Liderazgo: Seis estudios sobre estrategia mundial
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La fórmula consistía en que Reino Unido permitía que Irlanda desempeñara un papel formal consultivo en los asuntos de Irlanda del Norte a cambio de que Dublín aceptara moderar sus aspiraciones a reclamar la provincia
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La Cámara de los Comunes aprobó el acuerdo con 473 votos a favor y 47 en contra,
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en los condados del Ulster de mayoría protestante estallaron manifestaciones, que dedicaron su mayor odio a Thatcher.[74]
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Thatcher le confió más tarde a FitzGerald: «Tú te has quedado con la gloria, yo con los problemas».[75]
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No se consiguió la paz en la región hasta el Acuerdo del Viernes Santo de 1998.
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Este pacto, sucesor del Acuerdo Anglo-Irlandés de Thatcher, era mucho más ambicioso, y aun así generó menos rencor entre los unionistas.
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El legado irlandés de Thatcher está lleno de ironías.
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Al final, la paz que ella buscaba se consiguió mediante el diálogo directo entre las facciones norirlandesas.
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En la época de Thatcher, las relaciones entre el Este y Occidente se debatían en buena medida en términos absolutos.
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Thatcher tuvo una gran influencia en el resultado de la Guerra Fría porque sintetizaba las verdades rivales de realistas e idealistas.
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la mejor manera de preservar la paz y defender los valores occidentales era explorar la coexistencia con la Unión Soviética.
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un enfoque más abierto que el que se necesitaba para las Malvinas o Hong Kong, donde el objetivo de su liderazgo era sobre todo proteger los intereses británicos.
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el periódico del Ministerio de Defensa soviético, respondió llamando a Thatcher la «Dama de Hierro».
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produjo el efecto opuesto;
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En la tradición política británica, el concepto de equilibrio de poder se consideraba un axioma.
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Estados Unidos desarrolló aversión a las responsabilidades permanentes, así como una actitud vacilante en sus compromisos externos.
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Estaba dispuesta a apoyar los esfuerzos diplomáticos estadounidenses en la Guerra Fría, pero también insistió en que el Gobierno británico hiciera aportaciones a la dirección de la política estadounidense.
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fue durante la presidencia de Reagan cuando se desarrolló y floreció una verdadera alianza.
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Thatcher siguió centrándose en la importancia de una fuerte defensa nacional y en reforzar la cohesión de la OTAN.
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El apoyo de Thatcher a una fuerza de oposición efectiva ante el despliegue de misiles soviéticos había dado fruto.
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Reagan.
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había descrito las armas nucleares como «totalmente irracionales, totalmente inhumanas
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para sorpresa de todos, Reagan anunció la Iniciativa de Defensa Estratégica
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Entre el compromiso personal de Reagan y sus propias dudas, Thatcher optó, y no era la primera vez, por una ambigüedad constructiva.
Juan Manuel  Charry Urueña
Muy llamativo acudir a la ambigüedad constructiva
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Thatcher consideró, más que ningún otro líder europeo, que su tarea era servir de intérprete entre los aliados de ambos lados del Atlántico.
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La principal preocupación de Thatcher provenía de su compromiso con la protección de la disuasión nuclear independiente de Reino Unido.
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En septiembre de 1944, Roosevelt y Churchill habían llegado a un pacto secreto
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en 1958 los dos países cerraron el Acuerdo de Defensa Mutua entre Estados Unidos y Reino Unido,
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El tratado sigue vigente.
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la Unión Soviética insinuó una amenaza nuclear durante la crisis de Suez en 1956.
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una minoría de nosotros creía que una capacidad nuclear británica beneficiaba a largo plazo a los intereses estadounidenses,
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1983, tras la invasión estadounidense de la isla caribeña de Granada.
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la Administración Reagan trató de revertir el golpe de Estado mediante una intervención militar.
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la Casa Blanca decidió excluir a Thatcher de las deliberaciones.
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humillación que sintió Thatcher al descubrir que su aliado más estrecho había actuado contra una nación de la Commonwealth sin consultarle.
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Thatcher decidió que el revés de Granada no se prolongara y se procedió al despliegue de misiles de rango intermedio en suelo británico.
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los soviéticos habían derribado un avión comercial surcoreano (el vuelo 007 de Korean Air) que se había desviado y entrado involuntariamente en su espacio aéreo.
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El aislamiento soviético se había vuelto tan absoluto como su intransigencia.
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Solo tras su segunda victoria electoral, en junio de 1983, empezó a replantearse formalmente las relaciones entre el Este y Occidente y a avanzar en ese sentido.
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Thatcher organizó un seminario con expertos
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Archie Brown, un profesor de Instituciones Soviéticas en Oxford, sugirió que Thatcher contactara con un líder prometedor
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Mijaíl Gorbachov,
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La idea crucial de Thatcher consistía en dejar de lado a Chernenko y a su generación y, en su lugar, fijarse en los posibles sucesores.
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Mijaíl Gorbachov.
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presidente del Comité de Relaciones Exteriores en la legislatura soviética.[100]
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Thatcher «entendió que era el estilo, mucho más que la retórica marxista, lo que expresaba la esencia de su personalidad».[102]
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«Me gusta el señor Gorbachov. Creo que podemos trabajar juntos».[103]
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«cuanto más encantador es el adversario, más peligroso».[104]
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Reagan basó gran parte de su estrategia negociadora en Ginebra en una carta de Thatcher,
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le aconsejaba cómo relacionarse con Gorbachov.[107]