Kate Lynnon's Blog, page 2
November 7, 2021
Fragmento: Luna llena
Al fin, llega a su rincón. Se sienta sobre una piedra, cuya forma conoce tan bien que es capaz de acomodarse en ella y apoya el candil en un punto cercano. Cierra los ojos, respira hondo y deja que el aire fresco y picante le inunde los pulmones. Entonces se pone manos a la obra.
Sin embargo, pronto se detiene. Cree haber oído algo. No está solo. Se para a escuchar, pero al no distinguir ningún sonido decide no darle importancia y seguir adelante. El crujido de una rama lo pone en alerta. En todo el tiempo que lleva acudiendo allí jamás se ha encontrado con ningún peligro; aun así, nota que el corazón le martillea contra las costillas y escudriña el lugar en penumbra. Trata de volver a su tarea, pero es incapaz de escribir una sola línea: la anticipación lo mantiene tenso. Presiente que algo malo está a punto de suceder, que algo acecha en la negrura.
—¿Hay alguien ahí? —pregunta desesperado con voz temblorosa.
El vello se le eriza al percibir movimiento entre unos arbustos y se arrepiente de no haber traído siquiera un abrecartas que pudiera emplear como arma. Lo único que se le ocurre es agarrar la lámpara y prepararse para arrojársela a lo que sea que se encuentre y echar a correr.
—¿Hay alguien ahí? —repite al tiempo que se pone en pie.
Tratando de no hacer ni un ruido, se acerca a los matorrales. La llama vibra con fuerza y su pulso es inestable. Desea con todas sus fuerzas que todo hayan sido imaginaciones suyas, que no haya nada allí. Casi suelta un grito y retrocede cuando una figura emerge de entre las hojas.
—¡Por favor, no me hagas daño! —suplica la voz femenina más dulce que ha oído.
Confuso, el poeta da un paso hacia atrás. Carraspea y trata de hablar con firmeza.
—No te haré daño. Muéstrate.
La desconocida titubea antes de salir, recelosa, hacia la luz. Una larga cabellera dorada le llega hasta la mitad de la espalda y hace que su rostro, que se intuye armonioso y juvenil, quede casi oculto. Las mejillas del muchacho se encienden al ver que está completamente desnuda, si bien se abraza a sí misma de manera protectora. Una piedrecita de brillo indescriptible adorna el centro de su frente. La estudia de pies a cabeza y traga saliva; tarda más de la cuenta en articular la siguiente palabra.
—¿Qué haces aquí? ¿Te has perdido?
Ella niega con la cabeza.
—Suelo venir aquí muy a menudo.
—¿Y siempre lo sueles hacer… —el escritor hace un ademán y aparta la vista de ella— sin ropa?
La chica deja de respirar por un momento. Sus ojos, que se adivinan claros incluso con la falta de luz, se abren de par en par. Parece incapaz de responder.
—Bueno, eso no importa. —Él se rasca la cabeza—. Yo también suelo pasar muchas noches por aquí. ¿Cómo es que no te había visto nunca?
—Yo sí te había visto a ti —confiesa ella con un hilo de voz—. De hecho, llevo contemplándote mucho tiempo. Siento haberte asustado.
Las palmas de las manos comienzan a sudarle tanto que casi se le resbala la lucecita. ¿Todas las veces que ha ido hasta allí para estar solo ha habido alguien más? ¿Qué puede haber llevado a una belleza como ella a interesarse por alguien como él, que lo único para lo que sirve es vivir en las nubes? No sabe qué decir; las palabras se le atragantan y no encuentran el camino hacia su boca. Su único consuelo es que la desconocida parece tan avergonzada como él.
[image error]Pexels.com" data-medium-file="https://elretornodekate.files.wordpre..." data-large-file="https://elretornodekate.files.wordpre..." src="https://elretornodekate.files.wordpre..." alt="" class="wp-image-2304" width="347" height="463" srcset="https://elretornodekate.files.wordpre... 347w, https://elretornodekate.files.wordpre... 694w, https://elretornodekate.files.wordpre... 113w, https://elretornodekate.files.wordpre... 225w" sizes="(max-width: 347px) 100vw, 347px" />Photo by Pixabay on Pexels.comPero la noche hace su magia. Pronto se rompe el hielo y los dos jóvenes comienzan a conversar y a disfrutar de la compañía mutua. Se deleitan con la vista de las miles de estrellas que salpican el cielo e intercambian historias. Esto último, no obstante, no es simétrico: la mujer tiende a escuchar fascinada lo que cuenta el poeta y, cuando este le pregunta detalles de su vida, sus respuestas son breves y vagas. Pasadas unas horas, lo único que sabe de ella es que su nombre es Heki; ese misterio que la rodea no la hace sino más atrayente para él.
La velada los entretiene tanto que se extiende hasta que la claridad comienza a abrirse paso. Heki parece inquieta. Insiste en retirarse y se despide de su nuevo amigo a toda prisa.
—¡Espera! —Llama detrás de ella—. ¿Volveré a verte?
Ella le sonríe y susurra que sí. El corazón del poeta da un vuelco de felicidad.
Desde entonces, no deja de pensar en ella. A partir de ese momento, todos sus versos hablan de una belleza de melena rubia y formas suaves que hace del bosque un pequeño edén, de una ninfa que juega entre el verdor. Apenas come, pues duerme durante el día y se escabulle todas las noches para pasar tiempo con ella. Sus más allegados, los cuales desconocen la razón de su ensimismamiento, le advierten de que enfermará si continúa así, pero él hace oídos sordos. Tras unas semanas de encuentros nocturnos, Heki deja de acudir. La busca por los alrededores del claro, pero no hay ni rastro de ella. ¿Será posible que se haya cansado de él? ¿Le habrá sucedido algo? Si tan solo supiera dónde vive o cómo encontrarla…
Este fragmento forma parte de otro de mis relatos de la antología Revelaciones, escrita junto con Edith del Campo y Madame Eloise. Podéis leer el resto de la historia, y muchas más, aquí.
October 31, 2021
Especial Halloween: el mejor contenido para estas fechas
Esto es Halloween, esto es Halloween, Halloween, Halloween, Halloween… ♫
Antes de nada, ¡feliz Halloween, Día de Muertos, Samhaín, Todos los Santos o lo que sea que celebréis!
Tanto si hacéis círculos de invocación como si asáis castañas o salís disfrazades a pedir dulces, espero que tengáis/hayáis tenido un día —o fin de semana— muy divertido. Ha llegado una de las festividades más queridas del año, así que no podía dejar pasar la ocasión de celebrarla. Esta vez, la clave la encontré gracias a la misteriosa y carismática Marga Kvásir, así que le mando un gran agradecimiento desde aquí.
Como ella me sugirió, hoy traigo recomendaciones literarias, musicales y audiovisuales bastante variadas para estas fechas. Y encima tres de cada categoría, así que vais a tener entretenimiento para celebrar durante una semana. Algunas son escalofriantes de verdad, otras siniestras pero encantadoras, y otras, inquietantemente divertidas porque ¿qué sería Halloween sin risas? La mayoría son bastante conocidas (por desgracia mis gustos son así de básicos), pero estoy segura de que entre ellas encontraréis algo de lo que no habíais oído hablar jamás.

Empecemos por uno de mis entretenimientos favoritos de este verano. Algunes ya sabéis que R. L. Stine es mi animal espiritual, así que no podía perderme una saga de películas inspiradas en sus obras. Cada una de sus tres partes rinde homenaje a un cierto tipo de películas de terror —brujería, asesinos en serie, matanzas en campamentos— y está ambientada en la misma ciudad en diferentes épocas, pero las tres historias están ligadas entre sí. El hilo conductor son dos hermanes adolescentes, de quienes ya hablé recientemente, que están investigando una serie de muertes y fenómenos extraños sucedidos en su localidad, que parece estar maldita.
Si hiciéramos un semáforo del miedo, para mí estaría entre el verde y el ámbar dependiendo de cuánto os afecten detalles como las menciones a suicidios, los asesinos con la cara cubierta o el gore. Pero si disfrutasteis con el típico terror noventero de adolescentes, sin duda, pasaréis un buen rato. Podéis encontrarla en Netflix.
La novia cadáverPor el comienzo de esta entrada seguramente estuvierais esperando Pesadilla antes de Navidad, ¿verdad? Pues no. A mí me gusta más La novia cadáver. Si existe un maestro en el arte de combinar lo creepy con lo cuqui, ese es Tim Burton indiscutiblemente, así que había que incluirlo en esta lista.
¿Qué puedo decir de la película? En primer lugar, si os gustan la animación, los musicales y la ambientación victoriana, habéis venido al lugar adecuado. La estética es preciosa e incluso el extraño triángulo amoroso que conforma la trama principal resulta entrañable. Todo comienza con un matrimonio de conveniencia que se complica a causa de la intervención de fuerzas sobrenaturales, deriva en un curioso viaje al mundo de los muertos y acaba revelando una traición.
Coco

Reconozco que en principio iba a incluir El jovencito Frankenstein en esta lista porque todo Halloween necesita su dosis de humor gamberro, pero cambié de idea en el último momento. ¿Cómo iba a dejarme fuera el homenaje por excelencia al Día de Muertos?
Coco es probablemente una de mis películas favoritas de Pixar, y eso es mucho decir, pues soy una gran fan de la animación en general y de esos estudios en particular. Llena de música y referencias a la cultura y la mitología mexicanas, nos trae una historia sobre el amor por la familia, los conflictos generacionales y la ambición desmedida. Miguel, el niño protagonista, lleva años dedicándose a la música en secreto, pues sus parientes no lo ven con buenos ojos. De manera similar al ejemplo anterior, una equivocación hará que se embarque en una aventura en el Más Allá y acabe descubriendo un importante secreto acerca de sus antepasados. Eso sí, lo advierto de antemano: tened unos cuantos paquetes de pañuelos a mano cuando la veáis. Todavía se me humedecen los ojos cuando pienso en el final y en el mensaje principal: la muerte solo es definitiva cuando nuestros seres queridos nos olvidan.
RELATOS«La sombra sobre Innsmouth» (H. P. Lovecraft)El rey del terror cósmico no podía faltar en una recopilación así. Dudé entre este cuento y «Los sueños en la casa de la bruja» porque es el que más inquietante me pareció, pero al final me decanté por «La sombra sobre Innsmouth» porque lo tengo más presente.
Imagina tener que pasar una noche en un hotel de mala muerte, en un pueblo de la América Profunda
dejado de la mano de dios, poblado por habitantes de aspecto y actitud dudosos. Para colmo, cuando te dispones a dormir, comienzas a oír ruidos en la puerta, como si alguien quisiera entrar…
Y mejor no cuento más. Si el estilo de Lovecraft os resulta algo pesado, lo cual es más que comprensible, también existe una adaptación cinematográfica española rematadamente mala que traslada la acción a un pueblo de Galicia: Dagon, la secta del mar.
Tengo pendiente hacer un Top 10 de mis relatos favoritos de Richard Matheson, pues cuanto más leo de él, más entiendo por qué lo llamaban el maestro de la paranoia. El autor de Soy leyenda es un experto en crear incomodidad.
Las casas encantadas y los lugares malditos son un clásico en fechas tan señaladas. En este caso, tenemos dos hermanos artistas que se enamoran de una mansión victoriana de pequeños y se prometen comprarla en cuanto hayan reunido el dinero suficiente. Como os estaréis imaginando, el tan ansiado premio viene con sorpresa, y no precisamente de las bonitas. Y es que… ¿a quién en su sano juicio se le ocurre mudarse a una casa antigua y prescindir de la electricidad?
