Hector Williams Zorrilla's Blog, page 16

March 22, 2013

¡Lecturas y citas sabrosas: Aprender a valorarte sin límites! (Página 163)

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¡Lecturas y citas sabrosas: Aprender a valorarte sin límites! (Página 163)


Por Héctor Williams Zorrilla


(Tomado de su último libro que acaba de ser publicado “Recetas para Sanar tu Corazón: Principios simples para vivir la vida”. __________________________________________


“La sabiduría es saber que soy nada. El amor es saber que lo soy todo. Mi vida se mueve entre los dos”

(Nisagatta Majaraj)


Tú tienes que creer y saber que eres la persona más valiosa que existe sobre esta tierra. Para cumplir la vida de tus sueños, tienes que aprender a valorarte sin límites. Tienes que tener fe en ti, en tus habilidades, talentos, destrezas, capacidades, y valores. El ser que tú eres, es el mismo ser que va a realizar los sueños de tu vida.


Valorarte a ti es saber y estar seguro que tu posees suficientes fortalezas para realizar y vivir la vida que deseas vivir. Es además, estar seguro y saber que las limitaciones humanas naturales que también posees, la mayoría de las cuales te las has impuesto tú mismo (a), no te impedirán cumplir la vida de tus sueños en esta tierra. Tus eres el arquitecto, el maestro constructor y el ingeniero de tus sueños. Algunas personas colaborarán para que cumplas tus sueños, pero tú eres el responsable de que se realicen, no tus colaboradores. Tú eres la persona que llevas tus sueños dentro de ti, y la misma que los cumple hasta hacerlos realidades tangibles para tu bienestar y el de la humanidad. Como eres la persona que llevas tus sueños dentro de ti, tienes que valorarte sin límites. Como una persona que cumples tus sueños y los haces visibles, debes valorarte sin límites. Tu universo es fuerte y ordenado, y no beneficia a los que no están en sincronía con él. Para realizar la vida de tus sueños, debes estar en sincronía con tu universo. Al realizar tus sueños, te pones a su servicio. Como tus sueños los llevas dentro de tu corazón, tienes que aprender a valorar tu corazón sin límites. Solo realizas los sueños de tu vida, en la medida que te aceptas, aprecias y valoras incondicionalmente. No vas a conocer a ninguna persona con problemas de auto-valoración realizando grandes sueños en esta tierra. Si tienes dificultades en auto-valorarte sin límites, dedícate a superar esta barrera primero. Durante ese proceso, tus sueños se te harán más claros y tangibles. Sin altos niveles de auto-valoración, percibes a tus sueños difusos, opacos, y te será difícil agarrarlos y moverte con ellos con asertividad y coraje espiritual.


*Puedes leer más de este libro en http://www.amazon.com, Barnes & Noble, Kobo:



Recetas para Sanar tu Corazon: Principios simples para vivir la vida (Spanish Edition)


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Published on March 22, 2013 18:16

March 16, 2013

Video del nuevo libro “DE AMOR Y DE SUEÑOS”


Este es el video del nuevo libro “DE AMOR Y DE SUEÑOS” por Hector Williams Zorrilla



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Published on March 16, 2013 02:52

March 15, 2013

March 9, 2013

¡Tú piensas 60, 000 pensamientos por día: puedes utilizar la mayoría de ellos para amarte incondicionalmente y ser feliz!

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¡Tú piensas 60, 000 pensamientos por día: puedes utilizar la mayoría de ellos para amarte incondicionalmente y ser feliz!


Por Héctor Williams Zorrilla


(Tomado de su último libro que acaba de ser publicado “Recetas para Sanar tu Corazón: Principios simples para vivir la vida”. __________________________________________


“La sabiduría es saber que soy nada. El amor es saber que lo soy todo. Mi vida se mueve entre los dos”

(Nisagatta Majaraj)


Este libro está escrito para ti personalmente. Por eso los principios y las recetas empiezan y terminan dirigidas a ti. Tú eres el actor y el protagonista de este libro. Cuando leas esta receta introductoria debes tener una idea general de las delicias que aprenderás de la lectura de este libro.


Primera idea: tú piensas unos 60,000 pensamientos cada día en tu mente. De ellos, unos 50,000 pensamientos los usa para hablarte a ti mismo (a) como una especie de auto-conversación. Y aquí está el punto álgido que debes ponerle atención especial. Ochenta de cada cien pensamientos que te dices a ti mismo (a) son negativos, no positivos. Literalmente, estás utilizando tu auto-conversación para envenenar e intoxicar tu subconsciente. Es como dijo Nelson Mandela: mantener resentimientos es como beberse un veneno, y esperar que el veneno va a matar al enemigo. Este mismo veneno e intoxicación con que alimentas tu subconsciente es lo que él te devuelve para atrás como recompensa a tu vida consciente.


Estas son algunas de tus auto-conversaciones:

-Que estúpido (a) soy-; -No sirvo para nada-; -Soy un (a) fracasado (a)-; -Soy un pobre diablo-; -Mi vida es un desastre-; -Nadie me quiere-; -No tengo suerte-;-Nadie me aprecia-; -Soy demasiado feo (a), bajo, alto, pobre, sin educación-; -Valgo poca cosa-; -Nadie me presta atención-; -No lograré nada en la vida-.


