Inés y la alegría Quotes

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Inés y la alegría (Episodios de una guerra interminable, #1) Inés y la alegría by Almudena Grandes
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Inés y la alegría Quotes Showing 1-30 of 30
“La Historia inmortal hace cosas raras cuando se cruza con el amor de los cuerpos mortales. O quizás no, y es sólo que el amor de la carne no aflora a esa versión oficial de la historia que termina siendo la propia Historia, con una mayúscula severa, rigurosa, perfectamente equilibrada entre los ángulos rectos de todas sus esquinas, que apenas condesciende a contemplar los amores del espíritu, más elevados, sí, pero también mucho más pálidos, y por eso menos decisivos. Las barras de carmín no afloran a las páginas de los libros. Los profesores no las tienen en cuenta mientras combinan factores económicos, ideológicos, sociales, para delimitar marcos interdisciplinares y exactos, que carecen de casillas en las que clasificar un estremecimiento, una premonición, el grito silencioso de dos miradas que se cruzan, la piel erizada y la casualidad inconcebible de un encuentro que parece casual, a pesar de haber sido milimétricamente planeado en una o muchas noches en blanco. En los libros de Historia no caben unos ojos abiertos en la oscuridad, un cielo delimitado por las cuatro esquinas del techo de un dormitorio, ni el deseo cocinándose poco a poco, desbordando los márgenes de una fantasía agradable, una travesura intrascendente, una divertida inconveniencia, hasta llegar a hervir en la espesura metálica del plomo derretido, un líquido pesado que seca la boca, y arrasa la garganta, y comprime el estómago, y expande por fin las llamas de su imperio para encender una hoguera hasta en la última célula de un pobre cuerpo humano, mortal, desprevenido. Los amores del espíritu son más elevados, pero no aguantan ese tirón. Nada, nadie lo aguanta.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Los únicos que no han hecho nada mal, son los que no han hecho nada, porque esa es la única manera de no equivocarse. Yo nunca me arrepentiré de ser comunista.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Pasionaria no es como las demás mujeres, no puede serlo porque es mucho más que una mujer, es un icono, un símbolo, una imagen religiosa, asexuada y superior como los ángeles. Dolores es madre, sí, pero de todos, la Virgen María del proletariado internacional, concebida sin mancha, y sin mancha capaz de concebir los hijos de un dirigente comunista, un hombre oscuro, serio y honrado, sí, pero mediocre, mucho más torpe que ella, la sombra insignificante a la que nadie suele prestar atención.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“La Historia con mayúscula la escriben siempre los vencedores, pero su versión no tiene por qué ser eterna. Algunos países europeos, como Polonia o Hungría, han sabido integrar el fracaso de sus luchadores por la libertad en el patrimonio de su orgullo nacional, asumiendo que ciertas derrotas, lejos de implicar deshonor, pueden ser más honrosas que muchas victorias.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Yo tengo un amigo que dice que no hay vida como la clandestinidad. Ni tan mala ni, sobre todo, tan buena.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Ella ya es inmortal, pero todavía está viva.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Porque esta no es una guerra cualquiera. Esta es una guerra justa, una guerra contra la miseria, contra la injusticia, contra la explotación. Una guerra por el futuro. ¿Vosotros os dais cuenta de que por primera vez tenemos nuestro destino en nuestras manos? ¿Os dais cuenta de que por primera vez en la historia de este puto país, podemos decidir qué queremos ser, cómo queremos vivir?”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“descubrir”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“casi cuarenta años de lucha ininterrumpida, un ejercicio permanente de rabia y de coraje en el contexto de una represión feroz.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“La Historia con mayúscula desprecia los amores del cuerpo, la carne débil que la distorsiona, la desencaja, la desordena con una saña que no está al alcance de los amores del espíritu, más prestigiosos, sí, pero también mucho más pálidos, y por eso menos decisivos.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“[...] el hospital donde llevaba más de treinta y seis horas luchando, primero por la República, luego por mi propia vida, la que estaba a punto de perder.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“En una guerra antifascista, se lucha igual en el frente y en la retaguardia, que todos son necesarios, los soldados en las trincheras, los trabajadores en las fábricas, los militantes en la calle, manteniendo vivo el fervor de la gente, la fe del pueblo en el esfuerzo de la guerra, y el sacrificio que conduce a la victoria”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Me habría gustado hacer aún más explícita esta relación y poder titularlos «Nuevos episodios nacionales», pero Franco y el franquismo han desvirtuado, tal vez para siempre, el adjetivo nacional, que Galdós supo dignificar como nadie.