M.C. Arellano's Blog, page 2
March 22, 2024
De naturaleza, costumbres y grimdark gallego
Pues me he leído Los pazos de Ulloa y La Gaviota y vengo a contaros por qué me quedo con la señora Cecilia Böhl de Faber cuarenta veces antes que con Pardo Bazán.

Anda, otra portada para la colección "la hizo alguien que ni ha abierto el libro".
Por dónde empezar con los pazos. Este libro me ha hecho pensar. El rechazo que me generó durante toda la lectura sólo fue opacado por el rechazo visceral al terminar de leerlo. Se puede resumir en "un cura que trabaja mucho y lo hace todo mal".
Va de un noble que tiene unas tierras gobernadas de facto por un cacique que no es él. Ninguno de los dos es buena persona. En medio está la hija del cacique, a la que se beneficia el noble, y que como todas las criaturas encerradas con monstruos ha aprendido a ser uno también. Fruto de este beneficio ha nacido un pobre crío extramatrimonial que tiene todas las papeletas de aprender de su entorno y terminar convertido en otra mala persona.
El cura se encuentra con este percal y decide que lo que tiene que hacer el noble es casarse.

Que si quieres que una de tus hijas se case con éste,el su primo, a ver si se le quita la tontería de pegar a sus amantes y a sus hijos naturales
Nada puede salir mal cuando el cacique se encuentre obstáculos para que su nieto extramatrimonial herede las tierras. Nada en absoluto.
Resumen: la esposa acaba muerta, la hija legítima tratada como un trapo y los hijos de fruta felices regodeándose en su frutero. Al parecer hay una segunda parte en la que los medio hermanos acaban refocilándose y cuando se enteran de su parentesco ella acaba en un conventó y él largándose a las américas o algo así.
Le reconozco a Pardo Bazán la capacidad de crear tal atmósfera opresiva que me daba angustia seguir leyendo. No hay ni un solo personaje que no sea o cobarde o cabrón o aprovechado o violento o una combinación de todo ello. La señora Emilia se dedicó a recoger todo lo malo de la especie humana para crear un elenco donde casi no se salva ni el niño. Y, como buena naturalista, es realista con cómo puede acabar un mejunje así: mal.

¿Maltrato infantil? ¿Incesto? ¿Escoria humana? Noob.
El tema es que yo para ese percal o me veo el telediario o un documental.
Este grimdark gallego me ha puesto de los nervios. Me pasa como con el polillero: no puedo con los malvados que se van de rositas. ¿Para qué quiero ficción, sino para que haya un sitio donde salen las cosas bien? No hay una sola conducta esperanzadora en todo el libro. Ni una.
Sin embargo, aunque La Gaviota es un telenovelón de tres pares de narices, hay gente buena. Y a los malos les muerden en el culo las consecuencias de sus actos. Y hay nobleza: el mismo protagonista no se rebaja al nivel de su mujer. Igual es que el costumbrismo, por sus características, está más cerca del romanticismo, que es quien cree de verdad en la grandeza de las personas.

Doña Cecilia, qué grande es usté
A ver, que hasta en la saga de los nigromantes hay gente capaz de mantener la integridad con el panorama de muertos y no muertos y el esqueleto de la Paqui que tienen. Y la gente hace cosas chungas y esas cosas chungas tienen consecuencias chungas de chungosidad acorde. Pardo Bazán, ¿quién te hizo daño?
Qué bien no haber nacido en el siglo XIX.
¿Esto es la novela de verdad? ¿Un agujero donde la gente miserable se regodea en la miseria ajena? ¿Dónde está la esperanza? ¿Qué saca nadie de esto? Leer a Terry Pratchett te hace mejor persona. Leer a esta gente naturalista te hace cínico. Qué tía, de todas formas, capaz de retratar la naturaleza humana así, en todo su espeluznante esplendor. Igual sólo estaba cabreada o sólo quería ponerle a alguien un espejo delante.
En cualquier caso, que lo sepáis: Los pazos de Ulloa es grimdark gallego y CdHyF un remedo mu largo con dragones. Y me temo que va a acabar igual de mal.
October 23, 2023
De lectura, maravilla y tortura
No sabía yo que este señor existía y que había escrito unas cuentas novelas.


