More on this book
Community
Kindle Notes & Highlights
by
Edith Eger
Aunque probablemente nuestras vidas hayan sido muy diferentes, quizás sepáis a lo que me refiero. Muchos nos sentimos atrapados en nuestra mente. Nuestros pensamientos y creencias determinan —y a veces limitan— cómo nos sentimos, qué hacemos y qué consideramos posible. En mi trabajo he descubierto que, aunque las creencias que nos encorsetan aparecen y nos afectan de formas únicas, hay algunas cárceles mentales comunes que contribuyen al sufrimiento.
Pero sí podía decidir cómo responder al terror y a la impotencia. Por alguna razón, elegí la esperanza.
Martin Seligman y la psicología positiva, el concepto de la «indefensión aprendida». Es decir, cuando más sufrimos es cuando creemos que no tenemos control sobre nuestras vidas, que nada de lo que hacemos puede mejorar los resultados. Encontramos la dicha cuando sacamos provecho del «optimismo aprendido»: la fuerza, la resiliencia y la capacidad de crear el significado y el rumbo de nuestras vidas.
Segundo, de la terapia cognitivo-conductual, la idea de que los pensamientos imprimen nuestros sentimientos y nuestro comportamiento. Para cambiar aquellos comportamientos perjudiciales, disfuncionales o derrotistas, sustituimos nuestras creencias negativas por aquellas que sirven y sustentan nuestro crecimiento.
Carl Rogers, uno de los mentores que más me ha influido, la importancia de tener un autoconcepto incondicionalmente positivo. Buena parte del sufrimiento emana de nuestra falsa creencia de que no podemos ser amados y sinceros, que, si queremos ganarnos la aceptación y aprobación de los demás, tenemos que negar o esconder a nuestro verdadero yo. En mi labor, procuro brindar a mis pacientes un amor incondicional y guiarlos para descubrir que solo somos libres cuando nos quitamos la máscara, deja...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
Buena parte del sufrimiento emana de nuestra falsa creencia de que no podemos ser amados y sinceros, que, si queremos ganarnos la aceptación y aprobación de los demás, tenemos que negar o esconder a nuestro verdadero yo. En mi labor, procuro brindar a mis pacientes un amor incondicional y guiarlos para descubrir que solo somos libres cuando nos quitamos la máscara, dejamos de cumplir los roles ...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
trabajo con la certeza —compartida con mi estimado mentor, amigo y superviviente de Auschwitz, Victor Frankl— de que las peores experiencias pueden ser nuestras mejores maestras, abriendo la puerta a descubrimientos imprevistos y a nuevas posibilidades y perspectivas. La curación, la autorrealización y la libertad provienen de nuestra capacidad de elegir cómo responder a lo que nos depara la vida, para...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
que las peores experiencias pueden ser nuestras mejores maestras, abriendo la puerta a descubrimientos imprevistos y a nuevas posibilidades y perspectivas. La curación, la autorrealización y la libertad provienen de nuestra capacidad de elegir cómo responder a lo que nos depara la vida, para sacar un significado ...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
La libertad es un modo de vida, una elección que hacemos una y otra vez cada día. En definitiva, la libertad exige esperanza, que yo defino de dos maneras: la conciencia de que el sufrimiento, por más terrible que sea, es temporal; y la curiosidad por descubrir qué pasará a continuación. La esperanza nos permite vivir en el p...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
La libertad es un modo de vida, una elección que hacemos una y otra vez cada día. En definitiva, la libertad exige esperanza, que yo defino de dos maneras: la conciencia de que el sufrimiento, por más terrible que sea, es temporal; y la curiosidad por descubrir qué pasará a continuación. La esperanza nos permite vivir en el p...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
No hay libertad en minimizar lo que pasó, o en tratar de olvidar.
No hay libertad en minimizar lo que pasó, o en tratar de olvidar.
Pero honrar el recuerdo dista mucho de seguir anclada en la culpa, la vergüenza, la ira, el resentimiento o el miedo del pasado. Soy capaz de afrontar la realidad de lo que sucedió y recordar que, aunque he perdido, nunca he dejado de elegir el amor y la esperanza.
Pero honrar el recuerdo dista mucho de seguir anclada en la culpa, la vergüenza, la ira, el resentimiento o el miedo del pasado. Soy capaz de afrontar la realidad de lo que sucedió y recordar que, aunque he perdido, nunca he dejado de elegir el amor y la esperanza.
Para mí, la capacidad de elegir, incluso en medio de todo ese sufrimiento e impotencia, es el verdadero regalo que m...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
No es lo que nos sucede lo que más importa, sino lo que hacemos con nuestras experiencias.
No es lo que nos sucede lo que más importa, sino lo que hacemos con nuestras experiencias.
Ahora reconozco que la cárcel más perjudicial está en nuestra mente y que tenemos la llave en el bolsillo. No importa lo grave que sea nuestro sufrimiento o lo sólidos que sean los barrotes, una persona puede liberarse de todo lo que la retenga. No es fácil. Pero vale muchísimo la pena.
