The Kingdom of This World Quotes
The Kingdom of This World
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Alejo Carpentier8,241 ratings, 3.78 average rating, 865 reviews
The Kingdom of This World Quotes
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“Now he understood that a man never knows for whom he suffers and hopes. He suffers and hopes and toils for people he will never know, and who, in turn, will suffer and hope and toil for others who will not be happy either, for man always seeks a happiness far beyond that which is meted out to him. But man's greatness consists in the very fact of wanting to be better than he is. In laying duties upon himself. In the Kingdom of Heaven there is no grandeur to be won, inasmuch as there all is an established hierarchy, the unknown is revealed, existence is infinite, there is no possibility of sacrifice, all is rest and joy. For this reason, bowed down by suffering and duties, beautiful in the midst of his misery, capable of loving in the face of afflictions and trials, man finds his greatness, his fullest measure, only in the Kingdom of this World.”
― The Kingdom of This World
― The Kingdom of This World
“In the Kingdom of Heaven, there is no grandeur to be won, inasmuch as there all is an established hierarchy, the unknown is revealed, existence is infinite, there is no possibility of sacrifice, all is rest and joy. For this reason, bowed down by suffering and duties, beautiful in the midst of his misery, capable of loving in the face of afflictions and trials, man finds his greatness, his fullest measure, only in The Kingdom of This World.”
― The Kingdom of This World
― The Kingdom of This World
“Now he understood that a man never knows for whom he suffers and hopes. He suffers and hopes and toils for people he will never know, and who, in turn, will suffer and hope and toil for others who will not be happy either, for man always seeks a happiness far beyond that which is meted out to him. But man's greatness consists in the very fact of wanting to be better than he is.”
― The Kingdom of This World
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“Además, Ti Noel nunca estaba solo aunque estuviese solo. Desde hacía mucho tiempo había adquirido el arte de conversar con las sillas, las ollas, o bien con una vaca, una guitarra, o con su propia sombra.”
― The Kingdom of This World
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“Ti Noel comprendió obscuramente que aquel repudio de los gansos era un castigo a su cobardía. Mackandal se había disfrazado de animal, durante años, para servir a los hombres, no para desertar del terreno de los hombres. En aquel momento, vuelto a la condición humana, el anciano tuvo un supremo instante de lucidez. Vivió, en el espacio de un palpito, los momentos capitales de su vida; volvió a ver a los héroes que le habían revelado la fuerza y la abundancia de sus lejanos antepasados del África, haciéndole creer en las posibles germinaciones del porvenir. Se sintió viejo de siglos incontables. Un cansancio cósmico, de planeta cargado de piedras, caía sobre sus hombros descarnados por tantos golpes, sudores y rebeldías. Tí Noel había gastado su herencia y, a pesar de haber llegado a la última miseria, dejaba la misma herencia recibida. Era un cuerpo de carne transcurrida. Y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y espera. Padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es.”
― The Kingdom of This World
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“El Dios de los blancos ordena el crimen. Nuestros dioses nos piden venganza.”
― The Kingdom of This World
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“Aunque marcado por dos hierros, Ti Noel era un hombre libre.”
― El reino de este mundo
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“The old man began to lose heart at this endless return of chains, this rebirth of shackles, this proliferation of suffering, which the more resigned began to accept as proof of the uselessness of all revolt. Ti Noël was afraid that he, too, would be ordered to the furrow in spite of his age...”
― The Kingdom of this World
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“del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima”
― El reino de este mundo
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“una altanera desconfianza, que reiteraban los ojos que estaban del otro lado de la cabeza. El clan aparecía ahora como una comunidad aristocrática, absolutamente cerrada a todo individuo de otra casta.”
― El reino de este mundo
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“Cuando pasaba frente a una choza, las viejas lo invitaban a sentarse, trayéndole un poco de ron clarín en una jícara o una tagarnina recién torcida.”
― El reino de este mundo
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“Palacio Borghese.”
― El reino de este mundo
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“Recordaba a la que se hacía rascar la cabeza para dormirse.”
― El reino de este mundo
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“los padres, el nieto a la abuela, las nueras a la madre que cocinaba. Además, en tiempos pasados los colonos se cuidaban mucho de matar a sus esclavos –a menos de que se les fuera la mano–, porque matar a un esclavo era abrirse una gran herida en la escarcela. Mientras que aquí la muerte de un negro nada costaba al tesoro público: habiendo negras que parieran –y siempre las había y siempre las habría–, nunca faltarían trabajadores para llevar ladrillos a la cima del Gorro del Obispo. El rey Christophe subía a menudo a la Ciudadela, escoltado por sus oficiales a caballo, para cerciorarse de los progresos de la obra.”
― El reino de este mundo
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“Además, todo mandinga –era cosa sabida– ocultaba un cimarrón en potencia. Decir mandinga, era decir díscolo, revoltoso, demonio. Por eso los de ese reino se cotizaban tan mal en los mercados de negros. Todos soñaban con el salto al monte. Además,”
― El reino de este mundo
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“más dramáticas y extrañas de la Historia. Maldoror –lo confiesa el mismo Ducasse– no pasaba de ser un “poético Rocambole”. De él sólo quedó una escuela literaria de vida efímera. De Mackandal el americano, en cambio, ha quedado toda una mitología, acompañada de himnos mágicos, conservados por todo un pueblo, que aún se cantan en las ceremonias del Vaudou2 (hay, por otra parte, una rara casualidad en el hecho de que Isidoro Ducasse, hombre que tuvo un excepcional instinto de lo fantástico-poético, hubiera nacido en América y se jactara tan enfáticamente, al final de uno de sus cantos, de ser “Le Montevidéen”).”