Soy una señora mayor. Que me sorprendan las lecturas es muy difícil. Que me despierten el sentido de la maravilla, todavía más. Que me dejen un vacío al terminar de leerlas es casi imposible.
Que me proporcionen una experiencia lectora totalmente diferente, a estas alturas de la vida, no tiene precio.
Y ya viniendo en forma de regalo, ni te cuento.
Me han gustado libros. Hay libros que me han cambiado la vida. He dejado libros a las cincuenta páginas. He releído libros. Le he cogido cariño a personajes. He odiado personajes. Me he querido mudar a sitios que no existen. He celebrado las victorias y derrotas de personajes. Me he cabreado con finales. Nunca antes me había importado tanto el destino de personajes con los que no he establecido ninguna conexión que pudiera identificar.
A ver si consigo explicarme con El libro del sol nuevo.
Una ciudad. Una sociedad encabezada por un tal Autarca. Un niño al que están criando para ser torturador. El narrador es ese niño, desde algún punto del futuro, como si estuviera escribiendo sus memorias. Resulta que tiene memoria perfecta, así que vamos a creernos que se acuerda perfectamente de todo lo que va contando. Además, hay una capa extra en forma de "notas del traductor" que da a entender que hay una mano más que ha intervenido en el texto.
Al ser la voz narrativa de señor mayor contando su vida, va aderezando todo con reflexiones que van siendo guantazos al alma con la mano abierta. Empecé señalándolos, pero iba a acabar teniendo que poner marcas en medio libro, así que paré a las cien páginas o así.
Te va contando su vida dando por sentadas cosas que el lector no tiene por qué saber, como que la luna es verde (because of reasons), y las pinceladas de por qué el mundo es como es van cayendo con cuentagotas al hilo de otras cosas. Se atisba una especie de magia extraña, que por supuesto no se explica, y que bien podría ser simplemente una tecnología lo suficientemente avanzada.
En este libro, no sé dónde estoy y me importa moderadamente. ¿Esto es otro mundo? ¿El futuro? Si esto es el futuro... ¿qué cojones? No sé si estoy ante una historia de "niño crece y la vida le da en los hocicos". No entiendo al protagonista, y mira que es coherente consigo mismo. Las relaciones interpersonales entre los personajes son raras, ajenas; me resulta imposible buscar un resquicio con el que pueda conectar a nivel emocional con el personaje, espero durante toda la historia encontrar algún tipo de anclaje que nunca llega, y la explicación que encuentro para que al final no llegue no sé si responde a intenciones del autor o a mí.
El viaje resultante es nuevo, raro, terrible, imposible de abandonar. Hay secundarios que me importan más que el protagonista y las relaciones que establecen entre ellos me resultan más imposibles de aprehender que la geometría no euclidiana de Lovecraft. ¿Es esto confianza? ¿Amor? ¿Repugnancia? ¿Odio? No entiendo, no veo, no soy capaz de inferir lo que siente el protagonista ni cuando lo verbaliza, porque sus acciones no apoyan de forma identificable lo que dice, así que no sé si se está engañando a sí mismo o no. Todavía no sé si el autor quería presentar una criatura que resultase alienígena al humano de a pie, pero me agarro a eso por cosas de la trama.
La trama. Qué pasa en realidad con Vodalus y el Autarca. Quiénes son los buenos. De qué lado está en realidad el protagonista. Qué pasa con el mundo. Es como una escalera de cuerda de interrogantes de la que es imposible escapar y en la que en cada maroma se tranzan situaciones y conceptos inesperados, raros, que no me había encontrado antes, que me maravillan y repugnan, que me rompen el alma, que me provocan sensaciones nuevas en la literatura. Esto no tiene precio. Esto no me pasaba desde Anales de la Costa Occidental.
El mundo, lo suficientemente familiar como para que las implicaciones de todo lo ajeno que hay en él te calen hasta los huesos, no deja de dar sorpresas, de proporcionar escenarios y criaturas que parecen competir entre ellas a ver cuál te estruja más el alma.
Y lo peor de todo es que es plausible: los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.
Puedo decir sin dudarlo que ha sido la mejor lectura del año. Qué viaje. Qué pena no poder volver a leerlo de nuevo por primera vez.
October 8, 2023
De escribir, ser escritor y querer haber escrito un libro
Evito ponerme a pontificar muchas veces, pero hay momentos en los que ya no puedo poner los ojos más en blanco. Agarraos, que contenta me tenéis.
Si te has visto las películas de Peter Jackson y te han encantado, no vayas por ahí diciendo que te gusta Tolkien, porque es lo mismo que haberte visto Los Mosqueperros y decir que te apasiona Dumas. Os lo digo yo, que Los Mosqueperros me encantaron y Dumas me pareció un truño infumable.

Ahí va la osa, que han hecho una peli
Si odias escribir (enfrentarte a la página en blanco, encontrar las palabras adecuadas, buscar la forma exacta de puntuar un párrafo para dotarlo de un ritmo que se adecúe a la intención narrativa, jugar con la polisemia) pero quieres "contar tu historia", mira, a lo mejor no eres escritor, eres alguien a quien le gusta contar historias y el medio escrito no es el tuyo. Si quieres que una IA te haga el trabajo para luego poder enseñar el producto final y decir que "has escrito un libro"...
Pues no. No eres escritor. Eres un cantamañanas que quiere haber escrito un libro y colocarse la chapita, que no tiene respeto ni amor por esa historia suya que tanta necesidad tiene de contar. ¿No te gusta escribir? Busca otro medio. Igual lo tuyo es hacer stop motion con plastilina.
La mejor definición de lo que es escribir la hizo Bécquer con su domeñar al rebelde y mezquino idioma. Si te importa un comino la ortografía, la gramática y la sintaxis, pues no: no eres escritor. Que sí, que tienes muchas historias que contar, pero si ni sabes escribir ni te preocupa hacerlo bien ni disfrutas del proceso, no eres escritor. Si crees que pulir el medio en el que quieres contar tu historia es irrelevante, que lo que importa es solamente "la historia" y no cómo contarla, estás más perdido que la retórica en Sálvame.
Escribir es barato. Es muy barato. La inversión inicial para escribir es irrisoria: los márgenes de un cuaderno, el mismo boli que usas en clase. Igual lo tuyo sería hacer una peli, pero para eso hacen falta pasta, recursos técnicos y personal (ah, no, espera, que en tres días la IA te va a hacer pinículas también) y tú lo que quieres es un producto final cuanto antes. Vamos a escribir, que me enseñaron en el cole. Escribir es como cantar: crees que sabes hasta que te pones a aprender en serio y te das cuenta de lo que cuesta hacerlo bien. Uno se cree que tiene dominado lo de respirar hasta que se mete en clase de canto.
Que oye, si quieres ir diciendo por ahí que eres escritor porque te hace ilusión, pues tú sabrás. Igual eres de los primeros de este nuevo mundo feliz que nos espera donde ni el talento ni la dedicación hacen falta para que te lleves tu chapita, no sea que te vayas a traumatizar por no recibir el mismo reconocimiento que quien se ha dejado las pestañas luchando durante años por sacarle a su talento natural, sea cual fuere su punto de partida, todo el jugo posible. No, pobrecico, a ver, dale al nene su premio de consolación, pero que sea igual que el primero, ¿eh? Que todos tenemos derecho a ganar.

