¡Basta ya! Colombia Quotes
¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
by
Centro Nacional de Memoria Histórica45 ratings, 4.80 average rating, 7 reviews
¡Basta ya! Colombia Quotes
Showing 1-30 of 34
“[...] ¡eso fue horrible! nosotros no teníamos ningún pensamiento malo, solo era para reclamar por las carreteras; por eso estábamos preparando hacer un teatro, presentar unas danzas, pero fue el ejército el que hizo teatro con nosotros. Eso comenzó con una balacera de parte del ejército... no olvidamos, eso fue muy horrible. Salían tiros por todas partes, nos iban a pe- lar que porque nosotros éramos guerrilleros. El padre Tiberio abrió la puerta de la iglesia para que la gente se refugiara allá, porque esa noche cayó mucha agua. Prácticamente ahí comenzó lo del padre Tiberio, porque a él lo tildaron de guerrillero, a todos los que ayudaron a esta gente los tildaron de guerrilleros, todo el mundo estaba pendiente de esto, los paramilitares entraron y como necesitaban acabar con la guerrilla entonces aprovecharon ahí, y ahí fue donde se sembró el terror en Trujillo, todo comenzó con la marcha [campesina].”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“[...] yo quisiera que en algún lugarcito de ese libro que ustedes van a escribir, se dijera que mi esposo era un hombre trabajador, buen padre y buen marido, que no era un guerrillero ni un malhechor... eso es lo que yo más quiero y que ojalá mis hijos lo pudieran leer y mostrárselo a todos los demás.
Sí, eso es muy bueno [la recuperación de la memoria de las víctimas] porque [...] hay millones de personas que no los conocieron y no saben a qué se dedicaban realmente, y con eso van a saber qué clase de gente eran. La mayor parte se imagina que eran guerrilleros, que eso no es así, que eran personas de bien, trabajadoras.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
Sí, eso es muy bueno [la recuperación de la memoria de las víctimas] porque [...] hay millones de personas que no los conocieron y no saben a qué se dedicaban realmente, y con eso van a saber qué clase de gente eran. La mayor parte se imagina que eran guerrilleros, que eso no es así, que eran personas de bien, trabajadoras.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Por allá nos pararon, nos bajaron, nos requisaron. A mí me dijeron que me iban a dejar que porque yo tenía cara de guerrillera, que yo era partidaria de la guerrilla. Eso me levantaron la blusa, me levantaron la camiseta, me bajaron el pantalón, me revisaron aquí [el hombro] a ver si yo tenía señales de cuando cargan el morral, las maletas. A ver si yo tenía la boca ajada. A ella [su patrona] no la requisaron tanto como a mí, es que yo iba con una sudadera negra y con botas negras y ese era el problema que me montaron a mí [...]. Uno de esos señores dijo: “A esas dos viejas pásenmelas para acá, para ponerlas a cocinar. Necesito que me haga el almuerzo”. Entonces yo le contesté: “Yo no soy empleada suya”. Dijo: “¡Ah!, vos sos como alteradita, como arrechita. Vos sos como guerrillera”.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Un comunicado de organizaciones indígenas sobre eventos relacionados con la masacre de Bahía Portete, en la alta Guajira, manifiesta las alianzas que se fueron tejiendo entre paramilitares y miembros de la comunidad para ganar ventaja en la dinámica de las disputas sociales, económicas y locales: [...] deleznable resulta el argumento de las alianzas de nuestros ancestros al que recurren los familiares de Chema Bala [José María Barros Ipuana] para justificar su accionar, pues en el mismo tapete y nivel ponen dichas alianzas con las tejidas por Chema Bala con los paramilitares. Una cosa son las alianzas de nuestros antepasados en guerra justa, para enfrentar al invasor español y otra, son las alianzas de Chema Bala con los paramilitares para masacrar a su propia etnia del pueblo wayuu y para continuar a manos llenas con el negocio del narcotráfico.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“a nosotros nos da miedo hablar porque si no hubiera sido por eso, a uno cuando le mataron su hijo ahí mismo se hubiera denunciado... Es que yo duré más de tres años con ese miedo... Entonces, nosotros no pusimos demanda, por miedo y temor... Es que aquí nadie hacía nada por las víctimas... Por ahí después me mataron a otro, en una cantinita, abalearon un hijo mío también. Y yo llegué allá y me dijeron que si no iba a hacer la demanda. Y yo les dije: “Pero, ¿para qué?, si ustedes no van a coger al que lo baleó. Ustedes no van por allá. Entonces, ¿para qué, hermano?” Eso fue lo que yo les dije [...].”