Tres cipreses Quotes
Tres cipreses: Novela
by
Manuel Ramos4 ratings, 4.75 average rating, 0 reviews
Open Preview
Tres cipreses Quotes
Showing 1-21 of 21
“Federico García Lorca, poeta e intelectual muy vinculado a la República, había llevado el teatro a través de su compañía La Barraca a las zonas más desfavorecidas de los pueblos españoles. Nada más comenzar la contienda, había sido fusilado sin más contemplaciones. No existía delito; tampoco acusación. Quizás, la falta que había cometido y que le había costado la vida no estuviese aún recogida en los libros de leyes: la incomprensión. Muchos hombres y mujeres con nombres menos conocidos, descansaban en fosas comunes diseminadas por los caminos de España. (p. 117)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“En todos los establecimientos se veían letreros de servicios socializados. José sonrió al leer un rótulo escrito con algunas faltas de ortografía: «los barveros lla no somos esclabos». (p. 117)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“¿Crees que me siento extraño entre esta gente? Lucho por mis ideas, amigo, y hoy soy tan español como tú. (p. 128)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“—[...] ¿Sabes a cuántos de mis hombres he ordenado enterrar en fosas sin cruces ni nombres?
—En la guerra mueren personas.
—Veinticinco, Philip. Algunos eran chiquillos. Si luchásemos todos unidos de verdad, comunistas, anarquistas y Ejército Popular, podríamos darle un vuelco a la guerra. Pero el odio político entre nosotros nos destruirá. Ha desaparecido el ambiente revolucionario para convertirse en una lucha interna por el poder. (p. 146)”
― Tres cipreses: Novela
—En la guerra mueren personas.
—Veinticinco, Philip. Algunos eran chiquillos. Si luchásemos todos unidos de verdad, comunistas, anarquistas y Ejército Popular, podríamos darle un vuelco a la guerra. Pero el odio político entre nosotros nos destruirá. Ha desaparecido el ambiente revolucionario para convertirse en una lucha interna por el poder. (p. 146)”
― Tres cipreses: Novela
“Amor. ¿Qué es para mí el amor? El amor es un fuego que te abrasa, que te consume. No existe antídoto. Es una fuerza incontrolable que desplaza montañas y ríos. Es el verdadero poder y la razón de nuestra existencia. (p. 149)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“Me miro y pienso en aquel joven estudiante de Filosofía, enamorado de las ciencias y con mil proyectos por construir. Todo murió... (p. 150)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“¿Dónde quedó el filósofo? Cada día que pasa, olvido un poco más todo cuanto aprendí en la universidad. Me he convertido en un lobo que, inexorablemente, persigue a sus víctimas hasta cazarlas. (p. 150)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“Era seco y duro. No se andaba con rodeos y opinaba con libertad. José respetaba a esta clase de personas, para las que un sí era un sí y un no un no, simple y llanamente. No necesitaba agradar y comentaba lo que pensaba en cada momento. (p. 161)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“En un último grito, ella, indefensa y completa, clavó las uñas sobre su espalda. Él, como un río embravecido, se dejó llevar, navegando por el interior de la mujer que se hallaba extasiada. (p. 237)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“Tan solo tú y yo, sin más miedos, ni dolor, ni odios. Quisiera poder amarte sin temer al mañana. Olvidar de una vez por todas tantas miserias y tantas maldades. Poder ser libres y decidir qué hacer o a dónde ir. (p. 238)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“Pero lo que la princesa no sabía, es que aquel lago no era muy distinto a los demás lagos del reino. Que aquellas flores eran las mismas que rodeaban su castillo y que aquellos pájaros cantaban los mismos trinos en todos los lugares. La única diferencia era que, sin saberlo aún, la princesa se había enamorado del apuesto soldado que custodiaba su puerta, y que esta era la razón por lo que percibía las cosas de una forma distinta. (p. 239)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“Una bomba cayó a su lado alcanzando a un vasco, que perdió una pierna en el acto. Con grandes alaridos, el pobre hombre se desangraba sin que José pudiese hacer nada. Con las manos manchadas de sangre, José intentaba taponar la herida, mientras las balas pasaban silbando junto a su cabeza. — ¡No me dejes morir, no me dejes morir! José miraba el rostro congestionado por el dolor de aquel muchacho, mientras gritaba con todas sus fuerzas pidiendo auxilio. — ¡Socorro…! —Tranquilo, José, no pasa nada…