Quien quiera entender, que entienda.
Escribir es el viaje. No es el libro publicado. ¿Sabéis una de las cosas que descoloca a los críos mientras se están criando y los convierte en monstruos adolescentes y en adultos insufribles? Recibir recompensas por algo que no se han ganado. Suspender ocho y que les compren la moto. Tú tienes el ejemplar con tu historia en la mano (me voy a negar a llamar a eso libro) y se te llena la boca diciendo que eres "escritor", pero no vas a vivir, a sentir nunca ese nudo en la garganta de ver el puerto de Ítaca después de años de esfuerzo: de leer, de probar, de fanfics, de presentar movidas a concursos, de los excel con rechazos editoriales, de todas las veces que han fluido las palabras, de las correcciones, de los recortes, de los borradores reescritos, de los personajes desechados, de las escaletas reformadas y olvidadas, del aprendizaje inesperado que te permite darle un enfoque nuevo a una historia, un estilo; de la búsqueda de voces narrativas, de la pérdida de sueño, del subidón del cierre perfecto de la trama, de descubrirte habiendo llegado más lejos de lo que jamás soñaste al terminar el borrador final.
Meter el sopinstant en el microondas no es lo mismo que hacer un cocido.
Si no quieres escribir, sino haber escrito un libro, no eres escritor. Querrás reconocimiento, palmaditas en la espalda, fama, la falsa sensación de haber conseguido algo, ganar la carrera sin haber levantado el culo del sofá y llamarte atleta, pintor por números, jardinero de plantas de plástico. ¿De verdad te importa tu historia? Búscale un medio que le haga justicia. Búscate un medio en el que poner el alma, dejarte horas y esfuerzo. Búscate un viaje que disfrutar. Hay miles de escritores que no publicarán una obra en su vida y pueden llevar el nombre del oficio con más orgullo y derecho que quien desprecia lo que a ellos les hace sentir, respirar y existir, quien ve las letras como un "medio" para contar "su historia" y no como lo que son, parte intrínseca de la misma, si es que esa historia es novela, novela corta, poesía, relato, microrrelato.
Pues eso. ¿No quieres escribir? No eres escritor. Hala, que os cunda en las fiestas mayores de Autoengañolandia. Deseandico estoy ver qué panegírico os escribe la IA cuando llegue el momento.
September 23, 2023
Batiburrillo: Los nigromantes son para el otoño
Empieza el otoño y mucha gente se vuelve loca con los monstruos, esqueletos y calabazas, así que aquí van mis recomendaciones para acompañar ese espíritu de capitalismo pagano.
La Tumba Sellada: Gideon la Novena y Harrow la Novena.Me tuve que leer La verdad sobre el caso Savolta en el instituto. Creo que entraba en Selectividad. Lo recuerdo como una tortura transalpina, entre los cambios temporales, la historia que me importaba una higa y lo poco que me interesan las cosas trágicohistóricas en general cuando acaban noveladas. Le eché la culpa del asco que le cogí a la estructura, sobre todo, hasta que metí el hocico en esa gloria absoluta que es Harrow la Novena.
Vayamos por partes.
Es la segunda parte de una saga. La primera parte se llama Gideon la Novena y va de nigromantes, una magia espacial raruna y conflictos interpersonales entre gente traumatizada por el tema de la nigromancia y la magia espacial raruna. Hay nueve casas y tienen que ir los herederos de cada una de ellas a una Mansión de los Horrores a ver cuál se convierte en Supernigromante de la Repanocha Mortal. Tiene un rollo de alguien ha matado a alguien, unas interacciones muy raras entre la gente y es bastante entretenida porque quien lo narra tiene una personalidad muy particular. Y no vi venir muchas cosas, que es algo que agradezco enormemente a estas alturas de la vida.

No acaba muy bien.
Harrow la Novena es una ida de pelota con otro narrador con otra personalidad muy particular que no se puede fiar de sí mismo. Varias existencias paralelas se solapan y cada vez que empieza un capítulo cuesta un poco saber en cuál estás; de hecho, al principio incluso no está muy claro si son la misma o cómo se relacionan entre sí o si tu tía es tu tía y la huerta es de tu gato. No es fácil de leer. Te tiene que gustar mucho la sensación de qué estoy leyendo qué leches es esto para que te enganche. Tejer bien esa sensación y, sobre todo, resolverla bien, es muy difícil. Este libro lo hace.

Quién maneja mis huesos que a la deriva los lleva...
Lo único que se me hizo un poco lectura diagonal es toda la parte de matar planetas, que me parece muy bien como ejercicio para fliparse con su sistema de magia, pero a mí como lectora en busca de pistas que me digan qué cojoleches está pasando tener que tragarme todo aquello para que luego resulte que no es relevante para ese qué cojoleches pasa me frustró un poquito.
Tiene, además, ese "hola, soy el pasado y vengo a morderte el culo" que me encanta. Tener que tragarte las consecuencias de los actos de gente que la cagó hace milenios, con todo lo que implica, como averiguar qué puñetas pasó de verdad en esa cagada histórica: la vida misma.
Es un ejemplo perfecto de libraco cojonudo para un público muy concreto. No sabía yo que los narradores no fiables me iban a enganchar tanto una vez se pusieran a contarme algo que me interesase. Además, incluye una especie de dramatis personae al principio de ambos libros cuyo ¿formato? tiene peso seal en la historia. Todo el conjunto me transmite que la autora se lo pasó pipa preparando la gymkana que es todo esto.
Puntos de bonificación al hecho de que todavía no tengo claro cómo leches termina este segundo libro.
Aún hay dos libros más, Nona la Novena y Alecto la Novena, uno publicado y otro en camino. A mí las sagas fantásticas ya me entran por el ojo derecho si vienen sin elfos ni enanos ni medianos; si encima me dejan con el culo torcido a la quinta página por lo que se alejan de lo habitual, ya voy cogiendo las palomitas. Pero es que esto es una cosa rara de cojones, de la novela negra grimdark a la space opera laberíntica, con personajes tan rotos que duelen de lo reales que son a pesar de lo ajena que resulta la mayoría de su experiencia vital. En este año glorioso en lo que a ficción se refiere, me despertó el sentido de la maravilla, así que larga vida a los nigromantes, y a ver qué pasa con los dos libros que quedan.

