Kate Lynnon's Blog, page 3

September 21, 2021

Visto este verano

Este verano no he leído mucho por culpa de un extraño bloqueo lector (¿quién me mandaría a mí comprarme tantos libros en su momento?), pero a cambio sí he sacado mucho partido a mis suscripciones a Netflix y Prime Video. Ya sabéis que en verano, cuando estoy en casa y en buena compañía, aprovecho para ver todo el terror con el que no me atrevo el resto del año.

Pero no solo de sustos vive el ser humano. Y yo tampoco.

Muy pronto saldrá una entrada en el blog cylconita en el que podréis enteraros de las obras de fantasía, ciencia-ficción y terror que me han entretenido estos últimos meses, al igual que a otres compañeres de la asociación. Por lo tanto, para no ser repetitiva, la entrada de hoy se la voy a dedicar a las series y películas (sí, eso es nuevo) no-de-género que me han acompañado durante las vacaciones. Porque sí, de vez en cuando me da por ver cosas en las que no hay dragones ni superpoderes.

Las chicas Gilmore (Netflix)

Estaba pensando en dedicarle su propia entrada, y tal vez lo haga ahora que se acerca el otoño. No sé por qué, pero esta serie me pega mucho con esa estación del año.

Cada vez que digo que me he pasado desde final del curso pasado hasta bien entrado el verano tragándome sus siete temporadas, la gente me mira como si fuera un alienígena cambiaformas con un brazo robótico. Sí, es cierto que las peripecias de Lorelai y su hija Rory ya tienen unos cuantos años —y en algunos aspectos no han envejecido bien del todo—, pero siguen siendo perfectas para pasar un buen rato. Esta serie, que no termina de decidir si es una comedia romántica, salseo de adolescentes o una sitcom familiar, se hizo famosa a finales de los noventa y principios de los 2000 por sus diálogos ingeniosos y por mostrar una relación muy peculiar entre una madre y su hija. A mí, personalmente, me han conquistado su humor, sus personajes secundarios, la ciudad de locos que es Stars Hollow… y su opening. Incluso vi la miniserie secuela que salió años después.

Mamma Mia! (Prime Video)

Como fan de Abba (¡no puedo creer que vayan a sacar un disco después de tanto tiempo!), tenía pendiente esta película desde hace mucho; como fan de los musicales, tengo que decir que me ha parecido… una basura. Veréis, cuando se hace una película u obra de teatro de este género, hay dos opciones: buscar canciones que encajen con la historia que quieres contar o componerlas expresamente para la ocasión.

Mamma Mia! es el ejemplo perfecto de cómo no hacer las cosas.

Está claro que alguien quería hacer un homenaje a Abba, así que escogió algunas de sus canciones más emblemáticas y trató de inventarse una trama en la que usarlas… con desastroso resultado. Es predecible, no tiene ni pies ni cabeza y algunas escenas dan incluso vergüenza ajena. Dicho esto, reconozco que me divirtió bastante porque, además de saberme casi todos los temas de memoria, ver a Pierce Brosnan, Christine Baranski y, sobre todo, Meryl Streep —va a ser verdad que esa mujer no puede hacer las cosas mal ni aunque lo intente— haciendo el bobo es maravilloso. Se nota que lo pasaron bien.

Toc toc (Netflix)

Sé que habrá quien me tache de esnob, pero lo confieso desde el principio: no me gusta el cine español. Sin embargo, tenía mucha curiosidad por ver esta película, pues las pocas veces que la había visto anunciada me había parecido simpática. La propia premisa ya resulta un tanto «problemática»: un grupo de personajes con diferentes trastornos y obsesiones encerrades en una misma sala durante horas. Por eso mismo, es importante saber a lo que vas: se trata de una comedia española sin grandes pretensiones, por lo que hay que prepararse para toda clase de estereotipos y exageraciones. No la veas si esperas una película que toque el tema de la salud mental de manera rigurosa y respetuosa. De todos modos, por muy esperpéntica o angustiosa que pueda resultar, un gran punto a favor de Toc toc es el mensaje esperanzador y optimista con el que acaba.

Perfectos desconocidos (Netflix)

Por algún motivo, esta película estaba relacionada con la anterior en mi cabeza, quizás porque tiene un par de elementos en común: pocos personajes, un solo escenario y mucha importancia de las interacciones entre elles, como si les estuviéramos observando a través de un agujerito. En este caso no se trata de unos cuantos extraños unidos por los problemas psicológicos, sino de un grupo de amigues que se reúnen para cenar y deciden poner en común cualquier mensaje o llamada que les llegue. La idea promete salseo, risas y mucha tensión; no obstante, no es una comedia en absoluto. Algunas escenas resultan verdaderamente incómodas, pues el «jueguecito» acaba por poner de manifiesto toda clase de traiciones, mentiras y rencores. Lo único que no terminó de gustarme fue que deja bastante mal tanto a hombres como a mujeres, hasta el punto de hacerte preguntarte si existen realmente las relaciones sanas, sean de amistad o de pareja.

La cita perfecta (Netflix)

Netflix la anunció en portada y no pude resistirme. En esta comedia romántica adolescente, el protagonista necesita desesperadamente sacarse un dinero extra para poder pagarse la universidad. La idea que se le ocurre es ofrecer sus servicios como «novio de alquiler»: durante varias horas, puedes contratarlo para participar en diferentes actividades (nada sexual, ¡por supuesto!), y él adaptará su personalidad, su atuendo y todo lo que sea necesario a la situación. ¿Necesitas una pareja con la que bailar salsa? Brooks se presentará en tu casa dispuesto a dar unos pasos. ¿Simplemente quieres a alguien que te escuche y esté de acuerdo contigo? Brooks se tomará un café contigo y durante horas no le oirás decir otra cosa que no sea «Tienes razón» o «No hay otra forma de verlo». Pero esta historia no es solo salseo y amoríos: también toca temas como la amistad, la sinceridad, el clasismo y el complejo de inferioridad.

To All the Boys I’ve Loved Before (Netflix)

Me gusta Noah Centineo, ¿vale? No sé por qué, pero ese actor me parece encantador y me inspira ternura. Además, que la familia protagonista fuera de origen coreano también me llamó la atención.

Esta trilogía de películas se centra en los últimos años de instituto de Lara Jean Covey, una soft girl que, como les pasa a muches escritores, procesa mejor sus sentimientos al ponerlos por escrito. Por eso, cada vez que se encapricha de un chico, le escribe una carta para decirle lo que siente por él, pero sin intenciones de enviársela. La cosa se complica cuando esas cartas llegan a sus destinatarios de forma misteriosa. Las consecuencias que esto trae para LJ, aunque embarazosas al principio, también acaban dando lugar a un romance muy tierno con algunas idas y venidas.

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Published on September 21, 2021 08:33

September 17, 2021

Revelaciones: ¡ya estamos en camino!

¿Recordáis que hace no mucho os hablaba de un proyecto del que pronto tendríais más datos? Pues ha llegado el momento que estabais esperando.

Este otoño, de la mano de la editorial Con Pluma y Píxel, saldrá publicada Revelaciones. ¿Y qué es Revelaciones? Se trata nada más y nada menos que de una antología de relatos escrita por Edith del Campo (sí, a la que ya conocéis), Madame Eloise y yo misma. Contiene treinta y tres cuentos para adultos (once de cada autora) de temáticas y estilos muy diversos, pero que principalmente coquetean con la fantasía y el terror. «La misión», para que os hagáis una idea, es uno de los textos que aparecerán en ella.

De izquierda a derecha: Edith, Kate y Eloise

¿Tenéis curiosidad por saber más? Pues no os perdáis esta entrevista realizada por Francisco Tapia-Fuentes, nuestro editor, en la que podréis conocernos algo mejor a las tres autoras, así como algunos detalles más sobre el proceso de escritura y nuestra colección de historias. También aparecemos en la sección de novedades, donde podéis incluso ver la fabulosa portada que han creado para nosotras. ¡Espero que estéis tan ilusionades como yo!

Y hasta aquí puedo leer por ahora.

Saludos reveladores,

Vuestra Kate

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Published on September 17, 2021 09:57

September 14, 2021

7 de Cicatriz

Durante los días de verano que pasé visitando a mi familia, decidí aprovechar para leer algo, sobre todo antes de dormir. Escogí Cicatriz de Juan Gómez-Jurado porque corría el riesgo de que me desheredasen si no leía algo de este autor y porque no había oído más que maravillas sobre él. Y no me ha decepcionado en absoluto.

