Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey Quotes

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Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey by Ander Izagirre
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“Pasan las décadas, cambia el siglo, el Giro vuelve una y otra vez a sus viejas historias. Incluso Chris Froome, icono del ciclismo robótico, el de los potenciómetros, las ganancias marginales y el control férreo de la carrera, jugó a ser Coppi desatado. El británico, ganador ya de cuatro Tours y una Vuelta, quería completar la triple corona con el Giro de 2018.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Cuando le preguntaron por el caso, Nibali respondió con un dicho italiano: «La madre de los imbéciles está siempre embarazada».”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“En febrero de 2011, tras cumplir la sanción y volver a las competiciones, Riccò llegó al hospital de su ciudad en estado crítico por una insuficiencia renal y le confesó al médico que se había trasfundido sangre de una bolsa que guardaba desde hacía 25 días en el frigorífico de casa. Le cayó una suspensión de 12 años y anunció que al cabo de ese tiempo volvería a competir, en 2023, con 40 años. En diciembre de 2020 lo suspendieron de por vida y así probablemente se la salvaron, aunque él persiste en su propia demolición: el 7 de enero de 2021 escribió una nota furiosa en las redes sociales contra la obligatoriedad de la vacuna del coronavirus, diciendo que a él nadie le va a inyectar nada que pueda hacerle daño. «Vosotros inyectaos esa mierda», remataba el consumidor de sangre podrida, «pero no toquéis los huevos a la gente como yo: me he informado bien y la vacuna me la suda».”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“El Giro suele ser más anárquico y divertido. Los equipos participan con menos presión, los ciclistas toman mayores riesgos, los organizadores se atreven a diseñar itinerarios más salvajes: subidas a nuevos puertos descomunales entre muros de hielo, colinas con caminos de tierra, etapas encadenadas de alta montaña. A menudo el resultado son ciclistas cubiertos de barro, desperdigados en medio de tormentas de nieve, lanzados a galopadas solitarias para dar revolcones a la clasificación: el Giro regala momentos de ese viejo ciclismo épico que muchos añoran.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“«Me he aislado esclavo de un problema que no te hace fuerte sino esclavo del dolor pido disculpas a todos. Pero sobre todo a quienes creyeron en Pantani es grande creed que he sido honesto en mi único propósito como mis adversarios admitirán no ha habido trucos que marcaran la diferencia se hacía todo lo que se podía como sugería la ley de la igualdad.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Cuando el laboratorio rechazó ese argumento, porque no cuadraba con la cocaína hallada en la sangre de Simoni, el ciclista alegó que había tomado unas infusiones de coca que le había traído su tía desde Perú. Como las infusiones no bastaban para explicar el positivo, dijo que también había comido caramelos de coca.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Cuando el fiscal Sopriani indagó en el ordenador de Conconi, allí aparecieron los datos de Pantani. En enero de 1994, su hematocrito era del 41 %. En junio, durante sus primeras exhibiciones en el Giro, la tasa había subido al 54 %. Y en julio, cuando pisó el podio del Tour, ya era del 57 %. El fiscal afirmó que Pantani había consumido EPO pero pidió la absolución porque ninguna ley contemplaba ese hecho como delito. Pantani salió libre, pero ya se iba deslizando hacia el abismo. Nunca”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Ese día, escaladores mediocres, especialistas en contrarreloj y algún ciclista de tercer nivel firmaron las ascensiones más veloces de la historia a uno de los puertos más duros del mundo. Y encima en el penúltimo día, cuando ya llevaban 20 etapas en los muslos. Su sangre debía de fluir bien recargada: los primeros diez clasificados del Giro de 1999 fueron sancionados por dopaje o excluidos por hematocrito excesivo en algún momento de su trayectoria. A”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“En su web «Subiendo como una moto», Mihai Simion registra los tiempos de ascensión en diversas ediciones, desde un punto a 11,7 kilómetros de la cumbre. Entre 2006 y 2015, los escaladores más destacados —como Basso, Simoni, Scarponi, Nibali o Contador— tardaban 44 o 45 minutos. Todos ellos, salvo Nibali, fueron sancionados en algún momento por dopaje. Aun así, sus tiempos se quedaron muy lejos de los que se registraron en los años del esplendor de la EPO. En 1999, Gotti, Heras y Simoni subieron el Mortirolo en 41’42”, y si tenemos en cuenta que no habían sido capaces de seguir la rueda de Pantani en todo el Giro, podemos fantasear con el tiempo supersónico que habría podido marcar el Pirata ese día, quizá poco por encima de los 40 minutos. Detrás del trío de cabeza, Niklas Axelsson subió en 43’03”; Codol y De Paoli en 43’56”; Jalabert en 43’59”; Camenzind, Mason y Gonchar en 44’34”.