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Porque hay muchisimas mas historias pues de amigos que mataron de la injusticia que se dio, y fuera de acá uno empieza a entender muchas cosas que de pronto la gente de afuera no entiende, por ejemplo el apoyo del Estado a esos grupos, la permisividad del Estado, el que diga de que el Estado no trabajó mancomunadamente con los paramilitares pues está viviendo en un país que no es Colombia.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Por qué la policía nos dejaba ahí? ¿Por qué permitía que nos fuéramos para allá, si ya estaban aquí? ¿Por qué ellos no les prohibían la salida a esos carros? Que el pueblo pudiera decir: “No fuimos porque no nos dejaron”, pero no, no, la gente se montaba en los carros e iba allá como si nada. Entonces ahí es donde la gente de San Carlos no tiene fe en el Estado.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Las cosas de uno, ellos se las colocaron para salir a escudarse... Incluso se pusieron unos pantalones míos. Se colocaron ropa, sandalias... La ropa del vecino la encontré en mi casa... Encontré también un poco de maltas, cervezas, latas de leche, ollas y vasijas que no eran de nosotros... todo lo que no quisieron utilizar lo dejaron ahí en mi casa. La tienda comunitaria también fue saqueada... A mi papá también se le llevaron todo... le cogieron hasta un marrano, lo mataron ahí mismo en la casa y allí se lo comieron. Todas esas cosas las hizo el Ejército, no era apenas los grupos al margen de la ley... mientras unos corríamos, los otros robaban [...].”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Enfatizando también sobre la complicidad que se extiende más allá de la masacre, los relatos de sobrevivientes, jueces y familiares de los operadores judiciales que fueron masacrados en La Rochela denotan advertencias y clara obstaculización de integrantes del Ejército a la labor de jueces y familiares para rescatar los cuerpos y adelantar las investigaciones sobre la masacre:
El Ejército no solo no había apoyado la labor de rescate de los cuerpos de las personas... sino que impedía que llegaran los demás jueces a realizar su labor investigativa...no hay derecho.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
El Ejército no solo no había apoyado la labor de rescate de los cuerpos de las personas... sino que impedía que llegaran los demás jueces a realizar su labor investigativa...no hay derecho.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“el ultimátum y amenazas que militares y paramilitares hicieron a campesinos del corregimiento La India en Santander, en 1987, año en el que la presencia paramilitar en la región se hizo evidente:
[...] reúnen a la población del corregimiento de La India para decirles que: “se unen a nosotros, se van con la guerrilla o se van de la región o se mueren”.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
[...] reúnen a la población del corregimiento de La India para decirles que: “se unen a nosotros, se van con la guerrilla o se van de la región o se mueren”.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Los residentes de El Salado encuentran otro indicio relacionado con la participación directa de miembros del Ejército en los actos de terror en la presencia de un helicóptero durante la masacre y las funciones que cumplió:
“[...] prueba tenemos nosotros de que fue parte del gobierno quien hizo esto, ¿por qué? Porque quien tiene un avión fantasma es el gobierno, no son los paramilitares”, me dice “¿por qué dice eso?”, “porque el avión fantasma estaba respaldando los que estaban aquí, no a la población, respaldaban a los que estaban haciendo la masacre”.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“[...] prueba tenemos nosotros de que fue parte del gobierno quien hizo esto, ¿por qué? Porque quien tiene un avión fantasma es el gobierno, no son los paramilitares”, me dice “¿por qué dice eso?”, “porque el avión fantasma estaba respaldando los que estaban aquí, no a la población, respaldaban a los que estaban haciendo la masacre”.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Dos indígenas wayuu testigos de la masacre de Bahía Portete (departamento de La Guajira) manifiestan:
Los que sacaron a Margoth de su casa estaban vestidos con el mismo uniforme que los militares. Nosotros como comunidad, sea lo que vieron, no es por los uniformes que digamos que eran militares sino porque llegaron a la base militar del Cerro de la Teta y dejaron a las personas allá. La gente uniformada no masacraron, sacaron a las personas del brazo y se las entregaron a los paramilitares. El camino del carro es una trocha que tienen que dar vuelta, mientras que el wayuu en su bicicleta va acortando camino y sabe para dónde va, conocen su camino, están acostumbrados a veranear con sus animales y saben cuál es el ca- mino más corto para llegar en bicicleta y así siguieron al carro.
