Emmanuel Rincon's Blog, page 5

June 8, 2017

El opio de un pueblo, en una realidad paralela (ejercicio imaginativo)


Se jugaban los cuartos de final de la Copa América centenario, dícese, el torneo internacional de data más antigua en el Planeta Tierra (no hay más que decir). Un siglo no es poca cosa, son cien años donde se han desatado dos guerras mundiales, las naciones de África se liberaron de sus yugos (ahora son independientes, aunque no por ellos mejores), se erigió un muro en Berlín que dividió a Alemania y también cayó, diversas confrontaciones ideológicas dieron por resultado la guerra fría, una isla del caribe lleva más de la mitad de ese siglo sumida en un proceso autodestructivo, y en ese tiempo han pasado millones de humanos por el mundo tratando de vivir (algunos), sin dejar vivir (otros), el “live and let live”, claramente no aplica para todos. Ha pasado ello, y tantas cosas más en este tiempo, y el fútbol sigue en pie, no importan los cambios, las evoluciones, las etapas, el fútbol resurge, está más vivo que nunca, puede hacer olvidar las penas de todo un país durante 90 minutos, así como también sumirlo al caos y a la barbarie en cuestión de segundos. No era solo América quien celebraba el fútbol, en Francia también se jugaba la copa europea (Eurocopa), en las frías calles galas los rusos hacían desastres, los ingleses caían en las retaliaciones de los soviéticos produciendo destrozos, y lo que debió ser una fiesta para celebrar el deporte, de a poco empezó a convertirse en un motivo para disentir; aquel que creó al fútbol, jamás imaginó que aquel juego de once contra once y un balón podría ocasionar tanta violencia, tanto amor, tanta barbarie, tanta pasión, y a su vez tanta muerte, jamás pudo prever que un acto tan banal como perseguir a una pelota para introducirla entre tres palos pudiera definir con tanta frialdad y precisión el carácter de un pueblo; por ahí hay quien dice que si los italianos han ganado mundiales es gracias a su fanatismo empedernido, si Holanda o Bélgica (eternas promesas), nunca han podido ganar nada a pesar de sus grandilocuentes jugadores, es precisamente por su falta de rebeldía, su falta de amor propio; los ingleses y su frialdad (no importa el talento y la preparación cuando no se deja el alma), los alemanes, defendiendo su raza aria, ¿qué no son suficientes ejemplos de que el fútbol es el retrato de nuestras sociedades? Cuando Italia perdió la final de la Eurocopa contra Francia en el año 2000, podía verse a los italianos arrojar sus televisores por las ventanas, y llorar a moco tendido durante días; se dice que el país se sumió en un despecho colectivo sin igual, comparable quizás únicamente al lamento ocasionado por la intromisión en la devastadora segunda guerra mundial. Lo mismo sucede con los argentinos (eternos pasionales y nacionalistas), dejan todo por la camiseta, los brasileños, cuya alegría, sabor y entusiasmo han sido capaces de conquistar el planeta del balompié en cinco ocasiones; todo aquello cobra sentido y vigencia al retratar al venezolano como el típico borracho millonario, siempre pendiente de mujeres y una fiesta, sin importarle las consecuencias de sus actos; pasa con sus gobernantes, pasa con su gente, ¿por qué serían distintos sus futbolistas? ¿Por qué esperan sus ciudadanos que sean ellos la excepción de un eterno bochiche?   La Copa América centenario se llevaba a cabo en Estados Unidos, Venezuela jugaba su partido de cuartos de final frente a la Argentina del D10S Messi, campeona del mundo en un par de ocasiones; aquel que piensa que la política y el futbol nada tiene que ver, que indague como la dictadura argentina en el año 78 se las ingenió para sacar Campeón del mundo a la selección liderada por Kempes y Pasarella.El encuentro se desarrolló como se esperaba (en todo el mundo), menos en Venezuela, en Venezuela había ilusión, entusiasmo, confianza, confianza que no derribó ni siquiera el pase magistral que le diera Messi a Higuain en el minuto 8’ que desembocará en el gol del ariete del Napoli (tierra al sur de la bota italiana donde Maradona fuera el capo y ahora lo era Gonzalo). Durante los primeros 25’ minutos el asedio argentino fue imparable, cuando Venezuela empezaba a pararse bien en la cancha Figuera, aquel 5 que había tenido una copa fantástica, cometió un error de esos que te marginan de por vida, justo en el momento más importante de su carrera, le tira una asistencia al propio Higuain para que solo frente a Dani Hernandez lo sacara a pasear y anotara el 2 – 0; parecía el fin del partido, pero Venezuela comenzó a apretar, los últimos diez minutos del primer tiempo fue todo para la  vinotinto, Salomón Rondón cabeceó un córner estrellando la esférica en el palo, la imagen de un hincha venezolano lamentándose por la jugada fue memorable; el lateral izquierdo Rolf Felstcher probó de fuera del área, el balón se desvío en el defensor argentino, y con las uñas Romero volvió a salvar el arco de la albiceleste; con tiempo cumplido el guardameta argentino debió salir de nuevo en rescate de su selección, se arroja sobre los pies de Josef Martínez derribándolo, el árbitro decreta penal, las expectativas de más de 30 millones de venezolanos crecen, se pueden ir al descanso solo un gol por debajo, Seijas es el encargado de patear al balón, los hinchas vinotintos gritan eufóricos, su selección está muy cerca de conectarle un gancho a la poderosa selección de Messi; Seijas se prepara, se perfila, con Santa Fe había sido héroe desde la tanda de penales, da los primeros pasos, y… pica el balón dejándosela a Romero en las manos. Precipitadamente la ilusión de más de treinta millones de venezolanos se extinguió en ese instante, así, en cuestión de segundos, los pies del valenciano echaron a la borda el sueño de tantas personas necesitadas de una felicidad, menesterosas de que el balón acariciara la red, de que el fútbol fuera su opio; no encontraron salvación.En el segundo tiempo había que hacer borrón y cuenta nueva, los otros diez integrantes de la selección podían hacerlo, Seijas no, es de asumir que tardará años en sacarse de la cabeza ese momento, ese instante absurdo en el cual decidió patear con tanta negligencia el balón en una oportunidad tan comprometida y escasa. Dudamel leyó el pensamiento de todo aquel con un ápice de conocimiento sobre el mundo del balón, sustituyó a Seijas cuando el partido (aunque bien remotas), seguía teniendo posibilidades de ser revertido. Pero justo cuando el alma empezaba a curtirse de los errores del pasado, Vizcarrondo, como ya había hecho en otras ocasiones, tira un pase impreciso a Tomás Rincón que es interceptado por Gaitán quien combina con Higuain, este con Messi, le devuelve el balón a Gaitán, y como acostumbra a hacer el mejor jugador del mundo, pica al área para recibir nuevamente y anotar el 3 – 0, allí acabó todo, de la mano del mismísimo D10S. Venezuela había hecho todo lo posible por sacarse de la copa, salvo el primer gol argentino, los otros habían sido más errores propios que aciertos rivales (¡y, vaya errores!), con el partido muerto la vinotinto lo siguió intentando, Salomón Rondón tras centro del Lobo Guerra golpeó con furia una vez más un cabezazo para anotar el primer gol para Venezuela, y hacer brotar una vez más la efímera esperanza, esperanza que no duró ni un minuto, pues al reanudarse el juego Dani Hernández dejó colar en su área un remate débil de Erik Lamela que puso el partido 4 – 1 decretando el jaque mate; no sería el futbol quien le regalaría a Venezuela el opio que le permitiera distanciarse de su aguda realidad por tan solo unos días.