Eso sí, como le pase algo al perrete ese de la portada ma-to.
April 24, 2023
La canción de las Flores Dolientes
Ahí es nada.

Esto es una bestialidad. No me había metido nunca en una estructura semejante; no me había propuesto nunca antes crear una saga de esta magnitud (no, Mosgaira no es una saga, es un libro muy largo que he tenido que cortar para que fuese manejable). Las tres historias de las Flores Dolientes, aunque formen parte de la misma epopeya, podrían leerse de forma independiente.

Khad: el bastión de los exiliados
Cuando me puse a escribir «La leyenda de la bailarina ciega», toda ilusionada intentando que fuese una historia de terror forestal, no me imaginaba que iba a llegar a donde he llegado. Ya veis; esta novela con su vashi y su hechicera y su clamor por enfrentarse a la tradición y la sociedad es una historia juvenil de las de buscar tu lugar en el mundo y que dicho mundo te dé en los hocicos con la realidad. Es una experiencia iniciática, con sus personajes fuertes, sus bichos extraños y su tonelada y media de magia, que para eso es fantasía. No me imaginaba yo en lo que se iba a convertir ese mundo que estaba creando cuando me diera por hurgar en el pasado del Aedo, de Loba, de Ignoto y de las Aberraciones.

El exterior de la espiral áurea se había trazado: la rebeldía comienza, de forma natural, contra las imposiciones exteriores. A veces no sabemos lo que queremos, pero sí tenemos claro lo que no queremos. No me voy a cansar de repetir que darle patadas a lo establecido a ver si se sostiene es el ejercicio más sano que uno puede realizar desde que la curiosidad por la sociedad en la que vive se despierta. Gracias a la Ilustración y al contradictorio siglo XX, hay algunos lugares del planeta donde puedes decir lo que piensas y pensar lo que quieras y salir vivo de dicha ordalía, aunque no sea gratis.
Acramant: la cárcel de sal
Los primeros borradores de lo que luego sería «Crónica de la Ciudad Baldía» querían ser una historia de zombis. Una vez más, mis intenciones iniciales se quedaron en agua de borrajas en cuanto apareció en personaje de Sueño, que se convirtió en vehículo de una lucha (o varias luchas) de las que iba a tener que acabar hablando tarde o temprano.
Hacía mesesque Sueño Caraminth no se miraba en un espejo.
Avanzólentamente por la penumbra del pasillo, haciendo a sus dedos rozarla pared levemente. Ya no canturreaba. El sonido de sus yemas contrael mortero de sal, junto al susurro quedo del camisón blanco concada paso, era lo único que podía oír. Eran sonidos inofensivos.No podían convertirse en palabras. No significaban nada.
Cuandollegó a la puerta, se llevó los dedos a los labios y sacó la puntade la lengua para lamerlos, lo suficiente como para saborear la salque se había quedado en ellos. Se tranquilizó un poco. Había uncierto consuelo en ese gesto, que aún le pertenecía. Le dio lafuerza suficiente como para empujar el picaporte y salir.

Había un ruso deprimido que decía que cada familia es feliz igual pero desdichada a su manera, y otro ruso deprimido (u otra persona humana, no me acuerdo) que decía que era justo al revés; que todos somos miserables igual pero felices de forma distinta. Cualquiera de las dos es muy poética, sí, pero terriblemente generalista. Cualquiera que se haya comido una depresión sabrá por lo que pasa Sueño Caraminth.
Estaba atándome los cordones de las botas en la oscuridad previa al amanecer de Glasgow en un mes infernal en el que no veía la luz del sol de lunes a viernes cuando entendí cómo se enlazaban los Caraminth y sus movidas genéticas, las semillas del Museo y las Aberraciones. Vivo por momentos así en los que todo encaja. Me di cuenta de la magnitud de la historia y cómo estaba todo ahí ya. Vi claro que el oponente natural de la rebeldía tras haberse enfrentado a la sociedad era la familia. Era la evolución orgánica de la historia.
Familia extensa, primos, tíos, abuelos; el amor a pesar de la incomprensión, la impotencia, las rencillas más viejas que el hambre, las consecuencias de los actos de nuestros predecesores... Me sigue pareciendo un milagro lo bien que lo lleva la gente. Lo de las expectativas familiares sí que es una historia de terror.
Esto no me atrevo a llamarlo juvenil. La amargura que destila requiere el desencanto que acaba, precisamente, con la juventud del espíritu. No es el descubrimiento de lo desconocido, sino la verdad tras un hartazgo fruto de la frustración de una madurez decepcionante.
Habiendo desbrozado también esta parte de la senda, no queda más que un obstáculo: el final boss de cualquiera que intente encontrarse a sí mismo de verdad.
Himno: el enemigo en el espejo
El rizo final del interior de la espiral, el más íntimo, el que pudiera parecer más pequeño pero no es en realidad más que una insinuación del infinito: el individuo.