Ahora reconozco que la cárcel más perjudicial está en nuestra mente y que tenemos la llave en el bolsillo. No importa lo grave que sea nuestro sufrimiento o lo sólidos que sean los barrotes, una persona puede liberarse de todo lo que la retenga. No es fácil. Pero vale muchísimo la pena.
No cambiamos hasta que estamos listos. A veces es un suceso funesto —tal vez un divorcio, un accidente, una enfermedad o una muerte— el que nos obliga a hacer frente a lo que no funciona e intentar otra cosa.
No cambiamos hasta que estamos listos. A veces es un suceso funesto —tal vez un divorcio, un accidente, una enfermedad o una muerte— el que nos obliga a hacer frente a lo que no funciona e intentar otra cosa. A veces, el dolor que sentimos en nuestro fuero interno o la nostalgia frustrada se vuelven tan intensos e insistentes que somos incapaces de seguir ignorándolo un segundo más. Pero la preparación no viene de fuera, ni se puede acelerar o forzar. Una persona está preparada cuando lo está, cuando algo cambia dentro de ti y decides: «Hasta ahora he hecho esto. A partir de ahora, haré esto
...more
El cambio consiste en interrumpir los hábitos y patrones que ya no nos sirven. Si quieres cambiar tu vida de forma significativa, no te limitas a abandonar un hábito o una creencia disfuncional; lo sustituyes por uno saludable. Tú eliges hacia dónde avanzas. Encuentra una flecha y síguela. Cuando emprendas el viaje, es importante reflexionar no solo sobre aquello de lo que te gustaría liberarte, sino también sobre aquello que te gustaría hacer, o en lo que te gustaría convertirte, siendo libre.
El cambio consiste en interrumpir los hábitos y patrones que ya no nos sirven.
Todo lo que te ha pasado, todas las decisiones que has tomado hasta ahora, todas las formas en que has intentado lidiar con las cosas..., todo importa y todo es útil. No hace falta que hagas borrón y cuenta nueva. Sea lo que sea lo que hayas hecho, te ha llevado hasta aquí, hasta este momento.
La clave definitiva de la libertad está en seguir convirtiéndote en la persona que eres en realidad.
En mi experiencia, las personas que son víctimas se preguntan «¿Por qué a mí?»; las que son supervivientes se preguntan «¿Y ahora qué?».
En mi experiencia, las personas que son víctimas se preguntan «¿Por qué a mí?»; las que son supervivientes se preguntan «¿Y ahora qué?».
El sufrimiento es universal, pero el victimismo es opcional. Es inevitable sentirse herido u oprimido por otras personas o circunstancias. Podemos dar por sentado que, por más afables que seamos o por más que nos esmeremos, vamos a padecer dolor. Nos van a afectar factores ambientales y genéticos sobre los cuales tenemos poco o ningún control. Pero todos podemos elegir si seguir siendo víctimas o no. No podemos elegir qué nos pasa, pero sí podemos elegir cómo responder a nuestra experiencia.
Muchas personas permanecemos en una cárcel de victimismo porque, en nuestro subconsciente, parece más segura. Nos preguntamos por qué una y otra vez, creyendo que, si pudiéramos averiguar la razón, el dolor remitiría. ¿Por qué he contraído cáncer? ¿Por qué he perdido el trabajo? ¿Por qué mi pareja ha tenido una aventura? Buscamos respuestas, intentamos comprender, como si hubiera una razón lógica que explicara por qué las cosas tomaron el rumbo que tomaron. Pe...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
Muchas personas permanecemos en una cárcel de victimismo porque, en nuestro subconsciente, parece más segura. Nos preguntamos por qué una y otra vez, creyendo que, si pudiéramos averiguar la razón, el dolor remitiría. ¿Por qué he contraído cáncer? ¿Por qué he perdido el trabajo? ¿Por qué mi pareja ha tenido una aventura? Buscamos respuestas, intentamos comprender, como si hubiera una razón lógica que explicara por qué las cosas tomaron el rumbo que tomaron. Pero, cuando preguntamos por qué, nos quedamos atascados buscando alguien o algo al que culpar, incluidos nosotros mismos. ¿Por qué me ha
...more
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
Cuando pregunto «¿Y ahora qué?», en lugar de «¿Por qué a mí?», dejo de ofuscarme con el motivo por el que pasó —o está pasando— esta cosa mala y empiezo a prestar atención a lo que puedo hacer con mi experienc...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
El victimismo es el rigor mortis de la mente. Está anclado en el pasado, anclado en el dolor y en las pérdidas y escaseces: lo que no puedo hacer y lo que no tengo. Esta es la primera escotilla para salir del victimismo: afronta lo que sea que te esté pasando con una actitud gentil. No significa que tenga que gustarte lo que sucede. Pero cuando dejas de pelear y resistirte, tienes más energía e imaginación para plantearte «¿Y ahora qué?». Para seguir adelante, en vez de quedarte inmóvil. Para descubrir lo que quieres y necesitas ahora mismo y a dónde quieres ir a partir de ahí. Cada acto
...more
El victimismo es el rigor mortis de la mente. Está anclado en el pasado, anclado en el dolor y en las pérdidas y escaseces: lo que no puedo hacer y lo que no tengo.