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“En su web «Subiendo como una moto», Mihai Simion registra los tiempos de ascensión en diversas ediciones, desde un punto a 11,7 kilómetros de la cumbre. Entre”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Marco Pantani, contrarrelojista espantoso, se jugó el Giro en la crono de Lugano. En 34 kilómetros tenía que defender una renta de 1’28” sobre Tonkov, que una semana antes le había sacado 2’04” en los 40 kilómetros de Trieste. Cuando todo apuntaba a un final apretadísimo, Pantani caminó sobre las aguas: acabó tercero en la etapa a solo medio minuto del especialista ucraniano Serguéi Gonchar (oro, plata y bronce en los Mundiales contrarreloj) y le sacó cinco segundos a Tonkov.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“De hecho, es probable que la EPO pasara muy veloz de la medicina al deporte y dejara un reguero de víctimas: una docena de ciclistas holandeses murieron entre 1988 y 1990 tras sufrir paros cardiacos mientras dormían. Nunca se investigó su relación con la EPO, pero parece que el ritmo lento del corazón durante el sueño hacía que su sangre densa se estancara y les provocara la muerte.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Detrás de aquel podio se adivinaba la sonrisilla de conejo de Michele Ferrari, médico del Gewiss, discípulo del doctor Conconi, el que había introducido los entrenamientos cardiacos y el dopaje sanguíneo en el deporte. Ferrari fue ayudante de Conconi en el equipo que catapultó al veterano Moser en su prodigiosa temporada de 1984. Y ahora aparecía como preparador de los supersónicos Gewiss. «Gewiss viaja en Ferrari»: así tituló Jean-Michel Rouet la entrevista que hizo al médico en L’Équipe, justo después de aquella Flecha Valona.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Luego fue al Tour sin ninguna presión, perdió un cuarto de hora en las cronos y las llanuras de la primera semana, remontó con una facilidad pasmosa en los montes, batió el récord de la subida al Alpe d’Huez (37’15”) y se plantó en el podio final de París, tras Induráin y Ugriúmov, vestido con el maillot blanco al mejor joven.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“ruso se recuperó de maravilla, ganó la cronoescalada al paso del Bocco, secó los ataques de Pantani en el Agnello y el Izoard con la ayuda de sus también maravillosamente recuperados compañeros Argentin y Ugriúmov, y se convirtió en el primer ruso que ganaba una de las tres grandes vueltas. En los siguientes Giros se desinfló de manera exponencial: fue segundo, décimo, vigésimo, quincuagésimo y expulsado por superar el nivel permitido de glóbulos rojos en la sangre.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Por la tarde, el gran invento que ese año se sacó Torriani de la chistera: la cronobajada del Poggio. Los ciclistas debían subir dos kilómetros de falso llano, tirarse por los cinco kilómetros de curvas reviradas del descenso y pedalear otro kilómetro por las calles de Sanremo.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Al día siguiente, Moser dio otra exhibición: ganó una etapa llana, en un esprint masivo contra los velocistas puros, y así consiguió 20 segundos más de bonificación. Volvió a ganar un poco más adelante, en la contrarreloj de Pavía a Milán, a pesar de sufrir un pinchazo. Los cronistas destacaban con asombro el renacimiento de Moser: después de arrastrarse en el Giro de 1983 y de insinuar su retirada, de repente en 1984 ganaba las contrarrelojes, los esprints y casi las etapas de montaña.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Menudo año, el 1984 galáctico y sanguíneo de Francesco Moser. El 19 de enero salió al velódromo de México y pedaleó 50,808 kilómetros en una hora. La Gazzetta dello Sport tituló a toda plana: «Moserissimo!». Quemaron el superlativo, porque solo cuatro días después el trentino volvió a la pista y fue todavía más rápido: 51,151. «Moser: fantastico bis». ¡51,151! Empujó la marca 1.720 metros más allá que Merckx, una barbaridad.