Crítica: UN MONSTRUO VIENE A VERME

Tras El orfanato y Lo imposible, Juan Antonio Bayona se ha ganado el derecho de ser uno de los realizadores españoles más importantes del momento. Lo que está claro es que el público se ha entregado y ha acudido en masa a los cines para disfrutar de una historia con muchos mensajes. Otra oda a la relación materno-filial que logrará emocionar al espectador. Esta semana hemos visto: UN MONSTRUO VIENE A VERME.

Juan Antonio Bayona dirige un melodrama de fantasía gracias al cuento infantil de un Patrick Ness que también ha escrito el guión. Un niño llamado Connor pasa uno de los peores momentos de su vida: rabia, frustración, acoso escolar... Un adolescente en apuros, vaya, su mundo se tambalea hasta que aparece un terapeuta en forma de árbol y cuentacuentos; tres de ellos les serán contados a cambio de que el pequeño cuente el cuarto y último. Demoledor, preparad los pañuelos.
Connor (Lewis MacDougall), es un niño, aunque más bien todo un adulto que ha crecido antes de tiempo viendo cómo su madre (Felicity Jones) se consumía año tras año debido a una enfermedad. Con una abuela (Sigourney Weaver) rígida y recta como pocas, y con la que no se lleva bien, Connor ve cómo se acerca el abismo y no puede detenerlo. Además, sin apoyo de la figura paterna, al que dejan por los suelos, por cierto, algo que aporta un mayor infortunio en la situación del niño, que es directamente proporcional a la empatía que genera en el espectador. Es uno de los aciertos de UN MONSTRUO VIENE A VERME, quizás el que más.
Felicity Jones es la madre de Connor, vital en el desarrollo de su infancia y eje central de la tramaPero la película de Bayona cuenta con un elemento de originalidad lleno de fantasía que la desmarca de una película dramática como cualquier otra. El monstruo, con voz de Liam Neeson, hurga en la herida de Connor y lo transporta a un viaje a través de sus miedos. Brillante y magnífico el árbol que gana vida con efectos aplastantes y reververantes, una calidad y detallismo que emociona no solo por su aspecto, sino también por la factura técnica de unos cuentos de acuarela que son tan bellos y didácticos como dolorosos. Unos cuentos que guían a Connor hacia una madurez que explota tras todos los golpes sufridos en su corta etapa.
UN MONSTRUO VIENE A VERME sabe explotar las emociones, no solo de Connor y de su abuela, sino del espectador. Quizás de un modo demasiado evidente, sí, pero la fuerza de las imágenes y de las escenas hacen que despierte la empatía en el espectador. Para ese entonces ya habéis sacado los pañuelos. Podemos decir que Bayona es un maestro del drama y de las relaciones materno-filiales que, además, ha logrado sacar lo mejor de Lewis MacDougall, Felicity Jones y Sigourney Weaver; un elenco de actores que, junto al monstruo de Liam Neeson, consigue emocionar y guiarnos en el camino de la pérdida. La solidez de la película es incuestionable hasta en los momentos de fantasía, donde la destrucción y las fábulas logran hacernos temblar y enseñarnos más de una lección.
El monstruo es como Groot de guardianes de la galaxia, aunque tiene más mala leche, diría yoLewis MacDougall evoluciona junto a su personaje, un comienzo algo dubitativo que se queda solo en eso, puesto que el actor es casi lo mejor de la película. Felicity Jones en su papel de madre logra aportar el toque lacrimógeno que todo drama ha de tener; la actriz de La Teoria del Todo sabe arrancar las lágrimas de un espectador que logrará a duras penas mantener el tipo en sus escenas. Sigourney Weaver es la abuela recta con la que Connor choca una y otra vez, una actriz veterana que engrandece el conjunto allá donde va. Pero si de alguien hay que hablar, y luce como nadie, es del monstruo. Una bestia que se alza dentro de nosotros, que nos mira a los ojos y nos aterroriza con su verdad. Una verdad en forma de fábulas que golpean una tras otra para llevarnos de la adolescencia al despertar de la vida.
Unas escenas que revitalizan el filme y aportan una fuerza tremenda cuando desata su poder. Los efectos especiales del monstruo son increíbles y la compenetración con Connor es evidente. Crudeza y realidad unidas en un monstruo que viene a verle a él, pero que en realidad viene a vernos a todos. UN MONSTRUO VIENE A VERME a veces es sensacionalista, sí, pero a Bayona le gusta tocar la fibra y ahondar en los sentimientos de sus espectadores. Conmover y emocionar, eso es cine, faltaría más. No hay que comentar, por tanto, que es la mejor película de Bayona hasta el momento. Y supongo que sabréis que la próxima de Jurassic World vendrá de su mano. Deseando estamos de ver lo que puede hacer con un presupuesto tan alto.
La evolución de Connor, su despertar, tienen mucho que ver con la visita del monstruo y sus fábulasEn definitiva, UN MONSTRUO VIENE A VERME es un viaje hacia nuestro mundo interior y un paseo por nuestros miedos. Una película que enseña y conmueve a partes iguales, que emociona y entristece, que sabe golpear donde más duele y lo hace a ritmo de fantasía y drama, convirtiéndose en una de las mejores películas del momento. Bayona es uno de los grandes directores españoles, se lo ha ganado a pulso. Id a ver al monstruo sin falta.
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Published on October 13, 2016 12:49
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