Trilogía de Auschwitz Quotes
Trilogía de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvados
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Trilogía de Auschwitz Quotes
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“Quien tiende a curarse, en Ka-Be se cura; quien tiende a agravarse, de Ka-Be lo mandan a la cámara de gas.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“Yo pensaba que la vida era bella afuera, y que todavía iba a ser bella, y habría sido verdaderamente una lástima dejarnos hundir ahora. Desperté a los enfermos que estaban adormilados y, cuando estuve seguro de que todos escuchaban, les dije, primero en francés, en mi mejor alemán después, que ahora todos debíamos pensar en volver a casa y que, en lo que de nosotros dependía, era preciso hacer algo y evitar algunas cosas. Que cada uno conservase cuidadosamente su escudilla y su cuchara; que ninguno le ofreciese a otro la sopa que eventualmente le sobrase; que nadie se bajase de la cama más que para ir a la letrina; quien necesitase algún servicio, que no se dirigiese más que a nosotros tres; Arthur estaba especialmente encargado de cuidarse de la disciplina y de la higiene y debía recordar que era mejor dejar las escudillas y las cucharas sucias que lavarlas con el peligro de cambiar la de un diftérico por la de un tifoso.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“del hurto y del asalto a los cargos y con el monopolio de la Bolsa de los trueques, no debe hacer olvidar que su repugnancia por la brutalidad gratuita, su asombrosa conciencia de la subsistencia de una, cuando menos potencial, dignidad humana, hacían de los griegos del Lager el núcleo nacional más coherente y, bajo este punto de vista, el más civil.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“MÁS ACÁ DEL BIEN Y DEL MAL”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“A este hecho se le han buscado varias explicaciones pero por mi parte no propongo sino tres, que no se excluyen unas a otras. Primera: el suicidio es cosa humana y no de animales, es decir, es un acto meditado, una elección no instintiva, no natural; y en el Lager había pocas ocasiones de elegir, se vivía precisamente como los animales domesticados, que a veces se dejan morir pero que no se matan. Segunda: «había otras cosas en que pensar», como suele decirse. La jornada estaba completa: había que pensar en satisfacer el hambre, en sustraerse de algún modo al cansancio y al frío, en evitar los golpes; precisamente por la inminencia constante de la muerte faltaba tiempo para pensar en la muerte. La rudeza de la verdad resplandece en la anotación de Svevo”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“Hurbinek, que tenía tres años y probablemente había nacido en Auschwitz, y nunca había visto un árbol; Hurbinek, que había luchado como un hombre, hasta el último suspiro, por conquistar su entrada en el mundo de los hombres, del cual un poder bestial lo había exiliado; Hurbinek, el sinnombre, cuyo minúsculo antebrazo había sido firmado con el tatuaje de Auschwitz; Hurbinek murió en los primeros días de marzo de 1945, libre pero no redimido. Nada queda de él: el testimonio de su existencia son estas palabras mías.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“La diferencia principal consiste en su finalidad. Los Lager alemanes constituyen algo único en la no obstante sangrienta historia de la humanidad: al viejo fin de eliminar o aterrorizar al adversario político, unían un fin moderno y monstruoso, el de borrar del mundo pueblos y culturas enteros. A”
― Trilogía de Auschwitz
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“nos juzgan dignos de nuestra abyección. ¿Quién podría distinguir nuestras caras? Para ellos somos Kazett, neutro singular.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“El Kapo les preguntará qué han hecho de la camisa; es una pura pregunta retórica, una formalidad útil tan sólo para entrar en materia. Le responderán que la camisa se la han robado en el lavadero; también es de rigor esta respuesta, y no pretende ser creída; en realidad, hasta las piedras del Lager saben que en noventa y nueve veces de cada ciento quien no tiene camisa la ha vendido por hambre, y que además se es responsable de la camisa porque pertenece al Lager. Entonces, el Kapo lo golpeará, le será asignada otra camisa, y antes o después todo volverá a empezar.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“viviré menos, porque lavarse es un trabajo, un desperdicio de energía y calor. ¿No sabe Steinlauf que después de media hora cargando sacos de carbón habrá desaparecido cualquier diferencia entre él y yo? Cuanto más lo pienso más me parece que lavarse la cara en nuestra situación es un acto insulso, y hasta frívolo: una costumbre mecánica, o peor, una lúgubre repetición de un rito extinguido. Vamos a morir todos, estamos a punto de morir: si me sobran diez minutos entre la diana y el trabajo quiero dedicarlos a otra cosa, a encerrarme en mí mismo, a echar cuentas o tal vez a mirar el reloj y a pensar que puede que lo esté viendo por última vez; o también a dejarme vivir, a darme el lujo de un ocio minúsculo.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“un país se considera tanto más desarrollado cuanto más sabias y eficientes son las leyes que impiden al miserable ser demasiado miserable y al poderoso ser demasiado poderoso.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“Si comprender es imposible, conocer es necesario, porque lo sucedido puede volver a suceder, las conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de nuevo: las nuestras también”