«Cuando había luz de luna» (Manly Wade Wellman)Y si en esta lista aparecen Lovecraft y Matheson, dos dinosaurios del terror, habrá quien intente recriminarme no haber tenido en cuenta a King y Poe. En cuanto al primero, debo admitir —con bastante vergüenza— que nunca he leído nada de él; en cuanto al segundo, sí que he decidido dedicarle un espacio.
…pero no como autor, ¡sino como personaje!
Sí, habéis leído bien: el protagonista de este cuento es el propio Edgar Allan Poe. Parece que lo de escribir fanfiction o Real Person Fiction no es un invento moderno, sino que ya se hacía a principios del siglo XX. Wellman nos presenta a un joven Poe sumido en la pobreza que está investigando el caso de una mujer a la que enterraron viva y rescataron. Como la señora en cuestión vive cerca de su casa, decide ir a conocerla en persona y hacerle una entrevista… con inquietante resultado.
LIBROSCartas de invierno (Agustín Fernández Paz)
Nunca he pasado tanto miedo leyendo como con esta novela de terror juvenil. Tenía como quince años cuando la leí y todavía sigue en mi memoria, inevitablemente asociada a «Innocent» de Mike Oldfield porque era una canción que escuchaba muy a menudo en su momento.
Muches me dirán que no da miedo; tal vez fuera por la edad que tenía, por mi escasa experiencia con el terror o porque, simplemente, me dio de lleno en los puntos débiles, pero a mí sí me afectó mucho. De nuevo, nos encontramos con una casa encantada, esta vez en los bosques gallegos. Adrián, un pintor de fama mundial con ganas de tomarse un descanso, decide comprarla y, desde allí, escribe cartas a su mejor amigo de siempre para contarle sus vivencias. A los tópicos propios de este género —ruidos sin identificar, llamadas misteriosas, máquinas que se encienden solas…— le sumamos un siniestro dibujo en blanco y negro que cambia e incluso se mueve… y que coincide con la portada de la edición que yo tenía. Lo dicho: podrá parecer una tontería, pero lo bien que refleja el autor la obsesión del protagonista con el grabado hace que te mantengas en tensión hasta la última página.
La chica descalza en la colina de los arándanos (Nieves Mories)Solo la portada de este bolsilibro ya captó mi atención desde el primer momento. Oír a la autora contar que su protagonista muere en el primer capítulo con los sesos reventados por un martillo de bola y que narra la historia en forma de fantasma, aún más.
La ambientación de pueblo de paletos estadounidense —por la que, por cierto, a la pobre Nieves Mories le cayeron muchas críticas estúpidas e inmerecidas— está muy lograda, y además tiene un ligero toque de humor macabro. Una extraña vuelta de tuerca a las historias de fantasmas de toda la vida que incluye hasta algún que otro momento subidito de tono.
Baba Yaga’s Assistant (Marika McCoola)
Y de una novela y una novelette pasamos a una novela gráfica. No sé si está traducida al español, pero aun así es una lectura fácil para quienes no acostumbran a leer en inglés y merece muchísimo la pena. Además, aunque tal vez no sea tan terrorífica y malrollera como las dos anteriores, la paleta de colores y el ambiente de fantasía oscura son más que apropiados para este momento del año.
Masha, la protagonista de esta historia que te meriendas en un par de horas, escapa de su casa para ofrecerse como ayudante de una de las brujas más malvadas y famosas del folclore ruso. Sin embargo, esta no la aceptará así como así, sino que le pondrá varias pruebas que deberá superar gracias a su ingenio y sus conocimientos de los cuentos tradicionales.
SERIES La maldición de Hill HouseEntre casas encantadas anda el juego. Ya hablé muy detenidamente de esta obra de arte de Netflix a la que tengo muchísimo cariño, así que no me extenderé mucho. Solo diré que su mezcla de terror y drama familiar es irresistible y que, como me recordaron mis amigas cylconitas no hace mucho, tiene EL SUSTO con mayúsculas. Y no, no nos referimos a la famosa escena del sótano.
Stranger ThingsSi bien no es una serie de terror al uso, sino más bien de ciencia-ficción, las dos primeras temporadas, sobre todo, son terror ochentero en estado puro. Además, una de ellas empieza precisamente en Halloween.
Probablemente quienes me lean ya la conozcan y sepan de qué va, pero tenemos un pueblo en el que ocurren cosas extrañas, desapariciones y hasta una conspiración. Todo ello va aderezado con una buena dosis de nostalgia y referencias a la cultura pop, unos protagonistas muy jóvenes pero con mucho talento y unos cuantos momentos graciosos y hasta emotivos. Sin duda, otra de las grandes joyas de Netflix.
Buffy, cazavampirosLos clásicos son los clásicos. De nuevo, Buffy es más una serie juvenil de acción y fantasía oscura que de terror, pero está repleta de escenas que dan escalofríos, como ya comenté en su momento. Son siete temporadas y los capítulos duran lo suyo, así que veo difícil devorarla en un fin de semana sin morir; sin embargo, muchos episodios, sobre todo los más antiguos, tienen tramas independientes —lo que se conoce como el monstruo de la semana—, así que es cuestión de seleccionar algunos para (re)visionarlos. Aparte de los especiales de Halloween, recomiendo uno llamado «Silencio», pues además de ser una obra de arte es uno de los más angustiosos.
MÚSICA«Scaretale» (Nightwish)Entre la música de circo de la introducción, el coro de niños entonando una cancioncilla infantil que está hecha para dar mal rollo y la voz de bruja que pone Anette Olzon, esta canción podría ser la banda sonora de una película de Tim Burton o de un musical de Halloween. Quizás por eso es una de mis favoritas de ese disco que, a su vez, es mi álbum favorito de Nightwish con diferencia. ¿Y cómo olvidar el mítico «burning farms and squealing pigs», que llegó a ser todo un meme? Además, si veis la escena correspondiente de la película que acompañaba Imaginaerum, la estética con los payasos bailando no podría ser más on point. Poco más puedo decir, salvo que es la canción perfecta para celebrar este día.
«Halloween» (Aqua)Y de una de mis bandas míticas ya de adulta, volvemos atrás en el tiempo a uno de los grupos que marcaron mi infancia y adolescencia: Aqua, los reyes del eurodance noventero. Es mucho más alegre y bailable que la anterior, pero la letra, la voz áspera y siniestra que emplea René Dif, bien adornada con risas malvadas, el grito del final y la melodía ominosa de teclado de los puentes y los estribillos contribuyen mucho a la ambientación. Al igual que la trilogía La calle del terror, aquí encontramos un homenaje musical a las películas de terror que tanto triunfaron en la década de 1990.
«All Souls Night» (Loreena McKennit)Mi corazoncito celta no podía resistirse a algo así. Ahora cambiamos el aspecto siniestro e incluso juguetón de esta festividad por el lado más místico, y nos llega de la mano de una de las diosas de lo que llaman world music. Loreena McKennit, además de ser una jefaza en eso de mezclar instrumentaciones folk de diferentes pueblos —en especial celtas y orientales—, tiene una de las voces más cristalinas y poderosas que he escuchado jamás, con agudos propios de una diva de la ópera. ¿No os da ganas de iros a un claro del bosque a medianoche para bailar con los espíritus?
Aprovecho también aquí para dejaros, a modo de bonus track, la pieza musical más terrorífica que he escuchado jamás junto con la dichosa hada del azúcar. No me atrevo a recomendarla directamente porque solo es apta para los más valientes: una vez que la escuchas, se te mete en la cabeza y no hay manera de sacársela… lo cual no tiene tanta gracia cuando empieza a hacerse de noche, sobre todo si vives sole. Me refiero, por supuesto, a «The Trap», de Mike Oldfield.
BONUS TRACK: COSAS HECHAS POR MÍYa que este es mi blog, ¿por qué no iba a incluir mis propias creaciones en una lista de recomendaciones halloweeneras? Porque tengo más de una… De hecho, me habría gustado incluir «The Mist», una de mis canciones favoritas de Songs of the Mist, pero por desgracia no está grabada y no se puede escuchar en ninguna parte.
Las lágrimas de los dioses (novela)¡Un momento! Pero ¿qué hace esta novela aquí? ¡Si no es de terror!
Pues no. En efecto, es una historia de fantasía y aventuras…, pero yo la consideraría bastante cercana a la fantasía oscura. Al fin y al cabo, la muerte y la magia de sangre desempeñan un papel más importante de lo que parece en el viaje de Nath y Reyka. Recordemos que está ambientada en un mundo tétrico y desolado, encaminado a un apocalipsis. ¿O acaso los monasterios, las ciudades en ruinas y los monstruos que acechan en el bosque no son también muy propios de esta época?
«La noche de Samhaín» (poema)El título ya lo dice todo. Ahora mismo no recuerdo cuál fue el disparador del NaPoWriMo que me animó a escribir un poema así, pero sí que tenía en la cabeza una escena del primer capítulo y el único que he visto de la serie Outlander. Solo diré que combina muy bien con la canción de Loreena McKennit y que lo podéis encontrar en Perlas malditas.
Dejo el más apropiado para el final. Este relato, del que ya publiqué un fragmento de muestra, podéis encontrarlo entero en la colección de relatos y poesía de estética gótica Desde mi tumba. Inicialmente lo escribí para una antología de relatos de género protagonizados por personajes LGBT+, y para ello me inspiré en uno de mis poemas favoritos (¡en alemán, por supuesto!) y en un disparador creativo para historias de terror que encontré en Internet. Digamos que la trama se podría resumir en «No juegues con las fuerzas ocultas si no quieres acabar mal». Y además tiene una escena erótica, ¿qué más se puede pedir?
October 28, 2021
1 canción + 1 escrito
Este mes es el de mi cumpleaños, así que tengo una excusa para ser más egocéntrica de lo habitual. Por eso, hoy traigo de nuevo un juego que me inventé yo misma como excusa para hablar de mis retoños de papel y, a su vez, combinarlos con la música, que es uno de mis temas favoritos. He cambiado un poco la mecánica y, en lugar de decir qué canción asocio con cada una de mis historias —lo cual sería demasiado fácil y probablemente repetitivo, pues me paso la vida hablando de mis inspiraciones musicales—, he hecho algo un poco más loco.
Tengo una lista de reproducción de Spotify llamada «Canciones que me gustan», que se genera automáticamente cada vez que le doy un corazoncito a una canción. Es bastante útil. Lo que he hecho ha sido pulsar el botón «Aleatorio» y anotar las diez primeras canciones que han aparecido para después relacionarlas con mis propios escritos. Si sois escritores, os animo a probarlo, pues es muy divertido y creativo.
Como veréis, el resultado ha sido bastante variado: clásicos de antes de que yo naciera, Eurovisión, metal, folk y hasta alguna banda sonora. En fin, espero que os divirtáis tanto como yo. Y si de paso os animáis a conocer alguna de las historias que nombro, mejor aún.
Holding out for a hero (Bonnie Tyler)Para mí, esta siempre será una canción sobre batallas épicas, la banda sonora de una escena de acción en la que el bando heroico se enfrenta al jefe final. Y aunque no sean la gente más heroica que existe, sino más bien todo lo contrario, ¿quiénes podrían necesitar este himno de música de fondo para motivarse más que les cuatro protagonistas de «La prueba»?
