Crítica: FAST & FURIOUS 8

La octava película llega con más velocidad y furia que nunca, pero se la acaba de pegando como todas. Sin frenos y con una sensación de estancamiento permanente, mejor acudir al cine con la mente en blanco si se quiere disfrutar de artificio, tipos duros y traiciones que no engañan a nadie. Ah, y también salen coches. Esta semana hemos visto: FAST & FURIOUS 8. No me voy a detener mucho con esto, así que lo haré como reza la película. Porque si algo quiere el espectador una vez está viendo la película, es que acabe cuanto más rápido mejor. Así que saldremos de ahí tan rápidos y furiosos como Dom al volante de cualquier cosa que lleve cuatro ruedas y pueda derrapar. Mientras está de luna de miel con una mujer que solo sabe poner cara de asco (Michelle Rodriguez) se encuentra con Cipher (Charlize Theron), que le ofrece un trabajo que no podrá negarse a hacer. Eso le llevará a traicionar a su familia, y ahí acaba el guión. Jason Statham y The Rock, los únicos que se salvan y brindan escenas de acción de cierto interésMientras eso sucede nos encontramos también con Dwayne Johnson y toda la tropa de flipados que forman la familia. El caso es que cuando aparece Jason Statham en pantalla se lo come a todos con patatas y disfrutamos de los mejores momentos de la película, mezclando comedia y acción y demostrando que es uno de los grandes. El resto se preocupa solo de mostrar músculos, chascarrillos que dan vergüenza ajena y demostrar que cualquier excusa es buena para utilizar un cochazo para las estúpidas misiones que se les asigna. La incorporación de Charlize Theron al elenco no hace más que afirmar aquello de que más es menos, pues ni aporta carisma suficiente y lo único que intuyo es que el talón era suculento, aunque ni ella sabe qué hace en la película.
FAST & FURIOUS 8 es una película de acción desproporcionada, llena de artificios y sin ton ni son. Vaciad vuestros cerebros, si podéis, y no penséis si queréis pasarlo medianamente bien. De lo contrario asistiréis a un derroche de excesos a raudales, conversaciones estúpidas, alianzas patéticas y graciosos de turno (Tyrence Gibson) que no hacen gracia ninguna. Sin embargo, lo mejor son las escenas de acción en la que interviene los coches, sobre todo una primera carrera que supone un buen comienzo al filme. También asistiremos a la cosificación de la mujer como reclamo para las carreras, algo que gustará mucho a las feministas. El equipo comienza a ser excesivo. Una purga no le iría nada malEn definitiva, un guión escaso y falto de ideas que hacen de FAST & FURIOUS 8 una película de acción más, una mera excusa para seguir haciendo caja y aburrir a sus fans con más de lo mismo. Jason Statham y The Rock se salvan, pero el resto ni están ni se les espera. Plagado de chascarrillos y topicazos, conversaciones de tipos duros que dan grima y un sinfín de fuegos artificiales en más de dos horas que no pasan demasiado rápido. Vosotros decidís, pero sabéis a lo que vais.
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Published on May 03, 2017 13:03
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