Informe Especial: Problemas en el submundo

Para quienes crecimos viendo tele en la década del ochenta, Informe Especial siempre fue un ave rara y contradictoria: periodismo de investigación dura facturado por un canal controlado por los militares. A la distancia, era algo que chocaba en fondo y forma. Mientras revistas como Análisis o Apsi indagaban en el poder político y económico de aquellos años, mostrando cómo la edificación de la economía del país iba de la mano con la violencia y los atropellos a los derechos humanos; el programa de TVN construía una suerte de periodismo explosivo que trataba de irse por otro lado, abordando diversos “submundos” que presentaba quizás como dimensiones paralelas, apenas conectadas con la sociedad donde existían.


Cuando terminó la dictadura, Informe Especial tuvo que ponerse al día pero su lenguaje siguió siendo el mismo.


Determinado por el tono que Santiago Pavlovic y Alipio Vera le dieron alguna vez, en el programa todo tema siempre fue cubierto como una zona de guerra, como una crisis permanente. Cuando Canal 13 armó las primeras versiones de Contacto, estas siempre palidecieron ante el programa de TVN: Mercedes Ducci nunca pareció una sobreviviente como Pavlovic ni menos pudo competir ni de lejos con el estatus moral que tenía Patricia Verdugo, que se incorporó al staff de investigadores del programa. En lo básico, el show siguió siendo el mismo, pero mejorado. Informe Especial no cambió porque no lo necesitaba: su pauta era la agenda de los temas de la vida chilena, amén del reporteo in situ de uno que otro conflicto bélico, algo que era parte esencial del sello del programa.


 


¿Si Informe Especial no nos mostraba la caída de Bagdad in situ, quién diablos podría hacerlo?”


 

De este modo, sobrevivió. Devoró su propia caricatura y llegó al presente. Esta semana, sin ir más lejos, presentó uno de los mejores programas de la tele chilena de este semestre: un relato del proceso de la reforma educacional armado desde la perspectiva de los profesores. Conducido por Mónica Pérez, en él importaron más las historias de los docentes en el aula antes que las voces de los especialistas (Beyer, Waissbluth) que parecían hablar fuera de lugar, sin nada importante que decir. Eso era interesante y confirmaba que la estética del programa aún seguía siendo válida. Más allá de la obsesión morbosa de nuestra cultura política con la educación finlandesa en estos días, lo que se ponía en escena era un costado apenas cubierto de la reforma. Así, las imágenes diarias de las salas de clases y los relatos de los profesores sobre la distancia entre su vocación y su sueldo eran más eficaces que cualquier discurso político a la hora de mostrar la complejidad del debate, sus alcances y la relación que tenía con quienes verdaderamente deberán hacerse cargo de sus efectos a corto y mediano plazo.


Marcó 6 puntos. En alguna parte debe haber algún ejecutivo queriendo cancelarlo, aludiendo a algún focus group o llamando frenéticamente a un experto en audiencias que posiblemente no vea tele. Importa poco porque subraya la pregunta que ronda estos días: ¿qué diablos vamos a hacer con TVN? En el prime, por ahora, parece que nadie quiere ver nuestras propias zonas de guerra aunque Informe Especial esté empecinado en mostrarlas. Importa poco. Quizás desde ahí debería construirse el rol que debe cumplir la televisión pública chilena.

 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on November 30, 2014 06:22
No comments have been added yet.


Álvaro Bisama's Blog

Álvaro Bisama
Álvaro Bisama isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Álvaro Bisama's blog with rss.