En estos últimos meses he estado sumida en algo parecido a un bloqueo o burn out lector, cosa que yo creía que era un mito: me ha costado mucho terminar la mayoría de libros, y algunos los he acabado abandonando. No diré que Cicatriz ha sido la cura, pero sí ha sido uno de los pocos que han conseguido mantener mi atención hasta el final junto con A nadie le importa Brendan de mi amiga Lidia Gil. Hacía muchísimo tiempo que no leía thrillers, y eso que el misterio y las aventuras eran mis géneros favoritos de adolescente, y esta novela me ha recordado por qué me gustaban tanto. Lo he pasado muy bien —y, como veréis más adelante, también muy mal— con los chanchullos de Simon e Irina.

ATENCIÓN: MUCHOS SPOILERS Y MUY SPOILERS

Lectura ligera y amena

Hoy en día decir que un libro te atrapa desde el principio, y más uno de este género, es un cliché del tamaño de un estadio de fútbol…, pero no por ello es menos cierto. Cicatriz empieza con un par de pequeñas introducciones encabezadas con los nombres de sus protagonistas. La de Irina consiste en apenas una o dos frases demasiado crípticas. La de Simon… ¡ah, la de Simon! Ese par de párrafos en los que un tipo con una pistola en la mano te confiesa que está a punto de cometer el mayor error de su vida bastan para que necesites saber más. A partir de ahí, se alternan capítulos desde el punto de vista de Simon en primera persona y presente con la historia de Irina, narrada en tercera persona y pasado. Y la manera de narrar es de las que me gustan a mí: desenfadada, directa y con muchos diálogos. Cuando quieres darte cuenta ya llevas más de cien páginas y estás deseando saber qué será lo siguiente.

Perfecto para aprender

A medida que leía, no podía dejar de acordarme de algunos de los consejos de escritura que más veces he oído y, por una vez, no era para mal. Más bien era como un momento de despertar, una sensación de «¡Ah! ¡Que esto era a lo que se referían!» Si eres escritore, deberías estudiar este libro, pues ejemplifica mejor conceptos como presentar personajes, aumentar el riesgo y la tensión y todas esas cosas que cualquier manual de técnica narrativa o blog de ayuda para autores.

Ya en el primer capítulo, después de la estupenda introducción que ya he mencionado, sabes quién es Simon, cuál es su objetivo y qué se interpone en su camino para conseguirlo: un informático friki, poco sociable y en la ruina que necesita desarrollar corregir los fallos de la aplicación que ha creado para que un empresario multimillonario invierta en ella. Si falla, no solo se irá a casa con las manos vacías, sino que la empresa en cuestión se quedará con su idea. Y encima lo tiene que hacer en tiempo récord. Vamos, que poco tiene que envidiar a Disney en su aplicación de la regla de los cinco minutos(*).

Pero eso no es todo. Si ese planteamiento ya te parece demencial, aún no has visto nada: todo se complica a medida que avanza la historia. De un reto profesional pasamos a un romance complicado, un asesinato —del que nuestro protagonista se convierte en sospechoso, por supuesto— y, más adelante, líos con la mafia. Si eso no es aumentar el riesgo…

Escenas de entrenamiento

Ya sabéis que este es uno de mis grandes fetiches.

Hasta ahora me he centrado en la trama de Simon y he dejado fuera la otra mitad: la historia de Irina, contada principalmente a través de flashbacks. Después de su misteriosa introducción, transcurren unos cuantos capítulos antes de que la protagonista femenina vuelva a aparecer. Irina es una joven ucraniana a la que Simon conoce a través de una página web de contactos, pero su papel no está relegado al de interés romántico del protagonista, sino que tiene su propia misión y un pasado tan crudo como fascinante.

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Cuando Irina tenía muy pocos años —unos diez o doce, si no recuerdo mal—, unos mafiosos asesinaron a sus padres, raptaron a su hermana y prendieron fuego a la granja en la que vivían. Ella consiguió salvarse de milagro. Tras un tiempo malviviendo en las calles, robando, rebuscando en contenedores y escondiéndose, decide buscar a su hermana y vengarse de quien les arrebató la infancia. Sus pasos la llevan hasta un militar retirado al que llaman el afgano, y aquí transcurren la mayoría de sus capítulos. Irina quiere aprender a luchar, a matar, y su mentor la somete a una formación digna del ejército, lo cual incluye sumergirse en un lago gélido, cazar con un arco fabricado por ella misma, escalar y meterse en toda clase de peleas. En ocasiones es realmente cruel, pero no por ello menos interesante.

Amor de hermanes

Las relaciones fraternales —que, por cierto, fueron el tema de la última entrada— están muy presentes en esta novela. Por un lado, tenemos a Irina y Oksana, de las que ya os hablé. Por el otro, a Simon y Arthur.

Arthur es el hermano mayor de Simon y la única familia que le queda. Sin embargo, como tiene síndrome de Down, es Simon quien tiene que ejercer de figura paterna. El pobre hace malabares para poder pagar la residencia en la que está interno y darle de comer cuando se escapa para visitarlo. También juegan juntos al Uno, ven películas de James Bond y Simon lo defiende de quienes le hacen bullying. Está claro que es una de las personas más importantes de su vida, y las escenas entre ambos son muy bonitas.

Trastorno ambiguo e intermitente

El tema de la salud mental siempre es complicado, sobre todo cuando quien lo intenta representar es «de fuera». Así como el caso de Arthur está muy claro y bien representado, sin dramatizar ni romantizar en exceso, no me gustó tanto cómo trataron el de Simon, aunque esto solo es un detalle menor en un thriller que, por si no ha quedado claro, me ha encantado. En teoría, el protagonista de Cicatriz sufre algún tipo de ansiedad social, por lo que le cuesta relacionarse con personas fuera de su círculo más íntimo y vomita cuando tiene que hablar en público. Sin embargo, esto solo ocurre en los primeros capítulos. Al avanzar en la historia, es como si el autor se olvidase de este problema. Quizás se pueda argumentar que, hacia el final de la novela, Simon ha vivido tantas cosas que tener que presentar su proyecto se convierte en una nimiedad, pero no me parece muy realista.

Demasiados triggers

Si decides leer este libro, prepárate para sufrir. Juan Gómez-Jurado no se corta un pelo en enviar desgracias a sus protagonistas, por si la orfandad no fuera suficiente. Después de vérselas con la mafia a muy corta edad, Irina sobrevive en la más absoluta miseria durante la mayor parte de su existencia, se cría con un heroinómano, sufre algún que otro intento de violación (y nos dan a entender que también sin intento) y para poder cumplir con su venganza le toca verse torturada por sicarios. En cuanto a Simon, él y Arthur no están solos por azares del destino, sino que detrás de todo hay una historia de malos tratos, alcoholismo y un asesinato en defensa propia.

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Si bien los asuntos más importantes se resuelven —Irina sobrevive y logra cumplir con su venganza, Simon y sus compañeres consiguen el contrato millonario—, en el último capítulo de todos nos encontramos con un desenlace ambiguo: el futuro de la relación entre Irina y Simon es incierto. O a lo mejor soy yo, que encuentro trescientas interpretaciones alternativas a la misma cosa y prefiero que me digan cuál de todas es la correcta.

(*)La ciencia dice que, para que una película sea exitosa y enganche, hay que establecer qué quiere su protagonista en los cinco primeros minutos de metraje. Si sabéis inglés, Abie Emmons lo explica muy bien.

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Published on September 14, 2021 09:16

September 11, 2021

Top 10: Mejores hermanes de la ficción

Se ve que este año me ha dado por el tema familiar. De los creadores de «Los mejores papis de ficción» y «Las mejores mamis de ficción» llega… ¡«Les mejores hermanes de la ficción»! Esta entrada llevaba en mi cabeza un tiempo, y después de descubrir que el 5 de septiembre se celebró el Día Mundial de le Hermane, ¿qué mejor momento que este para atacar?

Hoy vengo a hablar de las relaciones entre hermanes más bonitas o divertidas que he visto, sea en libros, películas, series o todo a la vez. Aunque soy muy fanática del tropo de la found family (o sea, un grupo de amigues desarraigades que acaban considerándose familia por la lealtad que se profesan y por las aventuras que han vivido juntes), he intentado ceñirme a pares de hermanes que lo son biológica o legalmente. La verdad es que me ha costado un poco pues, hurgando entre mis libros leídos y mis películas y series vistas, me he dado cuenta de la cantidad de hijes úniques que hay en la ficción. O en la cantidad de protagonistas que no lo son, pero apenas les vemos interactuar con sus hermanes. También es (sorprendentemente) muy frecuente sustituir a les hermanes por primes.  