Me quedé y escuchaba tiros en la playa. ¡Viví una cosa tan horrorosa! [...]. Vimos pasar una camioneta blanca, iba un hombre gordo como moreno vestido de soldado y bajaron para la salina. No nos vieron, cogimos para donde vivía mi mamá [...]. Vimos las huellas de los zapatos que nos daba miedo hasta verlas [...]”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
Los que sacaron a Margoth de su casa estaban vestidos con el mismo uniforme que los militares. Nosotros como comunidad, sea lo que vieron, no es por los uniformes que digamos que eran militares sino porque llegaron a la base militar del Cerro de la Teta y dejaron a las personas allá. La gente uniformada no masacraron, sacaron a las personas del brazo y se las entregaron a los paramilitares. El camino del carro es una trocha que tienen que dar vuelta, mientras que el wayuu en su bicicleta va acortando camino y sabe para dónde va, conocen su camino, están acostumbrados a veranear con sus animales y saben cuál es el ca- mino más corto para llegar en bicicleta y así siguieron al carro.
Me quedé y escuchaba tiros en la playa. ¡Viví una cosa tan horrorosa! [...]. Vimos pasar una camioneta blanca, iba un hombre gordo como moreno vestido de soldado y bajaron para la salina. No nos vieron, cogimos para donde vivía mi mamá [...]. Vimos las huellas de los zapatos que nos daba miedo hasta verlas [...]”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“¿Cómo se explica uno, por ejemplo, que aquí, en pleno parque, a media cuadrita del comando, tengan una base los paramilitares donde tienen gente retenida, gente torturando, donde le mocha la cabeza a una persona y juegan fútbol con ella, donde a la otra media cuadrita se toman un hotel que ahora es sede del CARE [Centro de Acercamiento para la Reconciliación] y es una sede que está conectada así directamente? Pues ésas son cosas que uno, negarlas, es llamarnos a engaños y tapar lo que no se puede tapar, entonces se da esa alianza y viene una arremetida muy grande.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“el recuerdo de un sobreviviente de la masacre de Segovia perpetrada por paramilitares el 11 de noviembre de 1988 denota la inexplicable ausencia del Ejército de los espacios públicos: Todos los agentes y soldados estaban en el comando y en el cuartel, y esto lo sé porque ellos siempre se ven en la calle, lo mismo policías que soldados. El Ejército nunca abandona a Segovia por la noche. Y esa noche no había nadie, ni policías ni soldados. Yo llegué de Zaragoza a las 2:00 de la tarde y yo no vi Ejército en el pueblo, ni policías andando en la calle.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Tal vez resulte difícil para los habitantes citadinos sopesar lo que significa la condición de desplazado, pero es necesario recalcar que para el desplazado, el impacto de su experiencia es tal que al enfrentar un contexto distinto al de su esquema habitual, se ve impelido de alguna manera a reconfigurar su identidad personal. En últimas, el desplazamiento es el despojo de la vida propia.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Modalidades de violencia como la siembra de minas antipersonal y el desplazamiento forzado, también han causado graves impactos en los pueblos y las comunidades indígenas y negras. La imposibilidad de habitar con seguridad sus territorios y la huida forzada significan, además de un traslado, un desarraigo que rompe los vínculos y relaciones que son fuente de su identidad. El confinamiento, la dispersión y el cambio abrupto de lugares de residencia, así como de los hábitos de alimentación, lenguajes y oficios, son una amenaza para las posibilidades de su- pervivencia de estas comunidades. Tales irrupciones de la cotidianidad han causado la desaparición de pueblos y la destrucción de la riqueza multicultural y pluriétnica de la Nación.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Las variaciones entre paramilitares, guerrilleros e integrantes de la Fuerza Pública registradas en testimonios y en cifras confirman la tesis de que los hombres que cometen estos crímenes, más que responder a instintos irrefrenables desatados en medio del conflicto armado, están reaccionando a incentivos o sanciones que han establecido los comandantes y las dirigencias de cada una de las organizaciones armadas. Las representaciones de la feminidad y la masculinidad que las organizaciones inculcan en sus integrantes en los entrenamientos militares; las estrategias militares que utilizan para derrotar a sus enemigos y establecer sus dominios; los repertorios de regulación social que aplican para mantener su dominio; el comportamiento de los comandantes frente a las mujeres, entre otras circunstancias, promueven o inhiben la ocurrencia de la violencia sexual.