Las fronteras que nos creamos solitos, los obstáculos que nos colocamos en el camino y la ceguera a todo ello son el mayor enemigo al que uno se puede enfrentar. Hace falta una chispa especial para rebelarte contra ti mismo y mandarte al carajo. Duele mucho mirarte en el espejo y descubrir el catálogo de estupideces que has hecho. Lo normal es salir por peteneras, intentar justificarlas o negar la mayor; qué dices, nunca hemos estado en guerra con Eurasia. Los extremos a los que uno llega para no enfrentarse a las consecuencias de sus actos son alucinantes. El miedo, la vergüenza...
Una vez más, es Sueño el vehículo principal al final de este viaje. Estando tan rota como está, llegando a los extremos a los que llega para intentar huir del dolor, logra sin embargo aferrarse a una esperanza terca. No es que sea un modelo de conducta, pero consigue reconocer los cambios de actitud necesarios para salir de su propia zanja y los sigue. Y no es fácil.
Esta iba a ir de pastores y no era parte de la saga siquiera, por cierto, pero en cuanto aparecieron los ratones supe cómo encajaba todo también.
Es una lucha solitaria, algo que nadie más puede hacer por ti. Cuando la tragedia definitiva se abate sobre Arcania, el Sueño quien toma las riendas, a pesar de llevar dos libros quejándose de que si quiere que algo salga bien tiene que ser ella quien se responsabilice del asunto y lo harta que está de ello. Y, para ello, tiene que pasar por enfrentarse a sí misma. Y no es bonito.
No sé si esto acaba bien o no.
Las flores dolientes
Combatimosal Enemigo allá donde esté, en el ser amado y en la inocencia rota.
El Enemigo, en forma de entidades hambrientas que buscan alimentarse a cualquier precio, encarna una serie de terrores que pueden encontrarse en cualquiera: egoísmo, desprecio absoluto por el derecho a existir de los demás, mentiras, manipulación, aprovecharse de la gente, socavar las relaciones interpersonales ajenas, retorcer la realidad... Es un poco bestia, pero terriblemente real, cuando puedes meter en el mismo saco a personas de tu día a día y a dichas entidades cósmicas chungas.
Estamos rodeados de monstruos. Igual somos monstruos también.
Hay una dualidad constante en esta historia, una que se coló también en Libro de horas de las oscuras golondrinas: la que enfrenta dos enfoques posibles a la hora de "combatir al enemigo". La destrucción se contrapone a la enmienda. Es un tema constante en la vida diaria, una decisión que no nos abandona y que hay que tomar a cada paso, ponderando cuándo no vale la pena invertir más esfuerzo y arreglar nada y es momento de optar por la destrucción.
Los hechiceros pueden permitirse el lujo de elegir entre expulsar o destruir, pero una vashi que quiera proteger su bosque, no. Ni aunque se haya criado como trampera del Arte y no mate por razones mezquinas. Los Caraminth, que se han pasado generaciones diseñando protocolos para salar cultivos y quemar ciudades cuando se desata la plaga, guardan sin embargo con celo las últimas semillas de árbol doliente, pese al peligro que suponen. Es Sueño Caraminth quien encuentra la forma de curarlas, y es Sueño Caraminth quien es capaz de imaginar la única salida para que el Duque deje de ser una amenaza.
Es mucho más fácil destruir, sí, pero no tiene por qué ser lo más justo.
La espiral áurea de rebeldía analiza primero y destruye, arregla o acepta según el resultado de ese análisis. La canción de las Flores Dolientes no es más que una historia sobre la vida.
Así que, queridos nematodos, bipedestantes y efímeros mortales, aquí está la saga entera. Que disfrutéis de la lectura.
March 15, 2023
De mitos, héroes y ratoncitos
Sé que dije que solamente volvería a escribir en el blog si algo me cabreaba lo suficiente, pero hete aquí que ha pasado lo contrario_ algo me ha entusiasmado lo suficiente como para venir aquí a fliparme con las cosas bien hechas.
Agarraos.
Ea.
Os presento una historia que aúna lo mejor del viaje del héroe con una aproximación a la mitología clásica ejemplar (sobre todo en esta época de gente que confunde los retellings con freír tocino) y ratoncitos. Va a ser muy difícil que me guste más una peli en esta vida. En serio, volví a tener seis años mientras la veía en el cine. En España se estrena el 12 de mayo, así que ya estáis haciendo hueco para llevar a vuestros cachorros a verla, porque es un tesoro. Una joya. Y vosotros, adultos con un pie en los ochenta y una pata en los noventa, vais a pasároslo pipa también.
Los dioses se comportan como dioses: Poseidón picado con Zeus, Zeus siendo un capullo integral y Hera protegiendo a los "Argonautas". Se usan los elementos de la historia de los Argonautas con sabiduría (los dientes de la bicha, para empezar).
Y (chúpate esa, Wincklemann) la arquitectura griega es históricamente acertada: tiene colorines. Colorinchis tintalux. Qué feliz fui al verlo.
Además, los personajes ratoniles y animales no son para estrangularlos con el cable del teclado. Lo divertido es divertido y no grotesco. La evolución de Patti y su padre es muy natural y la gaviota, que tenía todas las papeletas de ser otro burro de Shrek, es gloriosa.
Ah, y en Siracusa espera una sorpresa que me encantó. Y la banda sonora. Ay, la banda sonora. No sé si he visto una banda sonora en cierto momento culminante, con sus referencias, tan bien utilizada en la vida.
Eso. Que vayáis a verla. Recordad que os la recomendé yo primero.
November 27, 2022
Batiburrejo: ratones y dragones
Una cosita os voy a decir sobre reevaluar prioridades y hacerse un Marie Kondo mental: mano de santo. Oiga, ha sido quitarme de encima la presión autoimpuesta de las redes y se ha abierto un mundo nuevo de color: ganas de escribir, ideas, ganas de leer, disfrutar de la lectura... Una cosa maravillosa. De verdad que lo recomiendo.
Me he leído de una sentada Always, Clementine porque lo vi en la librería y me lo vendió la portada. El género "ratoncitos haciendo cosas" me vuelve loca, así que lo cogí con muchas ganas, y no me defraudó.