ATENCIÓN: SPOILERS DE TODOS LOS TAMAÑOS, COLORES Y SABORES

10 Deena y Josh Johnson (Fear Street)

Con una madre muerta (¡qué sorpresa!) y un padre alcohólico, a este par no les quedaba más remedio que cuidarse entre elles. O más bien, al menos al principio de esta trilogía de películas, Deena es quien adecenta la casa y se preocupa porque su hermano menor tenga algo que comer… aunque sean pizzas. Pero lo interesante de elles no es eso, sino cómo acaban uniendo sus fuerzas para investigar el misterio que rodea su ciudad. Deena pone la determinación, Josh pone el ingenio. Y es que es el pequeño el que, gracias a su pasión por lo oculto y los crímenes, resulta tener una gran cantidad de información sobre el pasado de Sunnyvale… y ser una máquina de ideas. Ser friki es más útil de lo que parece, como veis. ¿Qué puede unir más a dos personas que vivir aventuras juntas?  

9 Ben y Klaus Hargreeves (The Umbrella Academy)

La familia de superhéroes más desestructurada de Netflix no podía faltar en esta lista, pues las relaciones entre hermanes es uno de los temas principales de The Umbrella Academy. Por si no la conocíais, esta serie está basada en una saga de cómics creada por Gerard Way, el cantante de My Chemical Romance, y trata de un excéntrico millonario que adoptó a cinco bebés con habilidades especiales de diferentes lugares del mundo y se dedicó a entrenarlos para convertirlos en un escuadrón del estilo de los Vengadores o la Liga de la Justicia. Como podréis imaginar, las aventuras en las que se implicaban provocaron todo tipo de problemas entre les hermanes: desde luchas de poder por quién es el líder y algún que otro «seudoincesto» hasta la muerte o la desaparición de algunos de ellos. Ben, por ejemplo, comienza la serie muerto, y solo tenemos noticias de él en flashbacks o a través de lo que dicen el resto de personajes de él. Con el tiempo, sin embargo, regresa como fantasma, y solo Klaus puede verlo. Esto se debe principalmente a sus habilidades —Klaus puede comunicarse con la gente muerta—, pero yo tengo la impresión de que también influye la conexión que hay entre ambos. Su relación es principalmente el alivio cómico de la serie, de esas llenas de pullitas amistosas. Mientras que Klaus es caótico y alocado, Ben es siempre quien mantiene la calma y le advierte de que se va a meter en un buen lío.  

8 Tyrion y Jaime Lannister (Canción de Hielo y Fuego)

Los Lannister nunca se han caracterizado precisamente por ser una estirpe sana y funcional: entre incesto, muerte, una reputación que mantener y miembros narcisistas que solo se preocupan de les demás porque les consideran una extensión de sí mismes, es difícil encontrar algo que rescatar. Jaime y Tyrion son la excepción, y eso es lo que hace que su relación sea tan especial, aunque esto es mucho más visible en los libros que en la adaptación televisiva. Mientras que la mayor parte de la familia ningunea o maltrata a Tyrion por su enanismo y por haber matado a su madre en el parto, su hermano mayor es uno de los pocos que le muestran algo de aprecio. Lástima que las cosas se tuerzan entre ellos a partir de Tormenta de Espadas

[image error]7 Paxton y Rebecca Hall-Yoshida (Yo nunca)

Yo nunca es una de esas series en las que la protagonista, Devi, es hija única, pero le dan una prima que vive en su misma casa para «rellenar el hueco» de la hermana que no tiene. Por lo tanto, es entre los personajes secundarios entre los que encontramos una relación fraternal interesante. Paxton Hall-Yoshida es el chico más popular del instituto, el guaperas, el deportista que es todo atractivo y más bien poco cerebro. Y, por supuesto, el interés romántico de Devi. En la primera temporada, cuando Devi y Paxton empiezan a conocerse mejor al iniciar una relación falsa, esta descubre la existencia de Rebecca: la hermana adoptiva con síndrome de Down de Paxton. No es nuevo lo de darle al chico de oro una hermana con algún tipo de desventaja o discapacidad para mostrar su lado más humano y crear contraste, pero sí resulta novedosa la actitud de Rebecca: lejos de ser un personaje desvalido y trágico, Rebecca es ambiciosa y estilosa, tiene una lengua afilada como un cuchillo y no se corta un pelo a la hora de poner en su sitio a Paxton.    

6 Casey y Sam Gardner (Atypical)

A pesar de ser la hermana pequeña, Casey siempre fue la gran olvidada de sus padres y tuvo que crecer algo más rápido de lo que correspondía. Es lo que ocurre cuando tienes un hermano con autismo, una madre sobreprotectora y un padre desbordado por la situación. Se pasó toda su infancia en segundo plano, defendiendo a Sam y ayudándole a superar sus dificultades… y, aun así, no muestra ningún resentimiento hacia él (aunque sí hacia su madre) y sigue estando ahí para él cuando la necesita. Y nada de eso impide que de vez en cuando le tome el pelo o lo chinche, pero siempre con cariño.

Menciones honorables

—Fred y George Weasley (Harry Potter): Era la opción fácil, ¿verdad? ¿Quién puede olvidar a los gemelos más bromistas de Hogwarts, que se divierten confundiendo a su madre e inventando artículos de broma?

—Casey y Margaret Brewer (No bajes al sótano): Aunque hace muchísimo que leí este libro de la saga Pesadillas y no recuerdo mucho, un detalle que se me quedó grabado es que R. L. Stine deja de lado el tropo del hermano pequeño irritante para convertir a Casey en la voz de la razón en este dúo.

—Mirabella y Arsinoe (saga de las Reinas de Fennbirn): La trama principal de esta saga (que no me terminó de gustar, y por eso se ha quedado como mención honorable) consiste en que las tres reinas adolescentes tienen que matarse entre ellas por el trono. Sin embargo, Mirabella, que parte como favorita, aún tiene recuerdos atesorados de su infancia con sus dos hermanas y detesta la idea de tener que hacerles daño. He escogido a Arsinoe como su pareja porque es con quien acaba haciendo piña en las últimas entregas.

—Iri, Mike e Isak (La ciudad de los ladrones): Muy en la línea de los dos siguientes puestos, nos encontramos con el bueno y viejo «mataría/moriría por ti», o la clásica historia de hermanes que están dispuestes a correr toda clase de riesgos para protegerse. En este caso, estamos hablando de unirse a la mafia o hacer tratos con una banda de ladrones.

5 Michael Scofield y Lincoln Burrows (Prison Break)

Llegamos a una de las series míticas de la televisión, antes de la era de Netflix y compañía: Prison Break. Michael no solo comete un crimen y se deja arrestar para acabar en la misma cárcel que su hermano Lincoln, sino que además lleva tatuados los planos del complejo en la espalda y se dedica a hacer planes para sacarlo de allí. Si eso no es amor fraternal…

4 Irina y Oksana Badia (Cicatriz)

Bien podrían ser la versión femenina del ejemplo anterior, pero llevada al extremo. ¡Las mujeres también nos sacrificamos por las nuestras de vez en cuando! Irina y Oksana —que, por cierto, se llaman igual que otras hermanas que conozco en la vida real, pero eso no viene al caso— viven una infancia relativamente feliz en una granja perdida en la Ucrania profunda hasta que unos mafiosos se presentan en su hogar con muy malas intenciones. Irina logra escapar, en parte gracias a las enseñanzas de anatomía de su hermana, que sueña con estudiar Medicina, y a un juego al que solían jugar de pequeñas. A Oksana se la llevan a Estados Unidos para venderla como prostituta. Eso es lo que empuja a la menor de las dos, tras unos años sobreviviendo como buenamente puede, a buscar la ayuda de un militar retirado y adicto a la heroína para que la someta a un entrenamiento de lo más cruel y la convierta en una máquina de matar. Más adelante, también se une a la típica página web de esposas rusas por catálogo con intenciones de engatusar a algún estadounidense desesperado, cruzar el océano y cobrarse su venganza.

