La envidia de los mediocres Quotes

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La envidia de los mediocres (Lucas Acevedo #2) La envidia de los mediocres by Roberto Martínez Guzmán
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“nunca dejaron de ser buenas personas”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“Como todos los mediocres, lo hacen por la envidia que les tienen a los que no lo son, para tratar de tomar un atajo de trampas con el que suplir el talento que les falta.”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“Cuando una persona se acostumbra a perder, no tiene fuerzas ni agallas para rebelarse, porque siempre piensa que volverá a perder.”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“Porque el miedo al superior provoca que las personas actúen sin valorar si las órdenes son procedentes o demasiado arriesgadas, ya que cualquier peligro que se asuma siempre será menor que el que correrían desobedeciendo.”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“quién en su sano juicio espera veinte años por alguien y, tras una noche, decide que eso es el principio de una relación de por vida?—,”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“Dios mío, ¿pero no hay una ley que prohíba a las mujeres llegar vírgenes a cierta edad?”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“La suerte y las casualidades son explicaciones para débiles e ingenuos.”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“este mundo, aparentar siempre te da más rédito del que debería, pero es algo que no soporto.”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“Nunca abras una caja de Pandora si no tienes armas con las que combatir los demonios que encierra dentro.”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres
“A lo largo de mi vida he estado en muchas situaciones límite. He estado atado a una silla en una habitación oscura mientras me torturaba un matón asesino, me he visto envuelto en una decena de tiroteos, me han disparado con una escopeta, me han herido con una pistola, he tenido un cuchillo a pocos milímetros de cortarme la garganta y me ha explotado una bomba en la habitación de al lado haciéndome saltar por los aires, pero juro que mi corazón nunca había latido tan rápido como lo hacía en ese momento.”
Roberto Martínez Guzmán, La envidia de los mediocres