Sonsoles, Alv, Camino y Rodrigo están atrapades en la Cueva de Salamanca y tienen que pegarse con toda clase de monstruos y evitar caer en diversas trampas. ¿Su objetivo? Demostrar su valía y entrar en una prestigiosa escuela de magia, como una versión española de Hogwarts. Tengo mucho cariño a este relato porque me divertí mucho escribiendo ese humor gamberro mezclado con fantasía. Si queréis saber si lo consiguen o no, podéis encontrar la historia completa en Kalpa V: Relatos de naves nodriza de Castilla y León. Y también tenéis una muestra aquí.
Norwegian Reggaeton (Nanowar of Steel)Al principio, cuando he visto que había salido este temazo en la lista, he estado a punto de hacer trampas y saltar al siguiente. No porque no me guste —¡ME ENCANTA!—, sino porque existen pocas cosas tan rematadamente surrealistas que estén a su altura.
Entonces me acordé del héroe más inútil de todos los tiempos. Y ahora no me saco de la cabeza la imagen de él bailando está canción en la taberna.
Si hay una canción que representa a la perfección el espíritu de Obvio, es esta. La historia de mi querido Elegido
nació como una especie de «No hay huevos» o «Sujétame el cubata», con el único objetivo de crear algo tan terrible y absurdo que fuera grandioso. Por si aún no sabéis qué es Obvio, el día 24 de cada mes publico un capítulo nuevo de la ardua misión de este príncipe por conseguir la poderosa armadura argumental que le permitirá ser invencible. En otras palabras: una novela de fantasía por entregas que se mofa de todos los tópicos del género y de los consejos de escritura. ¿Y sabéis lo mejor de todo? Que podéis leerla gratis en este mismo blog.
¿Acaso hay una frase que defina mejor la trama principal de Deseos internos que «El amor es un campo de batalla»? Recordemos que, además de contar cómo Hanna descubrió que no era tan hetero como creía, mi primera novela era sobre todo un triángulo amoroso entre tres mujeres. También muchas de las escenas más importantes suceden en bares y discotecas, lo cual encaja muy bien con el videoclip de Pat Benatar.
A modo de curiosidad, en una de las partes siguientes de esta tet(r)alogía que jamás verán la luz, dos de las protagonistas entran en un karaoke en el que alguien está cantando esta misma canción.
Aquí tengo que hacer un poco de trampa porque sí tengo algo escrito inspirado en este tema, pero… no está publicado (al menos de momento). Así que tendré que tirar de lo más cercano.
En uno de los retos opcionales del NaPoWriMo, había que escoger un poema en un idioma que no supiéramos hablar y escribir algo por imitación fonética. Es decir, basarnos en cómo suenan las palabras y no en lo que significan. Reconozco que yo sí sé de qué habla la letra de «Cvet z juga» —amor, ruptura, te doy esta flor para que no te olvides de mí, etcétera, etcétera— y que puede que en algo me influyera, pero de este clásico de Eurovisión salió una poesía intimista y sensual. Pero, lo dicho, aún no está publicada, así que os redirijo al único poemario que tengo disponible hasta la fecha: Perlas malditas, donde encontraréis composiciones de ese tipo y mucho más.
Wasteland Outlaw (Majesty)Supongo que será por el ambiente urbano del videoclip, con gente haciendo parkour y acrobacias, pero esta canción la tengo inevitablemente asociada con una novela que me compré y probablemente acabe dejando a medias llamada Snow Crush. Pero como no es mía, no me vale.
Aunque la instrumentación y la energía de los estribillos es demasiado optimista para un relato tan melancólico, lo más parecido a esta canción que tengo escrito es «Lego», mi contribución a Cylcon I: Forastero en tierra extraña. Bueno, técnicamente aún no ha salido publicada, pero no creo que tarde mucho. ¿Por qué he escogido este cuento? Porque el título de la canción, que viene a significar «forajido del desierto», podría definir bastante bien cómo se siente su joven protagonista, pues se ve obligado a huir de su mundo por ser diferente.
Rest in Peace (James Marsters)El mensaje de este número musical viene a ser «quiero algo serio contigo, así que o te mojas de verdad o te largas y me dejas en paz». Sin embargo, como podemos ver al final de la escena, es todo de boquilla: aunque Spike querría estar con Buffy y está harto de que se aproveche de él, en el fondo prefiere el sexo esporádico y un poco de casito de vez en cuando que nada. Y todas las referencias a la muerte y esas cosas son porque… bueno, es un vampiro.
Una versión más retorcida de esto escrita por mí, más que nada porque uno de los implicados no tiene la más mínima intención de soltar al otro, sería la situación que se da en «Hasta que la muerte nos una», que aparece en la antología Desde mi tumba. La diferencia es que el guerrero caído no le diría jamás a su monje que le deje descansar en paz (aunque es lo que debería haber hecho), sino más bien algo como «no voy a descansar hasta que te vengas conmigo». En todos los sentidos.
Born this way (Lady Gaga)¿Qué mejor lugar para uno de los himnos LGBT+ de nuestros días por excelencia que El año de Emilia? Bueno, no solo LGBT+, sino que la letra de este exitazo de Lady Gaga nos anima a celebrarnos a nosotres mismes, sea cual sea nuestra identidad u orientación sexual, nuestra etnia, nuestra apariencia, nuestra condición física… El viaje de Emilia, una empollona avergonzada de sí misma y empeñada en experimentar lo que se siente al ser popular en su nuevo instituto, tiene mucho que ver con descubrir quién es realmente y aprender a aceptarse tal como es.
Serenade of Flames (Serenity)A ver, por favor, no podrían habérmelo puesto más fácil. ¿No hablé ya de las inspiraciones musicales de Las lágrimas de los dioses?
Home Again (Blackmore’s Night)Aquí tengo un pequeño problema. Estamos hablando de una canción muy festiva con aires medievales que celebra el regreso a casa. La fantasía medieval es una de mis obsesiones, así que tengo unos cuantos escritos de este tipo, pero los he nombrado ya todos o casi todos y no me gusta repetirme. Por otro lado, mis personajes casi nunca regresan al hogar, sino que tienden a huir de él. Emilia ha vivido en tropecientos sitios, casi todo el elenco de Deseos internos y Caer en la tentación son inmigrantes, Nath y Reyka se pasan casi toda la novela de un lado para otro… La historia que mejor encaja con «Home Again», tanto por el ambiente como por el factor nostálgico, se quedó en un borrador en el que no sé si volveré a trabajar, así que no puedo añadirla.
No obstante, entre los cuentos de Revelaciones, que está cada día más cerca, hay uno —o más bien una escena de ese relato— que transmite la misma alegría y sensación de volver a un lugar familiar que Blackmore’s Night: «La chica de rojo». No quiero revelar demasiado, pero se trata de un retelling un tanto peculiar de Caperucita Roja. No sé de dónde me viene el fetiche con ese cuento.
Dije que no iba a repetirme, pero la revelación (juego de palabras totalmente intencionado) acaba de golpearme como un mazo. Sí, de nuevo asocio este clásico de los sesenta con uno de mis cuentos en Revelaciones.
La voz protagonista de «California Dreamin’» describe un paisaje invernal u otoñal y manifiesta cuánto le gustaría estar en ese momento en California, estado famoso por su clima agradable. En este caso, voy a relacionar esta canción con un cuento en el que el tiempo, concretamente la lluvia, tiene un papel muy destacado: «El otro». Y hasta aquí puedo leer.
October 24, 2021
Obvio: Capítulo 14
Al final, la tercera prueba consistía en viajar hasta la Montaña del Traumita y enfrentarse al temible y poderoso dragón que habitaba en una de las cuevas. Ya se sabe que no puede haber una historia de fantasía y aventuras sin dragones, ¡todo el mundo ama los dragones! Así que daremos un salto en el tiempo hasta el momento en el que Merisú esté lo bastante recuperada como para acompañar a Obvio en su última y peligrosa misión.
De nuevo, caían rayos, truenos y chuzos de punta, así que nuestros dos amigos iban enfundados en sendos abrigos de pieles para protegerse de las inclemencias climatológicas. Iban atados el uno a la otra por la cintura y provistos de piolets y otros materiales de escalada, pues de lo contrario no habría manera de acceder a la guarida del dragón. Los dientes les castañeteaban por el frío y el piso estaba resbaladizo, por lo que Obvio estuvo a punto de caerse por enésima vez. Unas piedrecitas se desprendieron del saliente donde acababa de pisar y se precipitaron hacia el vacío. Solo de verlas caer sin llegar a oírlas chocar contra el suelo, se sintió mareado.
—Te dije que tuvieras cuidado —le gritó Merisú desde arriba—. Y no mires abajo. Será peor.
El príncipe tragó saliva y asintió. Hizo acopio de toda su determinación y clavó la vista en la cima al tiempo que gateaba, ayudándose de cualquier roca que sobresaliera y de los piolets. Si los cálculos de Merisú eran certeros, al atardecer coronarían la cima. Ya faltaba poco. Obvio se había dejado el reloj Casio en casa, así que no tenía ni idea de cuántas horas quedaban exactamente, pero suponía que no muchas. O más bien eso esperaba.
El viento le azotaba la melena dorada y los músculos, agarrotados por el frío, empezaban a dolerle por el esfuerzo. Además, tenía ganas de hacer pis. No eran las mejores condiciones para enfrentarse a un dragón, desde luego. Mientras los dos héroes avanzaban, plenamente concentrados en su tarea, solo los truenos rompían el silencio de cuando en cuando. En alguna ocasión, una cabra montesa que pasaba por allí sobresaltó a Obvio. Sentía envidia de ellas al verlas subir y bajar por la ladera como si nada, como si fuera lo más fácil del mundo. Para colmo, el aroma a queso de cabra que desprendían le hacía rugir el estómago. La hora de comer debía de estar cerca.
—Oye, Merisú —la llamó Obvio—, ¿podemos hacer una parada?
—¿Otra vez? —protestó ella—. Ya hicimos una pausa hace media hora. Si seguimos así, no llegaremos jamás.
—¿Y si fuera un descanso pequeñito? Ya sabes, solo para reponer fuerzas.
—Ya repondremos fuerzas cuando lleguemos. La cueva del dragón no puede estar muy lejos.
—Eso dijiste la otra vez.
—A lo mejor, si no me preguntases cada cinco minutos si hemos llegado ya, no se te haría tan largo el camino.
—¿Quieres decir que hemos llegado ya?
—¡No!
—Ah. Pues vaya.
Un relámpago surcó el cielo. Pocos segundos después, tronó con tanta fuerza que parecía que la mismísima Montaña del Traumita se tambaleaba. La lluvia comenzó a arreciar en mayor cantidad y con más saña, lo cual obligó a Obvio y Merisú a aminorar la marcha, para desagrado de la segunda.
—¿Hemos llegado ya? —preguntó Obvio unos metros después.
—No, todavía no.
—Ah, vale. ¿Y ahora?
—No.
—Ah. ¿Y ahora?
—Tampoco.
—¿Y ahora?
—¡Que no!
—¿Y ahora?
—¡A callar! —zanjó Merisú.
Si las miradas matasen, la que le lanzó a Obvio lo habría dejado fulminado en ese mismo instante. No lo hizo, pero sí le asustó lo suficiente como para que se le resbalase el piolet de la mano, que se despeñó dando vueltas de campana en el aire. Justo lo que les hacía falta. Merisú dejó escapar un gruñido y, con la mano que le quedaba libre, sacó otro piolet de su mochila —había sido lo bastante previsora como para llevar alguno extra— para tirárselo a Obvio, que lo atrapó de milagro.