3 Buffy y Dawn Summers (Buffy, cazavampiros)

Sí, habrá quien me diga que en realidad no son hermanas porque una de ellas ni siquiera es humana, pero eso no implica que no se comporten como tal. Mucha gente tenía bastante manía a Dawn por ser la típica adolescente cabreada y que se pasa la vida buscándose problemas para llamar la atención, pero no comparto este sentimiento por dos motivos. En primer lugar, es perfectamente comprensible: ¿quién no estaría al menos un poco resentida después de haber vivido toda tu vida (o lo que «recuerdas» de esta) a la sombra de una Elegida™? En segundo lugar, su evolución es maravillosa: si bien resulta un poco repelente en los primeros capítulos en los que aparece, Dawn acaba convirtiéndose en un miembro muy valioso del equipo de su hermana, uno de esos que suplen su falta de superpoderes con inteligencia y cooperación. En cuanto a Buffy, a pesar de que en alguna ocasión se desespere por la actitud de su hermana menor, llega incluso a dar literalmente su vida para salvarla. Lo dicho: si eso no es amor…

2 Haley y Alex Dunphy (Modern Family)

No todo tiene por qué ser drama y sacrificios heroicos, sino que en las historias más mundanas y alegres también encontramos relaciones fraternales preciosas. En las primeras temporadas, Haley y Alex nos hacen pensar en el clásico dúo de hermanas que son como la noche y el día: Sansa y Arya Stark, Jane y Lizzie Bennet, Daphne y Eloise Bridgerton. La mayor es famosa por su belleza y por encajar perfectamente en los roles de género; la menor tiene más bien poco en cumplir con lo que se espera de una Señorita™, se rebela a su manera (sea leyendo mucho, manejando espadas o siendo un poco respondona) y suele salir perdiendo en todas las comparaciones con la otra. En otras palabras, Haley es la chica guapa, popular y fiestera y Alex es una empollona con más bien poca vida social. La gracia de este par es que, a medida que las vemos crecer, ellas mismas se dan cuenta de que no son tan diferentes y acaban forjando una gran amistad. Salen juntas, intercambian consejos, se apoyan… e incluso se unen para gastar bromas a su otro hermano. En eso me recuerdan mucho a mi propia hermana y a mí. Por cierto, esta entrada te la dedico a ti, Neny.

1 Katara y Sokka (Avatar: The Last Airbender)

Por favor, ¿acaso alguien tenía alguna duda de qué serie se iba a llevar el primer puesto? Katara y Sokka lo tienen todo: un pasado trágico —su madre murió y su padre se fue a la guerra—, pero momentos de comedia; aventuras en común como Deena y Josh; personalidades muy distintas que se complementan y hacen que sean el equipo ideal… Puede que se piquen y se peleen como Ben y Klaus o como Sam y Casey (pero siempre sin ninguna maldad) pero, a la hora de la verdad, es más que evidente que lo dan todo el uno por la otra y la otra por el uno, como Dawn y Buffy, como Michael y Lincoln. Además, sus momentos de conflicto son tan divertidos de ver como reales.  

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Published on September 11, 2021 08:32

September 7, 2021

Fragmento: La misión

Al oír el pitido anunciador, Sophie se puso unos guantes de látex y abrió la puertecita con cuidado para sacarlo. Lo colocó encima de la larga mesa que nos separaba. Yo arrugué la nariz.

—¿Un teléfono móvil? ¿Para qué…?

—Es una máquina del tiempo, imbécil —me reprendió—. Esto te servirá para llegar hasta tu objetivo.

Alcé una ceja, escéptica. Sophie se colocó la coleta larga, como hacía siempre justo antes de comenzar una larga explicación.

—Enciendes apretando este botón, introduces tu número de agente… hasta ahí todo como un smartphone normal, ¿verdad? —Fue mostrándome los pasos a medida que detallaba el proceso—. ¿Ves esto de aquí? Pulsas con el dedo y te saldrá algo parecido a la pantalla que utilizas para programar una alarma. Ya están seleccionados el lugar y la fecha. Lo único que tienes que hacer es darle al icono de la cámara y hacerte un selfie. Aparecerás inmediatamente allí, vestida como los locales. Es bastante útil —añadió con orgullo—. Una vez terminado el encargo, tecleas la fecha y el lugar actuales y te sacas otra foto. ¡Voilà!

[image error]Pexels.com" data-medium-file="https://elretornodekate.files.wordpre..." data-large-file="https://elretornodekate.files.wordpre..." src="https://elretornodekate.files.wordpre..." alt="" class="wp-image-2162" width="513" height="684" srcset="https://elretornodekate.files.wordpre... 513w, https://elretornodekate.files.wordpre... 113w, https://elretornodekate.files.wordpre... 225w, https://elretornodekate.files.wordpre... 768w, https://elretornodekate.files.wordpre... 975w" sizes="(max-width: 513px) 100vw, 513px" />Photo by Lisa on Pexels.com

Curiosa, agarré el artefacto para examinarlo más de cerca. En otras circunstancias, me habría costado creer que algo así funcionase, pero había aprendido a no subestimar nunca a Sophie y sus creaciones. Fui a probar el temporizador, pero me detuvo con un grito.

—¡No toques! —Me lo arrebató de las manos—. Aún es un prototipo. Tengo que perfeccionar algunos detalles. Como la misión era muy urgente, solo he podido configurar lo justo para que aparezcas en Viena y puedas volver aquí. Si te desvías mínimamente…

—¿Entonces no se puede viajar a ningún lugar ni época más? —pregunté decepcionada.

—Todavía puede haber fallos. Sé que funciona para Viena y octubre de 1907 en concreto, pero si seleccionas algo diferente, no te garantizo que llegues donde quieres… o que llegues de una pieza. No es un juguete.

Eso último lo dijo muy seria, mirándome fijamente a los ojos. Asentí en señal de obediencia. Me estudió una vez más antes de decidir que estaba preparada y ponerme el teléfono en la mano.

—Ten cuidado.

Di las gracias y salí de la sala mientras ella se colocaba la bata blanca y volvía a estar ocupada con los miles de piezas y cachivaches que se desperdigaban por su mesa de trabajo. El tiempo apremiaba, así que fui directa a la armería para equiparme. Escogí un puñal sencillo, pues me pareció que sería discreto, manejable y no desentonaría con la época. Me colgué la mochila al hombro con un mapa, algo de dinero y la información disponible sobre el caso. Apunté la cámara hacia mi cara e hice clic.

Las paredes y el suelo se sacudieron durante aproximadamente medio minuto. Después, me encontré en mitad de una calle empedrada. Me aparté justo a tiempo de esquivar un coche antiguo, desde el que alguien me gritó algún insulto en alemán. Entonces vi mi reflejo en la pantalla. Llevaba un sombrero, el pelo recogido en un moño y un abrigo largo de color gris oscuro. Decidí esconder el teléfono en el bolsito en el que se había transformado mi mochila y eché a andar en busca de algún cartel que me indicase dónde estaba.

Consulté la documentación y me subí al primer tranvía que encontré. Si los datos eran correctos, ese mismo me llevaría a la Academia de Bellas Artes. Allí era donde debía esperar a mi víctima: un adolescente frustrado que en unos años canalizaría su ira contra toda Europa. Según me informó muy amablemente el conserje, a pesar de examinar con sospecha a una mujer sola y extranjera como yo, llegaba justo a tiempo: quedaban quince minutos para que concluyera la prueba de ingreso. Bien, no tendría que esperar mucho.

Me oculté tras una de las columnas de la entrada. Al poco rato, oí pasos y murmullos que se acercaban. Unos cuantos muchachos jóvenes, la mayoría rubitos y vestidos con trajes y gabardinas, salían charlando entre ellos. No me costó reconocer a mi objetivo. Iba unos pasos por detrás del resto, con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, arrastrando los pies y sin hablar con nadie. Tenía la misma expresión de amargura que en las imágenes en blanco y negro que había visto de él. En cuanto lo vi apartarse del grupo, lo seguí con cautela.

Fue más fácil de lo que esperaba. Pronto se metió en un callejón y tuve oportunidad de apuñalarlo sin que opusiera apenas resistencia. Dejé el cadáver en una esquina y me alejé rápidamente, pero sin correr. Al llegar a la avenida principal, di con una cabina telefónica. Sería el lugar ideal para hacerme mi selfie y volver a la base.

Estaba a punto de completar la misión cuando la semilla de la rebeldía germinó en mi mente. ¿Qué prisa había? Retroceder en el tiempo estaba siendo una experiencia muy interesante, y la idea tenía tanto potencial… Con algo así entre manos, sería posible alterar el curso de la historia por completo: parar los pies a la iglesia para que no frenase el desarrollo de la ciencia, salvar a grandes hombres de ser asesinados, evitar terribles catástrofes… Quizás pudiera jugar un poco más. A pesar de las advertencias de Sophie, seguramente fuera solo una medida preventiva. Los genios son siempre muy exigentes consigo mismos. Si había algún error en el artilugio, sin duda sería mínimo. No podía desperdiciar una oportunidad así.