Doña Teresa Da Silva encendió la luz del dormitorio de José e intentó calmar a su nieto. Las terribles pesadillas que perseguían a los soldados no dejaban que José tuviese una sola noche en paz. El miedo, el hambre y el horror de la guerra, habían calado hondo en los hombres que, como José, habían presenciado de primera mano la barbarie del frente. —Lo siento, abuela… José se tapó la cara con las manos y empezó a llorar. —No te preocupes, hijo, ya ha pasado todo. (pp. 245-246)”
― Tres cipreses: Novela
Doña Teresa Da Silva encendió la luz del dormitorio de José e intentó calmar a su nieto. Las terribles pesadillas que perseguían a los soldados no dejaban que José tuviese una sola noche en paz. El miedo, el hambre y el horror de la guerra, habían calado hondo en los hombres que, como José, habían presenciado de primera mano la barbarie del frente. —Lo siento, abuela… José se tapó la cara con las manos y empezó a llorar. —No te preocupes, hijo, ya ha pasado todo. (pp. 245-246)”
― Tres cipreses: Novela
“El dolor es más profundo cuando la herida sigue abierta y no ha cicatrizado. Esa pena que te ahoga, que te oprime, que te asfixia, hace enloquecer incluso a los individuos más fuertes. Algunas noches, durante el sombrío silencio de la madrugada, se oían los llantos de algunos presos. José, al igual que los demás convictos de la galería, conocía de dónde venían los lamentos. Tal vez, la impotencia o la pérdida de la esperanza sean los peores enemigos de un recluso... (p. 260)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“Un hombre rubio que rondaría los treinta y cinco años se atrevió a preguntarle a José: —Yo nunca fui a la escuela. En Bailén era labrador y solo entiendo de olivos. ¿Crees de verdad que sería capaz de aprender? —Thomas Edison desarrolló la primera central eléctrica, la lámpara de incandescencia y el primer ferrocarril eléctrico. Patentó más de mil inventos. ¿Sabes cuánto tiempo fue a la escuela?
Los hombres miraron expectantes a José, esperando su respuesta. Él se tomó su tiempo y notó cómo la impaciencia crecía entre los reclusos que, vestidos con sus uniformes a rayas, se encontraban a su alrededor. —Aquel hombre solo estuvo tres meses en el colegio. Imaginaos qué podríamos descubrir nosotros en diez años. (pp. 264-265)”
― Tres cipreses: Novela
Los hombres miraron expectantes a José, esperando su respuesta. Él se tomó su tiempo y notó cómo la impaciencia crecía entre los reclusos que, vestidos con sus uniformes a rayas, se encontraban a su alrededor. —Aquel hombre solo estuvo tres meses en el colegio. Imaginaos qué podríamos descubrir nosotros en diez años. (pp. 264-265)”
― Tres cipreses: Novela
“—Te pueden quitar todo, menos las ideas. Fusilaron a Lorca y sus versos siguen más vivos que nunca; Machado; Hernández; acabaron con sus vidas, pero no con su obra. (p. 290)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“[...] porque, si pudiese volver atrás conociendo lo que iba a sufrir, repetiría lo mismo cien veces, con tal de luchar por lo más importante que posee el ser humano.
— ¿Y qué es eso tan importante, papá?
José guardó silencio unos segundos y acarició tiernamente el rostro de su hija.
—La libertad… (p. 296)”
― Tres cipreses: Novela
— ¿Y qué es eso tan importante, papá?
José guardó silencio unos segundos y acarició tiernamente el rostro de su hija.
—La libertad… (p. 296)”
― Tres cipreses: Novela
“Nada le pido a Dios, porque mi fe murió con mi padre. (p. 149)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“Pero la muerte no entiende de sentimientos... (p. 8)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“Pero la muerte no entiende de sentimientos...”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“—No son sueños, José, son los horrores de la guerra que me persiguen. Sé que hasta que no muera no descansaré en paz. [...] Solo los que lo vivimos comprendemos los demonios que nos persiguen. En la guerra no hay honor, solo crueldad. Los instintos más bajos aparecen y no te imaginas lo que un hombre es capaz de hacer cuando está cegado por el odio o la locura. (p. 43)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
“José abandonó el despacho de su abuelo con lágrimas en los ojos y, por primera vez en su vida, deseó alejarse de Outeiro y volver a su pueblo, donde a pesar de la miseria se encontraba en paz consigo mismo. (p. 63)”
― Tres cipreses: Novela
― Tres cipreses: Novela