—¡Casi me das en la cabeza! —protestó el príncipe—. Imagínate que me lo clavas y me matas.
—No caerá esa breva —dijo ella entre dientes—. ¡Vamos! Menos remolonear y más escalar.
Continuaron su ascenso en silencio, por suerte para Merisú. La tormenta, implacable, seguía derramándose sobre ellos sin tregua. Me gustaría poder incluir más narración y descripción para que mis lectores no se quejen de que hay demasiado diálogo y muy poco de lo demás, pero temo que se haya notado ya demasiado que no tengo ni idea de escalada y que ya he agotado todas las posibilidades que ofrece una tormenta. Así que avanzaré al siguiente momento clave.
—¿Hemos llegado ya?
—¡No empieces otra vez!
—Pero ¿hemos llegado ya?
—Sí, Obvio, ya hemos llegado.
—¿En serio?
—No, solo lo digo para que me dejes en paz.
—¡Qué mentirosa!
Sorprendentemente, justo antes de que Merisú pudiera replicar, se dio cuenta de que acababa de llegar a un tramo más amplio y llano que se podía recorrer andando de manera normal. A menos de un kilómetro, se abría un amplio orificio que tenía toda la pinta de ser la entrada a una caverna.
[image error]Pexels.com" data-medium-file="https://elretornodekate.files.wordpre..." data-large-file="https://elretornodekate.files.wordpre..." src="https://elretornodekate.files.wordpre..." alt="" class="wp-image-2268" width="610" height="610" srcset="https://elretornodekate.files.wordpre... 610w, https://elretornodekate.files.wordpre... 1220w, https://elretornodekate.files.wordpre... 150w, https://elretornodekate.files.wordpre... 300w, https://elretornodekate.files.wordpre... 768w, https://elretornodekate.files.wordpre... 1024w" sizes="(max-width: 610px) 100vw, 610px" />Photo by Ricardo Esquivel on Pexels.com—¡Un momento! ¡Ahora sí que hemos llegado! —anunció triunfal.
Aún tuvo que esperar unos minutos hasta que Obvio la alcanzó, pues la emoción de estar a punto de llegar hizo que pegase otro resbalón. También se llevó un pisotón en la mano por parte de otra cabra despistada y se le volvió a caer el piolet, así que Merisú se vio obligada a tirar de la cuerda para ayudarle a subir.
—¿Crees que esa será la guarida del dragón? —preguntó Obvio señalando el agujero.
—Tiene que serlo. Vayamos a investigar.
—De acuerdo, pero antes…
Obvio se desabrochó la bragueta y echó una meada por el precipicio. Asqueada, Merisú se dio una palmada en la frente y miró hacia otro lado. Menos mal que la lluvia lo disimularía, pensó. Hablando de esta última, justo en ese momento decidió detenerse y dar paso a un sol espléndido. Se diría que las propias nubes estaban demasiado expectantes por ser testigos de las hazañas de nuestros héroes como para continuar haciendo su trabajo.
Para decepción de ambos, sin embargo, la cueva estaba desierta. No había ni rastro del famoso dragón, aunque las paredes chamuscadas y ennegrecidas, así como algún que otro esqueleto, podían considerarse muestras de que en algún momento había vivido allí.
—¿A lo mejor ha salido a cazar? —sugirió Obvio.
—Lo dudo mucho —Merisú meneó la cabeza—. A los dragones les gustan las tormentas tan poco como a ti.
—¿Y si tenía hambre?
—Puede ser, pero con una tromba de agua como la que ha caído, lo lógico sería que se quedase resguardado en su gruta.
Algo amarillo que destacaba en la pared llamó su atención en ese instante. Se trataba de un post-it en el que podía leerse lo siguiente:
«He salido a cazar. Vuelvo en cinco minutos. Firmado: El temible y poderoso dragón que habita en esta cueva».
Obvio dirigió una petulante mirada de soslayo hacia Merisú.
—¿Decías?
—Cómo odio que tengas razón —refunfuñó la guardaespaldas.
Por desgracia, el Elegido
no tuvo oportunidad de regodearse en su victoria. Una visión le hizo palidecer y señalar con aprensión a un punto detrás de su compañera. Esta se volvió en el momento justo para ver un enorme ojo de color miel que asomaba a través de la abertura por la que habían entrado y la ocupaba entera. Ya debían de haberse pasado los cinco minutos.
—¡Oh, dios mío! ¡Es enorme!
Eso dijo ella. Y por ella me refiero a Merisú, que se colocó en posición de guardia y desenvainó la espada. Obvio la imitó y preparó también su escudo.
—¿Ese es el dragón? ¡Es imposible que quepa aquí!
Eso también lo dijo ella. Bueno, no, en realidad esas frases las pronunció Obvio, pero quedaba bien. Merisú estaba demasiado ocupada adelantándose y atacando al ojo con la punta de su arma; se le ocurrió que era buena idea lanzarse contra un punto tan vulnerable como ese. Un sonido agudo y lastimero, que sonaba bastante parecido a algo como «pocó», retumbó en el exterior de la gruta al tiempo que el dragón se echaba hacia atrás. Todo tembló alrededor y algunos guijarros se desprendieron del techo de la cueva.
—¡Qué exagerado! ¡Solo ha sido la puntita!
Eso dijo él. En realidad, como es lógico, era Merisú quien lo había dicho. Tanto ella como Obvio aprovecharon la coyuntura para salir de la cueva, pues sería más fácil luchar en un terreno abierto. Lo que se encontraron allí fuera les sorprendió.
El dragón era más grande de lo que esperaban —efectivamente, no había manera de que cupiera en la cueva—, pero eso no era lo único extraño. Los gigantescos ojos de color miel se encontraban a ambos lados de un pico anaranjado y puntiagudo. Tenía el cuerpo entero cubierto de plumas y una cresta roja le coronaba la cabeza. Jamás habían visto un ejemplar semejante.
Un estruendoso «pocó» resonó en toda la Montaña del Traumita al tiempo que el dragón se tiraba en picado contra Merisú y trataba de atacarla con su todopoderoso pico. Por suerte, esta fue capaz de esquivarlo e incluso lanzar una estocada que provocó una lluvia de plumas sobre ella. Obvio, por su parte, aguijoneó uno de los flancos del dragón con su espada.
—¡Pocó! —dijo el dragón antes de centrar su atención en Obvio.
Merisú se sacudió las plumas y aprovechó la distracción para pegar un buen tajó a una de las patas de la bestia, concretamente a uno de los largos dedos terminados en uñas. Aquello pareció dolerle, como evidenciaba otro «pocó» tan lastimero como ensordecedor.
El resto de la lucha, que duró unos eternos minutos más, transcurrió de forma muy repetitiva entre espadazos y «pocós», así que vamos a dar otro pequeño salto en el tiempo hasta el momento en el que el dragón agarra a Obvio con su tremendo pico y lo zarandea en el aire como si fuera un perro jugando con un hueso de plástico. Aquello dio tiempo a Merisú de trepar por una de sus delgadas patas y hundirle la espada en el vientre emplumado, con tan buena suerte que consiguió atravesar uno de sus órganos vitales. Al abrir la boca para soltar un último «pocó» de agonía, el dragón dejó escapar a Obvio, que voló por los aires antes de aterrizar sobre una seta gigante que amortiguó su caída. Merisú logró saltar a tierra justo antes de que la terrorífica criatura cayera por el precipicio, no sin antes poner un huevo.
Obvio y Merisú se acercaron a contemplar el espécimen. Tenía el cascarón blanco con algunas motitas marrones y dentro de él habrían cabido tres Obvios de pie. Por lo que sabían, los huevos de dragón estaban muy cotizados en el mercado negro. Se les ocurrió meterlo en una red de pesca que Merisú llevaba previsoramente en su mochila para llevárselo a Kli Cheng como prueba. Según lo acordado, el sabio oriental les estaría esperando en la cima de la Montaña del Traumita.
October 21, 2021
7 de Las chicas Gilmore
A pesar de que nunca hice mucho caso a esta serie cuando estaba en antena porque me pilló un poco joven, ver anunciada la miniserie secuela en Netflix hizo que decidiera tragarme las siete temporadas. En esos momentos necesitaba algo optimista, con un trama sencilla de seguir y sin demasiada tensión ni sustos, y Las chicas Gilmore cumplió a la perfección con ello.
Para quienes no la conocieran en su momento o no la recuerden, Las chicas Gilmore cuenta la historia de Lorelai Gilmore, la hija adolescente de una familia adinerada que se quedó embarazada con dieciséis años. Aquello la empujó a marcharse de casa y buscarse la vida como pudo para criar sola a su niña. Ahora han pasado dieciséis años y ambas viven en una peculiar ciudad (o pueblo, más bien) de Conneticut llamada Stars Hollow. Lorelai, que empezó como camarera de pisos en una posada ha ido ascendiendo hasta convertirse en la gerente y tiene una relación muy cercana con su hija; Rory —que también es diminutivo de Lorelai— es una adolescente modélica y estudiante de matrícula de honor. Todo empieza cuando Rory recibe la carta de aceptación de una prestigiosa escuela privada llamada Chilton que se escapa considerablemente del presupuesto familiar, lo cual obliga a Lorelai a pedir dinero prestado a sus padres, con los que lleva años sin tener relación.
Escapismo aspiracionalSi buscas algo de buen rollo que no requiera un gran esfuerzo mental y te haga reír, has venido al lugar adecuado. Más allá de conflictos generacionales, rupturas y algún sobresalto puntual, Las chicas Gilmore es una serie alegre y luminosa en la que, pase lo que pase, todo acaba bien. Si bien Rory no empieza con buen pie en su nuevo instituto, pues las primeras notas que obtiene no son tan brillantes como en el antiguo y una compañera le tiene manía desde el primer día, para el final de la primera temporada ya es una de las estudiantes de honor e incluso la eligen para dar el discurso de graduación. Por mucho que meta la pata Lorelai, en el último momento siempre aparece alguien dispueste a echarle un cable; muchas veces se trata de Luke, el dueño de su cafetería favorita, del que ya hablaremos más adelante. Otro chiste recurrente es que las dos protagonistas son famosas por tener un saque considerable y una gran pasión por la comida rápida… y, aun así, están estupendas.
Estos detalles restan bastante realismo a la serie; sin embargo, esa es precisamente la gracia: está hecha para que vivamos nuestras fantasías a través de las protagonistas. Después de toda la mierda a la que tenemos que enfrentarnos en la vida real, ¿no es maravilloso ver gente siendo feliz un ratito y pensar que nosotres también podríamos llegar a serlo?
Where You LeadYa tardaba en hablar de series y no colar algún comentario sobre la música. Uno de los grandes atractivos de Las chicas Gilmore es su opening: «Where You Lead», interpretada por Carole King y Louise Goffin, su hija. Por cierto, Carole King también tiene un papel secundario en la serie como Sophie, profesora y dueña de una tienda de instrumentos musicales. Además de tener ese carisma tan propio del pop noventero (o tal vez sea la nostalgia), es un tema muy pegadizo. Originariamente era la típica canción romántica de una mujer para su hombre, pero la autora se dio cuenta de que se podía adaptar perfectamente (y con resultados que dan mucha menos vergüenza ajena) al amor entre una madre y su hija, lo cual la convertía en la elección ideal para esta serie.
Además de eso, a lo largo de la serie suenan muchas canciones de ese estilo, a menudo interpretadas por los «trovadores» que pueblan las esquinas de Stars Hollow. Si sois amantes de la música de cantautor o el pop indie acompañado solo de guitarra acústica, os encantará.