¿Recordáis que en la entrada anterior hablé de un proyecto al que le falta poco para ver la luz? Pues este fragmento (el relato original es un más largo) forma parte de él. Pero solo una pequeñísima parte.

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Published on September 07, 2021 03:54

September 5, 2021

El retorno de Kate

Parece que volvemos a encontrarnos.

Esta solo es una pequeña (y muy breve entrada) para avisaros de que estoy de vuelta después de unas merecidas y bien aprovechadas vacaciones. Al final, voy a dar una oportunidad más a mi rinconcito, pues más de una vez me he encontrado pensando «Esto se merece una entrada en el blog» al ver, leer o escuchar algo.

[image error]Pexels.com" data-medium-file="https://elretornodekate.files.wordpre..." data-large-file="https://elretornodekate.files.wordpre..." src="https://elretornodekate.files.wordpre..." alt="" class="wp-image-2156" />Photo by cottonbro on Pexels.com

También aprovecho para poneros al día de las últimas novedades:

En cuanto a mi «trabajo nutricional», estoy a punto de empezar a dar clases en un lugar nuevo y me muero de curiosidad por saber qué me esperará allí.Ya no formo parte de Dawn of the Fallen. A pesar de que he disfrutado mucho de las dos canciones que he grabado con el grupo, me he dado cuenta de que aún no tengo fuerzas suficientes para involucrarme al 100% en un proyecto así.Este verano he estado viendo bastantes películas y series y he leído alguna cosilla que me han dado que pensar, así que en breve hablaremos de ellas.También he escrito algunos capítulos nuevos de Obvio. El próximo lo tendréis, como siempre, el día 24.Por otro lado, pronto podré hablaros de cierto proyecto colaborativo relacionado con la escritura que está a punto de ver la luz.

Y eso es todo por ahora. Estad al tanto.

Saludos (aún) veraniegos,

Vuestra Kate

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Published on September 05, 2021 12:23

June 30, 2021

Mi blog y yo nos vamos

…aún no he decidido si de vacaciones de verano o si permanentemente.

No lo voy a negar: llevo un tiempo un poco harta de esforzarme «a cambio de nada», que diría quien yo me sé. Y aunque aprecio mucho a las pocas personas que de verdad me siguen y se molestan en dedicarme unos minutos para comentar, resulta muy frustrante que sean solo ellas. Ya lo dije una vez y lo sigo repitiendo: redactar cada entrada, buscar imágenes apropiadas, decidir qué partes destacar, ya solo el tiempo que paso buscando temas para las siguientes, todas esas cosas, aunque disfrute con ellas, me suponen tiempo y trabajo. Nunca he perseguido ningún beneficio —al menos no económico— pero, aunque nadie está obligade a leerme, sé que hay quien lo hace y puede que hasta disfruten con ello. ¿Tanto cuesta demostrarlo con un par de líneas o citándome en otros blogs o redes sociales? Una acaba aburriéndose de la sensación de gritar en el vacío.

Por otro lado, también me conozco y sé que, en el fondo, siempre necesito comentar algo. Tarde o temprano surge un asunto sobre el que me apetece desahogarme, una serie o un libro del que tengo que hablar con alguien, una canción que creo que el mundo debe conocer… Soy una criatura sociable, ¿qué se le va a hacer? Al final, quienes hacemos esta clase de cosas, en realidad lo hacemos por nosotres, porque nos gusta y nos hace felices.

Así que, de momento, no puedo decir si el adiós es definitivo o no. Lo único que sé es que durante este verano no actualizaré. No habrá más capítulos de Obvio, entradas musicales, comentarios de libros y series ni ninguno de los artículos a los que os tengo acostumbrades. En septiembre ya decidiré si soy más feliz así y está página se queda para el recuerdo y como almacén de información de mi yo escritora o si todo vuelve a la normalidad.

Saludos inciertos y veraniegos,

Vuestra Kate

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Published on June 30, 2021 05:37

June 28, 2021

Top 10: Canciones de Eurovisión 2021

Por petición popular, aunque sea un mes tarde, aquí está: mi repaso del Festival de Eurovisión 2021. Como siempre, este Top 10 va de menos a más y es absolutamente personal, de acuerdo con mis gustos y preferencias. He intentado guiarme sobre todo por criterios musicales y no tanto por el espectáculo, aunque en algunos casos no he podido evitar dejarme llevar por la puesta en escena. Por supuesto, esto también incluye la letra —dentro de mis posibilidades, recordemos que no hablo absolutamente todos los idiomas en los que se cantó—, pues ya sabéis que para mí son una parte muy importante de la música. 

10 Je me casse (Destiny, Malta)

Parece que este fue el año de las cantantes de pop medio pachanguero con vestidos de brillantitos… y para mí Destiny les patea el trasero a todas con su carisma y su vozarrón. En primer lugar, su canción, en lugar de ser el típico rollo seudosexy de «vamos a bailar toda la noche» o «estoy enamorada de un tipo que no me conviene, pero pienso con el clítoris», tiene ese punto reivindicativo de «deja de tocarme los ovarios, no estoy interesada en ti y que vaya muy arreglada no significa que tenga ganas de ligar». Parecerá una tontería, pero resulta refrescante toparse con una letra así. Y más viniendo de una chica como Destiny. Supongo que no quedó en mejor posición porque alguien consideraría que estaba «copiando» la fórmula de Netta: chica gorda con mucha actitud cantando una canción sobre feminidad empoderada. En mi opinión, nunca habrá suficientes. También me parece original que decidieran meter una frase en francés en vez de en español en el estribillo.

9 Fallen Angel (Tix, Noruega)

Esta es la única en la que voy a hacer un poco de excepción y me voy a dejar llevar por la puesta en escena. ¡Es que me gustó tanto lo redonda que les quedó la metáfora! Aparte de que en toda la canción no deje de hablar ni un momento de ángeles, demonios, del cielo y del infierno, el que la puesta en escena consistiera en el cantante vestido de ángel con unas alas gigantescas rodeado de demonios negros encadenados a él es 10/10. Para colmo, desde que vi el meme, ahora no puedo dejar de pensar en que el tipo es hijo de Crowley y Aziraphale… ¡y me gusta todavía más! ¡Si es que parece hecho adrede!

Si nos fijamos solo en la canción, ¿qué podemos decir de ella? Pues que es simplemente pop del bonito, del que se hacía en los noventa y a principios de los 2000, no esa especie de bastardo del reggaetón que se escucha hoy en día… y mejor me callo que eso último ha sonado mucho a cascamiento de rabias. Grrr… en mis tiempos…

8 Shum (Go_A, Ucrania)

Tenía el recuerdo de que había habido mucho revuelo en redes sociales, pero que a mí no me había gustado demasiado la canción. Solo me venía a la cabeza una tía con pinta rara. Sin embargo, al dar un repaso a todas las canciones participantes para escribir esta entrada, mi opinión cambió por completo. Sí tengo la impresión de que la canción debería gustarme más de lo que me ha gustado. ¡Hay flautas! ¡E idioma exótico! ¡Y tiene un toque folky! ¡Y es súper original! Aun así, no sé por qué, hay algo en la canción que me resulta extrañamente irritante. No sé si es el que sea tan repetitiva, si es que la buena mujer tiene una voz muy chillona (ahora, el agudo del final es impresionante, eso hay que reconocérselo) o si son los elementos electrónicos, que para mí suelen sobrar.

7 Tout l’univers (Gjon’s Tears, Suiza)

Lo reconozco: me pasé todas las votaciones pensando «No, no, no, por favor, que no gane este, cualquiera menos este». No sé bien por qué. No sé si el tipo en sí me caía mal o si son unos ciertos prejuicios contra el francés (el idioma, aclaro). A primera vista, la canción me pareció una balada aburrida y ñoña, aunque no tengo mucha idea de qué dice la letra —solo entiendo alguna palabra suelta— y no me parece que el tipo destaque tanto. Este año ha habido dos modas: los vestidos de brillantitos, de los que ya me he quejado, y los hombres de voz aguda, de los que no tengo ninguna queja, pues ya sabéis que escucho power metal. Este muchacho entraría dentro de lo segundo y, para mi gusto, el vocalista portugués o incluso —no puedo creer que vaya a decir esto— el español le superan.

