15 razones para la esperanza
1) La campaña electoral de Nicolás Maduro sigue haciendo énfasis en lo ideológico, un mensaje para sus votantes “duros”, así como en el recuerdo de Hugo Chávez, remembranza que ya dejó de ser lo que era, subestimando el sentido común de la población.
2) Otro mensaje recurrente es el “miedo” a lo que pasaría si llegaran los” otros”. En Argentina el kirchnerismo basó el final de su campaña también en el miedo. Ya sabemos lo que pasó: El deseo de cambio se impuso.
3) El Comando de Campaña oficial, “Venezuela nuestra”, no ha logrado articular una estrategia comunicacional única y coherente. Además de la dispersión de las consignas y los mensajes que se solapan, se suman las iniciativas que comienzan y dejan de realizarse a medio camino.
4) El chavismo es víctima de su propia hegemonía comunicacional y sus diferentes niveles de cámaras de eco. Como demuestra la “encuesta” reciente de Hinterlaces, a Nicolás Maduro le informan sólo lo que él quiere escuchar, alimentando el error de cálculo oficial y la desconexión sobre la realidad del país.
5) Cada obstrucción, sanción y persecución oficial a los actos proselitistas de Edmundo González es contraproducente para los objetivos oficialistas, pues alimenta la épica de su campaña y suma votos de los indecisos (por efecto indignación) a la alternativa democrática.
6) En las teorías sobre comportamiento electoral la preferencia se relaciona con la credibilidad y el nivel de confianza del líder de opinión. La comunicación suele arrojar mejores resultados cuando llega mediada por un vocero que nos influye. Nicolás Maduro genera, precisamente, el efecto contrario.
7) Antiguos partidos del Polo Patriótico y activistas de base del chavismo, que durante años realizaron un importante trabajo a nivel comunitario, en este momento no están haciendo campaña por Nicolás Maduro. Algunos incluso están convocando a votar nulo, abstenerse o votar por otra opción.
8) Los actos de desafío al poder, que han comenzado a verse en regiones y en la ciudad capital, protagonizados por ciudadanos comunes, sugieren la percepción que tal irreverencia es posible ante el derrumbre del sistema de dominación actual.
9) El margen sugerido por las encuestas más confiables del país, salvo la emergencia de un fenómeno electoral (que Nicolás Maduro NO ES), no se revierten en un mes
10) Más del 40% de la población venezolana busca información a través de la plataforma WhatsApp, basada en las relaciones de parentesco y confianza. Esta capilaridad de diseminación de contenidos no es controlable por un poder centralizado, ni por la hegemonía comunicacional.
11) No hay oferta de cambio creíble por parte de una propuesta política que tiene 25 años en el poder.
12) El gobierno de Nicolás Maduro ha criminalizado y revictimizado la migración venezolana, un fenómeno que involucra de manera directa a 8 millones de personas. Sume usted a sus familiares.
13) La migración, la crisis económica, e incluso el descontento, ha mermado el despliegue y presencia de los antiguos colectivos de civiles armados
14) Dentro del oficialismo han comenzado las reflexiones individuales sobre su supervivencia política en un contexto de transición. ¿Cuántos quieren hundirse con el Titanic Maduro?
15) La alternativa democrática ha sintonizado con los sectores populares y está representando la posibilidad de un cambio, la mejora en la calidad de vida y la reunificación familiar.
Rafael Uzcátegui's Blog
