Pedro Miguel Lamet's Blog, page 31

January 12, 2018

El primer film pintado al óleo


Nos encontramos ante un hito, un nuevo paso en la historia del cine de animación y en el ensamblaje –que por otra parte siempre ha existido aunque de otra manera- entre el séptimo arte y la pintura.  La polaca Dorota Kobiela y el británico Hugh Welchman,  se embarcan en el enorme desafío de realizar un biopic homenaje a Van Gogh a través de la singular creatividad de su pintura, para lo que ha sido necesario recrear unos 65.000 cuadros con la intervención de 125 pintores durante diez años. Un trabajo ímprobo para dar vida cinematográfica y pictórica al espíritu creador, encuadrado en la investigación de los enigmas de sus últimos polémicos momentos del genial neerlandés.


Kobiela, que estudió Bellas Artes y trabajó como pintora antes de dedicarse al cortometraje, fascinada con la lectura de las cartas de Van Gogh a su único confidente y hermano Theo, alienta la idea de plasmar una película sobre su alma, su arte, su misterio interior. El proyecto rebasaba los límites de un corto, por lo que se lanza al largometraje. Junto a Welchman realiza una prolija documentación previa: leen 40 obras sobre el pintor, visitan 19 museos para analizar 400 cuadros, mas la revisión de los documentales y filmes existentes, como El loco del pelo rojo de Vicente Minelli (con Kirk Douglas como Van Gogh) o la más cerebral de Robert Altman, Vincent y Theo.


Descartados los cuadros pintados en el manicomio, que le desvían de su intención argumental, la  historia se centra en París durante el verano de 1891. Armand Roulin, encargado por su padre, el cartero Joseph Roulin, de hacer llegar a un destinatario válido una carta póstuma de Van Gogh a su querido hermano Theo, su trayectoria se convierte en una especie de pesquisa policíaca. Apenas conocida la noticia del suicidio del pintor, Armand, de mala gana, no encuentra pistas en París. Al contrario descubre que Theo, hundido por la pérdida de su hermano, apenas le ha sobrevivido algunos meses. Convencido de que está equivocado en su apreciación de Van Gogh, el improvisado detective decide seguir sus huellas en Auvers-sur-Oise, donde transcurrieron los últimos meses del pintor, para intentar explicarse los motivos de su desesperación. Emprende así entrevistas con los habitantes de un pueblo que, en parte, le tenía por un excéntrico loco y en parte se sentía atraído por su pasión y originalidad. De esta manera se sumerge en el misterio de la vida y muerte de un artista que vive la creación como una aventura de amor desde la marginación y la pobreza y que solo consiguió vender un cuadro en vida.


Para ello el film se basa en una nueva técnica: los realizadores rodaron primero las secuencias con actores reales. Luego, el metraje fue trasladado a la pintura. Recrearon el fotograma inicial de cada toma en un lienzo. Sobre esa base, los artistas añadían pinceladas y animaciones. Tras dichas  modificaciones, el fotograma final era otro cuadro fijo, perfecto para ser vendido online. “El método cinematográfico más lento jamás ideado”, confiesa Welchman. Tanto que, aunque ahora están empeñados en hacer lo mismo con nuestro Goya, quieren simplificar el procedimiento.


Sin duda, la gran protagonista del filme es la pintura rompedora, libre, íntima y a la vez desmelenada del biografiado, a partir de una estética cinematográfica hasta ahora no emprendida, que es un regalo para los ojos y que no está exenta de encuadres, planificación y movimientos de cámara netamente cinematográficos. Los personajes entrevistados, absolutamente reales, son auténticos retratos al óleo. Los paisajes del campo, el mar, las estrellas, los asimétricos interiores casi anecdóticos, sus valientes colores fogosos y grandes pinceladas del creador, cobran la tercera dimensión que aporta el movimiento fílmico. Ese es el gran valor de Loving Vicent,  sin duda una obra maestra y una aportación destacada en la historia del cine, que ha merecido, entre otros premios, una nominación a los Globos de Oro.


