Capitán Jenny - Capítulo 16


DIECISEIS



Le ardía el pecho.

Intentó abrir los ojos, pero los párpados le pesaban y era incapaz de moverse. Volvió a sumirse en la oscuridad…

Tiempo después, su mirada pudo enfocar el rostro de Potter. Se quiso incorporar, pero una manaza le regresó al catre.

-Quédate quito, muchacho. Aún no te hemos sacado la bala.

¿Bala?, se preguntó Nick en medio de la bruma que amenazaba con engullirlo de nuevo. Entonces recordó lo que había pasado. Recordó a Jenny Cook peleando como una diablesa sobre la cubierta del galeón español, el brazo armado de un enemigo y su maniobra enloquecida para salvarla. Su locura le había costado acabar donde estaba. Suspiró, soltó un quejido por la nueva punzada que lo atacó y maldijo entre dientes:

-Jodida chiquilla.

Fijó la mirada en el techo. Tuvo un escalofrío y volvió a desvanecerse.

Cuando volvió a recuperar el conocimiento, alguien aplicaba un paño mojado en su frente, procurándole alivio. Sentía la garganta seca. Como si hubieran adivinado su necesidad, un brazo fuerte le ayudó a incorporarse y le acercó un vaso de agua. Bebió con ansiedad un par de sorbos y quedó recostado de nuevo.

A Nick no le pasó desapercibido el gesto de preocupación del segundo de a bordo. Debía estar peor de lo que ya se sentía.

-Tranquilo, señor Potter, soy duro de pelar –dijo con esfuerzo.

-¿Cómo te encuentras?

-Hecho un asco.

-Da gracias al Cielo. Ahora podrías ser pasto de los peces.

Nick asintió. Estaba cansado, pero el dolor del pecho había mermado.

-¿Cuándo podré levantarme?

-Aún no, aunque lo estoy deseando. Estás ocupando mi jergón –el conde enarcó las cejas con asombro. No era normal que un simple marinero ocupase el camarote de un oficial, por muy herido que estuviese-. Es lo menos que podía hacer por ti, después de salvarle la vida a ella.

-Me alegro de haberlo hecho.

-Y yo te lo agradezco. Lo cierto es que no debí dejarla saltar a ese galeón.

-¿Ganamos la pelea?

-Puedes jurarlo. El Buena Esperanza siguió rumbo con las bodegas vacías. Conseguimos un estupendo botín, del que te corresponde un buen pellizco.

-Magnífica noticia –dijo, cerrando los ojos de nuevo.

Potter le observó con menor preocupación. Estaba pálido, pero habían extraído la bala y el peligro había pasado. Era un joven con fortaleza y no tardaría en estar de nuevo en pie. Lo cubrió con las mantas y salió del camarote.



 


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Published on February 05, 2013 15:01
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Reseña. Rivales de día, amantes de noche

Nieves Hidalgo
Preciosa la que ha hecho Lady Isabella de Promesas de amor.

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