Crítica: MARÍA, REINA DE ESCOCIA

El duelo entre Saoirse Ronan y Margot Robbie, ambas como reinas de Escocia e Inglaterra respectivamente, se desarrolla entre gloriosos parajes y un más que cuidado vestuario que refleja a la perfección una época regida por la fortaleza de ambas y las maquinaciones de sus consejeros. Esta semana hemos visto: MARÍA, REINA DE ESCOCIA. Mary Queen of Scots presenta a María Estuardo (Saoirse Ronan), que enviuda y vuelve a Escocia desde Francia para reclamar el derecho al trono de Inglaterra a su primar Isabel I (Margot Robbie). Un biopic de esa parte de su vida que refleja el poder de ambas en una época dominada por malos consejos y traiciones. Una Saoirse Ronan que demuestra, por si a alguien no le había quedado claro, que es una de las actrices más versátiles y con mayor proyección de la época. Podría haberse ganado una nominación aunque al final no ha sido así. Lo mismo para Margot Robbie como secundaria, tampoco ha tenido suerte, pero vuelve a demostrar la gran actriz que es. Ambas interpretan mujeres poderosas con oscuridad en su interior. Afanadas por el poder y, sin embargo, unidas por el hijo de la primera, que lograría unir por fin a Inglaterra y Escocia bajo el mismo reinado. Sin embargo, la vida de María Estuardo no fue nada fácil, como bien refleja la película dirigida por Josie Rourke. Farragosa en momentos, acelerada en su parte final y que rezuma cierta dosis de frialdad. Sin embargo, logra brillar en el apartado artístico y por ello bien merecidas tiene sus dos nominaciones al Oscar: a mejor Vestuario y a Maquillaje y peluquería. En definitiva, MARÍA, REINA DE ESCOCIA, es una buena película en todos los sentidos. Las imágenes, la fotografía y sus personajes son potentes y con carisma, un diseño de vestuario impecable que refleja la época a la perfección y, sobre todo, Saoirse Ronan y Margot Robbie demostrando su brillantez una vez más. A quienes le gusten los biopics tienen aquí uno muy interesante. No os la perdáis.