Ahora bien, la historia detectivesca es débil para sostener tanta belleza. Los realizadores, sin duda absorbidos por la creación artística de la imagen, no forjan un guion al nivel de su espléndida imagen. Si bien es adecuada la inserción de cuadros en suave blanco y negro, para relatar el pasado, la trama carece de continuada garra narrativa restando interés al conjunto, aunque se ve compensada, como viene dicho, por el caudal de belleza pictórica bien vehiculada por el lenguaje del cine. ¿Fue Van Gohg asesinado o se suicidó? ¿Estaba loco o cuerdo? En realidad poco importa la respuesta a estas preguntas, como el verdadero objetivo del film: ahondar en el alma que ocultaban los osados pinceles del considerado padre de la pintura moderna: una mezcla de fragilidad y fuerza, marginación para ver el mundo desde fuera y pasión para descubrirlo y amarlo en su recóndita verdad primigenia.

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Published on January 12, 2018 04:05

December 31, 2017

La mirada del niño

Ante un mundo confuso, lleno de dudas, incógnitas y miedos, me viene a la memoria esta frase de Albert Einstein: “Hay dos maneras de vivir una vida: la primera es pensar que nada es un milagro. La segunda es pensar que todo es un milagro. De lo que estoy seguro es que Dios existe”. Uno de esos milagros es la mirada de un niño. Limpia, sencilla, natural, como si estrenara el mundo, todavía no hay en ella rencor, ni desconfianza o segundas intenciones. Quizás porque aún está cerca de su origen divino, del contemplar cara a cara la vibración eterna de Dios, donde todo está en paz y todo es uno en el Uno, sin rupturas ni enfrentamientos.


Sus ojos son como lagos donde se copia el cielo y su rostro transparenta la pureza a la que estamos llamados a volver. “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el reino de Dios” (Lc 18,16), decía Jesús que, nos exhortaba a volver al niño que en el fondo seguimos siendo. ¿Cómo hacerlo? Buceando más allá del ruido y el torbellino de la preocupada mente para rescatar en lo hondo el Ser con que salimos bien de las manos de Dios, y que brilla, aunque no lo sepa, en mis olvidados ojos de niño. Una mirada distinta para enfrentar el nuevo año.

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Published on December 31, 2017 01:17

December 26, 2017

December 25, 2017

Navidad, mito, historia y mensaje

Publicado hoy en el DIARIO DE CÁDIZ




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Published on December 25, 2017 04:23

December 21, 2017

¡Feliz Navidad!

Queridos amigos y lectores: Un abrazo fuerte de Navidad con deseos de que la viváis desde dentro y de que nuestro mundo oiga el canto pacificador de los ángeles.


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Published on December 21, 2017 08:18

December 10, 2017

La oración de la nieve


La naturaleza habla también en el invierno a través de la hermana nieve. Nos recuerda la capacidad de transfigurar el tronco, la piedra, el jardín, la casa, nuestra vida. Es como si se revistiera del alba para oficiar la liturgia que reviste de pureza original a la creación, la blancura perdida. Como si nos recordara que el mundo lleva dentro la posibilidad del cambio, de retornar a la alegría, la plenitud, la luz de donde venimos y hacia donde vamos.


Mejor lo dice el poeta. Revuelvo en mis viejos libros y encuentro un poema de Amado Nervo dedicado a la nieve. Copio unas estrofas. Él dice mejor  cómo la nieve ora y nos enseña a orar:


 


La blancura es el himno más hermoso y más santo;


ser blanca es orar; siendo yo, pues, blanca, oro y canto.


Ser luminosa es otro de los cantos mejores:


¿No ves que las estrellas salmodian con fulgores?


Por eso el rey poeta dijo en himno de amor:


“El firmamento narra la gloria del Señor”.


 


Se tú como la Nieve que inmaculada llueve


 


Y yo clamé: —¡Alabemos a Dios, hermana Nieve!

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Published on December 10, 2017 00:34

November 23, 2017

Una vida en zig zag


Reproduzco a continuación el comentario a mi libro “El tercer rey” de la profesora Henar Pizarro Llorente, publicado en la revista Razón y fe


LAMET, Pedro Miguel: El Tercer Rey. Un genio político en la España de los Reyes Católicos, La Esfera de los Libros, Madrid, 2017, 344 pp. ISBN: 978-84-9164-132-2.