HumorAdemás de ser cuqui y muy positiva, otra de las principales características de esta serie es que es muy divertida. El ingenio de sus diálogos fue uno de los aspectos más aclamados por fans y crítica en su momento. Por otro lado, están las ocurrencias de Lorelai, que es de todo menos una Adulta Madura y Responsable
. Ya se sabe que alguien que no vivió su adolescencia como debía está condenada a repetirla en el momento más inoportuno. En el primer día de su hija en Chilton no se despierta con la alarma, así que tiene que darse mucha prisa para no llegar tarde. Como no ha hecho la colada, casi no tiene ropa, con lo cual se presenta en un instituto de pijos vestida como una stripper. Y como esa tiene muchas más, sobre todo relacionadas con evitar a su madre.

Puede que Lorelai y Rory sean las protagonistas y, aunque su carisma es innegable, hay varios personajes secundarios que llegan a eclipsarlas por completo. Emily, la madre de Lorelai y abuela de Rory, es una de las más queridas por el público. Irónicamente, empieza siendo lo más cercano a una villana que hay en la serie, pues Lorelai constantemente habla de lo estirada y estricta que es y lo mal que la trató durante su infancia y adolescencia. Sí es cierto que se escandaliza con muchas de las cosas que hace su hija, desde sus gustos culinarios hasta los hombres con los que sale, y que tiene muy arraigados ciertos convencionalismos de clase y da mucha importancia a las apariencias; no obstante, a medida que la vamos conociendo, nos damos cuenta de que lo único que quiere, a su manera, es ayudar y cuidar de su familia. Además, debemos destacar que tiene una evolución muy interesante y positiva en la secuela.


Por otro lado, tenemos a las dos mejores amigas de Rory: Lane Kim y Paris Geller. La primera es su íntima de toda la vida, una chica de origen coreano obsesionada con la música… y mi personaje favorito. La pobre se pasa la vida escondiendo sus discos debajo de las baldosas de su cuarto y haciendo cosas a espaldas de su rígida y muy católica madre, como comer patatas fritas, ver la televisión o tocar la batería en un grupo de rock. Algún día hablaré de lo poco realista que es la representación de los músicos en televisión, pero ese no es el tema ahora mismo. En cuanto a Paris, esta entra en la vida de Rory como su principal rival en Chilton, tan estudiosa como ella, pero mucho más ambiciosa. Un enemies to friends de toda la vida, vamos. Aparte de la belleza de este trope, Paris acaba conquistando a les espectadores con su sinceridad brutal y su ligera torpeza social (hay quien cree que puede tener algún trastorno del espectro autista), su ingenio y porque en el fondo, a pesar de todo, es una amiga excelente.
Me he dejado a muchos personajes en el tintero (Sookie, Avril, Babette…), pero solo con el hatajo de loques que es Stars Hollow podría tener para una entrada completa.
Idas y venidas amorosasAl clasificar Las chicas Gilmore, se suele considerar que no es solo una serie familiar ni juvenil, sino también una comedia romántica. De vez en cuando viene bien una pequeña dosis de este género, pero también puede llegar a ser demasiado.

Desde las primeras apariciones de Luke Danes, el dueño del café favorito de las protagonistas, sabes que está enamorado de Lorelai en secreto y que acabarán juntos. Sin embargo, transcurren varias temporadas hasta que empiezan a salir, y esto hace que las relaciones anteriores de Lorelai resulten innecesarias. El caso más flagrante para mí es su romance con Max Medina, uno de los profesores de Rory, con el que llega a prometerse… para dejarlo plantado en el altar en el último momento sin una verdadera razón. Y mejor no hablar de sus ahora-sí-ahora-no con Christopher, el padre biológico de Rory.
Y de tal palo, tal astilla. En el caso de Rory, parece que su gusto por los chicos empeora con cada temporada. Su primer amor es Dean, un chico caballeroso y de buen corazón por el que está a punto de renunciar a la escuela privada de sus sueños. Sin embargo, no es lo bastante ambicioso ni inteligente para ella, así que tras un par de temporadas, aunque la relación entre ellos iba bien, lo deja por el malote de turno. Y poco después de que Dean se haya casado con otra, pierde la virginidad con él. Para terminar de rematarlo, tras haber provocado un divorcio muy escandaloso e irse prácticamente de rositas, vuelve a cambiarlo por uno de los niños pijos que conoce en la universidad.
De izquierda a derecha: Dean, Jess (el malote) y Logan (el universitario pijo)La evolución de RoryEste punto está algo relacionado con el párrafo anterior, aunque su vida sentimental no es lo único que acaba rechinando de Rory. Cuando la conocemos, la hija de Lorelai es poco menos que un ángel corpóreo: tiene un código moral muy fuerte, lee todo lo que cae en sus manos, saca buenas notas y nunca se mete en problemas ni tiene ramalazos rebeldes como los de su madre. Por desgracia, todo eso acaba derivando en lo que se conoce como el «síndrome de la protagonista»: no importa cuánto la cague, Rory siempre se sale con la suya.
Y la caga pero bien.
Sí, he escogido adrede una foto en la que sale con cara de FrodoA lo largo de las siete temporadas, no solo la vemos ser infiel a sus parejas y acostarse con un hombre casado, sino también perderse la graduación de su madre para fugarse a Nueva York a ver al malote de su ex novio, robar un yate para consolarse de una decepción, dejar la universidad y dedicarse a vivir de sus abuelos durante unos meses, aceptar el puesto de directora del periódico universitario después de que el equipo «derrocase» a su mejor amiga de forma bastante sucia… Y lo peor de todo no es que se vaya echando a perder por momentos, sino que nunca sufre las consecuencias. Les habitantes de Stars Hollow la siguen viendo como la chica de oro, sus amigues y familiares la perdonan enseguida y lo máximo que tiene que aguantar son unas horas de servicio a la comunidad por lo del barco. Bueno, y que Paris la eche del piso que comparten en el campus después de lo del periódico, pero ¿qué más da? Su novio forrado de dinero la acoge en su casa.
Todo esto duele más cuando comparamos su historia con la de Lane: su madre la echa de casa cuando se entera de que está en un grupo, así que pasa unos años malviviendo con sus compañeros músicos, y ya la primera vez que tiene sexo —y que resulta ser bastante desastrosa— se queda embarazada de mellizos.
Producto de su tiempoRecordemos que esta serie se emitió entre el año 2000 y el 2007, así que ya ha pasado un tiempo. Y se nota. Por un lado, es gracioso ver cómo van evolucionando ciertos detalles: así como en las primeras temporadas es habitual ver a algunos personajes, como Miss Patty o Jess, fumando en cualquier sitio, a partir de cierto punto esto desaparece por completo; también hay muchas escenas en las que ciertos personajes van hablando por el móvil a la vez que conducen como si nada, lo cual a mí me ponía muy nerviosa, hasta que en cierta temporada la policía detiene a Emily por ese motivo. También resulta cómicamente anacrónico el cartel de «Prohibidos los teléfonos móviles» en el café de Luke.
Por otro lado, hoy en día hay muchos aspectos que resultan demasiado conservadores. La serie es extremadamente heteronormativa y el único momento en el que vemos a dos chicas besarse es para llamar la atención de los chicos en una discoteca. No habría mencionado este tema si no fuera porque Ellen DeGeneres salió del armario en 1997, tres años antes de que se estrenase Las chicas Gilmore, así que la excusa de que «en esos tiempos no había gays en la tele» no me vale. Además, en varios capítulos hay embarazos no deseados. La propia Lane es un ejemplo de ello, y el otro es Sookie, la mejor amiga y socia de Lorelai. En el caso de esta última, para colmo, gracias a uno de sus embarazos descubre que su marido le mintió acerca de la vasectomía que se suponía que se había hecho. Hoy en día esto se consideraría cercano a una violación. A ninguna de las dos se les pasa por la cabeza abortar en ningún momento. Esto sí que está claro que es producto de su tiempo, como se suele decir, pero no deja de ser una muestra de que las cosas han cambiado mucho.
October 14, 2021
Especial #LeoAutorasOct: entrevista a Lidia Gil Pérez
Como decía cierto meme, si adaptásemos los siete pecados capitales a la era digital, la ira no podría estar mejor representada que por Twitter. Todo el mundo sabe que los pajaritos azules trinan con bastante mala baba y que todo lo que salga de tu pico podrá ser utilizado en tu contra.
…pero de vez en cuando, entre toda esa negatividad, surge algún rayito de luz. En ocasiones encuentras tu bandada, gente encantadora con la que nace la amistad.
Amistad como la que me une a Lidia. Nos conocimos hace un par de años gracias a la ya mencionada red social, más concretamente gracias a cierta comunidad de escritoras jóvenes, con ganas de colaborar, compartir aventuras y desventuras y darse a conocer. Tuve el placer de desvirtualizarla en la Feria del Libro de Madrid en 2019 y comprobar que es tan encantadora —aunque algo tímida— como aparenta. Ya tuvisteis ocasión de leer un pequeño pedacito de ella en este blog, y ahora toca conocerlas un poco mejor a ella y a su primera novela publicada: A nadie le importa Brendan.

Empecemos por tus inicios. ¿Cómo empezaste a escribir?
Antes de empezar quiero darte las gracias por concederme esta entrevista para tu blog.
(Kate: Gracias a ti por las respuestas, linda<3)
Lo cierto es que no recuerdo exactamente cuándo empecé a escribir ya que la literatura ha estado siempre en mi vida. De pequeña leía muchísimo y pronto me empecé a interesar por la escritura ya que podía escribir esas historias que no leía. Sí que recuerdo que me lo tomé en serio cuando tenía 15 años (¡diez años hace de eso ya!) donde escribí mi primera novela juvenil sobre una chica que no podía enamorarse (creo que jamás verá la luz, pero bueno, le tengo también mucho cariño).
Tengo entendido que estudiaste Comunicación Audiovisual. ¿Dirías que te ha influido o te ha ayudado en la escritura?
Estudiar Comunicación Audiovisual me ha servido para recordarme el por qué me gusta escribir historias (y que las prefiero contar a través de la escritura que de la pantalla). Además, soy muy fan de describir las escenas como si fueran películas de tal manera que puedas imaginarlo como si estuvieras en el cine (ya me han dicho alguna vez que cuando me leen se les es muy fácil imaginarse las escenas).
Cuéntanos sobre tu participación en la Antología Talasofilia.
Se trata de una Antología benéfica que se puede adquirir en Amazon y Lektu. La premisa era que todas las historias tuvieran como escenario principal la playa/el océano, etc (talasofilia = el amor por el océano). Participé con un relato que ya había sido rechazado en otra antología (nunca hay que desistir) y me encantó formar parte de este grupo tan maravilloso. Mi relato «La barca» es de ciencia ficción y trata de un hombre que está perdido en una barca en mitad del mar después de que la humanidad se destruyera a sí misma.

Ahora centrémonos en tu primera novela publicada: A nadie le importa Brendan. ¿De dónde surgieron Brendan y su historia?
Brendan surge con una premisa principal que luego se cambió por completo. Mi idea era que el protagonista se enamorase del lector, sin embargo, mientras iba escribiendo, comprendí que Brendan necesitaba a una persona que fuera su amiga y le escuchara sin interrumpir y sin juzgarle. La historia me ayudó mucho para darme cuenta de que podía salir de esa falta de autoestima que tenía (aún sigo trabajando en ello, pero poco a poco y sin prisa).
