Al margen de las pequeñas diferencias debidas a la edad y a las circunstancias que los rodeaban, todos parecían cansados y hastiados de sus vidas. Apagados sus anhelos, olvidadas sus ambiciones y embotada su sensibilidad, la resignación y la impasibilidad se habían instalado en el vacío restante. Sus semblantes eran sombríos, y sus andares, pesados, como si a todos, dos horas antes, les hubieran extraído una muela.
— May 25, 2013 01:57PM
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