Una gran cantidad de las personas de tu pasado, y quizás todavía en el presente, son “vampiros psíquicos”, es decir, personas que lo único que hacían era robarte tus energías positivas y transmitirte energías negativas por medio de sus pensamientos, creencias y palabras. Muchas de esas ideas negativas hacia ti mismo (a) las has aprendido de estas personas. Te llegó la hora de liberarte de todas esas personas, las del pasado y las del presente. Júntate y comparte solamente con personas que te den energías positivas y evitas los “vampiros psíquicos” en tu vida cotidiana.


Hay otros tipos de personas que tienes que evitar. Son las personas “ladronas de sueños”. De ellas también has aprendido a pensar negativamente acerca de ti. Estas personas son “especialistas” en aconsejarte en la mejor vida “que te conviene para que no sufras en esta tierra”, siempre y cuando esa “mejor vida” para ti, no incluya sueños grandes. Para esas personas (ladrones de sueños) tú no tienes el derecho de tener sueños grandes que deseas y mereces alcanzar y realizar en esta tierra. Tienes que evitar a esas personas. Júntate con personas que tienen sueños grandes para sus vidas y están trabajando para realizarlos. Esas personas deben ser tus mentores y modelos de la buena vida que tú mereces tener y puedes lograr sobre esta tierra. Debes juntarte con personas que te inspiren a tener sueños grandes y a lograr grandes cosas para ti sobre esta tierra.


Segunda idea: tienes que sacarle el veneno y desintoxicar tu subconsciente. Tienes que dedicar recursos a esta importante tarea que te traerá grandes beneficios en la vida. Aprendiste a envenenar e intoxicar tu subconsciente en la niñez y la adolescencia con los mensajes que recibiste de algunas personas adultas. Estos mensajes negativos se almacenan en tu subconsciente y te hacen sentir y percibirte a ti mismo (a) como que:


No eres merecedor (a) de recibir y poseer cosas buenas de la vida; eres indigno (a) de tener lo mejor de la tierra y el universo; eres inadecuado (a), te falta algo, no eres completo (a); estás abandonado (a) en el universo, tal y como tus padres te abandonaron no proveyéndote los recursos para una buena vida; no puedes hacer nada bien y tener éxito en la vida porque eres un fracaso; no llegarás a nada en la vida porque eres un (a) estúpido (a), imbécil, idiota e ignorante según te dijeron en la niñez; eres feo (a), deformado (a) y sin ningún atractivo para los demás, y no tienes nada que compartir con otros; eres miserable, pobre, infeliz, desdichado (a), y eso es lo que serás toda tu vida, porque eso fue lo que te dijeron en la niñez; no puedes cambiar tu vida, porque naciste para sufrir, para ser infeliz, para no ser amado (a), para ser un hazme reír, para ser pobre y vivir en necesidad y carencia.


Todos estos mensajes y otros similares que recibes y aceptas como tuyos, te crean y mantienen un subconsciente pasivo, no proactivo; te refuerzan un subconsciente que cree en la necesidad y la carencia como tu parte en la vida, no la abundancia y la prosperidad; te mantienen un subconsciente que se cree inmerecedor e indigno, no merecedor de todas las cosas buenas de la tierra y el universo.


Y eso es exactamente lo que tu subconsciente le regala para atrás a tu consciente y a tu vida presente. Tu subconsciente filtra y te echa para atrás lo mismo que tú pones en él. Si tu subconsciente está intoxicado y envenenado, todos los mensajes que recibe tu consciente estarán también intoxicados y envenenados. Por eso sientes que tu vida está estancada y sin progreso. Estás repitiéndole a tu subconsciente los mismos mensajes que recibiste en la niñez, y tu subconsciente te está enviando para atrás esos mismos mensajes a tu vida consciente. Estás en un círculo u ciclo vicioso y tienes que romperlo y salirte de él. Tienes que cambiar tu resentimiento en ternura, tu amargura en dulzura, tu enojo en gozo, tu miedo en amor, tu desconfianza en seguridad, tu tristeza en alegría, tu ira en perdón, tu rencor en paz, tu desarmonía en sincronía con el universo y Dios o Ser Supremo. Tienes que reemplazar tus pensamientos, creencias, emociones y palabras limitantes por pensamientos, creencias y palabras que te expandan, te crezcan y te hagan el ser infinitamente sabio e inteligente que eres como ser espiritual con origen divino.


Tu tarea: sanar y desintoxicar tu subconsciente poniéndole nuevos pensamientos, nuevas creencias y nuevas palabras. Tienes que transformarte en un (a) paranoico (a) invertido (a): todas las personas y el universo están en una trama para traerte bienestar, no para hacerte daño. Eres importante, eres valioso (a), mereces lo mejor de la tierra y el universo. Viniste a la tierra para ser feliz, no para sufrir y vivir una vida de miseria. Tienes el poder en el presente para revertir todos esos mensajes negativos de tu subconsciente y llenarlo de pensamientos, creencias y palabras positivas, alentadoras, motivantes, inspiradoras. Y puedes hacerlo ahora, en tu vida presente.

Si has creído en tu consciencia que viniste a la tierra a sobrevivir, tienes que sanarte de esas ideas y cambiarlas. Las especies inferiores sobreviven, tú viniste para tener y vivir una vida abundante, satisfecha y feliz. Tu sobrevivencia está asegurada y no necesitas gastar todos tus recursos para lograrla. Libera tu consciencia de esas ideas y creencias dañinas y perjudiciales para ti.


Tercera idea: tienes que perdonar totalmente tu pasado, bendecirlo por todo el bienestar que te ha dado hasta ahora, y dejarlo libre. Colin Powell dice que “Ninguno de nosotros puede cambiar el pasado, pero todos nosotros podemos cambiar el futuro”. Y la autora Isabelle Holland te lo pone de una forma más poética: “Cualquier persona o situación que tú no perdonas, será un inquilino gratis en tu mente”.