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“han sido víctimas de violencia sexual mujeres indígenas que ocupan un lugar de autoridad dentro de sus pueblos, así como mujeres líderes que representan un grupo social específico, una fuerza política o que cumplen un papel central en la comunidad (maestras, parteras o promotoras de salud). Ellas son victimizadas porque son voceras de reclamos colectivos o desempeñan un papel central en la reproducción de la vida social y cultural de una comunidad. Por ejemplo, en la masacre de Bahía Portete perpetrada el 19 de abril del 2004, el Bloque Norte de las Autodefensas usó la violencia sexual de manera premeditada y estratégica contra mujeres líderes seleccionadas para devastar física y moralmente a las comunidades, y provocar así su destierro. El informe de GMH refiere que en este caso “los victimarios atacan acudiendo a la tortura sexual y mediante mecanismos como el cercenamiento de extremidades y de órganos asociados a la sexualidad, o la incineración de los cuerpos de los muertos. De esta manera, mediante el ataque violento y el asesinato de mujeres se mancha también su cuerpo como territorio y el territorio se desacraliza”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“En el caso de los paramilitares, la violencia sexual se practicó en distintos contextos con diferentes objetivos: 1) para atacar a las mujeres por su condición de liderazgo; 2) para destruir el círculo afectivo de aquellos considerados como enemigos; 3) para “castigar” conductas transgresoras o ignominiosas desde la perspectiva de los actores armados; 4) violencia sexual articulada a prácticas culturales, y 5) violencia sexual orientada a generar cohesión entre los integrantes de grupos paramilitares y el afianza- miento de sus identidades violentas.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Omaira Montoya Henao fue detenida junto con su compañero, Mauricio Truji- llo Uribe, por el servicio secreto de la Policía de entonces, conocido como F2, cuando ambos intervenían en el cobro de un rescate por el secuestro de un industrial. Los dos fueron esposados y trasladados fuera de la ciudad, en donde los sometieron a un intenso interrogatorio bajo tortura. Luego fueron separados y desde entonces no se tiene noticia sobre el paradero de Omaira”.
de Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, Observatorio de Derechos Humanos y Derecho humanitario, “Desapariciones forzadas en Colombia.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
de Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, Observatorio de Derechos Humanos y Derecho humanitario, “Desapariciones forzadas en Colombia.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“La magnitud de la victimización advierte que si bien tanto los partidos Liberal y Conservador han sufrido el asesinato de sus simpatizantes y militantes, también es un hecho evidente el carácter de sistematicidad y cronicidad del exterminio de líderes políticos de partidos de izquierda.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Es la víctima de rostro sufriente y de cuerpo lacerado la que revela la crueldad de los perpetradores y devela el mal y los quiebres éticos de esta sociedad, incluidos sus gobernantes y ciudadanos. En la totalidad de los casos emblemáticos, las víctimas expresaron su dolor por la acción despiadada de los victimarios, pero también por la acción, omisión y complicidad de quienes estaban llamados a protegerlos y a respetarlos. Mostraron indignación por el silencio y la indolencia de miles de compatriotas que desconocen o no quieren oír su sufrimiento, y que con ello ignoran también la vulnerabilidad y la precariedad de nuestra democracia.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“los informes abundan en nombres de líderes políticos, cívicos, sindicales, campesinos, comunales y religiosos, de servidores públicos que cumplían con labores judiciales, de control o de vigilancia, o que desempeñaban decentemente sus funciones, de periodistas, de activistas de derechos humanos, de maestros y maestras, de jóvenes emprendedores de iniciativas culturales y ambientales, asesinados, amenazados o perseguidos por desempeñar esos roles en la sociedad. La memoria de la guerra es la memoria de un déficit de ciudadanía y de democracia, de un uso arbitrario y maniqueo de los mecanismos de participación y decisión, pues se reclama la democracia cuando favorece posturas e intereses propios y se atenta contra ella cuando reconoce los intereses y derechos de los otros.