Las llamas de la vergüenza que había estado reprimiendo desde el día en que dejé esta ciudad olvidada por Dios me atravesaron como un incendio forestal. Había olvidado lo difícil que era controlar la rabia, cómo exigía violencia, cómo ansiaba el dolor. Pero al volver a ver esa casa, al verla a ella, sentí como si nunca me hubiera ido. Volvía a tener trece, quince, dieciséis años. Esperando. Paseando. Y ardiendo en vi
— Jan 25, 2023 11:05AM
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