Nelson Mandela dijo: Mantener resentimiento es como beberse un veneno, y esperar que el veneno mate a tu enemigo.


Tienes que perdonar además, a todas las personas de tu pasado, incluyendo aquellas que te han dañado. Al hacerlo, no perdonas los actos malignos y perversos de las personas contra ti, ellas son responsables y cosecharán por sus propios actos de acuerdo a la ley espiritual de la siembra y la cosecha. Perdonas a las personas que te hicieron daño, incluyendo a tus padres, porque todas ellas hicieron lo mejor que pudieron con el entendimiento espiritual que poseían en esos momentos. Tú tienes un mejor entendimiento espiritual ahora y por eso decides perdonarlas completamente. Al perdonarlas y dejarlas libres, te liberas también a ti.


Cuando perdonas tu pasado y a todas las personas de tu pasado total e incondicionalmente, entonces eres un ser libre en el presente para crear un mejor futuro para ti. Porque eres un ser libre en el presente, puedes usar todas tus energías y recursos para crear la vida que deseas vivir en tu futuro. Que eres un ser libre significa que no estás estancado en las aguas dañinas de tu pasado. Que estás utilizando el poder de tu presente para crear tu futuro. Que los pensamientos, las creencias y las palabras que usas en el presente para crear tu futuro, son positivas, liberadoras, motivantes, inspiradoras y llenas de fe y esperanza. Que estás construyendo tu futuro recordando e invocando quién realmente eres: un ser espiritual con origen divino. Este ser que eres no puede ser esclavo de su pasado, por lo contrario, estás construyendo tu vida futura con tu vida presente.


Cuarta idea: cuando honras los contratos sagrados para los que viniste a la tierra y al universo, entonces clarificas tu alma y tu mente para realizar tu misión y propósito divino sobre esta tierra. Si tu alma y mente están claras, en la luz, entonces tu misión y propósito divino sobre esta tierra son claros y están en la luz también.


Viniste a esta tierra con contratos sagrados, divinos y humanos, y solo serás feliz si los honras y realizas. Cuando honras tus contratos sagrados que trajiste a esta tierra, reconoces tu identidad espiritual, no meramente biológica, cultural y social. Eres un ciudadano terrestre y divino. La manera más efectiva de clarificar tu alma, ya que tu espíritu no necesita de clarificación, es aceptando, honrando y realizando tus contratos sagrados previos a tu nacimiento.


Tú cumples y realizas tus contratos sagrados en etapas. La autora Evelyn Underhill describe cinco etapas que tus sigues cuando estás realizando tus contratos sagrados.


Primero, despiertas espiritualmente cuando recuerdas sin ninguna duda de dónde viniste, quien eres y hacia dónde te diriges.


Segundo, empiezas la purificación espiritual que tienes que efectuar en tu alma y en tu mente. La lectura de este libro tiene el propósito de colaborar contigo en esta tarea.


Tercero, experimentas la iluminación espiritual que se produce en ti cuando te adentras en este proceso.


Cuarto, de alguna forma te enfrentas a la “noche oscura del alma” que muchas veces se produce cuando te rindes y entregas totalmente al Ser Supremo.

Quinto, disfrutas de la unión con Dios y lo divino que experimentas al entregar tu vida a la misión y propósito de tus contratos sagrados.


Tú experimentas estas etapas de formas entrelazadas en tu vida, porque son etapas parabólicas, no lineales. En otras palabras, tú no entras a esta etapa de tu “llamado divino” necesariamente en ese orden, ni sigues ese orden lineal en tu proceso de la realización de tus contratos sagrados.


El concepto Contratos Sagrados lo describe muy bien la gran autora Caroline Myss en su libro maravilloso “Secred Contrats: Awakening your Divine Potential”. Ella también propone cinco etapas o pasos entrelazados en el proceso de descubrir y realizar tu “llamado divino”. Comparto sus ideas para tu beneficio.


Primero, recibes tu llamado divino como una forma de recordártelo, porque lo olvidaste en el proceso de tu vida.


Segundo, decides escuchar, seguir y obedecer tu llamado divino haciéndolo parte integral de tu vida cotidiana.


Tercero, te transformas en una nueva persona al recibir un nuevo nombramiento mientras realizas tus contratos sagrados.


Cuarto, tienes nuevas asignaturas y prioridades en tu vida a las cuales les prestas atención especial.


Quinto, decides rendirte y entregarte complemente a los propósitos y planes que el Ser Supremo o Dios tiene para ti sobre esta tierra y en el universo.


En el proceso de realizar y cumplir tus contratos sagrados en esta tierra, dos tipos de cambios se producen en ti: cambios cíclicos y cambios estructurales. Tus cambios cíclicos tienen que ver con tus pensamientos y creencias aplicadas a la realización de tus contratos sagrados. Tus cambios estructurales están relacionados con el rumbo que sigue tu vida en este proceso. Este es un viaje sin retorno. Cuando entras y sigues este proceso, te transformas en una nueva persona, para el beneficio tuyo, de tu sociedad y de tu humanidad. Este es el verdadero sentido de las palabras de Jesucristo a Nicodemo en los Evangelios cuando le dijo que “Tenía que nacer de nuevo; Del agua y del espíritu”.