[…]En un mundo paralelo Figuera no le regala el segundo gol a Higuain, el primer cabezazo de Salomón Rondón choca en el palo y se mete, Seijas patea el penal a un costado anotando el 2- 1 para la vinotinto, en Venezuela la gente se embriaga por la algarabía del resultado; en la segunda etapa Vizcarrondo tampoco obsequia el tercer gol de Argentina, el astro albiceleste pasaría entonces desapercibido (salvo la genialidad del primer gol, el mejor jugador del mundo no tendría mayores oportunidades); con la tercera anotación de la vinotinto se decreta su victoria, en esa realidad paralela Venezuela avanza a las semifinales derrotando la selección de Messi, quien antes del partido se veía como un D10S imbatible; el escandalo no es para menos, si se venció a Argentina, no debe haber duda que pueda hacerse lo mismo con Estados Unidos y avanzar hasta la gran final; en medio de los festejos (hay caravanas llenas de licor en varias ciudades del país), ya que como buenos venezolanos cualquier excusa es útil para embriagarse y olvidar sus penas; suelen reír en las desgracias, y reír aún más en los triunfos, ¿la diferencia?, la efusividad.En Caracas un fanático alcoholizado con franela vinotinto choca una patrulla policial cerca de la Plaza Altamira cuando escuchaba el tercer gol en la radio, los agentes, evidentemente molestos, puesto que no han podido ver el juego por “cuidar las calles del hampa” se le van encima al sujeto para apresarlo y lo agarran a golpes (para colmo, el supervisor de aquella patrulla es de ascendencia argentina, de esa ola que emigró del sur en la dictadura de la década de los 70); entre tanto alboroto aparecen cientos de hinchas que se han apoderado de las calles a protegerlo, la camisa vinotinto es aquel día sinónimo de victoria, de arraigo, también de unión; se desata de pronto una riña colectiva, todo porque Venezuela ganó un partido de fútbol, un carajo se pasó de tragos y unos policías insatisfechos decidieron cobrarse su arrechera con el tipo que presumía su “libertad” y la victoria aquella noche. Poco a poco se regó la voz, los alrededores de la Plaza Altamira se llenaron de hinchas violento y ebrios, y también de miembros de la Policía Nacional, los amigos del sujeto que intentaba detener la policía (también pasados de tragos) se van a los golpes con los pacos, las patrullas que llegan no ven de otra y empiezan a disparar perdigones y bombas lacrimógenas, por Twitter se hace tendencia la batalla entre civiles y armados, toda la gente que celebra en las calles de Caracas se van al mismo punto de batalla a defender su selección; la riña se ha politizado, lo que empezó como una victoria futbolística terminó en una pelea que dice la gente (se debe a que los policías eran pasteleros e iban por Argentina), de pronto todo se sale de control, unos fanáticos molestos empiezan a quemar cauchos y tumbar postes de luz, le toca al ejército a salir a las calles para controlar la situación, pero hay demasiado alcohol en la sangre de los venezolanos para pensar en las consecuencias de sus actos. -       ¡Maldito, maldito Maduro de mierda! –Grita un hincha vinotinto-, tumbemos a ese cabrón, ese hijueputa nos quiere echar la pava, aparte es colombiano, por eso manda a reprimir a la gente cuando gana la selección.En el apogeo se dirigen cientos de personas histéricas a las afueras de Miraflores a pedir la renuncia del primer mandatorio (hoy no es por alguna razón lógica, hoy es por pastelero), el palacio Presidencial se encuentra custodiado por cientos de guardias nacionales y agentes del SEBIN. Maduro tiembla en el interior del edificio, no puede creer que la escasez de comida, medicinas, la inseguridad, la corrupción, y el pisoteo constante a la constitución no haya sido capaz de propiciar un estallido de esta índole, y lo haya hecho un juego de la vinotinto. Entonces sale en Cadena Nacional para tratar de calmar a los manifestantes, anuncia que a partir de ahora se prohibirá la transmisión en Venezuela de los juegos de la vinotinto, ya que los mismos se llevan a cabo en Estados Unidos y son un claro intento del imperio por desestabilizar a la nación. El pueblo se arde en cólera, de las ventanas de los edificios caen los televisores teniendo como última imagen el bigote presidencial, se apuestan más personas en las calles, los manifestantes en las afueras de Miraflores le explican a los guardias que la vinotinto es de todos, que son la unión de todo un país, y que el verdadero enemigo es Maduro, porque él apoya a James y a la selección Colombia. Entonces los guardias se retuercen, justamente los que estaban en custodia aquella noche fueron subcampeones en el nacional de fútbol sala que elabora la fuerza armada nacional; el comandante de dicho estamento ordena a los suyos apartarse y dejar a los protestantes hacer de las suyas, una multitud enardecida penetra en Miraflores, Maduro acorralado firma su renuncia y escapa en un helicóptero, a los días aparece en Cuba, minimizado, débil, desprovisto de poder, y a Diosdado Cabello lo apresan junto a los “jerarcas de la revolución”. Venezuela entra en jubilo, salieron de Maduro y ahora están por disputar las semifinales de la Copa América, justamente frente a Estados Unidos, el enemigo acérrimo de la patria, la pesadilla de todo revolucionario; por aquel entonces lo más de treinta millones de venezolanos se unen bajo un solo objetivo, dándole finalmente a Chávez la razón: ahora sí serán los gringos quienes conspiren para dañar al pueblo y evitar que lleguen a la final de la copa. […]
En un mundo paralelo esto fue lo sucedido, esa es la realidad de otra porción del universo, en otra dimensión; si tan solo Figuera y Vizcarrondo no hubiesen regalado los dos goles, si tan solo Seijas hubiese pateado bien el penal (ahora ven que tan importante puede resultar la definición de un penal en la vida de millones de personas), esa realidad también sería la nuestra, pero eso no fue lo que pasó, nuestra historia es la de la derrota, y no la podemos cambiar; quien piense que la política y el fútbol nada tienen que ver está muy equivocado. El fútbol es el opio y también el retrato de los pueblos.
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Published on June 08, 2017 15:34