Esta novela histórica realiza el acercamiento a la biografía de una figura tan polifacética como Jiménez de Cisneros desde una clara perspectiva política, como el propio autor especifica al final de su obra. Desde el inicio, el lector se ve imbuido en un torbellino narrativo que no da oportunidad a la  pérdida del interés o a la monotonía. No cabe duda  de que Cisneros fue un hombre a caballo entre dos

épocas históricas. Esta cuestión constituye uno de los ejes más atractivos del libro, y que conviene resaltar respecto de otras cuestiones igualmente significativas.

Asistió a acontecimientos prodigiosos que cambiaron la concepción del mundo en sí misma y que dejaron profunda huella en el devenir de la Historia. Tuvo el enorme acierto de evolucionar con versatilidad, lo que no siempre es fácil cuando se está inmerso en el cambio de paradigma. La mutación es nítida desde la perspectiva histórica, que nos permite el análisis de los factores que determinaron la transformación. El valor de hombres como Cisneros, con sus luces y sus sombras, fue percibir la línea que unía las dos realidades, situarse a caballo entre ellas y proyectarse en aquella que nacía a la par que el nuevo siglo. Las muestras de esta capacidad fueron muchas, puesto que, como nos dice el autor «nada en su vida avanzó en línea recta» (p. 21).

Esta capacidad fue compartida solo por algunos de sus contemporáneos. Sin duda, uno de ellos fue el mentor y protector de Cisneros, Pedro González de Mendoza. Su estela fue seguida por el mismo en diversos aspectos, como el gusto por el olor a pólvora, que enlazaba con la tradicional idea de Cruzada y lucha contra el infiel, tan arraigada en Castilla, y, sobre todo, en la labor de mecenazgo. Como es sabido, su gran sueño se concretó en la fundación de la Universidad de Alcalá (p. 160), que se convirtió en el humus que dio lugar a uno de los periodos más fecundos en el ámbito de la espiritualidad y del humanismo cristiano. Allí, se nos narra en el libro, acudió Antonio de Nebrija, tratando de encontrar un refugio ante el rigor del “fernandino” Diego Deza al frente de la Inquisición, y dejó constancia de su visión del proyecto de la Poliglota. Allí trabajó el impresor Brocar para difundir el conocimiento de la espiritualidad y del humanismo que llegaban de Italia y del Norte de Europa. No obstante, y a pesar de todos estos aspectos, el escenario general por el que transita el protagonista de la obra y su fiel amigo Francisco Ruiz, que actúa como narrador incansable, está definido por la política cortesana. La conformación del “partido isabelino” y su identificación con la política y espiritualidad propugnada por el mismo propiciaron su designación como confesor de la reina. Desde el ejercicio de tan señalado cometido obtuvo el respaldo necesario para iniciar una reforma del clero comenzando por su propio orden, que también afectó al cabildo catedralicio cuando ocupó la Silla Primada. Así mismo, Cisneros se puso al frente de la Inquisición. A duras penas accedió Isabel la Católica a su conformación, pero las graves tensiones sociales y políticas, y la conveniencia de anclar la unión en una lengua y una religión común, sin minorías religiosas o brotes heterodoxos, rindieron su resistencia, y se puso en manos de los “fernandinos” una poderosa herramienta para su acceso a los principales cargos de la Monarquía y del poder municipal (pp. 87-89). Realmente, la Inquisición fue un arma de revolución social en sus manos, que se significó cuando la pérdida de protagonismo político de Isabel al final de la centuria incrementó la influencia de Fernando. Cuando Cisneros accedió al cargo de Inquisidor General, procedió a reformar el tribunal, acabó con los excesos y renovó a los miembros del Consejo como, sobre todo, a los inquisidores de distrito, cargos en los que ocupó a leales servidores. Su nombramiento ponía

fin a los excesos del inquisidor Rodríguez Lucero en Córdoba (pp. 212-213).

Sin embargo, lo esencial de la labor cisneriana en el ámbito político fue su capacidad de convertirse en una figura de consenso, cuestión tan dificultosa como necesaria en tiempos de cambios profundos. Las tensiones sociales que se habían contenido se volvieron a poner de manifiesto tras la muerte de Fernando el Católico.