¿Cómo ha sido el proceso de publicación? ¿Qué es lo mejor y lo peor de autopublicar?
Ha sido un proceso largo desde que empecé la novela hasta que la publiqué. Estaba llena de miedos y de incertidumbre, pero fui superando todo eso hasta que lo conseguí. Me dije a mí misma que no había fechas, que fuera a mi ritmo para ir adaptándome a los cambios y a la idea (aun así creo que no lo he asimilado).
Lo mejor de la autopublicación es que tienes control absoluto de todo lo que se hace y lo peor es que tienes el control absoluto de todo lo que se hace (y que tienes que hacer autopromoción, me parece que no soy nada buena con eso).
Confesaste en Twitter que Ryan es probablemente tu personaje favorito de la historia, y también el padre de Brendan. ¿Qué tienen de especial para ti dos personajes tan distintos?
Vayamos por partes:
Ryan es uno de mis personajes favoritos porque nació sin pretenderlo, apareció en una escena que me quitó el aliento. Es una de esas personas que debes querer porque es tan servicial y tan dispuesto a ayudar a los demás… No tengo palabras para lo bueno que es. De hecho, tengo en mente hacer una historia independiente donde el protagonista sea él (ocurriría después de A nadie le importa Brendan).
El padre de Brendan, Vivian, creo que forma un pilar fundamental en la historia y está presente en cada parte. Es una persona que ha sufrido tanto y que no ha sabido gestionar todas las emociones… Me parece que, a pesar de sus errores, es una persona que tiene un corazón grande. Me gusta porque está lleno de imperfecciones. Además, todo el mundo merece una segunda oportunidad.
¿Por qué decidiste hacer a Brendan consciente de la presencia del lector?
Como he dicho antes, lo indicaba la primera premisa, sin embargo, seguí permitiendo que el lector fuera un personaje más porque, a pesar de que no habla, aporta mucho a la trama. Puede cambiar la historia con el simple hecho de abrir el libro y leerlo.
Viendo que hay lista de reproducción especial para A nadie le importa Brendan y que hay varias referencias a canciones a lo largo de la novela, está claro que la música tiene un papel muy importante en ella. ¿Cuál es tu relación con la música?
La música es muy importante para mí. Me cuesta mucho escribir sin música y creo que es una herramienta muy buena para cuando no te salen las palabras, cuando no sabes explicar los sentimientos que tienes. Es un hogar en el que refugiarte cuando no puedes más con el mundo y para bailar cuando eres tan feliz que sientes que te va a explotar el pecho. La música siempre va a estar presente a cada paso que dé porque es mi mejor compañera de vida.
Relacionado con lo anterior, háblanos de las canciones que compusiste sobre tus retoños. ¿Dónde y cuándo podremos escucharlas?
NUNCA. Es cierto que escribí canciones para tres personajes de la historia (Brendan, Kristen y, para sorpresa de todos, Landon), pero me da mucho miedo compartirlas porque dudo que sean tan buenas como para que las escuchen.
(Kate: Joooooo
)
¿En qué más estás trabajando? ¿Puedes decirnos algo de ese Proyecto Destrucción del que hablas en Twitter?
Tengo muchos proyectos entre manos y recientemente acabé Proyecto Destrucción (aun le tengo que dar un repaso de corrección, pero ahí está ya). Es un proyecto que escribí sin ninguna presión, sin pensar dónde iba a acabar, si se iba a publicar o no… Simplemente escribí y me salió algo que me gustó tanto que estoy deseando poder compartirlo con más personas. Habrá que esperar a ver si logra encontrar casa editorial y, si no, me pensaré en autopublicar de nuevo.
Juego: ya que te gustan los videojuegos tanto como a tus protagonistas, dinos qué personaje de videojuego sería cada uno de ellos.
Este juego es difícil, pero muy, muy chulo así que me voy a tomar un tiempo para pensar (usaré los personajes de A nadie le importa Brendan):
Brendan: Andrew de The Dark Pictures: Little Hope
Alice: Natsuki de Doki Doki Literature Club!
Ryan: Ethan de The Vanishing of Ethan Carter
Kristen: Zoe Baker de Resident Evil 7: Biohazard
Landon: Mike de Until Dawn
Aquí tenéis a cuatro de los retoños en cuestión: Ryan, Brendan, Kristen y AliceSi queréis conocer un poco mejor a Lidia, no os perdáis su blog o seguidla en Twitter (@lidiawaitforit). ¡No os arrepentiréis! También os animo a conocer mejor a Brendan y su pandilla en este link.
October 7, 2021
Mil vidas, mil dormitorios
He tenido tantas vidas
como tuve habitaciones,
y en ninguna me he encontrado
satisfecha y sin temores.
De algunas recuerdo poco,
Solo detalles menores:
un sofá de color verde,
algunas decoraciones,
una casa en la pared
con sus muebles de colores,
cuadros de princesas Disney,
quizás algún que otro póster,
un baúl hecho de mimbre
con juguetes por montones.
Por algún motivo extraño,
todo cambiaba de noche:
lo bello se hacía siniestro,
ruidos amenazadores,
sombras que me vigilaban
desde todos sus rincones.
Pocas sentí como mías,
pues no eran mis decisiones
las que personalizaban aquellas habitaciones.
Este poema, que salió del NaPoWriMo 2020, me ha parecido apropiado por el puntito creepy tan típico de estas fechas… y por el contenido autobiográfico que suele llenar este blog en el mes de octubre.
October 4, 2021
Especial cumpleaños: mis almas gemelas de la ficción
Doce meses después, ya está aquí de nuevo uno de mis días favoritos del año: ¡mi cumpleaños!
Confieso que cada vez es más difícil inventarme una manera de celebrarlo con vosotres en este blog. Menos mal que pude echar mano de la Twittersfera y que mi querida Lidia Gil (quedaos con el nombre, por cierto, volverá a aparecer pronto) me dio una idea brillante. Por sugerencia suya, hoy voy a hacer uno de mis famosos rankings, esta vez de personajes ficticios con los que me identifico, incluidos los creados por mí.
Antes de empezar, como curiosidad, os voy a enseñar mis resultados en un test que circula por Internet en el que puedes ver cuáles son los personajes de series y películas con los que más tienes en común. Porque, ya sabéis, con quien nos identificamos no es siempre a quien más nos parecemos (y hay algunos resultados de ese test que me duelen profundamente) Si echáis un vistazo, veréis que hay ciertos patrones recurrentes: mis almas gemelas de la ficción suelen ser los amigos graciosos —no, no se me ha colado un masculino genérico—, y solo suelen salirme protagonistas cuando son un poco cabezahuecas (Aang, Fry de Futurama, Jack Sparrow, Richard Castle…) Además, parece que soy un hombre asiático o un gordo atrapado en el cuerpo de una chica blanca: Glenn (The Walking Dead), Raj (Big Bang), Jason (The Good Place), Josh Chan (Crazy Ex-Girlfriend), Oliver (How to get away with murder), Felix Lutz (Westworld)…
En fin, vamos allá.
10 Wylan Van Eck (Seis de cuervos)Mi última lectura está llena de personajes grises y muy interesantes. Ojalá pudiera decir que me parezco a cualquiera de ellos —sobre todo a Jesper, ¡oh, Jesper!— pero, si tengo que ser sincera conmigo misma, la elección más clara es Wylan. Aunque no tengo el mismo problema que él (que no voy a decir para no hacer spoilers del tamaño de Kerch), este hijo descarriado de un mercader rico, estudioso, ingenuo, con más bien poca experiencia del mundo exterior y habilidades que parecen más bien irrelevantes para la misión que se traen entre manos es a quien más me parezco. Es uno de esos personajes que desentonan en el mundo en el que se mueven; que, aunque resultan simpáticos, te pasas medio libro preguntándote qué hacen ahí.
9 Ikki (The Legend of Korra)Sí, por supuesto que tenía que haber alguien del Avatarverso. La serie original siempre me gustará infinitamente más que el spin-off y sus personajes siempre estarán en mi corazoncito, pero me es difícil elegir uno con el que me sienta identificada. Tengo mucho parecido con Aang (humor, espíritu infantil, pánico a las responsabilidades, pocas ganas de pelear…), pero no soy tan heroica ni tan compasiva como él; tengo tanto odio como Azula y un cierto punto de su locura, pero por desgracia ni soy un prodigio ni se me ocurrirían planes tan ingeniosos como a ella; tiendo a dar buenos consejos y ser amistosa como Iroh, pero creo que nunca llegaré a su nivel de sabiduría.

Y después de todo este rollo que no tiene nada que ver, hablemos de Ikki. En su primera aparición en la serie bombardea a preguntas a su abuela, habla a toda velocidad y no se está quieta. Un par de capítulos después la vemos correr detrás de la mascota de uno de sus amigos gritando «He’s cute!». Ambas escenas me hicieron reír porque es básicamente lo que habría hecho yo. Además, en una de las temporadas posteriores, con unos años más, vemos que la pobre sufre de lo que se conoce como el «síndrome de la hermana mediana»: se siente incomprendida e invisible respecto a sus hermanos. Y, aunque yo soy la hermana mayor, muchas veces he tenido sentimientos parecidos, no necesariamente en mi familia.
8 Max Caulfield (Life is Strange)
Puede que no comparta su pasión por la fotografía —lo siento mucho, es un arte que nunca he terminado de entender, aunque la respeto porque a mí se me da como el culo—, pero ambas somos (o hemos sido) empollonas, tímidas y creativas. Incluso tenemos en común un cierto gusto por lo antiguo. Recordemos que de adolescente fui una niña vintage obsesionada con los años ochenta. Además, ¿qué coño?, si tuviera la habilidad de retroceder en el tiempo, seguro que la liaría tanto como ella.
Al igual que Avatar, Buffy es una serie en la que es muy fácil conectar con los personajes y enamorarte de elles. Willow probablemente sea mi favorita y, de hecho, estuve a punto de escogerla a ella: otra empollona, sáfica, loca por la magia y sumamente dulce hasta que le tocas los cojones.
Pero al final fue Anya. ¿Por qué? Porque gracias a ella tuve unos cuantos ataques de risa. Sus comentarios indiscretos e inapropiados son el tipo de cosas que me habría oído decir a mí misma, como lo de preguntarle a Giles si la amiga que lo va a visitar es una «amiga de orgasmos». También tiende a tomarse literalmente las bromas o la ironía y a ser obsesiva, tanto con lo que le gusta como con lo que odia. Además, originariamente era un demonio vengador que trabajaba para las mujeres despechadas, que es algo así como mi trabajo de fantasía ideal.
6 Gigi Cicerone (Momo)En principio nos lo presentan como un personaje joven, alegre y extrovertido. Su principal talento es inventar y contar historias… que es lo que llevo haciendo yo desde que era muy pequeña. Por desgracia, también me es fácil identificarme con la evolución negativa que sufre. Los hombres grises hacen que se haga rico y famoso como contador de historias, pero llega un momento en el que se queda sin ganas ni inspiración y acaba odiando una de las cosas que más le gustaban en el mundo.
Menciones honorables—Amaranta Buendía (Cien años de soledad): No he querido incluirla porque siempre es mi comodín cuando me piden que me compare con un personaje literario. Ya la he mencionado demasiadas veces.
—Cersei Lannister (Canción de Hielo y Fuego): Podría decir exactamente lo mismo que de la anterior.