May 29, 2017

El lado oculto de Nicolás Maduro; su historia y sus vinculaciones con el terrorismo y narcotráfico


Pocos sabrán que el actual mandatario venezolano, en su pasado fungió como guardaespaldas de José Vicente Rangel durante la campaña presidencial del año 83, es decir, que su cuerpo alargado servía como muro de contención y barrera a cualquier intento de agresión contra el candidato, o que sus brazos se empleaban para abrirle paso a José Vicente cuando se decidiera a caminar en medio de una multitud; no en vano, su metro noventa, le facultaba para ser un perfecto receptor de balas, golpes, y hasta huevos, como bien supo demostrar durante su paseo militar por la apacible San Félix. Pero antes de eso hay una historia, una no muy interesante, pero la hay, desde un nacimiento en no se sabe dónde, que hoy día sigue siendo un misterio, puesto que ni sus propios allegados logran ponerse de acuerdo, a las andanzas de un niño, y luego adolescente, que fracasó en todo lo que intentó hacer. Hace un par de días Nicolás apareció tocando el piano dándonos muestras de por qué abandonó los instrumentos para usar su cuerpo como muro de contención. No sabemos si intentaba darnos un mensaje de amor a la música luego que sus esbirros asesinaran a Armando Cañizales, o rompieran el violín de Willy, pero lo cierto es que cada vez que aparece para darnos muestras de sus “destrezas” únicamente fracasa; está claro, que en lo único que ha triunfado, es en consagrarse como represor y asesino de ciudadanos, pero vamos poco a poco. Esta triste historia comenzó en Caracas, donde un adolescente Nicolás Maduro desistió de sus estudios de bachillerato para dedicarse a tocar el bajo en una banda de rock, o al menos, aquello cuenta la historia oficial. Lo cierto es que, durante décadas al hoy presidente de una nación, no se le conocieron logros, mucho menos esfuerzos, o habilidades, el mensaje de Hugo Chávez al designarlo como sucesor era claro: a presidente de la República puede llegar cualquiera, no se necesitan pergaminos, títulos o destrezas.  En los años 80, con la mayoría de edad cumplida, Nicolás Maduro vivía de las arcas de su padre, no se había preocupado por educarse, mucho menos por trabajar, y sí por gritar consignas de izquierda y afirmar que el mundo era un lugar injusto, ya que mientras otros paseaban en autos del año, a él le tocaba resignarse con el Fairlane anticuado de su padre. De esa forma su corazón empezó a ir ahorrando… resentimiento, pues claro está que dinero no podía acumular vagueando por las calles de manera indefinida. Fue entonces cuando acercándose a los grupos de izquierda, el grupo de José Vicente Rangel le da la oportunidad de ganarse el pan: tú lo único que tienes que hacer es poner el cuerpo y aguantar coñazos –le dirían-. Maduro aceptó, puesto que no tenía otros talentos, tampoco ambiciones, solo sabía que quería “igualdad”, que quería tener en su cuenta bancaria la misma cantidad de dinero que el abogado del frente, que el médico de la clínica por la que pasaba cada mañana, o el ingeniero que había construido los puentes y elevados por los que se trasladaba día tras día. Luego de que la propuesta de José Vicente Rangel fuera claramente rechazada por el pueblo, su salario sufrió el mismo destino, ya no tenía a quien servirle de guardaespaldas, así que tuvo que buscar otro empleo, ¿y qué otra cosa sabía hacer Nicolás Maduro?, manejar un carro, y así fue como se convirtió en chófer de Metrobús. Detrás del volante tampoco resultó ser muy exitoso, en muy poco tiempo se hizo con el record de más unidades de Metrobús chocadas en la historia de la empresa, y también supo apuntar su nombre en lo más alto, en la lista de ausencias “justificadas”, siempre relacionadas con cuadros de asma o fiebres. Sus contactos con grupos izquierdistas, y su deplorable actuación detrás del volante, lo llevaron a probar nuevos destinos, y fue así como terminó en Cuba, realizado cursos de adoctrinamiento de cuadros políticos de izquierda en la escuela Ñico López; allí permanece durante casi dos años, fomentando su odio hacia la derecha, aprendiendo a implantar un modelo político tan “eficiente”, como el modelo cubano, en lo que a él respecta, un modelo de igualdad y felicidad. Es más fácil construir miseria para todos, que propiciar las bases de la riqueza.  De vuelta a Caracas, su tiempo se divide en fomentar la pereza, la apatía, y la inconformidad; su condición le parece deplorable, pero no hace nada en lo absoluto para cambiarla, únicamente contribuye quejándose e intentando sumarse a grupos de izquierda que comparten su odio por la gente que ha logrado acumular riquezas. Pasados un par de años, decide volver a ponerse detrás del volante, logra aliarse con los miembros del sindicato del sistema de transporte, y así reingresa a la nómina de conductores, a pesar de su record poco confiable. Allí, gracias a las enseñanzas aprendidas en Cuba, consigue posicionarse como uno de los jefes en el sindicato, y esto lo faculta para ausentarse del trabajo las veces que quiera, negociar con los representantes de las empresas para las cuales laboran, y exigir cada vez mayores beneficios, a cambio de menos trabajo; estos azares de la vida lo llevan a conocer a Cilia Flores, estudiante de derecho que se tilda a sí misma de “revolucionaria e izquierdista”, con básicamente los mismos propósitos que el chófer de autobús.  En el año 92, un 4 de febrero, luego de abandonar su oficina de trabajo, se entera por los medios de comunicación que un grupo de militares están llevando a cabo un golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez, la noticia estremece a Nicolás, y a la mañana siguiente cuando ve a Hugo Chávez por los medios de comunicación declarando que “por ahora”, los objetivos planteados no fueron logrados, sintió un flechazo en el corazón; fue amor a primera vista, ese hombre que se había robado la atención de todo un país, era desde ahora su líder. Es por ello que un par de meses después Cilia Flores, ya para ese entonces, abogada de la República, hace un acercamiento con Hugo Chávez en la cárcel de Yare, y a su vez le introduce a Nicolás Maduro, quien desde el primer momento reconoció al comandante como un Dios en la tierra, y aseguró que lo seguiría por cielos e infiernos. Durante la campaña de Hugo Chávez puso al servicio sus mejores talentos: usando su cuerpo como muro de contención, y manejando los vehículos en los que se transportaba el candidato presidencial; fue así como logró hacerse de la confianza del mesías de Sabaneta, quien lo incluyó en las listas de su partido para acceder a un escaño en la Asamblea Nacional. Así se transforma en diputado, un hombre que en el pasado, no había podido lidiar siquiera con las materias del bachillerato.El resto de la historia ya todos la conocen, envestido como diputado, el comandante Hugo Chávez lo propone como presidente del parlamento, y sus partidarios lo votan para hacerse con la silla más importante del poder legislativo; así, el cúmulo de aptitudes y logros de Nicolás Maduro: primaria básica, bajista mediocre, guardaespaldas, conductor de autobús con el mayor número de accidentes de tránsito, lo llevan a ser la persona encargada de legislar en el país, y aprobar los presupuestos de un de las naciones más ricas del planeta tierra. En el año 2006 es designado ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, aquello lo congració con Chávez aún más, promoviendo y apoyando las relaciones bilaterales del gobierno venezolano: desde Saddam Hussein, a Muamar el Gadafi, Mahmud Ahmadineyad, y por supuesto, Fidel Castro. El fiel cumplimiento de sus funciones, sin ningún tipo de excusas u objeciones, convirtió a Nicolás Maduro en uno de los favoritos, no solo de Hugo Chávez, sino también de Fidel; en el año 2009, el entonces canciller voló a Damasco y luego Teherán, para estrechar vínculos con la organización terrorista “Hezbolá” –todo esto según las investigaciones del periodista Emili J Blasco, publicado en su libro Búmeran Chávez-, información que años después sería refrendada por el departamento de Estado de los Estados Unidos de América, y transmitida por la señal de CNN, al confirmarse la vinculación de Tareck El Aissami con el grupo terrorista. Bien, lo cierto es que en aquel entonces Nicolás Maduro sostuvo reuniones con Hasán Nasralá, jefe de la agrupación terrorista Hezbolá, y uno de los hombres más buscados por el servicio secreto de los Estados Unidos, a quien habría accedido gracias a la intermediación del entonces ministro de Interior y Justicia “Tareck El Aissami”, de ascendencia siria-libanesa, muy allegado a los grupos de poder árabes existentes en Venezuela. Luego de ello el canciller voló a Teherán donde se reunió con el presidente Hugo Chávez, quien sostenía juntas con Mahmud Ahmadineyad, allí planificaron la implantación de las células terroristas en territorio venezolano, y la dotación de pasaportes a sus integrantes, bajo el resguardo y control de Tareck El Aissami, es desde ese entonces donde el dueto Maduro – El Aissami comienza a afianzarse, y las razones de su próxima designación (2017) como vicepresidente de la República.Ante el cáncer de Hugo Chávez, y su probable defunción, comienzan a evaluarse las propuestas a sucederle en Miraflores, y entre los candidatos están Elías Jaua, Diosdado Cabello, e inclusive su hermano Adán Chávez, no obstante, quien termina haciéndose con tal designación es Nicolás Maduro, primero por su obediencia y lealtad mostrada, y en segundo lugar por su acercamiento con Cuba; es la voz de Fidel la que declina la balanza en su favor, al saber que con Diosdado tendría más difícil su injerencia sobre territorio venezolano. Su andar presidencial comenzó de un fraude tras otro, primero haciendo de presidente interino tras la falta de juramentación de Hugo Chávez, y luego, en unas elecciones que las propias investigaciones anteriormente mencionadas han demostrado fueron manipuladas y fraudulentas. Desde allí comenzó a reprimir ciudadanos venezolanos, a propiciar saqueos, a destruir la economía, y a construir la “igualdad”, que tanto soñó en su adolescencia. Luego de propiciar el Dakazo y fomentar el aumento de la escasez e inflación, se topa con un cúmulo de protestas en el 2014 que lo llevan a encarcelar a Leopoldo López, y a ordenar una represión que dejó a 43 asesinatos en un par de meses, lo que lo llevó a convocar a diálogos que facilitaran una “pacificación”, de la sociedad. Desde entonces su gobierno ha estado en punto de mira de todos los organismos internacionales; un tiempo después a sus sobrinos los detienen en Puerto Príncipe con 800 kilogramos de cocaína, y a su vicepresidente “Tareck El Aissami”, lo acusan formalmente de poseer nexos terroristas y otorgarle pasaportes venezolanos a ciudadanos sirios (aquello que se venía cocinando desde el año 2009).El 2017 resulta ser el año más caótico de todos, cada 365 días los venezolanos se sorprenden al percatarse que de hecho, su país si puede hundirse cada vez más, sin importar que desde el 2012 aquello ya pareciera una misión imposible. Con el pueblo en su contra, Nicolás, el del bajo, Nicolás, el de la camionetica, no le queda de otra que aumentar la represión, que salir en la caza de ciudadanos, que promover una constituyente sin pies ni cabeza, ordenar el asesinato de más de 60 ciudadanos venezolanos opositores, hasta lo que va de fecha (29 de mayo del 2017), y esperar que el espíritu del comandante venga en su rescate.  Lo cierto es que a Nicolás Maduro poco y nada puede achacársele de toda esta crisis, es difícil exigirle a un sujeto que jamás aspiró a nada, y que lo único que cultivó en sus primeras décadas de vida fue resentimiento, a que sepa administrar riquezas, e impartir justicias. En el vocablo del presidente de la República aquello no existe, jamás le conoció, y es que, nunca se preocupó de conocerle, él es sencillamente un individuo de corta racionalización dispuesto a defender a capa y espada la herencia intergaláctica recibida, la herencia que nunca, jamás, soñó o imaginó con tener. El culpable de toda esta situación ya ha fallecido, aunque su historia también es otra que vale le pena analizar, porque a esas culpas también le hallaremos otras; como la del señor que decidió sacarlo de la cárcel, como la de los dueños de los grandes medios de comunicación que decidieron encumbrar su carrera política, o como la de los millones de venezolanos que decidieron darle poder infinito a un teniente coronel. Twitter @emmarincon
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Published on May 29, 2017 18:48