Varias cosas:
-Lo único que no me gustó es que confunde conocimiento con inteligencia. Clementine nace siendo la ratona más inteligente del mundo y sabiendo qué es π y otras cosas rollo física cuántica que suenan a ser muy listo y mucho listo. Es el único patinazo y además es rarísimo, porque se ve cómo aprende muchas cosas (qué es una carta, cómo se juega al ajedrez). Se puede ser muy inteligente y no tener ni pajolera idea de integrales y cosenos y la bicha que los parió (por eso los tests de inteligencia decentes van de buscar patrones, para que valgan incluso si eres analfabeto).
-El tema de cómo aprenden a comunicarse Clementine y Rosie (que viene a ser una chimpancé) es impecable.
-Está estructurado en forma de cartas mentales que Clementine le escribe/piensa a Rosie. Según Goodreads hay gente a la que le ha parecido terrible ese formato, pero creo que tiene todo el sentido del mundo: ve al pavo del laboratorio escribir cartas. Además, nos permite meternos en su cabeza, que es el 98 % de la gracia de este libro. Clementine es muy maja. Ver el mundo desde el punto de vista de un ratón es maravilloso. Participar de su obsesión con las coles de bruselas es un acierto. Es imposible no querer a Clementine.
-Va un poco también, aunque de forma velada y muy por encima, de aquello de qué nos hace personas. Es muy Tailwhisperino en ese sentido.
-Los personajes humanos son tan de verdad y tan achuchables y cada uno con su conflicto vital y su movida interior (que es perfectamente deducible aunque no te la cuente nadie) que no estorban en la narración.
-Me acabo de dar cuenta de que no está en español, pero bueno. Debería.
Me he acabado también A Natural History of Dragons, que llevaba meses sin querer leerme los últimos capítulos para que no se acabase. Me ha dejado cierto mal cuerpo, pero mal cuerpo bien dejado. La fantasía victoriana en mundos inventados es otra cosa que me gusta bastante y ya con dragones la cosa queda redonda.

