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Más interesante todavía, la exposición a los árboles nos ayuda a pensar mejor. (…)
La naturaleza, con su despliegue de elementos cambiantes sin un patrón aparente, estimula nuestra atención de forma difusa y reparadora, mientras que los entornos urbanos la exigen de forma directa y multiplicada, agotando nuestras reservas. La ciudad es extractiva, mientras que el bosque es restaurador y expansivo.

Simplemente mirar un rato los árboles reduce los niveles de cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés. Nuestras neuronas visuales responden tanto a la influencia de lo verde que hasta mirar una fotografía de un bosque durante un rato suficiente disminuye la presión arterial, reduciendo notablemente los niveles de ansiedad, depresión y violencia. (…)

Hoy tenemos herramientas que explican algunos de los fenómenos que experimentamos en el bosque.
Por ejemplo, que respiramos unos compuestos volátiles llamados «fitoncidas» que las plantas usan para protegerse de los hongos y los insectos, y que activan y multiplican nuestras células NK, asesinas naturales que destruyen células infectadas y cancerosas. (…)

En realidad es un triple dividendo, porque aumenta la superficie de bosque disponible y los humanos somos más inteligentes, más sanos y más felices cuando tenemos acceso a entornos naturales. El fenómeno se llama «biofilia».

Si los países más ricos del planeta —un tercio del total— adoptaran la dieta se liberaría una cantidad proporcional de tierra (...) que, en su estado natural, volvería a ser una verde máquina de captura y secuestro de CO2. Un «doble dividendo climático», declaran los investigadores, capaz de sacar cien mil millones de toneladas de CO2 de la atmósfera en lo que queda de siglo.

The Planetary Health Diet (…) destaca la importancia crucial de reducir drásticamente el consumo de carne porque su producción contribuye demasiado a la desigualdad económica y a la degradación de la salud pública y medioambiental, además de consumir muchos más recursos que los que devuelve.

La Comisión EAT-Lancet, un consorcio de treinta y siete científicos de prestigio mundial, procedentes de instituciones científicas de distintos países y de disciplinas dispares, se propuso establecer un consenso científico que abordase (...) una reforma del sistema alimentario mundial capaz de alimentar a diez mil millones de personas con comida saludable sin transgredir los límites planetarios.

la dieta (…) es uno de los principales agentes de degradación medioambiental a lo largo de toda su cadena de suministro, incluidos la producción, el procesamiento y la distribución. Tanto es así que, si consiguiéramos reducir a cero todas las emisiones de todas las demás industrias, no podríamos quedarnos por debajo del límite de 1,5 °C sin reducir drásticamente las que produce nuestra dieta.

Plantar árboles es la herramienta perfecta de greenwashing. Es menos arriesgado políticamente que devolver tierras, más conveniente que acabar con el plástico y más barato que poner una Orca o pagar por los vertidos, pero suena positivo, preciso y específico. Plantar árboles es sinónimo de vida, de futuro y de prosperidad.

Rescatarnos «en el último minuto» es parte del drama de la tecnología que nos salva, del Arca de Noé a Iron Man. (…)
Soñamos con ser rescatados por ingenios que contaminan más de lo que limpian, que cuestan más de lo que ahorran, que no están a la altura del problema y que no han funcionado nunca, pero nos escandalizan los antivacunas por su fanatismo e irracionalidad.

Things and people moved around me, taking positions in obscure hierarchies, participating in systems I didn’t know about and never would. A complex network of objects and concepts. You live through certain things before you understand them. You can’t always take the analytical position.

If two people make each other happy then it’s working.

I didn’t feel with her, like I did with many other people, that while I was talking she was just preparing the next thing she wanted to say. She was a great listener, an active listener.

Gradually the waiting began to feel less like waiting and more like this was simply what life was: the distracting tasks undertaken while the thing you are waiting for continues not to happen.

I thought about all the things I had never told Nick about myself, and I started to feel better then, as if my privacy extended all around me like a barrier protecting my body. I was a very autonomous and independent person with an inner life that nobody else had ever touched or perceived.

I realised my life would be full of mundane physical suffering, and that there was nothing special about it. Suffering wouldn’t make me special, and pretending not to suffer wouldn’t make me special. Talking about it, or even writing about it, would not transform the suffering into something useful. Nothing would.

You think everyone you like is special

I was appropriating my fear of total disappearance as a spiritual practice. I was inhabiting disappearance as something that could reveal and inform, rather than totalise and annihilate.

Nick’s sympathy seemed unconditional, like he rooted for me regardless of how I acted, whereas Bobbi had strong principles that she applied to everyone, me included. I didn’t fear Nick’s bad judgement like I did Bobbi’s. He was happy to listen to me even when my thoughts were inconclusive, even when I told stories about my own behaviour that showed me in an unflattering light.

I didn’t like cornering him into having serious conversations.

I loved when he was available to me like this, when our relationship was like a Word document which we were writing and editing together, or a long private joke which nobody else could understand. I liked to feel that he was my collaborator. I liked to think of him waking up at night and thinking of me.

It comforted me to know that my friendship with Bobbi wasn’t confined to memory alone, and that textual evidence of her past fondness for me would survive her actual fondness if necessary.

Was I kind to others? It was hard to nail down an answer. I worried that if I did turn out to have a personality, it would be one of the unkind ones. Did I only worry about this question because as a woman I felt required to put the needs of others before my own? Was ‘kindness’ just another term for submission in the face of conflict?

Do you think I have feelings for you? Don’t be embarrassing.

In times of crisis, we must all decide again and again whom we love.
Frank O’Hara

He was completely unprepared for the long, winding road of life ahead of him, and thus ready for anything.

Evil isn’t something we do to one another, it’s the way in which we do it, it’s why we do it.