― El reino de este mundo
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“con el increíble entrelazamiento de sus plantas y la obscena promiscuidad de ciertos frutos, la maravillosa verdad del asunto devoró al pintor, dejándolo poco menos que impotente frente al papel en blanco. Y tuvo que ser un pintor de América, el cubano Wilfredo Lam, quien nos enseñara la magia de la vegetación tropical, la desenfrenada Creación de Formas de nuestra naturaleza –con todas sus metamorfosis y simbiosis–, en cuadros monumentales de una expresión única en la pintura contemporánea1. Ante la desconcertante pobreza imaginativa de un Tanguy, por ejemplo, que desde hace veinticinco años pinta las mismas larvas pétreas bajo el mismo cielo gris, me dan ganas de repetir una frase que enorgullecía a los surrealistas de la primera hornada: Vous qui ne voyez pas, pensez a ceux qui voient. Hay todavía demasiados “adolescentes que hallan placer en violar los cadáveres de hermosas mujeres recién muertas” (Lautreamont), sin advertir que lo maravilloso estaría en violarlas vivas. Pero”
― El reino de este mundo
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“De ahí que lo maravilloso invocado en el descreimiento –como lo hicieron los surrealistas durante tantos años– nunca fue sino una artimaña literaria, tan aburrida, al prolongarse, como cierta literatura onírica “arreglada”, ciertos elogios de la locura, de los que estamos muy de vuelta.”
― El reino de este mundo
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“La partida de Mackandal era también la partida de todo el mundo evocado por sus relatos.”
― The Kingdom of This World
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“Mackandal había cumplido su promesa, permaneciendo en el reino de este mundo.”
― The Kingdom of This World
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“¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real-maravilloso?”
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“Ali veličina čoveka je upravo u želji da poboljša to što jeste. U zadavanju zadataka. Na Nebeskom kraljevstvu nema veličina koje treba osvojiti, budući da je tamo hijerarhija utvrđena, nepoznata čistina, beskonačno postojanje, nemogućnost žrtvovanja, mirovanja i zabave. Zbog toga, iznuren od patnji i zadataka, lep u svojoj bedi, sposoban da voli i kada pati, čovek jedino može da pronađe svoju veličinu, svoju maksimalnu meru u Kraljevstvu ovoga sveta.”
― The Kingdom of This World
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“Para empezar, la sensación de lo maravilloso presupone una fe. Los que no creen
en santos no pueden curarse con milagros de santos”
― The Kingdom of This World
en santos no pueden curarse con milagros de santos”
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“The old man began to lose heart at this endless return of chains, this rebirth of shackles, this proliferation of suffering, which the more resigned began to accept as proof of the uselessness of all revolt" (171-172).”
― The Kingdom of This World
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“Geese were orderly beings, with principles and systems, whose existence denied all superiority of individual over individual of the same species" (176).”
― The Kingdom of This World
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“Ti Noëlhad squandered his birthright, and, despite the abject poverty to which he had sunk, he was leaving the same inheritance he had received: a body of flesh to which things happened. Now he understood that a man never knows for whom he suffers and hopes. He suffers and hopes and toils for people he will never know, and who, in turn, will suffer and hope and toil for others who will not be happy either, for man always seeks a happiness far beyond that which is meted out to him. But man's greatness consists in the very fact of wanting to be better than he is. In laying duties upon himself. In the Kingdom of Heaven there is no grandeur to be won, inasmuch as there all is an established hierarchy, the unknown is revealed, existence is infinite, there is no possibility vealed, existence is infinite, there is no possibility of sacrifice, all is rest and joy" (178-179).”
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“Having chosen his own death, Henri Christophe would never know the corruption of his flesh, flesh fused with the very stuff of the fortress, inscribed in its architecture, integrated with its body bristling with flying buttresses. Le Bonnet del'Eveque, the whole mountains, had become the mausoleum of the first King of Haiti.”
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“En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo.”
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“Henri Christophe volvió a pensar en la Ciudadela. Ultima Ratio Regum. Mas aquella fortaleza, única en el mundo, era demasiado vasta para un hombre solo, y el monarca no había pensado nunca que un día pudiese verse solo. La sangre de toros que habían bebido aquellas paredes tan espesas era de recurso infalible contra las armas de blancos. Pero esa sangre jamás había sido dirigida contra los negros, que al gritar, muy cerca ya, delante de los incendios en marcha, invocaban Poderes a los que se hacían sacrificios de sangre.”
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“Pronto supo Ti Noel que esto duraba ya desde hacía más de doce años y que toda la población del Norte había sido movilizada por la fuerza para trabajar en aquella obra inverosímil. Todos los intentos de protesta habían sido acallados en sangre. Andando, andando, de arriba abajo y de abajo arriba, el negro comenzó a pensar que las orquestas de cámara de Sans-Souci, el fausto de los uniformes y las estatuas de blancas desnudas que se calentaban al sol sobre sus zócalos de almocárabes entre los bojes tallados de los canteros, se debían a una esclavitud tan abominable como la que había conocido en la hacienda Monsieur Lenormand de Mezy. Peor aún, puesto que había una infinita miseria en lo de verse apaleado por un negro, tan negro como uno, tan belfudo y pelicrespo, tan narizñato como uno; tan igual, tan mal nacido, tan marcado a hierro, posiblemente, como uno. Era como si en una misma casa los hijos pegaran a los padres, el nieto a la abuela, las nueras a la madre que cocinaba.”
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