Hace muchos años, una conocida trabajaba en una escuela primaria en Polonia. Un día, mientras supervisaba a los niños durante el recreo, uno llamó a otro "español". Y este lo entendió como el mayor de los insultos. Así que, ofendido, corrió detrás del primero gritándole que no era español y que no le insultara. Tan solo era moreno y tenía el pelo rizado.
Las palabras, para ser ofensivas, necesitan de un contexto determinado y de una predisposición del ofendido y del ofensor. Así, una palabra...
Published on June 02, 2015 22:08