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Todas las agencias de espionaje tienen sus leyendas. A veces son sus héroes, tal vez desaparecidos hace mucho tiempo, pero en ocasiones son sus oponentes, a menudo también fallecidos.

—De acuerdo, permiso concedido. Pero llévelo con mucha discreción y manténgame informada. E intente no empezar una guerra. Hay un hombre al otro lado del charco que quiere el Premio Nobel de la Paz.

En su círculo interno, Marjory Graham era conocida por su sardónico sentido del humor.

Ante el triunfo, la modestia. Ante el dolor, estoicismo. Ante la derrota, entereza. Pero muy rara vez llanto.

En la Firma tenían un dicho: si quieres mantener algo en secreto y lo saben tres hombres, mata a dos de ellos.

Una revolución necesita dinero, creencias y personas dispuestas a luchar.

El tiempo, mi viejo némesis, pareció reírse de mí cuando cerré los ojos. Las horas empezaron a avanzar lentas e insoportables, burlándose de mí. Sentiría que un día era un mes. Que un mes era un año.

Parte 2
Jourdain

"¿Cómo debo recordarte? ¿Como una gota de verano eterno o como un pimpollo de primavera tierna? ¿Como una chispa del fuego vivaz del otoño o quizás como la escarcha de la noche más larga del invierno? No, no será de esas maneras, porque todas pasarán, y tú yo, a pesar de estar separados por el mar y la tierra, nunca pereceremos."

Y luego estaba el mío, el retrato de una reina que dominaba la magia y llevaba una marca azul añil, que vivía en su armadura y cuyo acompañante constante no era un hombre, sino una espada y una gema.
Era la gran diferencia entre Maevana y Valenia, 2 países entre los que yo me dividía. Quería sentirme cómoda en el vestido elegante y con el lunar estrellado, pero también quería hallar mi linaje en la armadura y el añil

Ella quería quedarse con la cabaña, sin importar el hecho de que lo más sensato era venderla. La atmósfera del lugar tenía algo que se le metía bajo la piel. Estaba la conexión con Nell, pero también algo más. Una sensación de que todo estaba en orden cuando se encontraba en la cabaña y su jardín. En orden con el mundo, y con ella misma. Se sintió sólida y completa por primera vez en diez años.

Parte 3.

El jardín olvidado.
Parte 2.

Una niña que espera que la rescaten nunca se salvará a sí misma. Incluso aunque tenga los medios, descubrirá que le falta valor. No seas así, Eliza. Debes encontrar tu valor, aprender a rescatarte, no depender de nadie.

La obligación no basta cuando implica destrozar a la chica que amo.

<>, me advierto. <>. Pero con cada promesa que hace, mi corazón se ensancha, confiando en secreto que al menos una de esas promesas se haga realidad. Cuando Inan levanta la vista hacia mí, veo un ápice del optimismo que siempre ha brillado en los ojos de Amari. A pesar de todo, está decidido a hacerlo.

Mi obligación siempre ha sido mi reino, pero me debo a una Orïsha mejor. Una nueva Orïsha.
Un país en el que un príncipe y un maji pudieran coexistir. Un país en el que incluso Zélie y yo pudiésemos formar un <>.

Es como si la viera de verdad por primera vez: el ser humano que hay detrás de la maji. El miedo contenido en el dolor. La tragedia ocasionada en nombre de Padre.

Nunca hablamos de lo ocurrido. Ni siquiera una vez. Ni siquiera con el paso de los años. Amari era demasiado buena para sacar el tema. Yo, demasiado cobarde.

La sacudida viaja por todos los poros de mi piel y me abrasa, me deja sin aliento. El tiempo parece congelarse mientras bajo la cabeza y miro a los ojos al joven capitán.
Una fuerza desconocida arde tras su mirada ambarina, una cárcel de la que no puedo escapar. Pero antes de que pueda pasar un segundo más atrapada en sus ojos, Nailah salta volando la puerta y corta de cuajo nuestra conexión.

Cuarta parte
Luz cautiva.

Tercera parte
El verano de Birchwood Manor.

Segunda parte.
Los especiales.

Primera parte.
Todd en la torre.

Sexta parte.

Quinta parte.

Tal vez nos espere un destino diferente si optamos por el desvío de la izquierda, tal vez nos libremos de los malos momentos, tal vez haya felicidad al final del camino de la izquierda, y lugares acogedores con gente que nos quiere, sin ruido pero también sin silencios, y también mucha comida y allí, al final, tal vez no se muera nadie, jamás se muere nadie allí, nunca.
Tal vez.
Pero lo dudo.

Cuarta parte.

Tercera parte.

Segunda parte.