May 24, 2017

Cuál es el verdadero propósito de las metras y otras preguntas más


Si hace veinte años ponías una metra sobre la mesa, todos los presentes hubiesen identificado ese objeto como un juguete para niños, y lo más seguro, es que de haber infantes alrededor, se hubiesen peleado por apropiarse de ella. Hoy en día colocas una metra sobre la mesa, y la mayoría va a identificarla como un arma mortal, una con la cual la Guardia Nacional juega al sadismo mientras las incrusta en pieles y órganos de jóvenes opositores. Así nos han cambiado la vida, así nos han alterado la realidad, a tal punto, que ya no tenemos forma de saber qué es un juguete o un arma, y viceversa.Para demostrar nuestra teoría apliquemos este ejemplo a la inversa, hace veinte años hubiésemos puesto un revólver sobre la mesa, y todos los presentes lo hubiesen identificado como un arma mortal; hoy en día, colocamos un revólver sobre la mesa, y muchos niños, según su contexto social, lo visualizarán como un juguete, uno claro está, con un peso y un poder proporcionalmente más grande que el de un juguete convencional, pero al fin y al cabo, un instrumento para divertirse, para jugar a ser delincuentes, saqueadores, o hasta asesinos. Hace más de un año una maestra en un liceo público de Caracas le pidió a sus alumnos de 10 años que hicieran un dibujo de cómo se veían de grandes, y una de las estudiantes se dibujó a ella misma bien alta, sosteniendo una pistola en la mano que era disparada contra un compañero muerto, y encima la leyenda “Malandra”. Así como hoy día, a muchos nos cuesta definir cuál es el uso de una metra, y el de una pistola, los niños tampoco comprenden si en el futuro lo más beneficioso para ellos es ser malandros, o policías; o yendo un poco más lejos, no saben si los malos son los que llevan uniforme, o los que los combaten en sus barrios. Vista toda esta distorsión es difícil catalogar en un país como Venezuela, ¿qué debe hacerse y qué no?, ¿qué cosas debemos apoyar y cuáles no?, ¿a quienes tenemos que alentar, y a quienes definitivamente no? La revolución no fracasó, o al menos no del todo, ya que de hecho si logró revolucionar al país, logró transformarlo por completo, pasamos de ser hombres y mujeres que pensaban en viajes, carros, y apartamentos, a ser individuos que sueñan con leche, carnes, y si es posible un par de zapatos nuevos; ya los niños no sueñan con Disney, sueñan con no ser reprimidos, y ya los Guardias Nacionales no sueñan con proteger a su país y defender a la Constitución, sino con arrasar con las riquezas, y quebrantar, o si es menesteroso, asesinar a todo aquel que se atreva a decir: ¡Esperen, esto no está bien!Las revoluciones no pasan en vano, nuestra forma de pensar, de comunicarnos, de hacer mercado, de cuidar el agua, lavar los interiores, rendir el arroz, y hacerle mantenimiento a los autos, es señal de lo mucho que Chávez revolucionó el país; el simple hecho de que confundamos a una metra con un arma letal, ya de por sí habla mucho de lo trastocada que está nuestra sociedad. Hagan el ejercicio en casa, vean una metra, obsérvenla, intenten jugar con ella, traten de encontrarle el lado mortal, y será difícil de ver; luego salgan a la calle, arrímense en una manifestación, y verán a aquellos que juraron protegerlos, disparando los juguetes de sus hijos a mansalva contra los hijos de otros, y quizás, hasta con los suyos propios; luego abran el twitter, y verán como cientos de ciudadanos tienen esas pequeñas metras introducidas en sus huesos, en sus pómulos, en sus ojos, entonces comprenderán qué, una sociedad que utiliza los juguetes de los niños como armas mortales, es definitivamente una sociedad que ha caído en las mieles de la revolución; sadismo tal no puede ser explicado de otra manera. Si sales a la calle y decides mirar más allá de tus narices, te podrás percatar que hacen falta 57 venezolanos que en teoría deberían estar en algún rincón del país, pero han muerto; algunos por balas, otros por perdigones, bombas, incluso “metras”, y si extiendes un poco tu memoria, y haces un ejercicio de conciencia, podrás recordar a los 43 asesinados del 2014; la matemática pura y simple te obligará a sumar esas dos cifras, y, ¡woala!, es un número redondo, felicidades, hemos alcanzado los tres dígitos, son cien muertos en manifestaciones contra el gobierno, ¡ups!, ¡disculpen!, perdonen el eufemismo, no son cien muertos, son cien, ¡asesinados!
Si estás viviendo bajo un régimen que te ha hecho confundir las metras con armas, entonces no tengas dudas, vives en dictadura, vives en opresión, sal a reclamar tu libertad, de lo contrario, llegará el momento en que todas las metras serán convertidas en balas, y ya no tendrás forma de saber si se usan para jugar o para amedrentar, porque probablemente habrás muerto. 
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Published on May 24, 2017 20:46