—Kózel Hokulea (La Segunda Revolución): En los primeros capítulos me sentí muy identificada por aquello de venir de unas islas con las que se asocian ciertos estereotipos, por ser pequeñita y por mi defensa de la piña en la pizza.
—Gina (El Pezón Dorado): Me dijeron que incluyera personajes míos, así que no voy a cortarme. Aunque tiene un papel muy corto y no llegamos a saber mucho de ella, quienes han leído ese relato siempre dicen que su descripción física se parece mucho a mí.
—Sonsoles (La prueba): Sí, acabo de colar a otra de mis criaturas. ¿Una bruja novata con problemas de autocontrol y pánico a las arañas? La verdad, no tengo ni idea de en qué me puedo parecer a ella.
5 Luna Lovegood (Harry Potter)Habría sido muy tentador elegir a Hermione Granger por aquello de que es la empollona del grupo y por el pelo alborotado, pero no. Luna también es inteligente (¡por algo está en Ravenclaw!), pero no tiene esa especie de seguridad en sí misma o necesidad de demostrarlo que tiene Hermione. También destaca por ser algo torpe físicamente y, sobre todo, por ser lo que en TV Tropes llaman una CloudCuckooLander. Algún día hablaré de mis tropes favoritos, pero por resumir un poco, esa expresión se refiere a los personajes que parecen estar siempre en las nubes y que dicen cosas que no tienen sentido… o cuyo sentido no se entiende hasta mucho después. Y ese es un rasgo que yo definitivamente comparto con ella.
4 Vanellope (Rompe Ralph)
Aparte de que pueda haber un cierto parecido físico entre nosotras, ¿una princesa que es de todo menos princesil, se siente fuera de lugar en su propio mundo e insulta constantemente a su compañero de aventuras? Eso lleva mi nombre escrito. Tal vez no me guste conducir a toda velocidad, pero soy igual de malhablada e inmadura que ella. El momento definitivo, sin embargo, fue en la segunda película cuando asegura (y demuestra) que es capaz de ser irritantemente insufrible, lo cual la convierte en el anuncio pop-up perfecto.
3 Phil Dunphy (Modern Family)No es casualidad que en el test me saliera que, con un 83% de coincidencia, es el personaje de la tele al que más me parezco. ¿Qué puedo decir de él que no haya dicho ya en las múltiples entradas en las que lo he nombrado? Un tipo sensible y cariñoso, jovial, optimista y siempre dispuesto a animar a les demás, o al menos a hacerles reír con sus payasadas. Se podría decir que soy su versión femenina, si bien yo no valdría (ni quiero valer) para tener familia.
2 Julia (El corazón de Ixchel)He nombrado «Pish Taco», un pequeño relato de M. J. Ceruti, varias veces porque me llegó al corazoncito como pocas lecturas. Y uno de los principales motivos fue lo dolorosamente real que me pareció la protagonista: una adolescente llena de inseguridades, que constantemente se compara con las demás chicas y sale perdiendo, que se siente irritada y a la vez celosa de la capacidad de su padre para sentirse cómodo en su propia piel. Así era yo con su edad… y así sigo siendo, en el fondo.
1 Jane Katherine Reilly (El año de Emilia)
Un personaje creado por mí tenía todas las papeletas para estar en el primer puesto. Al fin y al cabo, cuando escribimos, muchas escritoras creamos el tipo de personajes que nos habría gustado leer y eso, de algún modo, es porque conectamos con elles. Lo cierto es que me cuesta mucho elegir entre ella y Emilia porque ambas tienen muchísimo de mí —aunque, insisto, la novela no es en absoluto autobiográfica— pero, aspecto físico e indumentaria aparte, Kath es a quien más me parezco. Una de las cosas que más suele gustar a mis lectores de este personaje es que, a pesar de ser víctima de acoso, no vive atormentada, pues tiene claro que el problema lo tienen los demás, no ella, y que llegará un día en el que podrá dejarlo todo atrás. Esa filosofía —y también el apoyo de mi madre, como en su caso— fue lo que me ayudó a mí en su momento a salir adelante: el saber que no era culpa mía, que no me lo merecía y que no duraría para siempre. Otra de las cosas que me dieron fuerzas en aquella época, al igual que a Kath, fue el escapismo que me permitía mi propia creatividad: cantar y componer canciones, escribir, leer fantasía… Bueno, reconozco que nunca he sido tan leída como ella, que soy nula para las manualidades de cualquier tipo y que con esa edad aún no había descubierto las maravillas de la moda gótica, pero en esencia somos la misma persona.
September 27, 2021
El Olimpo de los clásicos: The Corrs
Entre los nueve y los once o doce años estaba obsesionada con las Spice Girls, y no me escondo. Creo que lo he dicho varias veces en este blog, de hecho. Para mí no existía ningún otro grupo ni cantante: todas las demás girlbands (y las boybands también, incluidos los famosos Backstreet Boys) no eran más que copias baratas, quiero-y-no-puedos, y no merecían mi atención. De hecho, recuerdo haber arrugado la nariz al ver un grupo formado por tres chicas con un peinado parecido al que llevaba Victoria Beckham por aquel entonces —la media melena negra con la raya en medio, no el corte de pelo raro por el que se la recuerda—, pues me parecía otra imitación más aunque el estilo de música no tuviera nada que ver.
¿Quién hubiera imaginado que, años después, esa misma banda me atraparía por completo? Recuerdo que tenía unos once o doce años y había un programa de actuaciones musicales en la tele. Lo teníamos de fondo, sin hacerle mucho caso, hasta que mis ojos se toparon con la mujer más hermosa que había visto jamás.
Nota: La canción no se llama Talk on Corners, sino «I Never Loved You Anyway».
Por supuesto que me refiero a Andrea Corr, vocalista de The Corrs. Ya había oído alguna de sus canciones de pasada, pues en esa época todavía se anunciaban discos en televisión, y me gustaban, pero nunca me había fijado especialmente. Superficial y sáfica que es una. Además, el que a mi padre también le fascinase «What Can I Do?», que estaba sonando bastante, sirvió para alimentar aún más mi interés. Ese año, mi padre fue de viaje de estudios a Andorra con su clase y, como los discos son más baratos allí, me dijo que me traería uno. Él tenía pensado comprarme Aquarium de Aqua (I’m a Barbie girl… ♫), pero al final acabó cayendo también Talk on Corners de The Corrs como una especie de regalo compartido. Y así empezó la obsesión.
De izquierda a derecha: Sharon (violín), Caroline (batería), Jim (guitarra/teclados) y Andrea (voz y tin whistle)Quienes aún recuerden este grupo, ya conocerán la mayor parte de su historia: cuatro irlandeses, tres hermanas y un hermano, cuyos padres les animaron a aprender música desde muy jóvenes y que se trasladaron de una pequeña ciudad llamada Dundalk a Dublín para participar en una audición para una película. Esa película se llamaba The Commitments y trataba de un grupo de amigos de la zona más pobre y «macarrilla» de Dublín que intentaban formar una banda de soul. Andrea fue la única que obtuvo un pequeño papel: el de la malhablada hermana del protagonista, que solo decía un par de frases. El resto fueron figurantes, y entre les fans siempre ha habido el chiste recurrente de que tienes que ver la película cinco veces para encontrar a Caroline.
Todo eso ocurrió en 1990, pero antes de eso ya habían hecho sus pinitos tocando en McManus’s, el bar de su tía. Aunque lo de la película no salió demasiado bien, permitió que John Hughes los descubriera y decidiera ser su mánager. Además, también le abrió las puertas de la interpretación a Andrea, que también tuvo una escena en Evita, de Alan Parker. Cinco años después vería la luz su primer álbum: Forgiven, Not Forgotten. Este disco incluía varios temas instrumentales, versiones de canciones tradicionales irlandesas, combinadas con otras que fusionaban las raíces celtas con el pop y el rock.
Ese sonido tan propio de ellos, con sus solos de violín y tin whistle (una especie de flauta irlandesa), también los acompañaría en el siguiente LP: el ya mencionado Talk on Corners. Por desgracia, en el año 2000 sembrarían la polémica entre sus fans al desviarse más hacia el pop comercial, con más sintetizadores y elementos electrónicos y menos influencias celtas, en In Blue, que les haría ganar mucha popularidad en Estados Unidos. Este disco contó con la participación de Mutt Lange, marido de Shania Twain, como productor y coautor de varias canciones. Estuvo dedicado a la memoria de Jean Corr, su madre, que murió a finales de 1999 mientras esperaba un trasplante de pulmón.
Borrowed Heaven (2004) continuó con una tónica similar a In Blue, aunque con canciones más variadas y experimentales, para después volver al folk con Home (2005), que consiste en una serie de versiones de canciones y temas instrumentales irlandeses, con la excepción de «Old Town» de Phil Lynott (Thin Lizzy) y «Heart Like a Wheel» de las hermanas canadienses Kate y Anna McGarrigle. Después el grupo se retiraría durante varios años para que Jim, Sharon y Caroline se centrasen en sus recién empezadas familias, lo cual dio lugar a los primeros álbumes en solitario de Andrea y, más adelante, de Sharon.
Tras una década o más en las sombras —a excepción de unos cuantos recopilatorios de grandes éxitos—, The Corrs regresaron con White Light (2015) y Jupiter Calling (2017). Mientras que el primero mantiene las influencias poperas y electrónicas que adoptaron a principios de los 2000, el segundo es mucho más acústico y melancólico. Siguen fieles a sus letras sobre el amor, los problemas en una relación y la soledad, con alguna que otra incursión en los temas políticos y sociales, como es el caso de «SOS», que significa «Song of Syria».
Reconozco que estos últimos álbumes no me han gustado mucho. Tengo la sensación de que les faltase fuerza y de que se quedasen en un intento de repetir los éxitos del pasado. Sin embargo, no puedo negar que fueron una banda muy importante para mí y una gran fuente de inspiración durante mi adolescencia. Incluso alguna de las hermanas se coló como personaje en alguna de las historias que escribía por aquel entonces. Además, el estilo con el que se dieron a conocer fue lo que me acercó al folk irlandés y la música celta, que hoy en día están entre mis géneros favoritos.
Antes de ir a la parte más musical de esta entrada, me apetece comentar algunas curiosidades y salseos sobre los miembros de la banda:
La violinista Sharon Corr vive actualmente en España, concretamente en Madrid, y ha llegado a salir en la prensa del corazón porque el que fue su marido durante veinte años la dejó nada más y nada menos que por la hermana de la reina Letizia. Se despacha a gusto con ellos en una canción de su disco más reciente llamada «The Fool and the Scorpion».Parece que después de sus cameos en películas de los noventa, a Andrea Corr le acabó entrando el gusanillo por actuar. Ha protagonizado varias películas (The Boys from County Clare, The Bridge y Broken Thread) e incluso ha interpretado a Jane Eyre en la obra de teatro del mismo nombre. También fue la voz de Kayley, protagonista de la película La espada mágica (Quest for Camelot), en las canciones de la banda sonora.De pequeña, a Caroline Corr la apuntaron a clases de violín, pero solo llegó a recibir una porque le asustaban las pecas del profesor. Empezó en la banda familiar tocando los teclados, pero se aficionó a la batería gracias a un novio que tuvo y que le enseñó lo básico. Desde entonces, aprendió el instrumento por su cuenta, y ha recibido algunos premios por ello.Puede que Jim Corr sea el miembro que más desapercibido pasa del grupo, pero el hermano mayor también tiene más de una historia que contar. Aparte de tener un hijo con una mujer quince años más joven que él que fue Miss Irlanda del Norte, en los últimos años se ha dedicado a difundir teorías conspiratorias sobre los atentados del 11 de septiembre en su página web.Y ahora, hagamos un pequeño recorrido musical por la historia de The Corrs. Por supuesto, la primera canción que tenía que poner, como la más representativa del álbum debut y probablemente mi favorita, es «Runaway».
