Allá van esas mujeres, líquidas, en hilera, parlanchinas, risueñas, despelucadas al viento, algunas preñadas, dispuestas a todo, tras esa muchacha que vino a tentarlas con su discurso loco, que vino a hablar de equidad y de justicia, que vino a encantarlas con su flauta de oro duro y les dijo que en realidad eran libres hasta para matarse, como una tal Virginia Loba que dizque escribía. Y ellas sin más se fueron dejando atrás todos los cacharros. Y los hombres del pueblo seco las ven ahora alejarse como una bandada de pájaros.Pobres diablos, sin labios, que todo lo daban por sentado, que no aprendieron nunca, tan siquiera a silbar.
Published on April 24, 2017 19:49