¿Qué tiene de especial esta canción, entonces? ¿Os habéis fijado en LA PUTA INSTRUMENTACIÓN? Si no lo habéis hecho, es comprensible. Cuando la escuché yo por primera vez, me pasó totalmente desapercibida, pero al fijarme bien fue algo parecido a lo de Go_A: es muy potente. Empieza como la típica baladita suave, acompañada solo con un piano, pero poco a poco se van añadiendo instrumentos y efectos casi imperceptibles: unas cuerdas por aquí, una percusión suavecita por allí, unos ecos… y para cuando llega el segundo estribillo es una puñetera explosión. Sutil y emotiva, pero una explosión, al fin y al cabo. No sé, o a lo mejor soy yo la que está sensible.

6 Ten Years (Daði og Gagnamagnið, Islandia)

¡Ah! ¡Qué recuerdos del pop de finales de los noventa y principios de los 2000, ese al que se le perdonan hasta los elementos electrónicos! Supongo que también tiene su encanto el que esta banda parezca un grupo de colegas tocando solo por diversión (¡y con jerséis a juego!) «10 Years» (en el título lo he puesto en letras para que no se confundiera con el puesto) es simplemente una canción simpática y «buenrollera», con mucha presencia de los sintetizadores y unos cuantos coros, sin grandes pretensiones. Además, ¿recordáis que hace poco hice una lista de canciones de amor que para mí son perfectas? Pues esta encajaría perfectamente, ya que no tiene el dramatismo ni la ridiculez de la que, para mí, pecan la mayoría de canciones de amor: es un simple «llevamos diez años juntos y todavía nos lo pasamos pipa, me gusta todo de ti y, si volviera atrás en el tiempo, te volvería a escoger». ¡Así se hace!  

5 The Wrong Place (Hooverphonic, Bélgica)

No, que la cantante sea la hermana perdida de Cate Blanchett no ha tenido nada que ver con que esté tan arriba en esta lista. Ni tampoco que sea el único grupo que ya tenía una cierta fama antes de este festival. ¿Qué me gusta de «The Wrong Place»? En primer lugar, me hace muchísima gracia la letra: no se hacen muchas canciones que hablen de este sentimiento de «vale, sí, nos hemos liado, pero ahora lárgate», y menos desde el punto de vista de una mujer. Creo que hasta ahora solo se lo he oído a Dido. Y el remate son detalles tan específicos como lo de «una taza de té orgánico» o «ni se te ocurra volver a ponerte mi camiseta de Johnny Cash». ¡Como para no adorarla! Por lo demás, la canción tiene su ritmillo y un toque un tanto oscuro e íntimo que me recuerda al estilo de Emiliana Torrini o Florence + The Machine. Quizás un poco corta para mi gusto, pero ya se sabe que en este festival la duración está limitada…

4 Last Dance (Stefania, Grecia)

Durante toda la primera estrofa estaba preparada para mandarla a uno de los últimos puestos de la lista, pues me parecía otra típica baladita eurovisiva. Al menos la griega no llevaba un vestidito de brillantitos, lo cual era un punto a su favor. Entonces llegó el giro inesperado y la cosa cambió.

¡Señoras y señores, hemos viajado en el tiempo! ¡Regreso a los maravillosos años 80! Ya decía yo que el traje de superheroína tenía que significar algo… Será que una está nostálgica, pero a mí ese estribillo tan pegadizo me convence perfectamente. Así que, Stefania, si tú dices que bailemos, ¡yo bailo encantada!

Y no viene al caso, pero ¡cómo mola el videoclip!

3 Birth of a New Age (Jeangu Macrooy, Países Bajos)

¿Lighthouse Family, eres tú? Más pop bonito, pero con un aire de góspel, buenas percusiones y toques étnicos (¡como a mí me gusta!) y encima un mensaje muy interesante: una letra optimista que invita a la rebelión, seguramente llena de referencias a los países africanos, pero que se podría aplicar a muchas culturas. No sé cómo pudo llevarse tan poquitos puntos. Supongo que porque a la gente no le gusta que le recuerden las cosas que le molestan. O tal vez se sintieran demasiado hipócritas al votar por una canción así. En todo caso, habría merecido muchísimos más puntos.

2 Dark Side (Blind Channel, Finlandia)

Si me conocéis, los dos puestos no podrían ser más obvios. ¿Cómo no iba a apoyar a la única banda de metal de la noche? Eso sí, tengo que reconocer que ese no es mi subgénero favorito, pues es de los más cercanos al rap y a la música electrónica. Al menos los teclados tienen mucho peso, tanto que hay hasta un solo bastante oscurito. Aun así, es inevitable que una canción así destaque entre tanto pop y pachangueo. Lo mejor de todo es la fuerza que desprende, esa especie de rabia, de fuego —bien ilustrado por las columnas ígneas del escenario, todo hay que decirlo—. A mí, personalmente, me hace pensar en los openings de ciertos animes y estoy segura de que tocará el corazoncito de todes aquelles que crecieron escuchando Linkin Park y otras bandas afines.

1 Zitti e Buoni (Måneskin, Italia)

Sí, yo también he caído miserablemente en la fiebre. Después de llevar un tiempo oyendo que el rock está muerto, que llegue una banda italiana y demuestre que no es así, para mí, es todo un rayo de esperanza. ¡Y sí, también reconozco que todos los miembros de esta banda están de bastante buen ver! Ethan, ti voglio bene.

Pero vamos a lo que importa: la canción es pura energía, puede que también con un poco de mala hostia —creo distinguir alguna que otra palabrota en italiano— y, aunque un poco repetitiva, no puedes evitar unirte a ellos en el grito de «siamo fuori di testa, ma diversi da loro» (estamos locos, pero somos distintos de ellos). Admiro la velocidad a la que es capaz de cantar Damiano, sobre todo con tan pocas pausas entre estrofas y estribillos, y lo mucho que se divierten en el escenario.

BONUS TRACK: Mis comentarios sobre otras canciones y actuaciones

Como sé que en el fondo lo que a la gente le gusta de esto, más aún que la música y cualquier otra cosa, son las maldades y el salseo, ahí van las perlas que se me han pasado por la cabeza viendo algunas de las otras canciones.

Israel: Lo único original de esta canción es el peinado de la chica.

Bulgaria: Bonita voz, pero la canción es tan mortalmente aburrida que hasta ella va en pijama por si se queda dormida en mitad de la actuación.

Alemania: Si hablo tanto inglés como alemán, ¿por qué no entiendo la mitad de lo que dice?

Lituania: Tengo la sensación de que esta canción es mucho más divertida si te has metido algo de ácido antes de escucharla.

San Marino: Tina Turner, ¿cómo te has dejado convencer para cantar esto?

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Published on June 28, 2021 08:42

June 26, 2021

Obvio: Capítulo 12

Las antorchas de Obvio y Merisú alumbraban las galerías de piedra, cuyas paredes arqueadas terminaban en bóvedas. De tanto en tanto, un hueco en el suelo les hacía tropezar o un cráneo incrustado en alguna columna arrancaba un gritito a Obvio.

—No los mires mucho —le reprendió Merisú al tiempo que le tapaba la boca por enésima vez—. Podrían contagiarte su gabachosidad.

—¡Ah! ¡Es cierto! —susurró Obvio—. Cuando vine con mi padre, tuvo que llevarme a un mago porque me pasé tres días hablando en una lengua incomprensible.

—¡Cuernos! Si ya es insufrible en la lengua genérica, no quiero imaginarme encima en gabacho —masculló Merisú para sí.

—¿Cómo dices?

—Que seguro que para él fue una maldición no poder comunicarse con su hijito del alma en tanto tiempo.

Tras un recodo llegaron a una sala circular en la que se alzaba un sencillo altar de escasa altura, sin ningún ornamento. Obvio fue a inspeccionarlo con curiosidad, pero Merisú lo detuvo a tiempo.

—No lo toques. No sabemos si tendrá alguna maldición.

—¡Nunca me dejas hacer nada! —protestó Obvio—. No puedo mirar las calaveras, no puedo hablar con las gárgolas, no puedo accionar las palancas… ¿dónde está tu espíritu aventurero, Merisú?

—Tenemos una misión que hacer —le recordó la guerrera—. Hay que encontrar a Odar Dauk, robarle el arma y entregársela a Kli Cheng. Luego, cuando hayas pasado la última prueba y tengas la famosa armadura argumental, podrás vivir todas las aventuras que te dé la real gana.

—Está bien —se resignó el príncipe.