Tampoco puedo dejar de lado otra de las joyas ocultas e infravaloradas de Forgiven, Not Forgotten, y una de las letras más extrañas que tienen: «Secret Life».
Si el tema más emblemático de Forgiven, Not Forgotten era «Runaway», sin duda, el más clásico de Talk on Corners es «Only When I Sleep». Nada mejor para ejemplificar esa fusión de la música celta con el rock.
Y, siguiendo con el patrón de «canción exitosa + canción menos conocida», aquí tenéis mi favorita de Talk on Corners. Creo que «Queen of Hollywood» es una de las canciones en las que más se luce la voz de Andrea.
Al hablar de la discografía del grupo, he dejado de lado los álbumes en directo y recopilatorios para no extenderme de más y para no resultar demasiado repetitiva. Publicada en su MTV Unplugged, este cover de la cantante folk Mary Black se ganó el corazón de muches fans por permitir brillar a Sharon y Caroline.
Ya comenté antes que In Blue fue uno de los álbumes más polémicos que publicaron y, por desgracia, su primer single es una de las canciones por las que más se les recuerda.
«No More Cry», también de In Blue, la compusieron entre Caroline y Andrea para aliviar el dolor de su padre tras quedar viudo.
Borrowed Heaven fue un disco extraño con el que todavía tengo sentimientos contradictorios. De hecho, la primera vez que lo escuché la única canción que me interesó fue la instrumental con la que cierran el álbum: «Silver Strand». También había que incluir alguna sin letra.
Más adelante, este tema también se acabó ganando un lugar en mi corazoncito, aunque la letra pueda resultar excesivamente ñoña.
Como imaginaréis, no voy a incluir ninguna canción de los dos últimos álbumes de estudio, así que cierro con mi favorita de todas las canciones versionadas en Home. ¡Y encima en gaélico!
September 24, 2021
Obvio: Capítulo 13
Después de la oscuridad subterránea de la Cueva de los Gabachos —y de perderse repetidas veces por aquellos pasillos que parecían todos iguales—, la luz exterior resultaba cegadora. Merisú resopló agotada.
—¡Por fin!
Tomó aire y se adelantó unos cuantos pasos hacia la salida, sin dejar de hacer visera con la mano para protegerse los ojos. Cojeaba de la pierna derecha y aún tenía varias heridas sangrantes.
—¿Sabes? —pensó en voz alta—. Me sorprende lo de Odar Dauk. No lo recordaba así. Supongo que haber pasado tanto tiempo en esta cueva, contemplando las calaveras, le habrá contagiado la gabachosidad.
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se cubría la boca con la mano, las migas de pan que había a sus pies le delataban. No quedaba ni rastro de la baguette.
—¿Te… te has comido el arma legendaria de Odar Dauk? —vociferó Merisú incrédula.
—No —mintió Obvio descaradamente.
La guardaespaldas se dio una palmada de frustración en la frente. A pesar de las pocas fuerzas que tenía después de la lucha, una poderosa rabia despertó cada uno de los músculos de su cuerpo. Le habría hecho picadillo en ese mismo momento.
—¡Pero cómo demonios se te ocurre! —le gritó—. ¡Teníamos un trabajo! ¡Un maldito trabajo! ¿Ahora cómo se supone que vamos a llevarle la dichosa arma a Kli Cheng para demostrarle que hemos sido capaces de robársela al orco?
Jadeando de ira, lo agarró de las solapas y lo zarandeó. No es que su traje de lucha tuviera solapas, pero dicho así queda mucho más gráfico y sabéis perfectamente a lo que me refiero. Obvio se pasó una mano por los cabellos dorados con expresión inocente.
—Es que estaba tan rica…
El gruñido que soltó Merisú casi lo dejó sordo. Claro, que era eso o pegarle un puñetazo en su real jeta.
—Veo que ya estal de vuelta.
Por suerte para Obvio, una voz familiar interrumpió la escena. Y también por suerte para mí, que ya empezaba a quedarme sin ideas de qué relleno meter hasta que nuestros amigos se encontrasen con Kli Cheng. Así que, como siempre, el sabio oriental se materializó como de la nada sobre una roca allí, a la entrada de la cueva, sentado en la posición del loto con el rostro sereno. Merisú respiró hondo y se volvió hacia él con una reverencia.
—Sabio Kli Cheng, me temo que os hemos fallado en esta segunda prueba —se disculpó—, pero todo ha sido culpa de este imbécil que…
Tras la consabida reverencia, Merisú también recibió un cogotón con un periódico enrollado. Ya venía siendo de esperar.
—¡No insultal compañelo! —reprendió Kli Cheng—. Contal qué oculil ahola mismo.
—¿Qué culpa tengo yo de que el tío ese nos atacase con un arma tan deliciosa? —se defendió el príncipe—. Si nos hubiera pegado con una acelga, esto no habría pasado.
—Disculpadme, jóvenes, pero no entiendo nada. —El mago se cruzó de brazos, a juego con la posición de las piernas—. ¿Habéis logrado robar entonces el arma del orco?
—Sí, pero era una baguette y este bo… nachón se la ha zampado —explicó Merisú, que ya se encogía instintivamente por miedo a recibir otro golpe.
—Es que estaba tan doradita y recién hecha…
—¡No empieces con eso otra vez!
—Pero habéis sido capaces de derrotar a Odar Dauk y sustraerle su preciada arma, ¿no es así? —interrumpió Kli Cheng.
—Oh, sí, eso sí —asintió Obvio—. Con eso mismo lo dejé inconsciente.
El barbudo le dedicó una sonrisa de aprobación.
—Entonces todo correcto.
—¿Qué? —exclamó Merisú—. ¿Así, sin más? ¿Sin pruebas ni nada?
—Chí, mi niña. Yo confial en vuestla palabla. —Kli Cheng se encogió de hombros—. Plínsipe no mentil.
—¿Y ya está?
—Joven cheñola palesel desepsionada —observó el anciano con una de sus blancas cejas arqueada—. ¿No quelel supelal plueba?
—Eso, Merisú —dijo Obvio con los brazos en jarras—. Cualquiera diría que estás intentando boicotear la misión por algún motivo.
Ante tales ataques, Merisú frunció el ceño. Le daban ganas de gritar «¡Pero si no he hecho más que ayudarte, mentecato!», pero no le quedaban fuerzas para meterse en otra pelea y menos contra ese par de cabezahuecas. Todavía estaba demasiado magullada y dolorida de la pelea. Además, esa frase sonaba demasiado a Ringarius, y nadie quiere sonar como Ringarius. Al final, acabó suspirando y cediendo.
—No, por supuesto que no. ¿Cuál es la siguiente prueba?
Ahora, como narradora, se me presenta un grave dilema. Este capítulo ha quedado demasiado corto, pero es demasiado pronto para presentar la siguiente prueba. Y encima he repetido la palabra «demasiado» dos veces en la misma frase. Tres en el mismo párrafo si contamos esta, lo cual es uno de esos pecados por los que se te condena directa a la hoguera de los escritores. Pero eso no viene al caso ahora.
El asunto es que todavía es demasiado temprano para cortar el capítulo y dejar a los lectores con la intriga de qué respondió Kli Cheng a Merisú acerca de la siguiente aventura, pero tampoco quiero revelar aún tanta información sobre a qué se enfrentarán nuestros héroes. Más que nada porque aún no lo he decidido. En otras palabras, necesito relleno pastelero, algún tipo de maniobra de distracción. Lo lógico sería enviar a Merisú a la enfermería para sanar sus heridas, pero eso resultaría repetitivo, igual que incluir otro capítulo con tartas. ¿Qué podríamos hacer, entonces?
¿Y si te dejas de tonterías y avanzas la historia?
¡Oh, no! ¿Tú otra vez?
Alégrate. Tiene pinta de que ahora mismo me necesitas.
¡Cállate! ¡Eres todavía peor que el clip con ojos de Word!
En realidad, pensé en intervenir ya en el capítulo anterior. Tantos chistes malos y racismo contra los franceses me estaban dando urticaria.
Lo de los chistes malos no te lo discuto, pero eso del racismo contra los franceses no existe, te lo acabas de inventar. Ahora también vendrás a decirme que no he metido suficiente representación de otros tipos.
Pues no venía precisamente a eso, pero ahora que lo dices… ¿Cómo es que no hay ningún personaje LGBT+ en esta novela? Me parece poco propio de ti.
Sí que los hay. Simplemente no he dicho nada porque no influye para nada en la trama.
¿Ah, sí? ¿Quién?
Pues… Ringarius. Ringarius y Kli Cheng tuvieron un tórrido y apasionado romance en sus años mozos. A todo el mundo le gustan las historias de amor gay entre señores de larga barba blanca.
Pues yo no he visto que lo hayas dado a entender en ningún momento.
Claro, porque los gays son personas normales. Además, ¿acaso su encarnizada rivalidad no te parece prueba suficiente de que son ex novios?
No, la verdad es que no. Pero bueno, volviendo al tema que nos ocupa: si no sabes cómo continuar, ¿por qué no aprovechas para retomar alguna de las tramas secundarias que dejaste colgadas? ¿No tenía Obvio un archienemigo del que hace tiempo que no sabemos nada?
Pssst, los problemas de uno en uno. Que luego se complica todo demasiado. Primero Obvio tiene que superar las pruebas y obtener su armadura argumental. No está preparado para enfrentarse a nadie.
Por eso, precisamente, sería divertido que su enemigo le atacase por sorpresa. Así podrías demostrar que no es infalible y que le falta mucho camino por recorrer. Ese primer enfrentamiento que sale mal también es parte del viaje del héroe, ¿sabes?
¿Qué viaje del héroe ni qué boquerones en bicicleta? Yo no escribo chorradas de esas.
Y así te va. Además, piénsalo: sería perfecto porque ahora Merisú está demasiado fastidiada para ayudarle y tendría que hacerlo solo. ¡No! Mejor aún: los malos podrían secuestrar a Merisú. Eso complicaría las cosas para Obvio y le obligaría a salvarla y…
¡Pero eso es machista!
¿Cómo dices?
Sí. Si se supone que Merisú es una guerrera muy capaz, mucho más capaz que Obvio, ¿no es ridículo que haya una trama en la que Obvio tenga que salvarla? Que el héroe tenga que rescatar a la chica es un estereotipo y es sexista. Creía que tú estabas en contra de esas cosas.
Pero… pero… Merisú ahora no está en plena forma, y ya ha tenido muchas oportunidades de salvarle el culo a Obvio. Sigue teniendo sentido.
Ya, pero sería usar a un personaje femenino para hacer evolucionar a un personaje masculino y que la trama de este avance. Eso está mal.
Pero… pero… ¡mierda! ¡Tienes razón! Yo… yo solo…
Nada, nada, te perdono. Un fallo así lo tiene cualquiera.
Pero yo no…
Tranquila, Narradora Seria, tú siéntate aquí y disfruta del espectáculo. ¿Te traigo un vaso de agua? ¡Maldita sea! Con tanta discusión he perdido el hilo y ya no recuerdo por dónde iba. Pues nada, creo que cortaré el capítulo aquí. Cortinilla de estrella y ya me inventaré qué pasa en la siguiente prueba.