― Trilogía de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvados
― Trilogía de Auschwitz: Si esto es un hombre / La tregua / Los hundidos y los salvados
“Igual que Rumkowski, también nosotros nos cegamos con el poder y con el prestigio hasta olvidar nuestra fragilidad esencial: con el poder pactamos todos, de buena o mala gana, olvidando que todos estamos en el gueto, que el gueto está amurallado, que fuera del recinto están los señores de la muerte, que poco más allá espera el tren.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“impotentia judicandi”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“Un caso límite de colaboración ha sido el de los Sonderkommandos de Auschwitz y de los demás Lager de exterminio. Aquí dudamos en hablar de privilegio: quien formaba parte de ellos tenía el único privilegio (¡y a qué precio!) de que durante algunos meses comía lo que quería, pero no podía ser envidiado. Con esa denominación convenientemente vaga de Escuadra Especial nombraban las SS al grupo de prisioneros a quienes les era confiado el trabajo de los crematorios. A ellos les correspondía imponer el orden a los recién llegados (con frecuencia totalmente ignorantes del destino que les esperaba) que debían ir a las cámaras de gas; sacar de las cámaras los cadáveres; quitarles de las mandíbulas los dientes de oro; cortar el pelo a las mujeres; separar y clasificar las ropas, los zapatos, el contenido de las maletas; llevar los cuerpos a los crematorios y vigilar el funcionamiento de los hornos; sacar las cenizas y hacerlas desaparecer. La Escuadra Especial de Auschwitz contó, según los períodos, con una cantidad de integrantes de entre setecientos y mil. Las Escuadras Especiales no escapaban del destino común; por el contrario, las SS realizaban todas las diligencias oportunas para que ninguno de los hombres que habían formado parte de ellas pudiese sobrevivir y contarlo. En Auschwitz hubo doce escuadras; cada una de ellas actuaba durante algunos meses, luego era suprimida, cada vez con un artificio diferente para prevenir posibles resistencias, y la escuadra que la sucedía, como”
― Trilogía de Auschwitz
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“veces, la culpa es objetivamente grave, pero no sé de ningún tribunal humano en el cual se pueda delegar su valoración.”
― Trilogía de Auschwitz
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“En segundo lugar, y en contraste con cierta estilización hagiográfica y retórica, cuanto más dura es la opresión, más difundida está entre los oprimidos la buena disposición para colaborar con el poder. Esa disposición está teñida de infinitos matices y motivaciones: terror, seducción ideológica, imitación servil del vencedor, miope deseo de poder (aunque se trate de un poder ridículamente limitado en el espacio y en el tiempo), vileza e, incluso, un cálculo lúcido dirigido a esquivar las órdenes y las reglas establecidas. Todos estos motivos, cada uno por separado o combinados entre ellos, han sido en parte el origen de esa franja gris, cuyos componentes, en su confrontamiento con los no privilegiados, se habían unido en la voluntad de conservar y consolidar sus privilegios.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“convertido en buena fe. El paso silencioso de la mentira al autoengaño es útil: quien miente de buena fe miente mejor, recita mejor su papel, es creído con más facilidad por el juez, el historiador, el lector, la mujer y los hijos.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“obtusos como Boger y Kaduk, inventores de torturas.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“La tortura fue para él una muerte interminable: Améry, de quien volveré a hablar en el capítulo sexto, se suicidó en 1978.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“hemos venido asistiendo, el sistema de campos de concentración nazi continúa siendo un unicum, en cuanto a magnitud y calidad. En ningún otro lugar o tiempo se ha asistido a un fenómeno tan imprevisto y tan complejo: nunca han sido extinguidas tantas vidas humanas en tan poco tiempo ni con una combinación tan lúcida de ingenio tecnológico, fanatismo y crueldad. Nadie absuelve a los conquistadores españoles de las matanzas perpetradas en América durante todo el siglo XVI. Parece que causaron la muerte de por lo menos sesenta millones de indios; pero actuaban por su cuenta, sin instrucciones de su gobierno o en contra de ellas; y distribuyeron sus «crímenes», en realidad muy poco planificados, a lo largo de un arco de más de cien años; y colaboraron con ellos las epidemias que involuntariamente llevaron consigo. En resumen, ¿no habíamos tratado de librarnos de todo ese horror dando por sentado que se trataba de «cosas de otros tiempos»?”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“y estratificado; la zona «gris» de la que hablaré más adelante, la de los prisioneros que en alguna medida —tal vez persiguiendo un objetivo válido— han colaborado con las autoridades, no era despreciable sino que constituía un fenómeno de fundamental importancia para el historiador, el psicólogo y el sociólogo. No hay prisionero que no lo recuerde, y que no recuerde su estupor de entonces: las primeras amenazas, los primeros insultos, los primeros golpes no venían de las SS sino de los otros prisioneros, de «compañeros», de aquellos misteriosos personajes que, sin embargo, se vestían con la misma túnica a rayas que ellos, los recién llegados, acababan de ponerse.”