La prueba más fehaciente que has nacido de nuevo se demuestra hacia afuera con el cumplimiento y la realización de tus contratos sagrados. Es decir, los frutos que se producen en ti cuando estás cumpliendo y realizando tu propósito y misión para los que viniste a la tierra y al universo. Este libro intenta acompañarte en este maravilloso y complejo proceso. Siempre recordándote que este es tu propio proceso. Tú eres el actor, el guionista, el director, el escritor, el maestro constructor, el ingeniero, el arquitecto, el diseñador y el realizador de tus contratos sagrados sobre esta tierra. Te fueron entregados a ti, los aceptaste, y solo tú puedes cumplirlos a cabalidad.


Comparto también mis propias ideas de este proceso, que son casi idénticas a las descritas en los párrafos anteriores.


Primero, fuiste escogido (a) para realizar en la tierra estos contratos sagrados. Esto significa que eres un ser muy especial y único en el plano divino y espiritual.


Segundo, recibiste un llamado divino para cumplir con tus contratos sagrados. Este llamado es la fuerza espiritual que llevas y sientes dentro de ti, y que te impulsa a realizar, sin importar el precio a pagar, tus contratos sagrados sobre esta tierra y en el universo.


Tercero, estás siendo preparado (a) para realizar tus contratos sagrados desde antes de tu nacimiento biológico. Por eso elegiste los padres de los cuales vendrías a la tierra, la cultura, el idioma, las condiciones sociales y espirituales. Todo alrededor tuyo estaba preparado para darte las lecciones que necesitarías para que cumplieras con tu asignación divina.


Cuarto, fuiste enviado a la tierra y al universo con una misión y propósitos especiales y únicos. Tus niveles de felicidad sobre la tierra dependen de tu cumplimiento o no de esta misión. Es tu propia decisión y posees en ti el poder para lograrlo.


Sabes que estás realizando tus contratos sagrados sobre esta tierra y en el universo, cuando lo que estás haciendo, personal, profesional y culturalmente, saca de ti lo mejor que eres y tienes dentro de tu ser íntimo; cuando lo que eres y haces están llenos de tu pasión, amor, compromiso, entrega, servicio, visión; cuando lo que haces para “ganarte la vida” lo harías de gratis de todas maneras, porque te produce gozo, alegría, satisfacciones profundas, felicidad; cuando lo que eres y haces te revitalizan cada día y llenan de energías espirituales, emocionales, mentales, físicas; cuando lo que eres y haces te permiten ser tú mismo (a); cuando puedes ver frutos tangibles de todos tus trabajos y quehaceres en el cumplimiento de tus contratos sagrados en un contexto socio-cultural específico.


El cumplimiento de tus contratos sagrados te hace un ser humano vivo, merecedor de ser modelado e imitado. Cuando estás realizando tus contratos sagrados, estás dejando una mejor humanidad que la que encontraste al venir a esta forma de vida sobre la tierra.


*Puedes obtener el libro aquí:



Amazon.com: Recetas para Sanar tu Corazon: Principios simples para vivir la vida (Spanish Edition) eBook: Hector Williams Zorrilla: Kindle Store


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Published on March 09, 2013 15:22

Un regalo para todos mis lectores: un relato tomado de mi último libro- Un Baño de Burbujas Revelador

Un regalo para todos mis lectores: un relato tomado de mi último libro "De Amor y de Sueños"

Un Baño de Burbujas Revelador

Por Hector Williams Zorrilla

Randy estaba tomando su baño de burbujas como lo hacía cada vez que se sentía ansioso y fuera de balance emocional. A él le gustaba poner agua caliente en la bañera y echarle gelatina natural de burbujas de baño. Los colores y olores de las frutas eran las burbujas de su preferencia. Él siempre tenía gelatina natural de melocotón o mango en su baño. Ese día eligió mango. Cuando entró en la bañera, el agua caliente llenaba la tina por la mitad. Las espumas cubrían toda la porción superior de agua y el olor a mango se expandía por todo el baño. Se sentó y entonces se recostó para sentir las burbujas y el agua caliente cubriendo todo su cuerpo. Como quería sentirla sobre su cabeza y su cara, se echó agua varias veces y se lavó la cara con las espumas. Entonces se estiró y se dejó ir como si estuviera flotando en el océano distante. Con sus ojos cerrados se imaginó que su cuerpo flotaba en el inmenso mar acariciado por los vaivenes de las olas y las deleitosas pulsaciones de la brisa marina tocando su piel. Sintiéndose relajado, trató de meditar en las realidades que deseaba atraer y crear en su vida. Pero había entrado en un nivel tan profundo de relajación que se quedó dormido. Entonces empezó a soñar.

Soñó que estaba en un lugar paradisíaco. Su única vestimenta era un taparrabos hecho de hojas de mango que cubría la porción de su pene por delante y las líneas divisorias de sus nalgas por detrás. En su sueño, se vio caminando solo en ese hermoso lugar lleno de todas clases de frutas deliciosas, de todos los tipos de vegetales, de todas las categorías de aves y animales domésticos. El lugar le pareció tal y como la Biblia describe el paraíso perdido en el libro del Génesis. De pronto, algo mágico sucedió. Notó que en ese lugar las cosas sucedían con tan solo pensarlas. Que el pensamiento tenía el mismo poder para crear y atraer realidades que el que tenían los dioses que se describen en los libros antiguos, o los personajes en los cuentos de hadas. Pensar y tener lo pensado eran las mismas cosas. Él se dio cuenta de esa realidad cuando pensó que le gustaría comerse una guayaba y tan pronto lo hizo, la guayaba le bailaba enfrente de su cara. Cuando esto sucedió la primera vez, él se asustó y creyó que algo andaba mal con “su cabeza”. Que estaba viendo visiones o alucinando como consecuencia de la mucha meditación. Y trató de evadir la guayaba que seguía bailándole enfrente de la cara y persiguiéndolo a donde quiera que él se dirigiera. Para comprobar que no era un acto de “ilusionismo inducido”, extendió la mano derecha y trató de agarrar la guayaba. Allí estaba la guayaba, en sus manos. Él la examinó minuciosamente, la olió, la palpó. No cabían dudas de que era una guayaba real. Le dio una mordida para probar el sabor. Sabía a guayaba dulce, jugosa, suave. Se la comió entera y entonces pensó en un mango. No terminaba su pensamiento en la palabra “mango” cuando un suculento, grande, jugoso mango maduro se movía entre sus ojos. Lo tomó y también se lo comió. Se sentó a reflexionar qué dejaría entrar en su mente mientras terminaba de comerse el mango. Usaba su mente con cuidado no fuera a ser que provocara un desastre atrayendo cosas innecesarias. Miraba para el suelo tratando de distraerse e imaginó una hormiga, y otra, y otra… Cuando volvió en sí, sus pies estaban cubiertos de hormigas inofensivas. Se paró y empezó a caminar tratando de vaciar su mente. Pero sus pensamientos seguían fluyendo. En solo segundos, tenía todas clases de frutas danzándole enfrente. Después empezaron a llegar animales de todas las especies poniéndose a su servicio como si él fuera el rey del paraíso recuperado. Cuando los acontecimientos empezaron a abrumarlo de tal forma que estaban fuera de su control, recordó que él estaba tomándose un baño de burbujas y que lo que estaba sucediendo era un sueño. Tan pronto tuvo ese pensamiento, despertó dentro de la bañera con el agua aún caliente y llena de espumas olorosas a mango. Sonrió al recodar su sueño y continuó meditando.

Llovía copiosamente. Él escuchaba las gotas de agua caer sobre la ventana que quedaba detrás de la bañera. Cuando trataba de regresar su mente a la meditación acostumbrada en su tiempo de baño, escuchó que alguien tocaba a su puerta. Era sábado, su día de descanso, y él no tenía cita con nadie. Llevaba varios años viviendo solo. Se había divorciado hacía cinco años, y decidió conocerse a sí mismo antes de empezar una relación romántica con otra persona. Además, había decidido escribir varios de los libros con las ideas que fluían en su imaginación fecunda. Desde niño quiso ser un escritor. Había escrito cuentos, novelas, ensayos, pero no había publicado nada todavía. Había decidido tomar su escritura en serio, y para eso “se necesita tiempo”, decía constantemente. Ese fin de semana tenía dos libros de cuentos para terminar. Quiso ignorar a quien tocaba a su puerta, pero seguía persistiendo. Decidió levantarse con cuidado y mirar para ver quién era. Sus ojos no creían lo que vio. Era una amiga que conoció en el parque durante sus caminatas matutinas y vespertinas. Siempre trotaban a las mismas horas. Al final se sentaban y conversaban sobre todas las cosas, reían, dialogaban de sus sueños y fantasías. Ella también era una escritora en cierne. Tampoco había publicado, pero ya tenía varios libros de cuentos, novelas y ensayos terminados.

No tenía alternativas. Debía abrir. No recordaba que habían intercambiado teléfonos y dirección. Además, ella vivía a dos cuadras de su apartamento. Él nunca pensó que ella se aparecería sin llamar, y menos un sábado. Le había comentado que ese fin de semana tenía dos libros para terminar. “Espérate, Sonia”, le dijo. Y corrió a ponerse algo de ropa. Cuando abrió la puerta, allí estaba Sonia con su laptop. “Hola, Randy”, dijo y lo saludó con un beso en la mejilla. “Aquí huele a mango”, expresó mientras se sentaba en el sillón. “Me daba mi baño de burbujas. Ya sabes cómo me gusta, y me relaja antes de escribir”, respondió. Los ojos de Sonia brillaron. La próxima escena de la novela que escribía describiría a dos amigos no románticos tomando un baño de burbujas juntos, mientras conversaban de literatura. Él recordó que ella le había comentado de esa escena que escribiría muy pronto. “Ya sé que escribes este fin de semana. No te interrumpiré para nada. Yo solo quiero escribir aquí contigo. Me siento un poco sola”, dijo Sonia. “Nos inspiraremos los dos”, enfatizó. Pensó en volver al baño, pero no sabía cómo manejar esa situación. “No te preocupes. Regresa a la bañera y termina tu baño de burbujas. Yo me quedo aquí escribiendo”, dijo Sonia.

Él regresó a la bañera. Todavía estaba tibia y espumosa. Dejó la puerta del baño semiabierta y se metió en el agua. Su cuerpo se relajó al sentir las burbujas de mango besar su piel húmeda. Respiró profundo, y empezó a meditar de nuevo. Con los ojos cerrados, se imaginó que regresaba al mismo lugar de sus sueños anteriores. En unos minutos se durmió. De nuevo se vio en ese lugar rodeado de delicias inimaginables. Y allí estaba Sonia. Estaba vestida solo con un pantis rojo muy pequeño y transparente. Ella le sonrió. “¿Qué tú haces aquí en mis sueños?”, le preguntó. Ella le dio una mirada picaresca mientras comía frutas. “Solo vine a bañarme contigo. Empecé a escribir mi escena de la novela donde dos amigos no románticos se dan un baño de burbujas. Lo experimento por mí misma mientras escribo”, dijo. En ese instante despertó. Lo que sus ojos vieron lo dejó atónito y sin palabras. Se puso nervioso y temblaba. Las palabras no le salían y no sabía qué decir. “No te preocupes”, dijo Sonia. “No va a suceder nada. Solo somos dos amigos no románticos que se dan un baño de burbujas juntos”, continuó. Se quedaron tranquilos por un rato disfrutando de las burbujas que jugaban con sus cuerpos. La bañera era amplia, pero en ocasiones sus piernas se rozaban. “Meditemos y relajémonos por un rato”, dijo él. Cerraron los ojos y empezaron a meditar y a relajarse. Él recordó que tenía una música apropiada para esa ocasión. Pensó en levantarse, pero estaba totalmente desnudo y la toalla estaba lejos. “¿Tienes música de meditación y relajación?”, preguntó Sonia. Él asintió con la cabeza. “Dime dónde está. Yo las pongo en el tocadiscos”, verbalizó Sonia. “Hay varias dentro del tocadiscos”, respondió temeroso. Ella se levantó con toda naturalidad. Solo llevada unos pantis rojos transparentes y pequeños, los mismos que había visto en su sueño. La música empezó a sonar suave llenando el apartamento de quietud, calma y un espíritu exuberante de felicidad. Sonia regresó a la bañera y se sentó relajada. Él la veía tierna, dulce, como un ángel caído del cielo. Se quedaron en silencio escuchando la música y disfrutando las burbujas que cubrían sus cuerpos con olor y sabor a mango. Luego, los dos se durmieron relajados con sus cabezas recostadas en las paredes de los extremos de la amplia bañera.

Cuando despertaron, la música todavía llenaba el apartamento. “Voy a escribir la escena de la novela”, dijo Sonia. Y se levantó y salió de la bañera. “¿Tienes frutas?”, preguntó. Él le dijo que sí, que en la cocina había frutas de todas las clases posibles. “Soy un come frutas”, dijo. Ella le preguntó dónde había una toalla que pudiera usar. Unos minutos más tarde, él salió de la bañera, y Sonia estaba sentada en el comedor, comiendo frutas y escribiendo en su laptop. Él no quiso interrumpirla. Su laptop estaba al otro lado de la mesa. Se sentó y empezó a escribir uno de los libros que se había propuesto terminar ese fin de semana. Ninguno de los dos dijo una sola palabra por ocho horas. Seguían escribiendo, como si ese fuera el último día de vida que tenían para escribir y terminar sus proyectos de libros. A las nueve de la noche, sintieron hambre. “Debemos comer algo”, dijo Randy. Cerca había un restaurante chino que los dos conocían. “Podemos ir al restaurante chino”, respondió ella.

En el restaurante empezaron a dialogar de lo sucedido entre los dos ese día. Los dos estuvieron de acuerdo que los Reinos del Amor se habían aposentado en sus sentidos. Solo les dieron la bienvenida y los dejaron descansar. Los dos tenían todavía muchas historias más para escribir antes de terminar sus proyectos de escritura. Al regresar al apartamento, caminaron agarrados de las manos. Parecían dos palomas jugando al escondido con la brisa, y el tiempo, y el espacio y el amor recién descubierto. Caminaban silentes, mientras pensaban que los reinos del amor son caprichosos y escurridizos. Ellos se conocían por tres años en el parque hablando de la escritura de libros, de personajes, de escenas. Nunca pensaron que los reinos del amor se encontraban escondidos en una bañera de burbujas de mango. Y que la música de relación y meditación también puede llevar por los caminos del amor. Frente a la puerta del edificio del apartamento, Sonia se acercó y le dio un beso en la boca. Él respondió el beso. Dentro del apartamento, se sentaron de nuevo a escribir. Escribieron toda la noche sin decirse ni una sola palabra. A las cuatro de la mañana del domingo, Randy comentó que había terminado uno de sus libros de cuento. “Yo terminé ahora mi novela”, respondió Sonia.

**Lea el libro completo en http://www.amazon.com, Barnes & Noble, Kobo en todo el mundo:

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DE AMOR Y DE SUEÑOS
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Published on March 09, 2013 07:30 Tags: amor, baño, burbujas, hector-williams-zorrilla, relatos, revelador, sueños

March 8, 2013

Un regalo para todos mis lectores: un relato tomado de mi último libro- Un Baño de Burbujas Revelador

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Un regalo para todos mis lectores: un relato tomado de mi último libro


Un Baño de Burbujas Revelador-Por Hector Williams Zorrilla


Randy estaba tomando su baño de burbujas como lo hacía cada vez que se sentía ansioso y fuera de balance emocional. A él le gustaba poner agua caliente en la bañera y echarle gelatina natural de burbujas de baño. Los colores y olores de las frutas eran las burbujas de su preferencia. Él siempre tenía gelatina natural de melocotón o mango en su baño. Ese día eligió mango. Cuando entró en la bañera, el agua caliente llenaba la tina por la mitad. Las espumas cubrían toda la porción superior de agua y el olor a mango se expandía por todo el baño. Se sentó y entonces se recostó para sentir las burbujas y el agua caliente cubriendo todo su cuerpo. Como quería sentirla sobre su cabeza y su cara, se echó agua varias veces y se lavó la cara con las espumas. Entonces se estiró y se dejó ir como si estuviera flotando en el océano distante. Con sus ojos cerrados se imaginó que su cuerpo flotaba en el inmenso mar acariciado por los vaivenes de las olas y las deleitosas pulsaciones de la brisa marina tocando su piel. Sintiéndose relajado, trató de meditar en las realidades que deseaba atraer y crear en su vida. Pero había entrado en un nivel tan profundo de relajación que se quedó dormido. Entonces empezó a soñar.