Esta es la primera escotilla para salir del victimismo: afronta lo que sea que te esté pasando con una actitud gentil. No significa que tenga que gustarte lo que sucede. Pero cuando dejas de pelear y resistirte, tienes más energía e imaginación para plantearte «¿Y ahora qué?». Para seguir adelante, en vez de quedarte inmóvil. Para...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
Cada acto satisface una necesidad. Muchas personas decidimos seguir siendo víctimas porque nos legitima para no hacer nada a título propio. La libertad tiene un precio. Tenemos que responder de nuestra propia conducta y asumir responsa...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
A veces solo hace falta una frase para señalar el camino para escapar del victimismo: ¿me conviene? ¿Me conviene acostarme con un hombre casado? ¿Me conviene comer un trozo de tarta de chocolate? ¿Me conviene darle un puñetazo a mi marido en el pecho porque me ha engañado? ¿Me conviene salir a bailar? ¿Ayudar a una amiga o a un amigo? ¿Me quita fuerzas o me las da? Otra vía para escapar del victimismo es aprender a convivir con la soledad. Es lo que la mayoría de las personas tememos más que a nada. Pero, cuando una se quiere a sí misma, estar sola no significa estar en soledad.
A veces solo hace falta una frase para señalar el camino para escapar del victimismo: ¿me conviene? ¿Me conviene acostarme con un hombre casado? ¿Me conviene comer un trozo de tarta de chocolate? ¿Me conviene darle un puñetazo a mi marido en el pecho porque me ha engañado? ¿Me conviene salir a bailar? ¿Ayudar a una amiga o a un amigo? ¿Me quita fuerzas o me las da? Otra vía para escapar del victimismo es aprender a convivir con la soledad. Es lo que la mayoría de las personas tememos más que a nada. Pero, cuando una se quiere a sí misma, estar sola no significa estar en soledad.
—Quererte a ti misma también es bueno para los niños —le dije a Emily—. Cuando les demuestras que nunca te perderás a ti misma, les demuestras que ellos tampoco te van a perder. Que estás aquí ahora. Así pueden vivir su vida, sin que tengas que preocuparte por ellos, ellos por ti, etc. Preocupaciones y más preocupaciones. Diles a tus hijos y a ti misma: «Estoy aquí. Me cuido por vosotros». Les darás (y te darás a ti misma) lo que nunca has tenido: una madre sana.
Quererte a ti misma también es bueno para los niños —le dije a Emily—. Cuando les demuestras que nunca te perderás a ti misma, les demuestras que ellos tampoco te van a perder. Que estás aquí ahora. Así pueden vivir su vida, sin que tengas que preocuparte por ellos, ellos por ti, etc. Preocupaciones y más preocupaciones. Diles a tus hijos y a ti misma: «Estoy aquí. M...
This highlight has been truncated due to consecutive passage length restrictions.
escribe lo que quieres conseguir, el tipo de vida que quieres vivir, el tipo de acompañante que quieres. Cuando salgas, parte la pana.
Nuestras mentes encuentran mil maneras brillantes de protegernos. El victimismo es un escudo tentador porque sugiere que, si eludimos cualquier culpa, nos dolerá menos.
El victimismo ofrece una falsa tregua postergando el crecimiento. Cuanto más tiempo nos quedemos ahí, más difícil será escapar.
Nos pueden herir y acusar. Somos responsables e inocentes. Podemos renunciar al segundo premio que nos aporta el victimismo para hacernos con el primer premio: crecer, curarnos y seguir adelante.
El auténtico motivo para escapar del victimismo es poder afrontar el resto de nuestras vidas.
¿Se me acaba el tiempo? ¿En qué he fracasado? ¿Qué he hecho que me haga digna de ser recordada? ¿Cuál es el resultado de mi vida?
Las lágrimas son positivas. Significa que nos han clavado una verdad emocional relevante.
La cárcel del victimismo suele aparecer en la infancia y, aunque seamos adultos, puede condenarnos a sentirnos igual de impotentes que cuando éramos pequeños. Nos podemos liberar del victimismo ayudando a que ese niño interno se sienta seguro y permitiéndole vivir el mundo con la autonomía de un adulto.
Liberarnos del victimismo significa liberar a otros de los roles que les hemos asignado.
En las relaciones y las familias, el papel de víctima suele ir rotando de persona en persona. Pero no puede haber víctima sin culpable. Cuando seguimos siendo una víctima o asignamos a otra persona ese papel, afianzamos y perpetuamos el daño.
Retraerme en mí misma. Creé un santuario dentro de mí, un lugar para mantener a salvo mi espíritu de toda la vorágine de amenaza e incertidumbre.