― Trilogía de Auschwitz
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“Esta carencia de visión general ha condicionado los testimonios, orales o escritos, de los prisioneros «normales», de los no privilegiados, es decir, de aquellos que constituían el nervio de los campos y escaparon de la muerte sólo gracias a una combinación de sucesos fortuitos. Eran mayoría en el Lager, pero una minoría exigua entre los sobrevivientes: entre ellos son mucho más numerosos los que en la prisión gozaron de algún privilegio. Al cabo de los años, hoy se puede afirmar que la historia de los Lager ha sido escrita casi exclusivamente por quienes, como yo, no han llegado hasta el fondo. Quien lo ha hecho no ha vuelto, o su capacidad de observación estuvo paralizada por el sufrimiento y la incomprensión.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“de terror político, luego fábricas de muerte y, sucesivamente (o al mismo tiempo), una ilimitada reserva de mano de obra esclava continuamente renovada, los Lager se habían hecho peligrosos para la Alemania moribunda, porque guardaban el secreto de ellos mismos, el mayor crimen cometido en la historia de la humanidad.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“una médica que, en contra de sus palabras, se mostró generosa y valiente y salvó muchas vidas): ¿Cómo he podido sobrevivir en Auschwitz? Mi norma es que en primer lugar, en segundo y en tercero estoy yo. Y luego nadie más. Luego otra vez yo; y luego todos los demás.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“. Estaba a nuestro alrededor, pero en forma de una despiadada llanura desierta. Nos esperaban más pruebas, más fatigas, más hambres, más hielos, más miedo.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“Hurbinek no era nadie, un hijo de la muerte, un hijo de Auschwitz. Parecía tener unos tres años, nadie sabía nada de él, no sabía hablar y no tenía nombre: aquel curioso nombre de Hurbinek se lo habíamos dado nosotros, puede que hubiera sido una de las mujeres que había interpretado con aquellas sílabas alguno de los sonidos inarticulados que el pequeño emitía de vez en cuando. Estaba paralítico de medio cuerpo y tenía las piernas atrofiadas, delgadas como hilos; pero los ojos, perdidos en la cara triangular y hundida, asaeteaban atrozmente a los vivos, llenos de preguntas, de afirmaciones, del deseo de desencadenarse, de romper la tumba de su mutismo. La palabra que le faltaba y que nadie se había preocupado de enseñarle, la necesidad de la palabra, apremiaba desde su mirada con una urgencia explosiva: era una mirada salvaje y humana a la vez, una mirada madura que nos juzgaba y que ninguno de nosotros se atrevía a afrontar, de tan cargada como estaba de fuerza y de dolor.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“mi campo, llamado Monowitz, era el más grande de éstos y había llegado a tener doce mil prisioneros. Estaba a unos siete kilómetros al este de Auschwitz. Toda esa zona se encuentra hoy en territorio polaco.”
― Trilogía de Auschwitz
― Trilogía de Auschwitz
“Saber, y hacer saber, era un modo (quizás tampoco tan peligroso) de tomar distancia con respecto al nazismo; pienso que el pueblo alemán, globalmente, no ha hecho uso de ello, y de esta deliberada omisión lo considero plenamente culpable”
― Trilogía de Auschwitz
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“A mi modo de ver, ninguna de estas afirmaciones es falsa, pero hay que agregar otra para completar el cuadro: pese a las varias posibilidades de informarse, la mayor parte de los alemanes no sabía porque no quería saber o, aun más: porque quería no saber. Es cierto que el terrorismo de Estado es un arma muy fuerte a la que es muy difícil resistir, pero también es cierto que el pueblo alemán, globalmente, ni siquiera intentó resistir. En la Alemania de Hitler se había difundido una singular forma de urbanidad: quien sabía no hablaba, quien no sabía no preguntaba, quien preguntaba no obtenía respuesta. De esta manera el ciudadano alemán típico conquistaba y defendía su ignorancia, que le parecía suficiente justificación de su adhesión al nazismo: cerrando el pico, los ojos y las orejas, se construía la ilusión de no estar al corriente de nada, y por consiguiente de no ser cómplice de todo lo que ocurría ante su puerta.”
― Trilogía de Auschwitz
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