May 12, 2017

Los años robados


Cuando la bala se alojó en el pecho de Jairo Ortiz tenía 19 años de edad, su cuerpo impactó contra el suelo, rápidamente los rastros de signos vitales desaparecieron, y su existencia quedó solo para el recuerdo. A Jairo, sus familiares, y seres queridos, les robaron al menos cincuenta años de vida, cincuenta años en los que Jairo escribiría una treintena de poemarios, despacharía unos dieciocho mil abrazos, haría el amor cuatro mil doscientas treinta veces con su esposa, besaría a sus hijos a lo largo de catorce años antes de irse a dormir, y le alegraría la vida al menos a trescientos cuarenta y ocho seres humanos a lo largo de su existencia. Con la desaparición física de Jairo Ortiz miles de situaciones que debían desencadenarse nunca ocurrirán, su trabajo inspirador no llegará nunca a la mente de los más jóvenes, ya que le coartaron la posibilidad de desarrollarlo, y aquello trae sin duda alguna un sinfín de circunstancias negativas para todos los que pudieron alguna vez codearse con Jairo; el universo sufrió una pérdida irreparable e inesperada.Luego de la muerte de Jairo Ortíz, vino la de Daniel Queliz (19), Miguel Colmenares (36), Brayan Principal (14), Gruseny Calderón (32), Carlos Moreno (17), Paola Ramírez (23), y muchas otras que han ido sumándose hasta las más recientes, como la de Juan Pablo Pernalete (20), quien recibió el disparo de una bomba lacrimógena en su pecho, la del joven músico, y miembro del sistema de orquestas venezolano, Armando Cañizales Carrillo (18), y la más reciente, la de Miguel Castillo Bracho (27), comunicador social recién egresado de la Universidad Santa María. Son 50 asesinatos producidos durante las protestas en contra del régimen de Nicolás Maduro, 11 de ellos no reconocidas por el Ministerio Público, esas 50 muertes suman cientos de años de vida que Nicolás Maduro le ha robado a cientos de familias venezolanas; a partir de ello habrán innumerables niños que nunca nacerán, que nunca tendrán la oportunidad de venir al mundo porque Nicolás Maduro mató a su ascendencia, también habrán miles de notas musicales que nunca se reproducirán, artículos de prensa que jamás serán redactados, partidos de baloncesto que nunca serán jugados, y miles de relaciones sociales, afectivas y comerciales que nunca podrán llevarse a cabo. Desde los sueños de un niño de 14 años, hasta los amoríos de una mujer en sus veinte que jamás podrá casarse ni presentarle a su madre sus nietos; los años robados no son cualquier cosa, la muerte no produce solo una defunción, sino un cambio en el destino de todos los que por cualquier circunstancia pudiésemos habernos visto tocados por los seres humanos que dejaron de existir. Perdimos futuras madres, futuros padres, futuras familias, futuros maestros, médicos, escritores, deportistas, ingenieros, comediantes, artistas, inventores, futuros proyectos, perdimos muchos agentes de bien, pero sobre todo perdimos futuros besos, futuros abrazos, futura esperanza, y futuro amor.No exijamos venganza, exijamos justicia, exijamos libertad, y convirtamos desde el humilde aporte que cada uno de nosotros pueda obsequiar, a Venezuela en el hermoso país que soñaron a los que el gobierno le robó los sueños con balas, y a los que tenemos la oportunidad de seguir luchando por él.

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Published on May 12, 2017 09:45

February 23, 2017

Primer capítulo "Wolf"

El manicomio…

Será impredecible… ¿Que la vida no lo es? Ah, pero sí, la vida lo es; lo es cuando no está determinada o influida bajo un guion; lo es cuando no debes seguir al pie de la letra un papel hasta darte cuenta de que has sido horriblemente manipulado; lo es hasta que razonas que solo formas parte de un juego lúgubre y macabro, para satisfacer los impulsos sexuales y blasfemos de un psicópata como yo. Sí, lo admito, ese hombre soy yo, mi nombre es Mr. Wolf, lo tengo bien cubierto; cubierto, puesto que los hombres como yo no poseemos nombres de pila, nos ocultamos bajo una máscara de piel, un esmoquin, y un apellido refinado para ocultar las aberraciones que hay en nuestras mentes. Para ti seré un hombre elegante, aristócrata, que nació en cuna de ricos y acudió a las mejores universidades de cine en el mundo; pero, ¿seré realmente ese hombre? ¿Acaso somos lo que hacemos?, ¿o qué es lo que define verdaderamente quienes somos?

