24/ 12: PIJAZOS DE PERFIL, parte VIII

1994 fue un gran año para Perfil, pero nuestros jefes percibían (con distinto grado de razón) dos amenazas jodidas en el horizonte. Una era la improbable chance de que Pavón o Columba (no recuerdo) se pusieran las pilas y le dieran empuje a la línea argentina de Marvel. En estos comics trabajaban básicamente los mismos colaboradores de Perfil, más algún traductor nuevo, ya que yo jugaba para un sólo equipo. O sea que "en la vereda de enfrente" se manejaba muchísima información acerca de lo que pasaba en Perfil. Si se vendía bien, si se vendía mal, si se imprimía en Chile, si se negociaba tal o cual cosa con DC... todo era un permanente "lleva y trae" que –por muchísimos motivos- no amenazaba el liderazgo de Perfil, pero enrarecía un poco el clima de laburo.
La otra amenaza era más palpable: durante el ´94 se activó en serio el circuito de comiquerías, por lo menos en Buenos Aires, y se multiplicó brutalmente la cantidad de ediciones españolas de DC que llegaron a Argentina. Ante eso, en vez de "asustarse", Perfil tenía dos opciones más lógicas: 1) desembarcar con sus comics en este nuevo circuito, cosa que nunca habían querido hacer por acuerdos semi-mafiosos con los distribuidores del circuito de kioscos; y 2) trabar por vía judicial el ingreso de cualquier publicación en nuestro idioma que usufructuara las licencias contratadas por la editorial (Batman, Superman, etc.). Pero no. Se asustaron e hicieron esta lectura errónea: le estamos dando ventajas a este nuevo circuito porque nosotros publicamos material de los ´80 y las comiquerías traen de España y EEUU el material más reciente. De pronto, la solución mágica para "ganarle" a las comiquerías era publicar material mucho más nuevo, con nueve o diez meses de delay respecto de EEUU (que es lo que hacía Forum com Marvel, por ejemplo).
En Enero de 1995 se firmó un contrato sumamente ambicioso con los representantes de Warner: Zero Hour en tomo único, Wonder Woman, Outsiders y revistas dobles y quincenales para Superman y Batman. Más la continuidad de Las Aventuras de Batman, que era el título más taquillero de la línea. Esto significaba el fin de ambas Ligas y de Flash, pero también una ampliación grossa de la línea y la posibilidad de trabajar un formato con el que nosotros rompíamos las bolas desde el principio: los números de 48 páginas. Y por supuesto, el atractivo (a mi juicio endeble) de llevar a los kioscos historietas que en España todavía no se habían editado, y a un precio infinitamente más accesible que el material que importaban las comiquerías. La calidad de las historietas era –a grandes rasgos- de mediocre para abajo, pero comercialmente podía funcionar.
Y así empezó una maratón de varios meses de hiper-producción, de sacar con fritas toneladas de traducciones. Hasta que a principios de Abril, Osvaldo Tangir me dice "Aflojemos un cachito el ritmo. Tomate una semanita de descanso y yo te aviso para cuándo necesito los próximos números de cada revista". Pasa la semanita, llamo por teléfono y Osvaldo me dice "Sigue todo parado, bancá que yo te aviso cuándo retomamos". Al resto de los colaboradores les había pasado lo mismo. Se acercaba el día en que Hora Cero iba a impactar en los kioscos y de pronto, la nada, el silencio. En la revista de Superman, en vez de la trilogía de Supergirl y los genocidas de Krypton, sale un unitario que iba después. ¿Qué carajo pasaba? Nadie sabía nada, o por lo menos a nosotros nadie nos decía nada. Por suerte no hubo problemas para cobrar: yo llegué a cobrar por la trilogía de Supergirl, varios números de Las Aventuras de Batman, todo Hora Cero y los dos primeros números dobles de Superman y Batman, todo material que quedó inédito. Pero lo importante era saber si la cosa seguía o no y en Perfil se hacían olímpicamente los boludos.
El dato llegó por el lado menos predecible: el ejecutivo de International Licensing (la empresa que representaba a la Warner en Argentina) que habitualmente negociaba los contratos con Héctor Chevalier, y que además había trabado amistad con Rafa de la Iglesia. "Mañana me reúno con Chevalier", habilita este muchacho, un día a fines de Abril. Y al día siguiente, de la misma oficina nos llega la confirmación que no queríamos escuchar: "Muchachos, Chevalier canceló el contrato. Se quedaron sin laburo". Ahora sí, siamo fuori. ¿Qué pasó ahí? Nunca lo sabremos. Se dio esa bizarreada extraña, ese bache cuasi-imposible de la lógica que hace –por ejemplo- que Macri se presente a elecciones y las gane. Y lo peor de todo: no nos enteramos por nuestros jefes de Perfil, sino por terceros. Si era por Perfil, nosotros todavía estábamos esperando el llamado de Tangir para saber cuándo retomábamos el ritmo de las entregas. ESE es el pijazo que más me dolió. Incluso más que quedarme sin laburo.
Mañana, las consecuencias.
Published on December 24, 2011 11:38
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