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Y a partir del verano de 1983, el declinante Moser empezó a entrenarse bajo sus órdenes, con métodos que ningún ciclista había empleado antes. Subía repechos empinados con desarrollos muy duros, pedaleaba kilómetros y kilómetros tras una moto para trabajar el fondo, hacía series de esfuerzos en el límite de su frecuencia aeróbica… Recogían los datos del pulsómetro, calculaban con ellos los siguientes entrenamientos, programaban una dieta estricta. Del truco más importante de todos no dijeron ni una palabra: las autotransfusiones de sangre. Ahí llegó la revolución. Los médicos de Conconi extraían sangre a los atletas, separaban los glóbulos rojos más jóvenes y fuertes, los refrigeraban, y antes de la competición les reinyectaban esa sangre enriquecida para aumentar su resistencia. Varios testigos contaron que uno de los ayudantes de Conconi viajó a México con una nevera portátil en la que llevaba bolsas de sangre. Moser confesó 15 años más tarde, durante una investigación judicial, que había recurrido a las autotransfusiones. —Ahora lo llaman dopaje, entonces era medicina deportiva.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Torriani quería que Moser ganara el Giro a toda costa, pero tenía un problema: se descolgaba en la alta montaña. Torriani encontró la solución: suprimir la montaña. En el Giro de 1979 suprimió la alta montaña y también la mediana, por si acaso. Dejó algunos puertos suaves, lejos de las llegadas, para eliminar a los velocistas puros y para que así Moser pudiera ganar etapas al esprint ante 50 o 60 corredores. Incluyó un montón de etapas llanas, con algunos finales en repechos de un par de kilómetros, catalogados como puertos de primera categoría, y así los favoritos podían pelear por ganar algunos segundos y darle un simulacro de vida a la carrera. Todo eso era el relleno entre las únicas etapas que importaban: cinco contrarrelojes, cinco alfombras rojas para Moser.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“En cuanto dieron el banderazo, los ciclistas de la Molteni salieron esprintando con Eddy Merckx entre ellos y explotó el caos. Muchos de los favoritos iban en mitad de pelotón o en cola, como el propio líder Ocaña, que incluso había salido unos segundos más tarde porque estaba terminando una entrevista radiofónica. Todos intentaron remontar posiciones en la bajada, acompañados por sus gregarios, que trataban de abrirles paso. Y sucedió lo inevitable: un corredor nervioso que intenta colarse por una esquina, manillares que se enganchan, ruedas que se tocan, montones de ciclistas que ruedan por los suelos. La carrera estaba rota. Por delante, el equipo de Merckx tiraba con la ayuda de otros aliados de ocasión. Después, el grupo de Ocaña intentaba cazarlos, con el propio Ocaña pasando a los relevos con todas sus fuerzas.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Llegó la cita decisiva de las Tres Cimas de Lavaredo, donde muchos esperaban que Merckx pagara los esfuerzos, y él respondió con su peculiar sentido de la prudencia: atacó a 90 kilómetros de la meta, en el modesto paso de Sant’Osvaldo.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“—Me apetecía mucho correr en un equipo italiano —dijo Merckx—, porque allí estaban mejor organizados, eran mucho más profesionales desde los tiempos de Coppi. Manejaban buenos presupuestos, tenían médicos para cuidarte y prepararte, organizaban concentraciones en la costa para que nos entrenáramos con mejor tiempo durante el invierno y para acoplar bien el equipo, nos daban el mejor material, viajábamos en avión en vez de pegarnos aquellas palizas tremendas en coche por media Europa… En el Peugeot yo tenía que comprarme hasta los tubulares. El”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“El primero lo dio en la gran etapa de los Abruzos, con cuatro puertos y meta en la cumbre inédita del Blockhaus, donde todos esperaban a los italianos: Adorni, Motta, Gimondi. Merckx los batió por un puñado de segundos. Dos días más tarde, en una etapa llana, ganó en un esprint masivo a los velocistas puros: Planckaert, Dancelli, Zandegù, Basso… Así que parecían justificados los titulares de la prensa italiana tras la decepción de los Abruzos: ¡Los ases italianos, derrotados en el Blockhaus por un esprinter belga!”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“Nos insultaban, nos llamaban putas, en las cuestas corrían a nuestro lado y se reían como gansos, nos ponían cáscaras de plátano en la carretera, una vez me tiraron alcohol a la cara.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“En las carreras el acoso era brutal. Incluso si aparecíamos por allí como simples espectadoras. Yo iba desde muy jovencita a las carreras a ver a mi hermano Marcello, y una vez un tipo gritó que sería mejor verme desnuda a mí que a mi hermano en bicicleta. Yo era una cría, aquello me hizo una impresión muy fuerte. Luego me rebelé contra ese ambiente tan machista y tan agresivo, no me dio la gana de esconderme y me apunté a competir.”