Para mí la vida es una larga película mal grabada y sin dirección, que frecuentemente tiene a los actores equivocados, interpretando papeles indefinidos carentes de lujuria e imaginación. La lujuria, ¡oh sí!, la bendita lujuria, esa que todos reniegan, esa que nos salva de la mortalidad de nuestros cuerpos, de la humanidad de los humanos, del tiempo estúpido e infructífero que tenemos sobre la tierra y nos da alas. Yo no he venido a este mundo a propiciar la paz mundial, a erradicar el hambre, o a cumplir con un propósito; yo solo he acudido a esta cita con la vida para satisfacer mis adicciones, hacer evolucionar el arte, y complacer mis más sinsentidos deseos. El cine, la literatura, la musique, la pintura y el sexo en todos sus niveles, formas y escalas, ¿qué más quieres de ella? ¿Qué más podemos esperar? Cada vez que renegamos de nuestros excesos, en realidad estamos fermentando nuestras vidas, pues los cuerpos se dañan, se pudren, pero las almas florecen cuando la felicidad es tocada por esa libertad primitiva, dañina, excesiva y sin consciencia que admite esos vulgares actos que a nadie le gusta aceptar; desde un beso cálido con la perdición, hasta un puñal bien frío en la espalda de un maldito e inútil lisiado; eso, todo eso, en un río de piedras lleno de intrépidos habitantes descoloridos que chillan y se retuercen porque siguen sin comprender cuál es el despropósito de la vida. Y allí es donde aparezco yo, allí es donde cobro vigencia y resurjo de entre las sombras para hacer brillar al mundo con un poco de arte, y que se oscurezca la cotidianidad: libretos absurdos, papeles indefinidos, egocentrismo, retaliaciones, hedonismo, bondage, drogas, fantasías, orgías, anorexia, pánico, trastornos, muerte y más muerte; lo que se traduce en arte, ¡oh sí!, arte… permitid que florezca el arte, que se derrumben los presagios y prosperen los más vulgares hábitos de la humanidad, pues solo aquellos son quienes pueden realmente hacernos decantar y musitar ¡oh! ¡Ahhh! ¡Sí!, ¡sí! Dios, sí... Ya los imagino a todos, implorando, sufriendo, anhelando cada vez más, y más, y más, porque las creaciones imaginarias asustan a los imbéciles, pero hechizan y encantan a los genios, los cuales son en definitiva quienes nos hacen entender que la vida es mucho más que tres comidas al día, un cigarrillo y un café.

Convertir a la humanidad en un conjunto de esclavos del arte es el primero de los pasos para evolucionar como especie; el día en que comprendamos que más allá del amor, la sensatez, y los valores, se encuentra el arte, ese será el día en que la tierra transmute y cada átomo empiece a converger sobre la misma partícula de placer. Oh, sí, ese día, ese anhelado día en que las religiones no valgan sacrificios, en que los políticos no dirijan las masas, y en el que al sistema financiero no lo valore un pedazo de papel, ese día habremos conocido el verdadero arte: el arte de la vida, el de vivir, sí, vivir la vida, vive, vivo, la vida, la vida mía, la vida tuya, ¿que no somos una misma vida? Si flotamos alrededor del globo terráqueo, y nos aferramos a la misma ley de gravedad, ¿que no somos una misma vida? Los humanos, la tierra, el mundo, el universo, ¡qué espectáculo! Gocemos del arte, hagamos arte, vivamos del arte, lo demás es pura mierda… y más allá solo se encuentra todo lo relacionado con el sexo que, recuerden, es el arte más puro de todos...
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Published on February 23, 2017 09:45

January 25, 2017

Primer capítulo de "La trivialidad del mal".

Cualquier día

Génesis Tinoco

¿Podré volver a la vida convertida en esperanza y equidad para ver esto transformarse en una nueva realidad con árboles que enderecen las raíces y niños con futuro? ¿Cuántos atropellos, arbitrariedades e injusticias son necesarias para saciar la sed de una organización resentida? ¿Realmente son humanos estos tipos? ¿O sencillamente son animales pseudorracionales que desarrollaron genotipos propensos al engaño, cuyos cerebros fueron enjuagados con las mentiras de una revolución miserable? Y es que digo, ¿la masacre, los disparos, los golpes, la represión?¿Quién aprende aquello cuando niño? ¿Acaso de pequeño te disfrazan de soldadito y te ponen a darles golpes a tus vecinos y a amedrentar a tus iguales? ¿Dónde queda la escuela de la tortura? Te decepcionas de la vida, pero tienes que volver a nacer, cada mañana, con cada nuevo sol, con los mismos miedos, con la misma impotencia, y, más difícil aun, con las mismas ganas de salir adelante para poder brindarles a tus hijos un futuro mejor. Cuando te veía en mi pancita hace unos ocho años me provocaba gritarte: ¡No salgas! ¡Quédate allí!, el mundo está hecho mierda, Gabito… pero se hizo muy tarde, abriste tus ojos y te topaste con esta absurda realidad. Lo cierto es que el comunismo es una mierda. Ahora todos lo saben.
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Published on January 25, 2017 12:18

January 17, 2017

Argentina

Carta abierta a la patria

Julio Cortázar, 1955

»Y qué carajo si la casita era un sueño, si lo mataron en pelea, si usted lo ve, lo prueba y se lo lleva, liquidación forzosa, se remata hasta lo último. Te quiero, país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía.«Esta tierra sobre los ojos, este paño pegajoso, negro de estrellas impasibles, esta noche contínua, esta distancia. Te quiero, país, tirado abajo del mar, pez panza arriba, pobre sombra de país, lleno de vientos, de monumentos, de esperpentos, de orgullo sin objeto, sujeto de asaltos, estúpido curdela inofensivo puteando y sacudiendo banderitas, repartiendo escarapelas en la lluvia, salpicando de babas y estupor canchas de fútbol y ring sides. Pobres negros. Te estás quemando a fuego lento y donde el fuego, donde el que come los asados y tira los huesos, malandras, cajetillas, señores y cafishios, diputados, tilingas de apellido compuesto, gordas tejiendo a dos agujas, maestras normales, curas, escribanos, centrofowards livianos, Fangio solo, tenientes primeros, coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales, obispos, bagualas, chamamés, malambos, mambos, tangos, secretarías, subsecretarías, jefes, contrajefes, truco, contraflor al resto.
»Te quiero, tacho de basura que se llevan sobre una cureña envuelto en una bandera que nos legó Belgrano, mientras las viejas lloran en el velorio, y anda el mate con su verde consuelo, lotería de pobre.
»En cada piso hay alguien que nació haciendo discurso para algún otro que nació para escucharlos y pelarse las manos. Pobres negros que untan las ganas de ser blancos, pobres blancos que viven en un carnaval de negros. Qué quiniela, hermanito, en Boedo, en Palermo y Barracas, en los puentes, afuera, en los ranchos que paran la mugre de la pampa, en las casas blanqueadas del silencio del Norte, en las chapas de zinc donde el frío se frota, en la Plaza de Mayo, donde ronda la muerte trajeada de mentira.
»Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking, vicecampeón del mundo en cualquier cosa, en lo que salga: tercera posición, energía nuclear, justicialismo, vacas, tango, coraje, puño, viveza y elegancia. Tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado en lo mejor de la garufa, tan garifo a la hora de la autopsia.
»Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo saldrá de este sentir. Hoy es distancia, fuga, no te metás, que vachaché, dale que va, paciencia. La tierra, entre los dedos, la basura en los ojos, es estar triste, ser argentino es estar lejos, y no decir mañana porque ya basta con ser flojo ahora.
»Tapándome la cara, me acuerdo de una estrella en pleno campo, me acuerdo de un amanecer de Puna, de Tilcara de tarde, de Paraná fragante, de Tupungato arisca, de un vuelo de flamencos quemando un horizonte de bañados.»Te quiero país, pañuelo sucio, con sus calles cubiertas de carteles peronistas, te quiero sin esperanzas y sin perdón, sin vuelta y sin derecho, nada más que de lejos y amargado. Y de noche.»
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Published on January 17, 2017 18:36

