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Theo se ha descontrolado totalmente.

La ira, igual que el miedo, es de naturaleza reactiva.

Me parece que aquí todos estamos un poco locos. ¿Sabes ese cartel que había antes en las oficinas? ¿<>?

Sentí una lástima infinita por ella y por todos sus iguales; por todos nosotros, los heridos y los perdidos.

Intentar atrapar copos de nieve que desaparecen es de alguna manera como intentar atrapar la felicidad: un acto de posesión que al instante deja paso a la nada.

Para Camelot, era la reina. En su corazón, era una niña que había perdido el rumbo. Era Ginebra, y ni siquiera era Ginebra. No tenía un propósito. Y deseaba desesperadamente ser querida.

"He intentado leerlo muchas veces —dijo Mordred, pasando sus dedos por encima de las imágenes—. Trataba de descifrar por qué habían hecho Camelot. Pero el pasado guarda bien sus secretos, y, por mucho que lo intente, no puedo sacárselos".

A Ginebra no le habría importado pasar más tiempo entre ellas, tratando de entender esa nueva religión que hacía retroceder a lo antiguo de la misma manera en que los hombres hacían retroceder a los bosques.

Una última consideración: de todas las ideas propuestas por la ciencia ficción, aquellas que tienden a hacerse realidad son, mayoritariamente, las más inverosímiles. Así que, ¿quién sabe?

Tercera Parte.

Segunda Parte.

Aquella descarada exhibición de poder por parte de tan misteriosa fuerza minaba de forma cruel nuestra confianza.

Tal y como había descrito mi padre durante los últimos instantes de su vida, algo había logrado cautivar toda mi atención y yo iba a llevar una vida formidable persiguiéndolo.

Que pasó¿?? Noooooo. Estaban tan bien.

No va a ser tan fácil dejar pasar todo el daño provocado.

Las nieblas de Mocha.

Las dos serpientes y el diluvio.

El diablo chileno.

Parece que Gemma no aprende. Felicity cada vez me parece más una amenaza potencial con sus caprichos y ansias de poder.

Tercera parte.

Lo quería a él.
Todo lo suyo. Podíamos hacerlo funcionar. Podíamos escribir nuestro propio final, sin importar que fuéramos una bruja y un cazador. Podíamos ser felices.

No era el sacrificio de nadie. Ni antes. Ni ahora. Ni nunca.

"No temas, hijo. Las mujeres son perversas... en especial las brujas. Sus artimañas no tienen límites".

Por favor que le cuente antes de que se derrumbe todo por una mentira. Frankie reacciona.

No puedo parar de leer, es demasiado entretenido.

¿Me permiten una sugerencia? Lean, y mucho. Créanme, es agradable tener algo de qué hablar además del tiempo y de la salud de la Reina. La mente no es una jaula. Es un jardín. Y hay que cultivarla.

Si su madre podía salir a la aventura por ahí, quién decía que ella no fuera a hacerlo, qué caray.