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“En 1958, al fin, la Unión Ciclista Internacional cedió a las presiones de los tres países que reivindicaban un Mundial femenino: Bélgica, Gran Bretaña y la Unión Soviética. Aquella vez, en Reims, también participaron francesas, alemanas y la luxemburguesa Elsy Jacobs, ganadora del primer maillot arcoíris.”
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“Cuando se frustró el intento de organizar los primeros Mundiales femeninos en 1957, el diario L’Équipe publicó este párrafo con alivio: «Ha triunfado el sentido común: las mujeres no disputarán un campeonato del mundo. Deben conformarse con las carreras actuales y con el cicloturismo, que casa mucho mejor con sus posibilidades fisiológicas y musculares».”
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“¡Mierda, hemos pinchado! Siguió manejando el coche como pudo, tomando las curvas despacio, bordeando los barrancos. No quería detenerse hasta pasar el tramo de gravilla, por si Anquetil pinchaba. Y Anquetil pinchó: lo vieron al final de una recta, desesperado, con la bici en el suelo y agitando la rueda trasera en el aire. El mecánico Louis Debruyckère saltó del coche, le puso una rueda nueva y Anquetil salió en persecución de Zilioli y De Rosso, sus rivales más cercanos en la general. Géminiani suspiró de alivio y luego se le reavivó la angustia: ¿y si Anquetil pinchaba otra vez? Gritó al mecánico: —¡Louis, coge una bici de repuesto y tira a toda leche hasta la meta! El ciclista Guido Carlesi se partía de risa contando a los periodistas cómo adelantó a un tipo vestido con un mono azul de mecánico que se le puso a rueda para ir lo más cerca posible de Anquetil, por si tenía que entregarle la bici.”
Ander Izagirre, Cómo ganar el Giro bebiendo sangre de buey: Literatura de viaje
“En 1952, en el mejor momento de su carrera, Fausto Coppi concedió esta entrevista radiofónica a Sergio Giubilo: —Fausto Coppi, ¿se compromete a decir toda la verdad y nada más que la verdad? —Nada más que la verdad. —Fausto, todos los ciclistas llevan una botellita en el bolsillo trasero del maillot. Si le preguntan qué contiene, ¿usted qué responde? —Café, solo café. —¿… y? —Peptocola, un reconstituyente. —Y sin embargo, ¿qué contiene la botellita secreta? —La bomba. —¿Podría explicar a los oyentes qué es la bomba? Coppi ríe. —La bomba son un par de piernas de recambio. Está compuesta de ingredientes secretos. Los más importantes son la simpamina y la confianza en que la bomba funciona. —¿Todos los corredores toman la bomba? —Sí. Y si alguno le dice que no la toma, es mejor que no se acerque a él con un mechero encendido. —¿Usted toma la bomba, Fausto Coppi? —Naturalmente, cuando es necesario. —¿Y cuándo es necesario? —Casi siempre. —Había ciclistas como Charly Gaul que se tomaban seis o siete anfetaminas. A veces, en los días importantes, hasta diez —le contó Coletto al escritor Herbie Sykes—. Al final de la etapa parecían zombis, no podían ni cenar, no se dormían, andaban por ahí con los ojos desorbitados. Los ojos, los ojos de Gaul.”
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