January 8, 2017

La centralización de la literatura venezolana


Los últimos días de octubre del año pasado me encontraba en Bogotá por un par de semanas, estaba allí debido a algunas reuniones con editores colombianos, y aprovechando de ver libros en un país con empresas editoriales sostenibles. Quedé una tarde en reunirme con George Galo (escritor caraqueño) quien reside en la capital del vecino país, nos vimos en el parque de la 93, pero de inmediato marchamos a la librería Lerner que está un par de cuadras más arriba. Al llegar al paraíso libreríano sentí como mi estómago se retorcía, y mi corazón se estremecía, pero, ¡no!, no eran cólicos, mi colón no me estaba fallando, era que los libros costaban más de 40.000 pesos, quería comprarme unos veinte, treinta, y no podía llevarme ni uno. Luego de pasar una media hora ojeando entre los estantes decido que ha llegado el momento de dejar de vitrinear, no es una actitud sana para quien no dispone de fondos suficientes en los bolsillos que satisfagan el placer consumista, y me resigno a esperar a volver a casa para buscar PDF´s gratis. Voy con George a la parte de atrás del establecimiento donde se encuentra un hermoso café, tomamos asiento, y de inmediato nos aborda una de las empleadas para entregarnos la carta, yo miro para los lados, no tengo sed, no tengo hambre, tampoco mucho dinero, ¡soy escripobre señorita! –me provocó decirle-. George pide un té, de esa forma nos ganamos el derecho a permanecer en aquel precioso lugar como esas sanguijuelas devora espacios, chupa WIFI, y ocupa mesas. Allí finalmente comenzamos a charlar, ¡ehhm, ujum!, chismear, tópicos del mundillo literario venezolano, esas cosas que todos sabemos y no nos atrevemos a decir en público. Pasa una hora, casi dos, el té se ha consumido hace mucho y nosotros seguimos allí, hace frío y empieza a oscurecer, decidimos entrar una vez más a librería, allí nos aborda una de las promotoras, en el piso de arriba se encuentra Octavio Escobar Giraldo, está a punto de comenzar un conversatorio sobre su obra Después y antes de Dios (Premio internacional de novela corta Ciudad de Barbastro, 2014, y Premio Nacional de novela del Ministerio de Cultura en Colombia); George debe irse, lo despido, pero yo me quedo.Al subir las escaleras lo primero que me impresiona es la escasez de público, habrían unos veinte presentes cuando mucho, ¿cómo una ciudad tan grande, con tantos escritores, editores, artistas, políticos, y lectores, sobre todo lectores, congrega apenas veinte personas para congratular al premio nacional de novela? La respuesta no tardaría en aparecer, Octavio Escobar Giraldo es manizaleño, no dispone de un gran número de amistades en el mundillo literario bogotano (o al menos eso presumí yo), no hay cobertura de prensa, y salvo el par de presentadores, el resto de asistentes parece dormirse en las sillas. Debo confesar que hasta aquel momento no conocía la obra de Escobar Giraldo, ¿por qué?, ¿se deberá a que es de Manizales? Cuando empieza a hablar sobre su obra tiende a irse por la deriva y rescatar nuevos tópicos, no obstante, sus bifurcaciones son cada vez más interesantes, aquel escritor también es médico de profesión (profesión que no ejerce), y en una parte de su largo discurso menciona: mi intención es demostrar la irrelevancia del manizaleño común, nosotros en Manizales no tenemos influencia para nada en la vida política, económica y cultural del país, a diferencia del bogotano, el manizaleño ve pasar sus días esperando que en la capital alguien se acuerde de ellos. Cierro el relato de mi estancia en Bogotá, entramos en materia.
Los últimos días de diciembre publicaron en El Estímulo una lista de los ocho libros de ficción venezolanos más destacados del 2016, cabe acotar que dicha recopilación no se trata de un premio, ni una deliberación, es así, tal cual, una lista de obras a destacarse, donde el primero no es mejor que el cuarto, ni el ocho peor que el dos, es solo eso, recomendaciones; no obstante, dicha lista suscitó cierta polémica, ya que algunos han alegado que la selección carece de mujeres, y que todos los autores son caraqueños. Bien, Krina Ber es mujer, y quien escribe estas palabras es tachirense, no obstante, tienen razón quienes reclaman que sea una lista centralizada, pero no es por las razones a las que se aluden… a ver, ¿por dónde empezar?...En primer lugar, Juan Carlos Méndez Guédez es barquisimetano, Fedosy Santaella de Puerto Cabello, aunque sí, ambos han hecho vida en la capital, pero ese tampoco es el punto neurálgico, las razones por las cuales prácticamente no hay escritores de provincia en dicha lista, es porque no hay escritores de provincia (mentiras, sí los hay, y por montón, es solo que a ellos se les hace más difícil acceder a las editoriales, no conocen al mundillo literario, no tienen la posibilidad de acudir a presentaciones de otros escritores, codearse con periodistas de grandes medios, tampoco tienen un familiar, o un amigo, que es amigo, o primo del editor tal, o del compadre del escritor tal, que puede referenciarlo con tal crítico, para que le hagan tal reseña, y en fin, en fin, en fin...), por lamentable que suene, históricamente el escritor provinciano ha estado condenado al ostracismo, y no solo ocurre en Venezuela, también en Colombia, como acabo de contarles, y para ir más allá, pasa también en los países, en los continentes,en los idiomas, y si no, pregúntenle al Gabo y a Vargas Llosa por qué se fueron a vivir a Barcelona para hacerse autores consagrados.Todo aquel que empieza a escribir, lo hace más por un sueño, que por la búsqueda de alguna compensación económica (al menos una gran mayoría); nosotros, los escritores, tenemos almas y mentes pobres, nos produce mayor satisfacción ver nuestro libro publicado que comprar una casa o un auto, otros pueden pensar que somos estúpidos, y probablemente lo seamos, pero, ¡qué carajos!, así somos; pasamos meses, años, escribiendo una obra, para luego venderla por dos lochas, cuando el editor aprueba nuestro manuscrito para publicación brincamos de la alegría como si nos hubiésemos ganado la lotería o nos hubiesen hecho un favor, al final, recibiremos solo el 10% de cada ejemplar vendido, y salvo que nos convirtamos en el próximo García Márquez de nuestra generación y facturemos cien mil ejemplares, gastaremos más dinero viajando a Caracas un par de días a presentar el libro, que lo que representarán nuestras regalías. Por supuesto que somos estúpidos, de eso no cabe duda. Pero aun así queremos publicar, aun así queremos seguir escribiendo, no tengo idea de cómo pueda llamarse ese trastorno, y creo que tampoco me interesa, pero una vez más nos estamos desviando de la finalidad de este escrito: la centralización de la literatura venezolana.Varias personas de provincia se me han acercado a preguntarme: ¿cómo hago para publicar un libro?, yo nunca sé que responderles, de hecho, nunca tengo nada bueno para decirles, pero si no digo nada corro el riesgo de quedar como un pedante imbécil, así que empiezo a consolarlos, a decirles antes que todo, que no es una tarea fácil, que a veces, ni siquiera importa si es buen escritor o no, sino que tenga la posibilidad (herramientas) de vender libros (eso es todo lo que a las editoriales les importa). Esas posibilidades (herramientas) van desde un amplio número de seguidores en redes sociales, fama (no importa la razón de ella), y conexiones, sí, básicamente conexiones, relaciones en importantes medios de comunicación, relaciones con críticos, con editores, con otros escritores, con dueños de portales, y todo aquel que pueda ayudarte a promocionar (vender) tu obra; y de último, y un poco menos importante: saber escribir. Debo insistir, no es un mal que aqueje solamente a Venezuela, pasa en muchos otros países, pero, hoy en día, con las condiciones socioeconómicas de nuestra nación, aquellos hándicaps cobran mayor relevancia; es esa la razón por la cual el mercado literario venezolano está plagado casi exclusivamente de autores caraqueños, porque son ellos mismos quienes tienen las “herramientas”. Caracas, capital política y económica del país, les brinda un sinfín de posibilidades a sus autores locales, el manejo de instituciones públicas y privadas les permite financiar iniciativas, premios y condecoraciones, así pueden investirse de organismos, o medios, para adularse mutuamente y conseguir notoriedad (esta es una de las prácticas más antiguas de la sociedad, insisto, no pasa solo en Venezuela). Algunos escritores capitalinos (no todos) convocan premios, se hacen jurados, y premian a los amigos, la situación se vuelve a repetir, esta vez con otro jurado, y con otro amigo ganador; que hay excepciones, por supuesto que las hay, siguen existiendo jurados íntegros, escritores y críticos honrados apegados a su labor literaria, pero es la excepción, no la regla general. Es por ello que el mundillo cultural lo gobierna la capital, básicamente por relaciones, y no por méritos, porque allí es que se concentran los medios de comunicación, las editoriales, el poder adquisitivo y las grandes empresas, ¿qué les queda a los de provincia?, acoplarse, sumarse o desaparecer. En el plano personal no es que haya tenido suerte, es que he insistido, y mucho, me rechazaron 542 veces, quizás más, me deprimí, ¿quién no se deprime con tanto rechazo?, tuve oportunidad de acceder a las principales editoriales luego recibir una mención en un premio literario de Estados Unidos, comencé a moverme, toqué muchas puertas, rindió frutos, también gané un premio en España (eso ayudó), pero anterior a ello había perdido en 80 ocasiones, y luego de ello, habré perdido otras 20 más; el escritor es eternamente un fracasado, se pierde más de lo que se gana, pero así somos, para eso vivimos. Luego de publicar no es más fácil, nuestro carácter provinciano nos impide acudir constantemente a entrevistas en medios nacionales, literalmente hay que “bregar”, por horrible que suene esa palabra, para que nuestra obra sea reseñada; constantemente verás que ciertos periodistas preferirán no publicar nada sobre ti, sigues siendo un escritor de provincia, y el poco espacio que hay en el diario prefieren ocuparlo con el de las obras de sus amigos, así pasa igual con las distribuciones, con los espacios en las librerías; cuando voy a Caracas visito la principales librerías y mis libros siempre están sumergidos en hoyos negros o detrás de una pared, las relaciones en la capital buscan invisibilizarnos, no es adrede, es organizado, cada quien busca sacar el mayor provecho de sus relaciones, pero el mundo funciona así, y no exclusivamente el literario, en todos los campos económicos y culturales del país el comportamiento es el mismo, la situación nos ha empujado a ello, hemos sucumbido, somos animales, y es por ello es que somos tan tercermundistas. Algún día me plantearé forjar un sindicato de escritores en el país que tenga representación en todos los Estados, quizás así podamos ir descubriendo nuevos talentos e ir descentralizando el mundillo cultural; también me parecería una gran idea un fondo de publicaciones de autores inéditos manejado por escritores, pero por supuesto, para que aquello se concrete, se necesita dinero, un dinero que no existe en estos momentos dadas las condiciones del país; todo ello es tan solo un par de ideas sueltas, aspectos que he ido pensando y comunico a todo aquel escritor de provincia, ¿y por qué no?, también a aquel capitalino, que sueña con ver su libro publicado pero no cuenta con las relaciones, o las herramientas.Para que el negocio editorial siga creciendo en el país debemos estar consciente de lo siguiente, en materia literaria, ocupamos los últimos lugares del continente, así como la capital ha logrado invisibilizar al escritor de provincia, lo mismo sucede en Hispanoamérica con los venezolanos, ¿las razones?, percibo, nos ha faltado madurez colectiva para enorgullecernos de los logros de los nuestros, vivimos despotricando las obras nacionales, dándole menos valor del que merecen, y no las hemos respaldado lo suficiente; en definitiva, nos sucede lo que algún día mencionará el chileno José Donoso: los escritores latinoamericanos tuvimos que esperar a que en Europa elogiaran nuestras obras, para que luego fueran elogiadas en nuestros propios países; y lamentablemente eso mismo sigue ocurriendo en Venezuela, seguimos menospreciándonos, y si nosotros mismos no sustentamos nuestras obras, nuestros escritores, y lo único que hacemos es votar pestilencias y destruir los trabajos producidos en el país, seguiremos eternamente condenados al ostracismo continental. Debe haber espacio para la crítica, pero hay que tener cuidado con las formas.
Que sirva de reflexión para los escritores de provincia, que sirva de reflexión para los escritores de la capital, que sirva de reflexión para los escritores de Venezuela.

