica a la suicida Haydee Santamaría una especie de obituario titulado: "Su mérito fue crear, desbrozar y sumar", donde afirma entre otras cosas que no hay que recordar a la suicida asociada a su último acto definitorio y definitivo, sino como encarnación de la leyenda revolucionaria que la proclama junto al líder máximo, etc. etc.
En la línea de las muertes en serie lloradas por la revista, nuevamente Eliseo Alberto y Josefina de Diego escriben el obituario de Mirta Aguirre, poeta de mérito, fina investigadora literaria, profesora universitaria, vieja militante comunista y lesbiana enclosetada, (cosa ésta que no asoma por ninguna parte en el trabajo, como era natural). La hipocresía de los autores de este arrebato sobrepasa incluso la de Eliseo Alberto cuando escribe sobre "Celia". Todavía en el exilio y en su libro "Informe contra mí mismo" no acabaría el autor elegíaco por deshacerse de su apego a la lógica del Partido, de que aquí da sobradas muestras.
A manera de colofón, publica Areíto un soneto de Eliseo Diego, padre del anterior, fechado en mayo de 1980 en La Habana, y titulado escuetamente "A uno que se va", que constituye el colmo de la infamia, y de la hipocresía que caracterizó según las evidencias, a ese clan en el que incluyo al viejo vate Cintio Vitier. Con oportunismo militante y saña que encubre viejos deseos y cobardías develadas más tarde por su hijo en "Informe contra mí mismo", declara Eliseo Diego.
Te convence la mesa bien servida
la ropa al uso y seña de tus amos,
anillo al dedo y a la oreja en ramos
chirimbolos de plata repulida.
Tomarle a quien se afana la medida,
correr entre los perros tras los gamos,
holgar mientras los otros trabajamos,
tu vientre al aire, es para ti la vida.
Puede que alguna vez al fin comprendas
que sólo es pan el que se da a un amigo
y vale más el cándido que el fuerte.
Pena me da que tan barato vendas
la luz de tu país al enemigo.
Vete a pastar los lujos de la muerte.
Mientras quienes éramos jóvenes crecidos y educados bajo la infernal e interminable tiranía queríamos abandonar el país para disponer de nuestras vidas y libertad personal allí donde fuera posible, y teníamos que pagar el precio de los continuos y violentos actos de repudio, el poeta en su soneto nos colma de epítetos y vilezas que llenaría muchas páginas y no poca psicología del retorcimiento descifrar.
Confieso que cuando cayó este número de la revista en mis manos poco después de llegado a los Estados Unidos, y leí el desdichado poema de Diego, sentí a la vez que mucha rabia, pena y vergüenza por él. En realidad fueron dos los "documentos" que en esos instantes me provocaron igual rechazo, el primero este poema de Diego padre y el segundo la película Scarface. Los marielitos supimos encajar todos estos golpes bajos (los artículos en la prensa "liberal" y "progresista" americana y europea y los documentales en la televisión pública no dejaron de pintarnos con los peores colores y tintes posibles). Se trataba de matar dos y hasta tres pájaros de un tiro. Hacer quedar mal a los altaneros cubanos "de Miami" y meter en cintura a los nuevos llegados con un epíteto que debía ser de por sí infame. A mí me recomendaban con insistencia en la universidad no declarar que yo pertenecía al éxodo de marras. Cuando alcancé en el año 87 mi doctorado, la directora de mi tesis de grado me previno de no hacer público el hecho, y cuando no sé por quién o por qué causa se supo que yo era el primer "marielito" en haber obtenido un doctorado en cualquier parte, no faltaron los que con la mejor intención del mundo me avisaron que no era ésa una buena promoción. Pese a los augurios y al descrédito de los Eliseo Diego, Estela Bravo, y tantos otros al servicio o en complicidad con la tiranía de los Castros, puedo reafirmar al concluir el año 2011 que sigo siendo marielito como el primer día.
Nota: Este artículo ha sido enviado por su autor, a quien agradezco, para cualquier reproducción se le debe consultar. Gracias.
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Tiempo vencido. Luis de la Paz.

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Videos de presentación en la Feria Internacional del Libro de Miami de Tiempo vencido de Luis de la Paz, junto a los escritores Daniel Fernández y Juan Cueto-Roig:

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L'étoile de mer. Man Ray. (1928).
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Detrás del portón se encontraba un jardín, luego un árbol de nísperos, otro de ciruelas, un tercero, más pequeño, de uvas caletas, un trillo conducía hacia una especie de vetusto caserón, cubierto de enredaderas. Subí las escaleras de piedra gastada. Advertí la sombra de un hombre, encima de mi cabeza, que proyectándose en la descascarada pared se bamboleaba colgado de una gruesa soga y al parecer intentaba entrar por una ventana, impulsándose desde una frondosa ceiba. El sol refulgía en los ventanales de cristales rotos, y también a lo lejos, en la franja de mar que rutilaba y burilaba el horizonte.
Mis pasos se hicieron más sonoros cuando aplastaron boliches, gajos secos y almendras envejecidas por el calor y el tiempo. Por fin llegué frente a la puertecilla indicada con el letrero: Gnossis; introduje la mano en el bolsillo de mi blusa y extraje la llave de cobre que me permitió abrir. Al halarla de la cerradura se jorobó y se derritió en mi mano. El cobre hirviente me levantó una graciosa y adolorida ampolla.
Una vez dentro estudié el recinto: un camastro desvencijado, una mesa redonda, dos sillas, un bargueño, mucho polvo y suciedad incrustada en las paredes despintadas. Estaba muy cansada y me senté en la punta de la cama, abrí un libro que descansaba en la mesita de noche, leí un rato. Leí un tiempo largo sus páginas amarillentas porque la ampolla se secó y desapareció de mi mano. Pese a que leí varias veces el mismo libro no recuerdo lo que leí. Al poco rato me acomodé acostada y antes de cerrar los párpados me quité los ojos y envueltos en un pañuelito blanco de encaje los coloqué encima del libro. Entonces recordé el consejo de la guardiana del recinto: "Cuando se acueste, y se quite los ojos, después de colocarlos cuidadosamente dentro de un pañuelo blanco encima del libro de la mesita de noche, dos estrellas de mar caerán en las palmas de sus manos, para que eso ocurra deberá usted abrir bien las manos y esperar; cuando las estrellas de mar hayan caído, llévese cada una de las estrellas a donde antes estuvieron cada uno de sus ojos, ya verá qué bien dormirá".
Así lo hice. Las estrellas de mar cayeron una en cada mano, húmedas, tibias y palpitantes. Las introduje en los huecos donde antes había tenido los huevos oculares. La penumbra se tiñó de un azul intenso, el azul que siempre buscó desesperadamente Van Gogh. Dormí profundamente, tan hondo que todavía no me he despertado. En este mismo instante estoy soñando que entro en un viejo y antiguo caserón, y que mi mano acaricia la corteza de un árbol preñado de nísperos… y que un hombre colgado de una soga, trata de entrar a través de una ventana, impulsado desde un árbol, pero no hay ni siquiera una ventisca amable que pudiera ayudarlo a colarse de un tirón dentro de mi sueño.
Zoé Valdés.
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¡Libertad en el 2012! Por Esteban Fernández.
Justo Vega en Ars Atelier. Video Ricardo Vega.
La historia del señor Daho. Por Carles Gámez.
Etienne Daho en El País de las Tentaciones.
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January 3, 2012
Merkozy, una parodia de la pareja franco-alemana se convierte en buzz.
2012. ¿Mito o realidad?
Twitter, la muerte de Fidel Castro y el periodismo.
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