Obvio descargó su frustración contra una piedrecita del camino. Le dio una patada que la hizo rebotar tres veces: una contra el suelo, otra contra la base del altar y una tercera contra lo que parecía un cráneo que decoraba uno de los pilares de la sala. De la estancia salían dos caminos: uno hacia la derecha y otro hacia la izquierda. Tres si contamos aquel por el que acababan de venir nuestros héroes. Merisú se acercó a uno y a otro y los estudió a fondo: buscó huellas en el suelo y rastros en los arcos, olfateó el aire, escuchó con atención por si se oía algún sonido… Todo para llegar a la conclusión de que no había diferencia alguna entre ambos.

—¿Izquierda o derecha? —preguntó a Obvio.

—Derecha.

—¿Por algo en especial?

—Es mi mano de la espada. Me da buena suerte.

Como la explicación le pareció más que adecuada, los dos tomaron esa dirección. A los pocos pasos se dieron cuenta de que el camino adquiría una ligera pendiente descendente. El suelo era adoquinado, sin huecos que les hicieran tropezar, pero las paredes estaban pobladas de nichos y los huesos incrustados en la piedra se iban haciendo más frecuentes. Esos, sin duda, eran los gabachos que daban nombre al lugar, se le ocurrió a Merisú. Por otro lado, le extrañó que lo llamasen cueva cuando una palabra como «catacumba» habría sido más apropiada. En fin, después de lo del Terrible Bosque Rojo de los Susurros, ya le parecía haberlo visto todo.

Llevaban un buen rato caminando —y en silencio, para grata sorpresa de la guerrera—, cuando un potente rugido les hizo detenerse en seco. Por instinto, ambos se cambiaron las antorchas de mano y se las llevaron al cinto —las manos, no las antorchas—, listos para sacar las espadas. Pues los pasos pesados que hacían temblar las mismísimas paredes de roca y caer arenilla del techo solo podían significar una cosa.

—¡Es Odar Dauk! —exclamó Obvio—. ¡Y viene por nosotros!

El aludido no tardó en dejarse ver, no sin antes anunciar su presencia con otro rugido ensordecedor.

Era enorme. Gigantesco. Tanto que tenía que encogerse de hombros ligeramente para poder pasar por el túnel sin golpearse la cabeza contra el techo. Esta, por cierto, la llevaba adornada con una graciosa boina negra ligeramente ladeada. Completaban el conjunto una camisa blanca demasiado pequeña y estrecha para su musculoso torso, rasgada por varias partes, y unos pantalones a rayas rojas y blancas sujetos por tirantes. No había zapatos en los que pudieran entrar sus poderosas garras, y en sus manazas blandía una extraña y alargada cachiporra con aire amenazante.

—¡Oh, dios mío! ¡Lleva una baguette! —se alarmó Merisú—. ¡Estamos perdidos!

Omelette de fromage! —gritó Odar Dauk antes de lanzar un contundente golpe contra ella.

El impacto fue tal que Merisú voló por los aires hasta estrellarse contra una de las columnas. Obvio corrió hacia ella con preocupación.

—¿Te encuentras bien?

—¡Tú preocúpate de luchar, idiota! —le reprendió con voz débil, pero aun así lo suficientemente autoritaria como para que sus palabras pudieran considerarse una reprimenda.

Antes de que Obvio pudiera reaccionar, la sombra de la baguette los cubrió y una estruendosa embestida hizo tambalear la columna más cercana. En uno de esos raros momentos de lucidez, nuestro héroe agarró de la muñeca a su acompañante y la arrastró lejos de allí, al tiempo que sostenía el escudo con la otra mano para protegerse de otro posible ataque del gigante.

Oh la là! —rugió enfurecido Odar Dauk, agitando su arma en el aire con actitud amenazadora.

Los contendientes se miraron con fijeza, por no decir fijamente: él uno levantaba un vendaval en la sala cada vez que su pecho subía y bajaba, el otro fruncía el ceño con fingida agresividad para ocultar que en el fondo no tenía ni idea de qué debía hacer. Ambos se movían en círculo por la sala, como dos fieras, como los participantes en la ronda final de un importante torneo de artes marciales. Solo que sin espectadores. Uno mostraba sus poderosos colmillos; el otro, su deslumbrante cabellera dorada. Los gemidos de dolor de Merisú sustituían el clamor de los aficionados.

—Suéltame, Obvio —sugirió con un hilo de voz—. Ve a pelear con él.

—¿Crees que puedo vencerle?

—No, pero me estás arrastrando por todo el suelo de piedra y me duele.

—Ah, lo siento.

Decidido a seguir el consejo de su amiga, Obvio soltó la mano de esta y cogió su espada. Al grito de «¡Por Genérico!», cargó contra el capitán orco sin temor. Parecía minúsculo comparado con él. Un pobre mortal contra un titán. Un ratón contra un elefante. Una hormiga contra un rascacielos.

Voulez-vous coucher avec moi ce soir? —bramó Odar Dauk mientras enarbolaba su arma.

Obvio no había logrado siquiera acercar la espada a la piel verde y grisácea del monstruo cuando la baguette aterrizó de plano sobre su cabeza y lo dejó plantado en el sitio, clavado, quieto como una estatua. Todo ocurrió a cámara lenta. El reflejo le hizo soltar la espada. Esta cayó al suelo con tres golpes metálicos. Le siguió el escudo. Las rodillas de Obvio se doblaron. Odar Dauk agarró su cachiporra como si de un bate de béisbol se tratase. Giró su corpachón hacia atrás para darse impulso. Solo faltaba que sonase la melodía de la Superbowl. El porrazo iba directo a su cara.

Sacré bleu!

De pronto, el orco dio un respingo y el pan se le escurrió de las garras. Obvio, que tenía los ojos cerrados para ver cómo toda su vida pasaba por delante de ellos, al fin se atrevió a entreabrir uno para ver los extraños aspavientos que hacía su enemigo. Tardó un par de minutos en comprender el motivo: Merisú, malherida y jadeante, había logrado gatear hasta él y le lanzaba pequeñas estocadas a la parte trasera de la rodilla. El gigante acababa de perder el equilibrio y se retorcía entre risas. ¡Aquello le hacía cosquillas!

Mon dieu, mon dieu! Non, rien de rien!

En ese instante, Obvio vio la luz y supo exactamente lo que tenía que hacer: robar el arma. Así que echó a correr hacia la esquina hasta la que la baguette había llegado rodando y la recogió. Nada más sostenerla en sus manos, sintió que un brillo dorado la envolvía y que un gran poder sobrehumano se apoderaba de él. ¡Y qué olor tan apetitoso! De repente, no había rastro del dolor de cabeza ni del miedo. Odar Dauk parecía una criatura insignificante, un niño indefenso que ni siquiera lograba zafarse de las cosquillas de Merisú. Así que, con todo el temple del mundo, se acercó al gigante y le propinó un buen coscorrón.

Siento haber tardado dos días más de lo previsto en actualizar. Ha sido una semana intensa en un mes que ya de por sí está siendo una pesadilla, así que me ha costado llevar esto al día. ¡Espero que la espera haya valido la pena!

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Published on June 26, 2021 02:06

June 21, 2021

7 de Ragnarok (no la película de Marvel)

Lo confieso: ha estado a punto de no haber entrada de series este mes. ¿Por qué? En primer lugar, porque la mayor parte del tiempo se la he dedicado a una serie de la que aún me falta mucho por ver, así que es demasiado pronto para publicar una entrada sobre ella. En segundo, está siendo un mes de locura, como ya comenté hace un par de semanas, así que no he tenido tantos momentos en los que sentarme tranquilamente y, sobre todo, PENSAR en qué quería escribir. Por último, pero no menos importante, de lo único que he visto aparte de la antes mencionada tengo pocas cosas (buenas) que decir.

Pero bueno, pocas cosas son mejores que nada, ¿no?

Mitología nórdica

Hoy en día, en parte gracias a Marvel y a Pascu y Rodri, la mitología nórdica está de moda, así que es un acierto acercarla al público a través de series y películas. Es decir, tenemos muchísimas obras contemporáneas de todo tipo inspiradas en las leyendas de la Antigua Grecia, pero Thor, Odín y compañía siempre nos habían resultado más desconocidos. Así que, si te gusta el tema y te apetece aprender algo más sobre ello, has venido al lugar adecuado. Al principio de cada capítulo, un pequeño escrito te explica un concepto que va a resultar relevante en la trama: el mjolnir, los gigantes, quiénes fueron Loki o Freya…

Y, por supuesto, de vez en cuando surgen diálogos entre los personajes sobre ello. El lugar en el que transcurre la acción es algo así como la aldea de Astérix de Noruega: el último rincón del país que se convirtió al cristianismo y, por lo tanto, el último bastión de magia de los dioses y gigantes que aún queda. Nuestro protagonista, que acaba de mudarse al pueblo, aún no sabe que es un dios, así que aún tiene mucho que aprender sobre su otro yo. ¡Qué conveniente que de vez en cuando aparezca un personaje dispuesto a explicárselo o que se trate el asunto en alguna clase de historia!

