Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? Quotes

“En vista de lo cual ella decidió que fueran en el coche de él, con uno de esos impulsos románticos que tienen las mujeres cuando se trata de ahorrar gasolina.”
― Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

“—Pedro: desde que murieron tus padres, vengo observándote a diario y robusteciendo en cada observación la idea de que eres imbécil. Hoy tengo ya la seguridad de que eres
un imbécil perfecto...”
― Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

“Cada ser que hiere a otro, no hace sino vengar una herida anterior recibida en su propio cuerpo.”
― Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

“—Es indudable que el que necesita un sombrero va a casa de un sombrerero; el que precisa unos zapatos va a una zapatería, el que necesita unos lentes va a una tienda de óptica...
—Y el que necesita un loro va a un Club feminista”
― Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

“Era un cabaret de fama mundial, donde se habían aburrido los hombres más célebres de Europa y América.”
― Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

“Al decir «mi admirado Gregorio», me refiero al ilustre doctor don Gregorio Marañón, a quien ni siquiera conozco, con el que no he cruzado en mi vida ni una carta. Pero como no hay un solo español que presuma de intelectual que no hable de Marañón como de un compañero de juegos infantiles, yo me he creído también en el caso de demostrar mi confianza con el famoso médico para que nadie dude que pertenezco a la falange intelectual española.”
― Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

“La testarudez es el puente gracias al cual los idiotas pasan a la Historia transformados en héroes, en símbolos o en genios.”
― Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?

“Ellas, que son las que hacen nacer los niños, se encargan también de matarlos así que los ven llegados a hombres”
― Enrique Jardiel Poncela, Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes?