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by
Ariel Ávila
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May 10 - May 18, 2019
Pero empezamos a extrañar libros como Patria, una novela de Fernando Aramburu, un escritor vasco que cuenta la historia de dos familias en un pueblo de su tierra, enfrentadas porque la ETA, donde milita un hijo de una de las familias, ha asesinado al padre de la otra familia.
Mientras llegan esos libros tenemos que leer estos grandes relatos sobre el conflicto y sus contendientes.
el mayor número de choques militares y estrategias de despliegue militar, ocurrieron en una década que se da entre 1995 y el año 2005. En esa década fue la verdadera guerra.
En cambio, los que sí se fortalecieron estos años y casi que triplicaron su presencia municipal fueros los grupos paramilitares.
Para las Farc-EP y algunos sectores de izquierda, el Gobierno no quería dialogar, y todo se trató de ganar tiempo para reformar las FF.MM. y echar a andar el Plan Colombia. En general, para la sociedad prima la versión del Gobierno.
A la vez, el discurso de “Lucha contra el terrorismo”, que se masificó luego del atentado a las Torres Gemelas ayudó en este proceso.
Mientras las guerrillas tenían como base social a cocaleros, campesinos pobres y colonos, y en algunas ciudades sectores marginales radicales de izquierda, los paramilitares en sus cuatro oleadas lograron el apoyo de ganaderos, narcotraficantes, clase política regional y local tradicional y sectores de las Fuerzas Militares.
sino que en general el conflicto armado colombiano tuvo una geografía principalmente rural.
Por ejemplo, el conflicto armado colombiano se desarrolló sin retaguardias armadas estables, no hubo zonas liberadas.
Fue una guerra en constante movimiento.
Igualmente el paramilitarismo colombiano, si bien tuvo mucha relación con el Estado, nunca dependió financieramente de él. Por ello su independencia frente al Estado.
Los descuartizamientos paramilitares fueron planeados, los secuestros de las Farc o los Falsos Positivos fueron planeados. No fueron casos de “manzanas podridas”.
4. Magdalena sin policía: a principios de 1996, por autorización de la Dirección General el Comando de Policía desmontó los puestos de Guacamayal y Sevilla, zona bananera del Magdalena, y Bella Vista, en jurisdicción del municipio de Fundación, ya que eran blancos fáciles de la guerrilla y la ciudadanía no colaboraba con los agentes del orden.
Sin embargo, lo que más llama la atención del gráfico 3 son los niveles de disputa entre guerrilla y paramilitares que eran bastante bajos, llegando apenas a 60 municipios del total del país en el pico más alto. De ahí, y como lo veremos más adelante, los niveles de enfrentamiento entre GAI es bajo comparado con los niveles de presencia. Según las investigaciones realizadas en al menos el 60 % de los eventos en que se presentaron enfrentamientos entre guerrilla y paramilitares, la iniciativa la tuvieron las guerrillas, es decir, iban a buscar el combate, y solo en un 40 % los grupos
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Uno de los casos más dramáticos sobre el asunto lo es el departamento del Chocó, donde los niveles de violencia fueron causados para forzar el desplazamiento de la población y lograr la posesión de la tierra para la siembra de palma africana
grupos paramilitares que funcionaron como grupos privados de seguridad para logar dicha concentración de la tierra. “Desde el año 2001 la empresa Urapalma S.A. ha
Una segunda circunstancia de la relación entre fuerza pública y paramilitares es la filiación política.
efectivamente el temor al comunismo y las revoluciones nicaragüense y cubana causaron un fuerte temor a las Fuerzas Militares y sectores de derecha del país.
último, los grupos paramilitares aplicaron el soborno a las autoridades militares y públicas.
Es el caso de ciertos sectores de los grupos económicos más representativos (ganadero, bananero, cafetero y comerciantes), que, sintiéndose afectados por las incursiones guerrilleras en el departamento
Durante ese periodo, los grupos paramilitares también establecieron estrechos lazos con las organizaciones de narcotraficantes. Al ampliarse y tornarse más lucrativo el comercio de la droga, muchos de sus protagonistas se transformaron en terratenientes y en dirigentes de otras empresas económicas.
Las fuerzas paramilitares también han sido responsables de ataques cuyo propósito principal ha sido asesinar, aterrorizar y/o forzar el desplazamiento interno de personas civiles, más que destruir o neutralizar objetivos militares legítimos
Por último, los grupos paramilitares en algunos pocos casos o las élites políticas locales, regionales y nacionales en la gran mayoría de los casos se apoyaron en GAI para mantener o aumentar su influencia en la distribución del poder en las diferentes regiones del país.
La Constitución de 1991 y sobre todo la reforma de 1986 que permitió la elección popular de alcaldes y gobernadores causaron grandes traumatismos en la distribución del poder en algunas regiones del país.
los grupos paramilitares lograron tener entrenamiento de extranjeros como mercenarios israelitas.
En 1997, con la ilegalización de las Convivir, y el nacimiento de las AUC como una federación arrancó la segunda expansión paramilitar.
Este cambió se planteó desarrollarlo de forma acelerada y, además, se dispuso la creación de retaguardias que posibilitaran la puesta en marcha de modelos de sociedad asociados al ELN.
Una de las hipótesis de este capítulo es que el paramilitarismo destruyó la base social del ELN, la volvió añicos.
Así, si la política de seguridad democrática fue dedicada a las Farc-EP, la expansión paramilitar se dedicó a aniquilar al ELN. Nótese en el mapa 14 la presencia armada del ELN en 1998.
En primer lugar, el ELN maneja una dinámica de tipo Foquista, donde el camino a seguir es la creación de pequeños grupos guerrilleros que operan en zonas de frontera,
En segundo lugar, desde su nacimiento el ELN es una organización política en armas.
A excepción del Quintín Lame, el ELN se ha diferenciado de las demás guerrillas, incluso del M-19, por su trabajo político con las bases sociales, lo que significa que dedican gran parte de su trabajo a la población de una determinada zona.
Los militantes del ELN participan en juntas de acción comunal, organizaciones sociales y sus destacamentos militares se encuentran en zonas cercanas a don...
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Adicionalmente, la formación de la dirigencia del ELN, en gra...
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En tercer lugar, el ELN tiene una estructura muy descentralizada y autónoma.
si bien el conflicto armado colombiano lleva más de 50 años, lo cierto es que la guerra y la mayor cantidad de victimización se produjo en una sola década, es decir, la verdadera guerra se dio entre 1995 y el año 2005.
Otra conclusión interesante, tal vez la más importante en política comparada, es que Colombia pareciera que siempre va en la vía contraria a la historia. En el hemisferio occidental prácticamente todas las guerrillas de corte revolucionario comenzaron a realizar procesos de paz y a integrarse a los diferentes sistemas democráticos liberales en la década del noventa del siglo XX. La
El conflicto creó una economía de guerra que le dio lo necesario para que la violencia siguiera.
La economía de guerra al parecer es la gran responsable del escalamiento militar de estos años.
Por último, la otra conclusión, más que obvia, es que la guerra en Colombia no fue una situación de coincidencias y azares.
Las relaciones que se establecieron entre algunas estructuras de las Fuerzas Militares y los grupos paramilitares no fue coincidencia y básicamente giraron en tres hechos.
tanto el narcotráfico como los grupos de autodefensa lograron penetrar las Fuerzas Militares mediante el soborno y el tráfico de influencias.
Otro de los cambios fundamentales en la nueva estrategia militar fue el mejoramiento del sistema de inteligencia, y el aparato propagandístico de las Fuerzas Militares.
Con ello, se puso en marcha el gran sistema propagandístico del Ejército que dio importantes resultados dos o tres años después de su inicio y, sobre todo, sería útil para la promoción de las deserciones en las filas de los grupos guerrilleros.
Lo cierto es que desde 1999, el pie de fuerza comenzó a incrementarse aceleradamente y constantemente.
Así las cosas, una de las hipótesis centrales de este acápite es que las Farc-EP ganaron la guerra en 1998, al menos en el sur del país, una victoria militar que, sin embargo, no se tradujo en una victoria política. Esta victoria llevó a que el Gobierno nacional debiera aceptar la Zona de Distensión y realizar un repliegue militar en el suroriente del país.
En el norte del país, los paramilitares habían logrado consolidar su presencia desde mediados de la década del ochenta, zonas conformadas por ganaderos, zonas urbanizadas donde ni el discurso, ni los mecanismos de trabajo político de las Farc-EP lograban penetrar. No tanto por la no existencia de población, que en principio podrían ser más proclives a su discurso y propósitos políticos, sino por la inexistencia de mecanismos y medios para la rebelión.
Las Farc creaban dentro de un municipio un sistema de regulación social que funcionaba en zonas rurales. Sencillamente los habitantes iban de un lugar a otro y cambiaban las reglas de comportamiento. Las Farc llegaron a regular hasta temas de infidelidad. Por otro lado, poco a poco las Farc, por medio de las Juntas de Acción Comunal, establecieron liderazgos locales y muchos de ellos comenzaron a participar en política.
El crecimiento de las Farc-EP y su expansión territorial se financió tanto por la incursión en el negocio del narcotráfico, como por el aumento del secuestro. De hecho, los ingresos de las Farc-EP históricamente fueron más grandes por secuestros y extorsiones que derivados del narcotráfico.
Por ello, con la creación de las AUC, 1997 marcaría no un recrudecimiento del conflicto armado colombiano sino el inicio de una verdadera guerra. Por un lado, se desarrolló la gran expansión paramilitar que abarcó la mitad del país, para 1996 236 municipios contaban con presencia de estos grupos, cuatro años más tarde serían 556 municipios. Tal expansión paramilitar se acompañó de un incremento sustancial del desplazamiento, el homicidio y las masacres.