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“la democracia también ha sido objeto de instrumentalización por parte de los actores armados, que creen ciegamente en el poder de las armas y que a menudo ven en la lucha armada más un principio que una opción.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Ver la violencia desde la perspectiva de la tierra y los territorios revela otro rasgo distintivo de su historia: la guerra se ha librado mayoritariamente en el campo colombiano, en los caseríos, veredas y municipios, lejanos y apartados del país central o de las grandes ciudades. Es una guerra que muchos colombianos y colombianas no ven, no sienten, una guerra que no los amenaza. Una guerra de la que se tiene noticia a través del lente de los medios de comunicación, que sufren otros y que permite a miles de personas vivir en la ilusión de que el país goza de democracia plena y prosperidad, a la vez que les impide entender la suma importancia de cada decisión, afirmación o negociación política para quienes la sufren. Quienes viven lejos de los campos donde se realizan las acciones de los armados ignoran que, por ejemplo, un acuerdo que pacte un cese al fuego representa para esos campesinos y campesinas la diferencia entre quedarse o huir, entre vivir o morir.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“La sociedad ha sido víctima pero también ha sido partícipe en la confrontación: la anuencia, el silencio, el respaldo y la indiferencia deben ser motivo de reflexión colectiva. No obstante, esta extensión de responsabilidades a la sociedad no supone la dilución en un “todos somos culpables” de las responsabilidades concretas y diferenciadas en el desencadenamiento y desarrollo del conflicto. La reconciliación o el reencuentro que todos anhelamos no se pueden fundar sobre la distorsión, el ocultamiento y el olvido, sino solo sobre el esclarecimiento. Se trata de un requerimiento político y ético que nos compete a todos.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“en Colombia ha predominado una concepción de la política en la cual el disenso o la oposición son vistos antes que como elementos constitutivos de la comunidad política, como amenazas a la integridad de esta o a la concepción de orden dominante en cada momento. Se trata de la persistencia de una cultura política que no ha logrado superar la exclusión ni mucho menos integrar la diferencia de forma activa en la lucha por el poder. En su lugar hay una tentación latente al pensamiento único o al dogmatismo, que limita con la violencia o la alimenta.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Desentrañar las lógicas de la violencia contra la población civil es desentrañar también lógicas más amplias de la guerra: el control de territorios y el despojo de tierras, el dominio político electoral de una zona, la apropiación de recursos legales o ilegales. La victimización de las comunidades ha sido un objetivo en sí mismo, pero también ha sido parte de designios criminales más amplios de los actores de la guerra”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“Reconocer, visibilizar, dignificar y humanizar a las víctimas son compromisos inherentes al derecho a la verdad y a la reparación, y al deber de memoria del Estado frente a ellas.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
“El carácter invasivo de la violencia y su larga duración han actuado paradójicamente en detrimento del reconocimiento de las particularidades de sus actores y sus lógicas específicas, así como de sus víctimas. Su
apremiante presencia ha llevado incluso a subestimar los problemas políticos y sociales que subyacen a su origen. Por eso a menudo la solución se piensa en términos simplistas del todo o nada, que se traducen o bien en la pretensión totalitaria de exterminar al adversario, o bien en la ilusión de acabar con la violencia sin cambiar nada en la sociedad.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
apremiante presencia ha llevado incluso a subestimar los problemas políticos y sociales que subyacen a su origen. Por eso a menudo la solución se piensa en términos simplistas del todo o nada, que se traducen o bien en la pretensión totalitaria de exterminar al adversario, o bien en la ilusión de acabar con la violencia sin cambiar nada en la sociedad.”
― ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad
