Zoé Valdés's Blog, page 2802
March 17, 2012
Juan Pablo II, el hombre que derribó el comunismo. Por Adri Bosch.
Por qué no estamos de acuerdo con la visita del Papa Benedicto XVI a Cuba. Presos Plantados.
Por qué no estamos de acuerdo con la visita del
Papa Benedicto XVI a Cuba.
Un grupo de cubanos exiliados, en su mayoría ex presos politicos, a fines del pasado mes de febrero enviamos una carta a Su Santidad Benedicto XVI para expresarle que no estamos de acuerdo con su proyectado viaje a nuestro país.
Nuestra opinión se sustenta, y así lo expresamos en la carta, que en Cuba siguen en el poder los mismos que durante más de medio siglo han pisoteado los derechos humanos de nuestro pueblo, incluyendo los de muchos católicos. Los hermanos Fidel y Raúl Castro, y su cohorte de asesinos, son responsables de cientos de fusilamientos a compatriotas que habían luchado por evitar que se consolidaran en el poder los comunistas que expulsaron sacerdotes, que hicieron la vida imposible a los católicos para desanimarlos a que asistieran a misa o catequizaran a los niños. Los comunistas que condenaron a largos años de prisión a miles de jóvenes de las asociaciones católicas y de toda la sociedad cubana y que nunca han manifestado el más mínimo arrepentimiento, sino que, por el contrario, continúan golpeando a pacíficas mujeres que tratan de llegar a las iglesias, para orar por sus familiares actualmente en prisión por razones políticas.
La misiva también expresa nuestro temor a que la visita de Su Santidad a la Cuba de hoy sirva para dar al mundo la impresión de que la despreciable dictadura de los hermanos Castro ha cambiado en sentido positivo.
"Creemos que nuestra misiva no va a impedir su viaje a Cuba, pero simplemente queremos llamarle la atención de que cuando estreche la mano de Raúl o Fidel Castro, como quizás tenga que hacer, estará estrechando la mano de quienes ordenaron la muerte de jóvenes como AlbertoTapia Ruano –entre muchos otros–, que al ser fusilado gritó ¡Viva Cristo Rey!; crearon el sistema para que asesinaran en los campos de trabajo forzado de la prisión de Isla de Pinos –entre muchos otros– al joven Julio Tang Texier, activista de la Juventud Obrera Católica; y recientemente, bajo su sistema penitenciario, provocaron la muerte, en huelga de hambre, de los pacíficos activistas de derechos humanos Orlando Zapata Tamayo y Wilman Villar Mendoza, como antes hicieron con el líder estudiantil Pedro Luis Boitel y muchos otros", señala la carta en uno de sus párrafos para seguidamente afirmar que la historia reciente demuestra que, como sucedió en los países comunistas de Europa, lo que funciona en favor de la libertad y el respeto a los derechos humanos es que la Iglesia, así como el mundo libre, reconozca y apoye a las víctimas de la opresión y no a los opresores.
"Los cubanos esperamos una declaración diáfana de nuestra Iglesia Católica, censurando la represión al pueblo cubano y manifestando su simpatía por los las víctimas de la represión política", concluye el texto de la carta, que tiene al pie los nombres y años de condena cumplidos de 58 ex presos políticos cubanos y algunos de sus familiares y amigos, que son los siguientes:
Angel De Fana 20*, José Oscar Rodríguez Terrero 23, Roberto Perdomo 28, Eleno Oviedo 25, Angel Luis Argüelles 24, Francisco Javier Denis 16, Maritza Lugo 5, Servando Infante Jiménez 18, Basilio Guzmán 22, Ernesto Díaz Rodríguez 22, Ignacio Cuesta Valle 29, Antonio López Muñoz 28, Domingo Martínez 9, Alejandro Moreno 18, Miguel A. Alvarez Cardentey 24, Jorge Guzmán Chaple 13, José M. del Pino 19, Roger Reyes Hernández 20, Edel Ravelo 15, Domingo Taquechel 9, Ignacio Barrios 4, Teresa Bastanzuri 15, Féliz Guzmán 15, Aurelio Vázquez 10, Ramón Alvarez 9, Eraiser Martínez 12, Luis A. González Infante 16, José Patricio Rodríguez 11, Héctor Carbonell Arena 5, José Patricio Rodríguez Jr. 7, Edelmiro Delgado Villazón 19, Misael Sánchez Reyes 10, Armando Yong Martínez 23, José Manuel Peña 10, Abel Nieves Morales 21, Nelson Rodríguez Pérez 20, José Enrique Vázquez 23, Roberto Jiménez 17, José M. Bello Ferrer 9, Jesús Rodríguez Beruvides 12, Neil V. Núñez 9, Lionel Rodríguez de la Torre 10, Orlando Moro 13, Enrique Ruano 8, Rino Puig 15, Orlando López Periú 9, Casimiro López Periú 9, Antonio Artiles 8, Gerardo Rodríguez Capote 9, Eduardo J. Cano 13, Rodolfo Rodríguez San Román 18, Juan Pedro Casanova Roque 10, José Luis Fernández 9, Mario U. Tápanes 1, Alberto C. Jané 23, Pedro Fraginals 15, Carlos M. Sigler 17, Iliana Curra 5, Loida Arenal, Miguel Martínez, , León Cosío, Fernando Mirabal, Arnaldo de Armas, Leo Alayón, Mercedes Guzmán, Felipe Valdés, Pablo E. Hernández, Rodolfo Rodríguez Rosabal, Antonio M. Abradelo, Emilia O. López
* Años de prisión política cumplidos en Cuba bajo el régimen comunista.
Cortesía de Ángel de Fana.
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"Yo también soy Iglesia, nosotros también somos Iglesia." Oswaldo Payá.
A la intemperie. Por Dionisio de la Torre y Aldo Rosado Tuero. Filmó Luis Alberto Ramírez.

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Adrián Silva necesita ayuda.
Suiza, como Bélgica, aún no se ha repuesto del dolor. Por Tania Quintero.
Suiza, como Bélgica, aún no se ha repuesto del dolor.
El accidente ocurrido el martes 13 en el túnel de Sierre, en el cantón francosuizo de Valais, al suroeste de la Confederación Helvética, dejó a los suizos y a los equipos de rescate en estado de shock.
En Suiza ocurren accidentes, pero casi nunca de esa magnitud y menos cuando pierden la vida 28 seres humanos, de ellos 22 niños. Los heridos fueron 24, algunos de gravedad. Regresaban a Bélgica, después de la tradicional semana de vacaciones en la nieve en la estación de esquí de Val d'Anniviers. Los alumnos, entre 10 y 15 años, procedían de las localidades flamencas de Lommel y Heverlee. El autobus, los choferes y los adultos que acompañaban a los menores también eran belgas.
Para los suizos y los extranjeros residentes en Suiza, el dolor y los sentimientos están por encima de nacionalidades, idiomas y colores de la piel. En Suiza hemos pasado unos días muy tristes, pendientes de los periódicos y noticieros locales, que le han dedicado amplios espacios. Y como es habitual en este país, desde el primer momento, rigor y respeto hacia las víctimas y sus familiares, que pidieron no ser expuestos a los medios.
Minutos después de conocido el accidente, cientos de personas fueron movilizadas: rescatistas, médicos, enfermeros, policías, bomberos y dirigentes cantonales y federales, así como ambulancias, helicópteros… Inmediatamente, ingenieros y especialistas en transportes y seguridad vial, entre otros expertos, se dieron a la tarea de analizar lo ocurrido. Al ser una nación pequeña, con sólo 8 millones de habitantes, la muerte evitable de un ser humano en Suiza se convierte en cuestión nacional.
En 2009, a raíz de una gran colisión que se produjo también en un túnel, fue creada una nueva y moderna tecnología para reconstruir accidentes complejos de tráfico. Anteriormente, los peores accidentes de tráfico habían ocurrido en 2005, con 12 fallecidos, y en 1982, cuando perecieron 39 personas, casi todas turistas alemanes.
Enemigos del sensacionalismo y la especulación, los suizos no sólo se volcaron operativa y técnicamente en la tragedia, si no también lo hicieron desde el punto de vista humano, dejando velas, flores y peluches en el lugar del siniestro o con oraciones, misas y minutos de silencio. La prensa y la televisión de todos los cantones publicaron fotos, dibujos y mensajes infantiles y ofrecieron conmovedores reportajes.
El viaje era la culminación de los seis años de primaria en el colegio privado de Sint-Lambertus, en Heverlee, de donde procedían 24 alumnos accidentados. Iban a ver y disfrutar de las montañas nevadas que no tienen en Bélgica. El costo del viaje por cada niño era de 360 euros, que lo aportaba el gobierno y los padres tenían seis años para pagarlo, a razón de 60 euros anuales. Como la cantidad no cubría todos los gastos, organizaban rifas y actividades para recaudar dinero.
En el blog realizado por los niños, contaron cómo era su vida en Val d'Anniviers. Entre otras diversiones, jugaban a casarse, publica hoy el Blick.
Ante tanto dolor, queda el consuelo de que pasaron una semana muy feliz antes de que un fatal accidente segara sus inocentes vidas.
Tania Quintero, Lucerna.
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Balseros en Dry Tortugas (3 de 3 posts). Por Julio C. Zangroniz.
El grupo de refugiados, sentado en bancos bajo una enorme caseta de madera sobre el muelle, guardaba un silencio respetuoso. Quizá estaban impresionados por el hecho de que un "mero ciudadano" podía hablar de forma acalorada con representantes de la ley sin que éstos le molieran a palos, como hubiera ocurrido en Cuba.
Aunque quizá ninguno de los refugiados podía entender el intercambio, que naturalmente tuvo lugar en inglés, no cabía duda de que había una verdadera confrontación en progreso. "A Ud. lo trataron muy mal," se quejó al periodista uno de los refugiados poco después. A decir verdad, el corresponsal creía que él iba a terminar arrestado y, quizá, enviado a pasar la noche encadenado en una de las mazmorras de Fort Jefferson, una instalación cuya construcción comenz'ó en 1840 y que sirvió de prisión durante la Guerra Civil de Estados Unidos, entre 1861 y 1865.
Pero esta vez, la ley estaba de parte del corresponsal y, felizmente, los agentes de la ley lo reconocieron, por lo que le permitieron quedarse "mientras que te mantengas callado y no interfieras con el procesamiento del grupo," según expresó uno de los agentes.
El periodista prometió cumplir con esas exigencias. Lo tuvo que hacer no una, no dos, sino TRES veces, ya que uno de los empecinados "guardianes de la ley" repetía sus amenazas una y otra vez, como si fuera incapaz de recordar lo que había dicho momentos antes.
En breve, se hizo evidente por qué los agentes de la ley no querían realizar sus deberes en presencia de una persona "fuera del sistema" que entendiese a cabalidad todas las conversaciones, tanto en español como en inglés.
Un ejemplo: el agente que se identificó como "el traductor oficial" espetó, en su primer comentario hacia los refugiados: "Démen sus papeles." En español correcto, no se pide "papeles" cuando lo que se busca son "documentos de identidad." Otro ejemplo: momentos más tarde, uno de los refugiados sacó de un bolsillo una licencia internacional de conducir, aparentemente expedida por el gobierno de Cuba y preguntó: "¿Es que esto sirve para manejar aquí en los Estados Unidos?" El traductor oficial, algo abruptamente, le respondió: "Aquí en Dry Tortugas no se puede manejar, porque aquí no hay vehículos de motor."
El periodista, cortésmente, le aclaró al traductor: "Perdóneme, señor, pero eso no es lo que ese hombre le preguntó. El quiere saber si su licencia es válida para manejar EN EL RESTO de los Estados Unidos, no aquí en Dry Tortugas." La respuesta del traductor al periodista, en inglés, se limitó a: "No me di cuenta de eso." Pero no le dijo nada más al refugiado con la licencia internacional.
Posteriormente, otro agente de la ley, un hombre alto y espigado, con cabellos castaño claro, llegó portando una caja de botellas de plástico llenas de agua, forrada en plástico, y la tiró bruscamente al piso. La caja resbaló por casi un metro de distancia sobre la superficie de madera, hasta que se detuvo cerca de los pies de tanto el periodista como de uno de los refugiados. Ambos estaban descalzos y pudieron haber recibido magulladuras serias, quizá hasta una fractura, en el incidente. El agente completó su acto maleducado casi gritando, en inglés: "¡Esto no es una maldita zona de picnic, así que cualquier basura que dejen aquí la van a tener que limpiar ustedes!" Y enseguida dio una media vuelta y se alejó del lugar, todavía echando pestes que nadie pudo escuchar.
El periodista le sugirió al "traductor" oficial: "Ud. va a tener que repetir todo eso en español, porque probablemente aquí nadie entendió nada de lo que ese hombre dijo." Pero una vez más, el traductor se hizo el de la vista gorda y no tradujo nada. Simplemente emitió un semi-callado "¡Hmmmm!" Momentos más tarde, uno de los refugiados le murmuró al periodista, en referencia al agente que había traído la caja de agua: "Los manerismos de ese tipo eran bien fácil de entender. Parecía que nosotros estábamos allí con tal de molestarle, que sólo éramos un problema con el cual él tenía que lidiar. Es bien evidente que no nos quería ni ver, que le estábamos complicando el día. No nos trató como las víctimas que éramos. Eso no es justo."
Eventualmente, uno de los miembros de los "agentes de la ley" convenció a una representante del Servicio Nacional de Parques, una mujer rubia de apellido Pepper, a que le instara al periodista, una vez más, que abandonara la escena de los hechos.
La agente Pepper se acercó al "intruso" y le rogó: "Por favor, señor, ¿podría hablar con Ud. en privado?" El periodista accedió a ello y la agente Pepper prosiguió: "Necesitamos poder procesar a estas personas lo más rápido posible, sin interferencias de ninguna clase.¿ Podría Ud. darnos la oportunidad de hacerlo? ¡Más tarde, usted puede volver y hacer todas las preguntas que Ud. quiera!"
El periodista, al verse tratado por primera vez con consideración, respeto y cortesía por un agente de la ley, manifestó su acuerdo con la solicitud y regresó a su campamento. Alrededor de una hora más tarde, el periodista tomó sus avíos de pesca y regresó al muelle donde habían estado "procesando" a los refugiados. Ya ellos no estaban allí, pero el periodista se sentó a unos 25-30 metros del navío que eventualmente se llevaría a los refugiados cubanos a Cayo Hueso.
Mientras esperaba, arreglando sus anzuelos, pitas y carnada, un joven agente del parque cuyo apellido es Parker, pasó con dos de los 13 refugiados, que ya vestían trajes blancos y los tres se dirigieron al bote. Uno de ellos era Pedro, el "capitán" del bote de los refugiados. Cuando se acercaron lo suficiente como para reconocer al periodista, los dos alzaron sus brazos derechos en señal de "adiós." El periodista les gritó: "¡Suerte!" a medida que ellos y el agente Parker se dirigían al bote y desaparecían en las entrañas del navío.
Fue la última vez que el periodista pudo ver a alguno de los 13 refugiados. Nunca se le otorgó la prometida oportunidad de "volver y hacer todas las preguntas que Ud. quiera," como le había asegurado la agente Pepper. ¿Se habrá olvidado ella por accidente o…. fue a propósito?
El periodista no volvió a ver a la agente Pepper hasta que él estaba a punto de abandonar la isla al día siguiente.
Pero la noche anterior, después de partir de la zona del muelle, alrededor de las 10 PM, el periodista regresó una vez más a su campamento y terminó de cocinar la cena que había empezado a procesar más de dos horas antes. Desde su campamente escuchó cuando el barco de una agencia oficial de la Florida echó a andar sus motores, a eso de las 10:25 PM. Cinco minutos después, el navío partía de las Dry Tortugas, supuestamente rumbo a Cayo Hueso.
Posteriormente, el periodista independiente hizo varios esfuerzos por interesar a varios medios de prensa en publicar los detalles y fotos del suceso.
Primero, se dirigió a un periódico local de Cayo Hueso, al que le ofreció un relato detallado de la historia y las fotos exclusivas de la llegada de los refugiados, así como la lista de nombres y otros detalles, pero lamentablemente, no había nadie en la redacción del periódico, porque era domingo y el periodista tenía que partir rumbo a tierra firme.
Varios días más tarde, esfuerzos similares con The Miami Herald, en el mismo centro de Miami, también fracasaron. Inicialmente, el editor local con el cual el periodista independiente se puso en contacto telef'ónico, mientras le hablaba desde la misma sala de recepción del matutino, observó: "Eso pasó la semana pasada (en realidad, sólo tres o cuatro días antes). Eso ya no es noticia." El visitante le insistió que aunque la historia tuvo lugar varios días antes, ninguno de los detalles había salido a la palestra pública, en foro alguno, por lo que la lista de los 13 individuos quería decir que por lo menos 13 familias en Cuba TODAVÍA ignoraban si sus familiares habían sobrevivido la travesía, y que por lo tanto el periódico tenía el DEBER de suministrarle esa información a la comunidad donde circula, a la que supuestamente "sirve." Por lo tanto, todavía ERA noticia. Además, el periodista tenía en su poder fotos EXCLUSIVAS del suceso. Fotos que NADIE MÁS en todo el mundo tenía en su poder en esos momentos. Ese último detalle parece que hizo mella sobre el orgullo profesional del editor del Miami Herald, que acordó examinar las fotos "una vez que termine con varias cosas que tengo entre manos en estos momentos." El periodista independiente le aseguró al editor que podría esperar por él "por lo menos por media hora."
Mucho antes, al llegar al edificio del Herald, el corresponsal había llamado por teléfono a una de las columnistas del la edición del periódico en español y le había dejado un mensaje en su contestadora electrónica.
Pero más de una hora más tarde, temeroso de que le fueran a multar por estar indebidamente estacionado, en una zona donde no hay provisiones para los visitantes, el periodista decidió marcharse. Nadie en el Miami Herald tuvo la cortesía de devolverle la llamada.
Otro esfuerzo similar, para hacerle llegar la historia de los cubanos refugiados en Dry Tortugas a la comunidad hispanoparlante, fue con el canal de noticias de Univisión. Resultó en otro fracaso, a pesar de hacerle una explicación en español a un productor de noticias –algo que fue casi un RUEGO. El representante de Univisión se limitó a copiar el correo electrónico del periodista independiente, así como el teléfono del hogar privado donde el periodista aguardaba el momento para partir en su viaje de regreso y prometió devolver la llamada "después que yo discuta el asunto con mi supervisor." Una vez más, el periodista le informó que solamente podría esperar alrededor de media hora.
Pero después de una hora y media, sin obtener resultado alguno, el periodista se montó en su vehículo y empezó lo que sería un viaje a casa de dos días.
Este relato, por tanto, es la primera exposición pública que tiene esta historia, así como las fotos que lo acompañan. Vea más fotos en la galería 12Cubanrefugees.
Los 13 cubanos refugiados del 2 de marzo ya están a salvo, seguros, en la tierra de los libres y el hogar de los bravos.
Que Dios bendiga a América.
Julio C. Zangroniz.
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La Protesta de los Trece. Por Miriam Celaya.
Otra versión sobre el tumor de Chávez: No fue estirpado. Por Antonio María Delgado.
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