Soñó que estaba en un lugar paradisíaco. Su única vestimenta era un taparrabos hecho de hojas de mango que cubría la porción de su pene por delante y las líneas divisorias de sus nalgas por detrás. En su sueño, se vio caminando solo en ese hermoso lugar lleno de todas clases de frutas deliciosas, de todos los tipos de vegetales, de todas las categorías de aves y animales domésticos. El lugar le pareció tal y como la Biblia describe el paraíso perdido en el libro del Génesis. De pronto, algo mágico sucedió. Notó que en ese lugar las cosas sucedían con tan solo pensarlas. Que el pensamiento tenía el mismo poder para crear y atraer realidades que el que tenían los dioses que se describen en los libros antiguos, o los personajes en los cuentos de hadas. Pensar y tener lo pensado eran las mismas cosas. Él se dio cuenta de esa realidad cuando pensó que le gustaría comerse una guayaba y tan pronto lo hizo, la guayaba le bailaba enfrente de su cara. Cuando esto sucedió la primera vez, él se asustó y creyó que algo andaba mal con “su cabeza”. Que estaba viendo visiones o alucinando como consecuencia de la mucha meditación. Y trató de evadir la guayaba que seguía bailándole enfrente de la cara y persiguiéndolo a donde quiera que él se dirigiera. Para comprobar que no era un acto de “ilusionismo inducido”, extendió la mano derecha y trató de agarrar la guayaba. Allí estaba la guayaba, en sus manos. Él la examinó minuciosamente, la olió, la palpó. No cabían dudas de que era una guayaba real. Le dio una mordida para probar el sabor. Sabía a guayaba dulce, jugosa, suave. Se la comió entera y entonces pensó en un mango. No terminaba su pensamiento en la palabra “mango” cuando un suculento, grande, jugoso mango maduro se movía entre sus ojos. Lo tomó y también se lo comió. Se sentó a reflexionar qué dejaría entrar en su mente mientras terminaba de comerse el mango. Usaba su mente con cuidado no fuera a ser que provocara un desastre atrayendo cosas innecesarias. Miraba para el suelo tratando de distraerse e imaginó una hormiga, y otra, y otra… Cuando volvió en sí, sus pies estaban cubiertos de hormigas inofensivas. Se paró y empezó a caminar tratando de vaciar su mente. Pero sus pensamientos seguían fluyendo. En solo segundos, tenía todas clases de frutas danzándole enfrente. Después empezaron a llegar animales de todas las especies poniéndose a su servicio como si él fuera el rey del paraíso recuperado. Cuando los acontecimientos empezaron a abrumarlo de tal forma que estaban fuera de su control, recordó que él estaba tomándose un baño de burbujas y que lo que estaba sucediendo era un sueño. Tan pronto tuvo ese pensamiento, despertó dentro de la bañera con el agua aún caliente y llena de espumas olorosas a mango. Sonrió al recodar su sueño y continuó meditando.


Llovía copiosamente. Él escuchaba las gotas de agua caer sobre la ventana que quedaba detrás de la bañera. Cuando trataba de regresar su mente a la meditación acostumbrada en su tiempo de baño, escuchó que alguien tocaba a su puerta. Era sábado, su día de descanso, y él no tenía cita con nadie. Llevaba varios años viviendo solo. Se había divorciado hacía cinco años, y decidió conocerse a sí mismo antes de empezar una relación romántica con otra persona. Además, había decidido escribir varios de los libros con las ideas que fluían en su imaginación fecunda. Desde niño quiso ser un escritor. Había escrito cuentos, novelas, ensayos, pero no había publicado nada todavía. Había decidido tomar su escritura en serio, y para eso “se necesita tiempo”, decía constantemente. Ese fin de semana tenía dos libros de cuentos para terminar. Quiso ignorar a quien tocaba a su puerta, pero seguía persistiendo. Decidió levantarse con cuidado y mirar para ver quién era. Sus ojos no creían lo que vio. Era una amiga que conoció en el parque durante sus caminatas matutinas y vespertinas. Siempre trotaban a las mismas horas. Al final se sentaban y conversaban sobre todas las cosas, reían, dialogaban de sus sueños y fantasías. Ella también era una escritora en cierne. Tampoco había publicado, pero ya tenía varios libros de cuentos, novelas y ensayos terminados.


No tenía alternativas. Debía abrir. No recordaba que habían intercambiado teléfonos y dirección. Además, ella vivía a dos cuadras de su apartamento. Él nunca pensó que ella se aparecería sin llamar, y menos un sábado. Le había comentado que ese fin de semana tenía dos libros para terminar. “Espérate, Sonia”, le dijo. Y corrió a ponerse algo de ropa. Cuando abrió la puerta, allí estaba Sonia con su laptop. “Hola, Randy”, dijo y lo saludó con un beso en la mejilla. “Aquí huele a mango”, expresó mientras se sentaba en el sillón. “Me daba mi baño de burbujas. Ya sabes cómo me gusta, y me relaja antes de escribir”, respondió. Los ojos de Sonia brillaron. La próxima escena de la novela que escribía describiría a dos amigos no románticos tomando un baño de burbujas juntos, mientras conversaban de literatura. Él recordó que ella le había comentado de esa escena que escribiría muy pronto. “Ya sé que escribes este fin de semana. No te interrumpiré para nada. Yo solo quiero escribir aquí contigo. Me siento un poco sola”, dijo Sonia. “Nos inspiraremos los dos”, enfatizó. Pensó en volver al baño, pero no sabía cómo manejar esa situación. “No te preocupes. Regresa a la bañera y termina tu baño de burbujas. Yo me quedo aquí escribiendo”, dijo Sonia.


Él regresó a la bañera. Todavía estaba tibia y espumosa. Dejó la puerta del baño semiabierta y se metió en el agua. Su cuerpo se relajó al sentir las burbujas de mango besar su piel húmeda. Respiró profundo, y empezó a meditar de nuevo. Con los ojos cerrados, se imaginó que regresaba al mismo lugar de sus sueños anteriores. En unos minutos se durmió. De nuevo se vio en ese lugar rodeado de delicias inimaginables. Y allí estaba Sonia. Estaba vestida solo con un pantis rojo muy pequeño y transparente. Ella le sonrió. “¿Qué tú haces aquí en mis sueños?”, le preguntó. Ella le dio una mirada picaresca mientras comía frutas. “Solo vine a bañarme contigo. Empecé a escribir mi escena de la novela donde dos amigos no románticos se dan un baño de burbujas. Lo experimento por mí misma mientras escribo”, dijo. En ese instante despertó. Lo que sus ojos vieron lo dejó atónito y sin palabras. Se puso nervioso y temblaba. Las palabras no le salían y no sabía qué decir. “No te preocupes”, dijo Sonia. “No va a suceder nada. Solo somos dos amigos no románticos que se dan un baño de burbujas juntos”, continuó. Se quedaron tranquilos por un rato disfrutando de las burbujas que jugaban con sus cuerpos. La bañera era amplia, pero en ocasiones sus piernas se rozaban. “Meditemos y relajémonos por un rato”, dijo él. Cerraron los ojos y empezaron a meditar y a relajarse. Él recordó que tenía una música apropiada para esa ocasión. Pensó en levantarse, pero estaba totalmente desnudo y la toalla estaba lejos. “¿Tienes música de meditación y relajación?”, preguntó Sonia. Él asintió con la cabeza. “Dime dónde está. Yo las pongo en el tocadiscos”, verbalizó Sonia. “Hay varias dentro del tocadiscos”, respondió temeroso. Ella se levantó con toda naturalidad. Solo llevada unos pantis rojos transparentes y pequeños, los mismos que había visto en su sueño. La música empezó a sonar suave llenando el apartamento de quietud, calma y un espíritu exuberante de felicidad. Sonia regresó a la bañera y se sentó relajada. Él la veía tierna, dulce, como un ángel caído del cielo. Se quedaron en silencio escuchando la música y disfrutando las burbujas que cubrían sus cuerpos con olor y sabor a mango. Luego, los dos se durmieron relajados con sus cabezas recostadas en las paredes de los extremos de la amplia bañera.


Cuando despertaron, la música todavía llenaba el apartamento. “Voy a escribir la escena de la novela”, dijo Sonia. Y se levantó y salió de la bañera. “¿Tienes frutas?”, preguntó. Él le dijo que sí, que en la cocina había frutas de todas las clases posibles. “Soy un come frutas”, dijo. Ella le preguntó dónde había una toalla que pudiera usar. Unos minutos más tarde, él salió de la bañera, y Sonia estaba sentada en el comedor, comiendo frutas y escribiendo en su laptop. Él no quiso interrumpirla. Su laptop estaba al otro lado de la mesa. Se sentó y empezó a escribir uno de los libros que se había propuesto terminar ese fin de semana. Ninguno de los dos dijo una sola palabra por ocho horas. Seguían escribiendo, como si ese fuera el último día de vida que tenían para escribir y terminar sus proyectos de libros. A las nueve de la noche, sintieron hambre. “Debemos comer algo”, dijo Randy. Cerca había un restaurante chino que los dos conocían. “Podemos ir al restaurante chino”, respondió ella.


En el restaurante empezaron a dialogar de lo sucedido entre los dos ese día. Los dos estuvieron de acuerdo que los Reinos del Amor se habían aposentado en sus sentidos. Solo les dieron la bienvenida y los dejaron descansar. Los dos tenían todavía muchas historias más para escribir antes de terminar sus proyectos de escritura. Al regresar al apartamento, caminaron agarrados de las manos. Parecían dos palomas jugando al escondido con la brisa, y el tiempo, y el espacio y el amor recién descubierto. Caminaban silentes, mientras pensaban que los reinos del amor son caprichosos y escurridizos. Ellos se conocían por tres años en el parque hablando de la escritura de libros, de personajes, de escenas. Nunca pensaron que los reinos del amor se encontraban escondidos en una bañera de burbujas de mango. Y que la música de relación y meditación también puede llevar por los caminos del amor. Frente a la puerta del edificio del apartamento, Sonia se acercó y le dio un beso en la boca. Él respondió el beso. Dentro del apartamento, se sentaron de nuevo a escribir. Escribieron toda la noche sin decirse ni una sola palabra. A las cuatro de la mañana del domingo, Randy comentó que había terminado uno de sus libros de cuento. “Yo terminé ahora mi novela”, respondió Sonia.


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Published on March 08, 2013 17:43