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Published on January 08, 2017 23:02

December 13, 2016

Los últimos segundos de vida


Retratos sordos que conspiran a escuchar las voces de la muerte. Nos paramos con nuestras sotanas negras y nuestras barbas generosas a ser retratados para intentar obviar lo ineludible. Éramos nosotros, algunos cuerdos, otros enfermos, paranoicos, pero todos absolutamente pasmados, se acercaba la hora del fin y nosotros lo sabíamos; de esto ni la fe nos puede salvar. En este monasterio pasamos la mayor parte de nuestras vidas, por aquí se fueron los años, las vivencias, las emociones y alcanzamos la vejez; hoy pensábamos inmortalizarnos a través de una imagen, congelar el tiempo, pero es inevitable, sabemos que la defunción nos llegará en cualquier momento, y lo único que podemos hacer es posar frente a una lente para que al menos quede constancia de nuestro paso efímero por la tierra.
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Published on December 13, 2016 21:32

Abatido por la muerte

La soledad abarca nuestros sentidos entre rocas, la niebla de alrededor oculta nuestras caras para cuando intentemos pasar desapercibidos por la calle del sol, no solo aglutina nuestros sentidos, ni es una breve descripción, para quienes hemos pasado la mitad de nuestras vidas en aquel lugar, sabemos lo que se siente nacer, crecer y que la gente espere a morir tan cerca del precipicio; quizás es por la riqueza de sus olas, el calor que hace sentir, a nadie se le puede culpar de querer vivir aferrado a ese muelle tan antiguo. Desde este lugar se lanzó mi padre a su muerte, y desde este mismo lugar acabaré yo con mi respiración, porque la existencia es un círculo vicioso del cual no tenemos dominio, ya no hay nada más que yo pueda hacer, no hay nada que pueda esperar de este mundo.
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Published on December 13, 2016 21:28