Cisneros supo, en este periodo especialmente difícil, ejercer su patronazgo sobre nobles, clero e instituciones, y logró impedir que los descontentos desembocasen en revueltas. Su habilidad permitió que los reinos se mantuviesen en paz, puesto que supo aglutinar diferentes grupos y tendencias. Así, pareció gobernar Castilla al gusto de los “fernandinos” y a la vez impulsar una reforma de la espiritualidad y de la cultura de raíz “isabelina”.

En unos tiempos en que se insiste desde distintos ámbitos de nuestra sociedad y se hacen eco los medios de comunicación de la importancia del conocimiento de la Historia de España, cualquier vía que sirva para su difusión y acercamiento a un público interesado, pero no especializado debe de ser aplaudida y fomentada si, como el libro que hoy se presenta, se rige por la observancia del rigor histó-

rico, aderezado y dulcificado por una ágil pluma literaria. La vida de Cisneros terminaba cuando había cumplido su misión de puente entre dos épocas y había logrado finalizar su labor de transmisor entre ambas etapas. A pesar de su impulso evangelización de las tierras americanas y su liderazgo en las campañas que se desarrollaron en el Norte de África, reflejados igualmente en el libro, para el Cardenal, prevalecía la visión “desde dentro”. Para el joven Carlos, que no llegó a conocer, el acento estaba en la visión externa, imperial y global.



Henar PIZARRO LLORENTE

Departamento de Relaciones Internacionales

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales

Universidad Pontificia Comillas (Madrid)


Razón y Fe, 2017, t. 276, nº 1430, pp. 463-474, ISSN 0034-0235 46

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Published on November 23, 2017 01:09

November 22, 2017

Un beso fugaz de Dios

Músico callejero. Rastro de Madrid. © PMLamet

¡Qué milagro cotidiano! De pronto en una calle cualquiera alguien cierra los ojos y se pierde, se sumerge, se sale del tiempo gracias a la música. Y el viandante atareado se detiene y por un instante  olvida  sus preocupaciones y asciende con él a la nube del artista por la escalera del pentagrama a un lugar extático, a un mar de notas que le embriagan.


Porque, como canta fray Luis en su Oda a Francisco Salinas, “el aire se serena y viste de hermosura y luz no usada”. Desde el embrujo de la música  el que la escucha se hace tan niño que reconoce su origen: “A cuyo son divino / el alma, que en olvido está sumida, / torna a cobrar el tino / y memoria perdida / de su origen primero esclarecida”.


Pierde por un instante el interés por lo material: “Y como se conoce, / en suerte y pensamientos se mejora; / el oro desconoce, / que el vulgo vil adora, / la belleza caduca, engañadora”.


Y da así el gran salto a lo trascendente: “Traspasa el aire todo / hasta llegar a la más alta esfera, / y oye allí otro modo / de no perecedera / música, que es la fuente y la primera”.


De esta manera en cualquier calle y en cualquier momento, gracias a la música, si cierras los ojos, puedes llegar a sentir el beso fugaz de Dios.

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Published on November 22, 2017 15:10

November 16, 2017

Si estás perdido


Hay mucha gente hoy día con desazón y angustia. A las noticias negativas se suman problemas personales de soledad, fracasos amorosos, precariedad económica, depresión, o simplemente una vaga sensación de sin sentido.


¿Dónde está la solución de fondo? ¿En los partidos, las elecciones,  el dinero, el consumo, el progreso? Al final nos encontramos con nosotros mismos. La respuesta está dentro. Es lo que intento evocar en este soneto:


     SI ESTÁS PERDIDO


Si estás perdido en ese desconcierto


de no saber a dónde va el camino


y esta vida te lleva al desatino


de andar sin rumbo solo en un desierto;


 


si a veces añoras retornar al huerto


y sentarte a la sombra de aquel  pino


para mirar al sol dormirse en el divino


regazo de la mar igual que un muerto,


 


cierra los ojos, respira en este instante


lo que detrás de tu ser te configura,


piérdete del todo en ese encuentro


 


que habita tras la forma y la figura,


y descansa tu alma como amante


en el beso de amor que eres por dentro.


 


Pedro Miguel Lamet

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Published on November 16, 2017 10:17

October 31, 2017

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Pedro Miguel Lamet
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