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Esa es la consigna, alegría. Para no acusar los mordiscos del destino, la muerte, el hambre, la farsa intolerable de los tribunales, el frío de los paredones al amanecer, la tenaz crueldad de una derrota que renace en la luz de cada mañana. Alegría para no venirse abajo, para no ablandarse, para no ceder al desánimo, para soportar las caídas, para caer con entereza, para aguantar la tortura con la boca cerrada en los sótanos de las comisarías.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Al ver a Comprendes, salía de detrás del matorral donde se hubiera escondido, sonreía, y se dedicaba a hacer tonterías, como si fuera una niña pequeña. Él la veía balancearse, arreglarse la cinturilla de la falda, apartarse el flequillo de la frente y, cayeran o no fusiles del cielo, se iba derecho a ella, la abrazaba y, después de mirarla un momento como si nunca antes lo hubiera hecho, la besaba en la boca para que los demás sonriéramos a la vez, como si acabáramos de acordarnos de que nosotros también seguíamos teniendo labios, lengua, dientes.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“No hay vida como la clandestinidad, ni tan mala, ni tan buena. Yo tampoco había vivido nunca una vida como aquella, y una sola noche, ocho, diez horas repartidas entre el sueño y la vigilia, jamás había representado tanto para mí.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“La Historia inmortal hace cosas raras cuando se cruza con el amor de los cuerpos mortales”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“En la guerra, se mata y se muere. La guerra es cruel, y siembra crueldad, es temible, y siembra miedo, es arbitraria, y siembra arbitrariedades. La guerra es también, a veces, el precio de la libertad, de la justicia, del futuro.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“No hay vida como la clandestinidad. Ni tan buena ni, sobre todo, tan mala.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Los aliados no van a hacer una mierda por nosotros. Nadie ha hecho nunca nada por nosotros, ya lo sabes.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Sólo existe una dicha más grande en la vida que enamorarse, y es enamorarse bien.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“El seguramente no sabe que la mujer joven que avanza en dirección contraria pronuncia aún, todos los días, casi siempre en voz baja, una expresión casi idéntica, ¡salud!, aunque ya nadie se ríe al escucharla.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Entonces, las lágrimas que temblaban en mis ojos, esas lágrimas que me acompañaban a todas partes como la promesa de una emoción que aún desconocía, se secarían para siempre, y nunca volvería a haber teatro en los pueblos que acababan de descubrir lo que era el teatro. Sabía que eso sería terrible, y que, a la vez, sería lo de menos, y que mis dos hermanos, tal vez también mi cuñado, estaban pringados hasta el cuello en aquel intento de acabar con la alegría de unos niños que jugaban al corro, porque sólo eso explicaba que estuviera sola, con Ricardo, en Madrid.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Inés y la alegría es una obra de ficción inserta en la crónica de un acontecimiento histórico real. Para afrontar su escritura, un formato nuevo para mí, he mantenido ciertas lealtades y me he tomado ciertas libertades.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Entonces le toca aprender que la venganza nunca da, que siempre quita, y a medida que va pasando el tiempo, el rencor desdibujándose en la monótona grisura de los días sin emoción, los celos dejarán de morderla para tumbarse a sus pies como un perro saciado de su rabia, y empezará a soñar con él, dormida y sobre todo despierta, tal y como era cuando le conoció, tan joven, tan guapo, tan digno de su amor.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“mejor callar que arrepentirse después,”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Los aliados, tanto en la época en la que el poder de Hitler bendice su unión como inmediatamente después, cuando su victoria común les permite ya reconocer hasta qué punto son enemigos, se guardan mucho de incluir la invasión en sus relatos de la última etapa de la Segunda Guerra Mundial, y aún más de las crónicas de sus, en teoría, espinosas relaciones con el régimen de Madrid, aquel dictador fascista tan desagradable al que, de una u otra manera, siendo más o menos conscientes de las decisiones que están tomando, apuntalan entre todos en el poder durante el mes de octubre de 1944.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“La dirección del Partido Comunista de España, por razones igual de evidentes, hace lo que puede, que es casi todo, para que no se hable del valle de Arán, ni de las circunstancias del ascenso de Monzón, ni de las causas que lo hacen posible, ni de su gestión al frente del Partido en Francia y en España,”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“Ellos son comunistas, y conocen por experiencia la temperatura a la que hierve el agua en la dirección de su partido, el tiempo necesario para que los procesos internos alcancen su punto de ebullición.”
Almudena Grandes, Inés y la alegría
“[...] un primer agotamiento que, tal vez, habría podido ser definitivo, si las instituciones de la democracia no hubieran sucumbido al monstruoso, incomprensible síndrome de Estocolmo, que aún hoy, cuando termina la primera década del siglo XXI, les impide romper formal y expresamente sus vínculos con el general que la secuestró el 18 de julio de 1936”
Almudena Grandes, Inés y la alegría