Otra serie de cosas:
-La voz narrativa es la de una señora mayor a la vuelta de todo escribiendo sus memorias. El género literario "señora mayor a la vuelta de todo contando cosas" es otro de mis favoritos. La protagonista haciendo la reflexión sobre los hechos que va contando en la distancia es gloriosa. El "era joven e inconsciente" me llega especialmente.
-No es un libro de acción, aunque tenga sus momentos. Es muy historia de vida social decimonónica en libros de fantasía, con su cursus honorum de niña bien rebeldusca de pequeña que tiene que buscarse marido y lo que ocurrió a continuación te sorprenderá. La rebeldía de juventud además es muy real y está muy bien cimentada, sin tener que ser rebelde porque sí. Aplaudo la escritura de adolescentes siendo personas y no estereotipos de sacos de hormonas descerebrados. Aplaudo todavía más la historia de amor.
-Me resultó un poco buf que los dragones sean animales y no bicharracos sabios y megapoderosos. Son un poco elefantes con alas.
-El conflicto marco me acabó dando un poco igual, porque la verdad es que cualquier excusa me habría parecido buena para que los señores victorianos fantásticos se fueran a una zona remota menos civilizada a buscar dragones y ver cómo es el choque cultural.
-En serio, que el matrimonio soluciona sus desavenencias hablando. Es glorioso.
-Tampoco está en español. Me parece fatal.
November 5, 2022
De cuarteles de invierno, trayectorias y calidad de vida
Señoras, señores, servidora se baja aquí.
Ha estado bonico. Empecé a publicar con una ilusión inocente que se fue muy pronto por el desagüe. Aquella primera edición de Viridia con aquella portada infame reunió a una cantidad de gente en la presentación que no se ha vuelto a repetir; me regaló una contraportada en un periódico local que ha pasado sistemáticamente de mi culo desde entonces, suscitó un interés entre amigos y conocidos que se ha ido diluyendo con el tiempo, cumplió mi sueño de estar en la feria del libro y me enseñó un par de cosas sobre lo que pasa cuando tu novela no pasa por las manos de un corrector profesional.
Ferias del libro en Madrid, Toledo y Zaragoza; Sant Jordi en Barcelona, presentaciones, radio de barrio. Nominación a los Ignotus, finalista del Domingo Santos, seleccionada en el Visiones. Relatos en la extinta Valinor y en Opportunity. Cuatro editoriales distintas y autopublicación. Supongo que podrían considerarse logros, teniendo en cuenta además que lo conseguía aparte de los trabajos varios a jornada completa para pagar el alquiler. Vaya viajecito.
La presentación de Mosgaira y lo que la rodeó ha sido la enseñanza definitiva (véase la entrada anterior a ésta). Y esta no soy yo. A mí escribir no me amargaba, al revés. Yo me flipaba. En la presentación de Mosgaira recordé lo que es escribir para mí. La escritura es mi alimento vital y que me esté dando más ganas de quejarme que de disfrutarla es un problema bastante gordo. Tener que promocionar lo que publico y que así "valga la pena" me ha quitado las ganas de escribir y, como dije, por ahí no paso. La energía que me come el "marketing" la necesito para otras cosas más importantes. Y la única persona que decide aquí si vale la pena o no publicar las cosas y cómo se hace soy yo, así que la retirada a los cuarteles de invierno va a ser oficial.
Así pues, ¿qué podéis esperar a partir de ahora?
Pues, básicamente, me vais a ver poco el pelo en redes.
1. El cierre de la saga de las Flores Dolientes, en febrero-marzo del año que viene. Avisaré en redes, pero dudo mucho que haya campaña.
2. La publicación de los dos volúmenes que quedan de Mosgaira, en septiembre de 2023 y 2024. Mucho tiene que cambiar la cosa para que vuelva a embarcarme en una presentación, pero quién sabe lo que aguarda en el futuro. Avisaré en redes y subiré algo si se me cruza el cable.
3. Los libros autopublicados van a seguir en Amazon y en Google Play, de momento.
4. Tengo movidas ya programadas para publicar automáticamente en redes, pero no les voy a hacer un seguimiento cercano. Dudo mucho que vuelva a actualizar el blog, a no ser que algo me cabree lo suficiente.
Así que, como diría la Morgan, gracias por venir. Sobre todo, a esas personas que se han pillado alguna vez un libro mío autopublicado y a quienes me leéis contra viento y marea y entendéis lo importante que es esto.
I'm here for all to see
In my bones there's dignity
I will fight them
October 9, 2022
De balances, esfuerzo y mosgaira
Acabo de publicar la historia de mi vida y, de verdad, no me daba tiempo en una hora que duró la presentación para comentar todo lo que necesita ser comentado sobre ella.
Periódicamente me pregunto por qué echo tantas horas e ilusión en publicar. Supongo que el alcanzar la mejor calidad posible y el saber que lo has dado todo es el único consuelo que me queda cuando me doy en los hocicos, otra vez, con el silencio y el ninguneo general. Normalmente soy consciente de que recojo lo que siembro y vivo felizmente con mis cuatro libros vendidos y los comentarios e ilusión de mis ¿seis? fieles lectores. La parte de escribir, corregir, maquetar, preparar imágenes, montar booktráileres (gracias, Jesús) y tal la disfruto como una enana. El "dar la obra a conocer" ya es colonoscopia de otro costal.
Esta vez me he esforzado en el tema del marketing, sin cruzar las líneas rojas de mi propia salud mental (es decir, no cansinear por cansinear a la gente). He vuelto a Twitter, a pesar de que me pone de una mala leche indecible. He organizado presentación presencial, con todo lo que implica de tener que embarcar a gente en ello y dirigir y preparar historias (gracias a Jesús, a Ruth, a Komorebi y a Alicia). He pasado por los horrores de ir a sitios a poner carteles de la presentación teniendo que hablar con las personas humanas de dichos sitios (y en uno me dijeron que como era un libro de Amazon no me dejaban ponerlo, agarraos; aunque, por lo menos, el resto de personas humanas fueron majas). Me he vuelto loca con las notas de prensa, pero los medios locales siguen pasando de mi culo igual que siempre y aún es pronto para saber si las revistas de literatura de género (salvo una, que tuvo la decencia de contestarme) se han enterado. Hice una cuidadosa selección de booktubers tiempo ha para ver si me enganchaban sus canales y sobrevivieron dos a la criba, a quienes ofrecí el libro para leerlo y ya si eso reseñarlo y cuya respuesta ha sido tan positiva que me la quedo como el logro de esta campaña de publicación. Aunque pongan el libro a parir, me da igual. Gracias, Juls y Luna.
Donde he visto una ilusión que no me esperaba ha sido en las bibliotecas municipales, como en la de Almagro y la del Polígono (donde dos de los libros donados ya están prestados; de verdad, ojalá se presten tanto que se caigan a cachos).
La inversión de energía ha sido desproporcionada. Que no, que a mí lo que me gusta es escribir las historias y crear los mundos y fliparme.
Por lo menos, la presentación en sí fue como estar en el salón de mi casa hablando de mi libro y compartiendo en modo flipado todo lo que dio tiempo sobre su proceso.
Casi todo era público cautivo, pero el apoyo lo agradecí en el alma. El sentirme arropada por la gente más cercana valió la pena.
