Apocalipsis Quotes

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Apocalipsis Apocalipsis by Mario Mendoza
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Apocalipsis Quotes Showing 1-17 of 17
“Me gustaba detener la vida, luchar contra el implacable paso del tiempo, impedir que la muerte se siguiera aproximando de una manera tan inexorable.”
Mario Mendoza, Apocalipsis - Nva presentacion
“Y, en efecto, a partir de aquel día empecé a sospechar que detrás de la cordura había algo de sumisión, una cierta mansedumbre que nos impedía rebelarnos en contra de una sociedad insulsa y peligrosa.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“El olvidado asombro de estar vivos / amar es combatir..." Sí, claro, porque si entendemos ese amor como el el amor a la vida, como el deseo de estar vivos, es preciso combatir todos los días para no desfallecer y morir.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“No debe cargarse a la vida con demasiado peso, con demasiadas cosas por hacer, con aquello a lo que se llama una mujer, niños, una casa en el campo, un coche, etcétera. Y lo comprendí felizmente muy pronto. Eso me ha permitido vivir mucho tiempo como soltero mucho más fácilmente que si hubiera tenido que enfrentarme a todas las dificultades normales de la vida. En el fondo, es lo principal.”
Mario Mendoza, Apocalipsis - Nva presentacion
“Ya no estoy orando: grito, suplico, aúllo el poema con toda la potencia de mi voz. “El olvidado asombro de estar vivos / amar es combatir...”. Sí, claro, porque si entendemos ese amor como el amor a la vida, como el deseo de estar vivos, es preciso combatir todos los días para no desfallecer y morir.”
Mario Mendoza, Apocalipsis - Nva presentacion
“Me dije entonces que todo hombre era un misterio y que lo que vemos de una persona es solo la punta de un iceberg cuya verdadera dimensión reposa en las profundidades de unas aguas turbias.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“No, yo era un espectro nómada que dejaba pasar los años sin pensar en nada, sin alarmarse, como un zombi que había olvidado en le camino sus afectos, sus ideas, sus sueños, su más auténtica identidad.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Amparo no era la promesa de un futuro, era un presente continuo que había llegado para despertar a un sujeto que había decidido enterrarse en la vida.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“La línea artística seguía siendo clara: descender a las profundidades de la ciudad para encontrarse cara a cara con las realidades secretas que el resto de la gente no quiere reconocer desde su posición privilegiada, desde arriba, desde la superficie. Purificación, catarsis y también coraje para contar la historia prohibida de una sociedad inmunda y corrupta hasta la medula.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Mi querido Marcos:
Siempre aparece asi, súbitamente, y luego vuelve a sumergirse en esta ciudad para desaparecer en alguno de sus más intrincados laberintos. Qué grato saber de usted. Me pregunta si es posible visitarme para entrevistarme como escritor. Hombre, yo ya soy un tema muy aburrido para mí mismo. Todo lo que tenía que decir está ahí, en los libros y puedo decir literalemente que están escritos con sangre. ¿Se acuerda de que siempre nos preguntábamos con Simón y con los otros del grupo cuándo seríamos capaces de convertir a Bogotá en una ciudad literaria, en un referente novelesco, como Buenos Aires o Ciudad de México? Pues viejo, yo creo que lo logramos.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Por encima de cualquier otro ideal, el que yo más valoraba era la libertad, no soportaba sentirme amarrado, sometido, controlado, obligado a cumplir con una serie de rutinas detestables. Prefería mil veces la depresión solitaria, el aburrimiento y quedarme botado todo un domingo en la cama sin hacer nada, durmiendo a intervalos, comiendo cualquier cosa y leyendo una buena novela mientras afuera la lluvia castigaba la ciudad. Además, en la medida en que me iba acercando a los cuarenta años cada vez me asumía mejor, sin tapujos ni falsas ilusiones, sin pretender ser como los demás.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Eso demostraba su hipótesis: que pensar, hoy en día, conducía al exilio espiritual, al silencio y al retiro total.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Era una amistad en la que ambos respirábamos el aire azufrado de nuestros respectivos infiernos.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Era como si en la medida en que íbamos envejeciendo nos alejáramos de lo que más habíamos querido, y al hacerlo, nos estuviéramos despidiendo también de lo que habíamos sido.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Me dije entonces que todo hombre era un misterio y que lo que vemos de una persona es sólo la punta de un iceberg cuya verdadera dimensión reposa en las profundidades de unas aguas turbias.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Y lo admiré por haberse fugado mentalmente de toda una maquinaria cultural en la que nosotros todavía seguíamos prisioneros. Porque lo más extraordinario que tenían esos dibujos era precisamente eso: que estaban hechos por un hombre libre, mientras nosotros, ciegos e ingenuos, continuábamos atrapados sin darnos cuenta.”
Mario Mendoza, Apocalipsis
“Me parecía curioso que la gente no se detuviera ante ciertas imágenes, que no se diera cuenta de que vivía en medio de la fugacidad de una rutina castrante que le impedía sorprenderse del hecho mismo de estar viva.”
Mario Mendoza, Apocalipsis