Salseo de instituto

Estos dos primeros puntos —aparte de mucha insistencia por parte de alguien— son los que me animaron a dar una oportunidad a Ragnarok. En efecto, los personajes principales son un adolescente llamado Magne (cosa que yo no sabía hasta que lo he visto escrito, pues suena totalmente distinto), su madre y Laurits, su hermano uno o dos años menor. Nada más conocerlo, sabemos que Magne no va a ser muy popular: es disléxico, sumamente introvertido, no parece preocuparse demasiado por su aspecto y el primer personaje con el que hace migas es la lesbiana solitaria obsesionada con proteger el medioambiente que muere en el primer capítulo (sí, el bury your gays ya tiene que empezar prontito para que nos acostumbremos). Laurits, en cambio, enseguida entra en el grupito de los populares y se gana fama de un poco payasete. Ah, y es gay —no íbamos a matarlos a todos, ¿no?—, hasta lleva eyeliner de vez en cuando.

No son grandes novedades, pero los líos de instituto siempre me divierten. Además, me ha gustado ver a un protagonista disléxico que además utiliza programas informáticos especiales que le leen sus trabajos en voz alta. No es muy común.

Conciencia sobre el medioambiente

Para un pueblo acostumbrado a vivir rodeado de hielo como es el escandinavo, el cambio climático es especialmente notorio, así que no es raro que la mitología nórdica y la estética vikinga se usen a menudo como excusa para tratar temas de ecología. Por ejemplo, este curso leímos un libro llamado Ghost Ship con uno de mis grupos en el que el fantasma de Erik el Rojo y su hija Freydis llevaban siglos circunnavegando Groenlandia e intentando derretir todo el hielo que la cubría porque creían que el dios Thor los había castigado por mentir a sus hombres y la protagonista humana del siglo XXI tenía que explicarles que no eran ellos quienes estaban provocándolo, sino el cambio climático. En fin, eso no venía mucho a cuento. Solo era un ejemplo para demostrar que ambos conceptos casan muy bien.

El caso es que el problema de la contaminación desempeña un rol muy importante en esta serie. Los principales antagonistas son la familia que dirige Industrias Jutul (sí, son así de originales; es como si en una obra de ambientación cristiana los malos dirigieran una empresa llamada Satanás, S. A.) y que, con sus vertidos tóxicos, están contaminando el agua del pueblo. Algunos de sus trabajadores han enfermado por las sustancias que tienen que manipular durante su jornada. En este sentido, la serie resulta dolorosamente real, pues así como vemos a los jóvenes movilizarse, organizar manifestaciones y luchar contra el poder de Industrias Jutul, estos últimos parecen salirse siempre con la suya y tener comprada hasta a la policía. Especialmente realista es una escena en la que una señora comenta algo así como «Hay quien prefiere beber un poco de veneno antes que perder su trabajo» cuando se rumorea que los Jutul planean trasladar su fábrica a Asia.

Para ser nórdica su ritmo es muy caribeño

El título es solo un chiste malo. Ya sé que, por desgracia, el cine europeo suele tener fama de ser bastante lento y pesado. Ragnarok no es una excepción. A pesar de tener solo dos temporadas de seis capítulos cada una con unos 45-50 minutos de duración, se llega a hacer un poco larga y aburrida. Supongo que de ahí que Netflix, la plataforma en la que se puede ver, la describa como «cine negro nórdico».

Dioses de Hacendado[image error]Ni ellos se creen Thor y Odín, Hulio

Varios de los personajes de Ragnarok son dioses, lo cual se descubre a lo largo de la trama. También hay gigantes y hasta un elfo oscuro. Que el elfo oscuro sea un tipo con acondroplasia (enanismo, para que nos entendamos) me resulta bastante simpático. Que todos los gigantes —es decir, los villanos— sean gente convencionalmente atractiva me parece una elección interesante e incluso transgresora, pero ¿por qué los dioses tienen que ser tan… cutres? No tengo nada en contra de que Thor sea disléxico, pero que tenga esa pinta de pardillo que ni él mismo se cree que es un dios… Me parece maravilloso que Freya no sea blanca, sino una chica de Sri Lanka a la que adoptó una pareja noruega; sin embargo, es la diosa del amor y la belleza, ¿no podría al menos ser guapa? Si tanto les interesaba que fuera una actriz de otra etnia o cultura, podrían haber llamado a Iman Meskini, de Skam, que es guapísima y hasta lleva hijab. También me es difícil tomarme en serio a un Odín que no es más que un jubilado con un parche en un ojo. Que vaya en silla de ruedas es secundario; el Profesor Xavier de los X-Men también tenía discapacidad, pero al menos inspiraba autoridad y daba la impresión de que sabía lo que hacía.

Y mejor que no hablemos de Tyr. Ahí da la sensación de que se les había olvidado que necesitaban un miembro más en el bando de los héroes y escogieron al personaje más secundario y olvidable solo por sorprender a la audiencia. O eso o en realidad habían escogido otro Tyr pero, en el último momento, les tocó cambiarlo por algún motivo (se les rajó el actor, iba a ser una mujer y les pareció demasiado radical, se dieron cuenta de que interfería con otra trama…)

El único de los dioses que está bien escogido es, con diferencia, Loki. Tiene la actitud y la sonrisa pícara propias del dios de las mentiras. Además, se parece ligeramente a Tom Hiddelston que, lo queramos o no, es el Loki al que estamos acostumbrados. A él no le hace falta ser tan imponente como los demás, solo un diablillo cabroncete del que sabes que no te puedes fiar. Supongo que era más fácil encontrar a alguien que encajase en el rol.

Arcos de personaje inexplicables

Me gustan los cambios de bando, las redenciones y los personajes ambiguos tanto como a la que más, pero en esta serie hay personajes que van dando bandazos absurdos. Me río yo de Jaime Lannister en Juego de Tronos. Hay dos o tres personajes que da la sensación de que, según la ropa interior que se pongan, les toca estar de un lado o del otro.

Por ejemplo, Fjor Jutul. El hijo de la familia antagonista y Guaperas™ empieza siendo el típico niño rico y popular que se cree el amo del cotarro… hasta que le da por enamorarse de una mortal. Entonces empieza a darse cuenta del daño que causa su familia, reniega de ellos y se empeña en intentar ser un adolescente normal. Incluso va a ver a Magne y le dice dónde esconde su padre los residuos tóxicos para que la gente deje de tomarlo por loco. Luego se le cruzan los cables y vuelve a comportarse como un digno heredero de los Jutul.

Y con Laurits pasa tres cuartos de lo mismo. ¿Y por qué la presunta Freya de repente sabe pelear mejor que el dios de la guerra? ¿Y por qué los poderes de Thor aparecen y desaparecen?

Escenas de vergüenza ajena

Como os podréis esperar en una serie de producción propia de Netflix, los efectos especiales no son gran cosa, pues no hay tantísimo presupuesto. No hay grandes batallas y, como muy acertadamente observa un personaje, el martillo de Thor parece parte de un disfraz.

Pero no era eso de lo que yo venía a hablar.

De hecho, lo que tengo en mente según escribo estas líneas es una escena concreta: un buen ejemplo de lo que en TVTropes llaman fan disservice. Hay un momento en cierto capítulo en el que Iman —sí, irónicamente el personaje se llama Iman, como mi fancast—, la encarnación de Freya en la Tierra, no está conforme con su nota de Inglés, así que decide hacer una visita a su profesora en su despacho. Por supuesto, esta es también la directora del colegio y la madre de la familia Jutul, así que es una señora de buen ver que exuda poder y arrogancia. Una Cersei Lannister escandinava, vamos. El superpoder de Freya consiste en mirar fijamente a los ojos a una persona y someterla a su voluntad, algo parecido a lo del rumor de Allison en Umbrella Academy o al susurro del protagonista de The Preacher… Podéis imaginaros a dónde estoy intentando llegar, ¿no?

Bueno, el caso es que la reclamación por la nota de Inglés acaba convirtiéndose en ¡las dos enrollándose en el puñetero despacho!

¿QUÉ NECESIDAD?

Sabéis que me encantan las escenas lésbicas y la erótica, pero ese momento solo me resultó incómodo. Fue como una especie de doble violación gratuita.

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Published on June 21, 2021 08:21