El problema es que estoy muy cansada. He descubierto una línea roja bastante bestia con todo esto y es que no pienso dejar que las movidas de marketing me quiten la energía para escribir y hasta las ganas de hacer las cosas que sí disfruto haciendo. Por ahí no paso. Escribir tiene prioridad absoluta, así que voy a volver al vivir felizmente con mis cuatro libros vendidos y los comentarios e ilusión de mis ¿seis? fieles lectores. No sé caer en gracia. No me da la gana cansinear a la gente.
Así que, bueno, se acabó lo de intentar llegar al público. Me vuelvo a mis cuarteles de invierno a seguir maquetando. Pedid mis libros en vuestas bibliotecas de referencia, que las desideratas están para algo.
Para todo lo demás, mosgaira.
September 3, 2022
De Tolkien, adaptaciones y el poder de la faltriquera
No voy a ver la serie de Amazon por las razones que expuse ya hablando de la Braulia: me parece un intento de sacar cuartos aprovechándose de la fama de una obra consagrada, en lugar de echarle huevos y contar una historia propia original. (Bajoimperiales, que sois todos unos bajoimperiales).
En serio, nos estamos perdiendo una cantidad apabullante de obras de ficción porque la gente que tiene pasta prefiere dejársela en ponerle imagen a algo que se gestó en otro medio y tuvo éxito (en el mejor de los casos) o en sus pajas fanfiqueras en 4K (en el peor de los mismos). ¿Dónde están las historias originales? De lo que se nos avecina audiovisualmente, de lo que se ha sacado últimamente, ¿qué no es una adaptación?Wheel of Time, Sandman, Bridgerton, Persuasión, The Watch, Outlander, GoT y derivados, The Witcher (este es raro, porque han adaptado más bien el videojuego), Marvel enterico... Tenemos la tele a rebutir de adaptaciones de libros y tebeos con una base de seguidores ya importante. Y aquí, hijos míos, toca irse por los cerros de Überwald.
Igual que hay editoriales que te piden cuando les mandas el manuscrito que les informes de cuántos seguidores tienes en redes, imagino que los productores de Netflix y derivados prefieren invertir en productos con muchos lectores, que saben que la gente va a ver aunque sea para ponerlos a caldo. Y, a ver, es respetable hasta cierto punto, porque esa gente tiene que seguir pagando las letras del yate y a la gente que les limpia la piscina olímpica de su mansión, y lo que les interesa es sacar cuartos de su inversión, que lo de ser Lorenzo de Médici y conformarse con el prestigio y el amor al arte dar no da de comer.
Lo cual deja a la industria audiovisual en una posición extrañísima en la historia del arte hasta ahora. Vive al rebufo de la literatura, picoteando de lo que ha tenido éxito en el medio escrito/dibujado, y trasladando eso a la pantalla. Es curiosísimo: las obras literarias que alcanzan la adaptación audiovisual se "consagran" y llegan así (normalmente, con ciertas licencias) al "gran público". Y es cuando se considera que han alcanzado el éxito total, pero es un éxito falaz, parasitario. Ahora mismo les quitas las adaptaciones y ¿qué queda? ¿Stranger Things? ¿Dark Crystal? (Esta última, además, van los caraculos y la cancelan).
¿Qué piensa de todo esto la gente que ha estudiado para ser guionista? A mí me estaría quemando la tráquea que mi papel se hubiera convertido en el de un mero adaptador de las ideas de otro. Supongo que por eso hay tanta "licencia", porque les recome que sus historias no lleguen a ver la luz, opacadas por los éxitos literarios adaptados, y necesiten dejar su marca de alguna manera en los guiones adaptados.
Toda la vida de Eru esto se ha llamado ser unos trepas.
Insisto, esto de vender libros y gastarte los cuartos en hacer series es para sacar cuartos, así que es normal que vayan mirando el dracma. Es un negocio. OK. Un negocio del que, por lo menos, empiezan a participar los autores de los libros (espero que Gaiman pueda comprarse un chalet de siete plantas y dedicarse a fundar bibliotecas), lo cual nos lleva a otro momento que no se había dado nunca antes en la historia del arte. Está ahí tumbado Martin mirando cómo se inventan la novela que él tiene aún que escribir, bebiendo hidromiel y contando los billetes, descojonado perdido por cómo los guionistas la han cagado con todo el equipo una vez se han quedado sin material que adaptar. ¿Que ahora queréis hacer una serie de los Targaryen? Hala, venga, a correr. Pasad por caja antes. Kind regards.
¿Qué pasa con los guionistas, con la gente que quiere sacar adelante sus propias historias, unas nuevas que no conoce nadie? ¿Quién va a asumir ese riesgo? Las producciones audiovisuales de fantasía salen muy caras. Los escritores podemos echarle tiempo, horas de aprendizaje y rascarnos un poquejo el bolsillo y autopublicar, pero dudo mucho que eso esté al alcance de un guionista que quiere sacar una serie sobre, yo qué sé, un imperio subacuático de sirenas vampíricas que despiertan un poder olvidado en una fosa abisal y tienen que salvar a su civilización de la destrucción y su única esperanza es contactar con humanos por inserte aquí razón de worldbuilding que no tengo tiempo para pensar ahora. Eso requiere de medios técnicos y gente especializada a cascoporro. Eso no lo pagas apretándote el cinturón un par de meses a base de comer ramen de bolsa.
El consuelo del artista dentro de la industria está cristalizándose en este fenómeno que estamos viendo con la serie de Amazon de LotR y la de los Targaryen: coger historias que estaban medio esbozadas y sacarles los cucaños para vivir con la ilusión de poder contar algo que les salga un poco del alma y que tal cosa tenga éxito. A ver, no, almas de cántaro: lo que estáis haciendo se llama fanfic. Muy caro, pero fanfic. La gente lo va a ver por Tolkien y por Martin. Y es muy triste. Tampoco veo qué otra cosa puede hacer esta gente, porque la industria los tiene cogidos por las gónadas.
Las productoras de cine y televisión se han convertido en una especie de Jabba el Hutt que no corre ningún riesgo, intentando sobrevivir en este mundo nuevo multiplataforma. ¿Sabéis dónde se corren riesgos ahora? En videojuegos. Es una industria relativamente nueva, que aún está por llegar a su cénit. A quien no ha tocado techo no le pesa el culo a la hora de atreverse a apoyar ideas nuevas, desconocidas. El cine y la tele, no. Quizá en otros géneros, pero no en fantasía. Tampoco me extraña, porque históricamente ha parido cada truño que ha temblado el misterio.
Así que henos aquí, metidos en un brete hermosísimo de productoras chupópteras, guionistas relegados al papel de adaptadores y escritores y creadores de videojuegos tirando del carro de la creación. ¿Qué le vamos a hacer?
Pues disfrutar del Bajo Imperio, supongo. Y seguir creando por si aparece Lorenzo de Médici redivivo o acabamos viviendo en una distopía donde sea viable el arte por el arte. Lo que más me jode de esto es, quizá, que Tolkien creó su mundo y escribió sus historias sin pensar en cuántos cuartos le van a sacar y quienes las adaptan ahora en lo único que piensan, precisamente, es en eso. ¿Querías hablar de la Segunda Edad, de Sauron corrompiendo las almas de Númenor, Amazon? Felicidades. Con tus actos lo has hecho de puta madre.

John Howe para ilustrar el concepto.