Los abismos Quotes

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Los abismos Los abismos by Pilar Quintana
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Los abismos Quotes Showing 1-19 of 19
“Poco a poco el apartamento se fue llenando de plantas hasta convertirse en la selva. Siempre pensé que la selva eran los muertos de mi mamá. Sus muertos renacidos. Los muertos de mi papá, empecé a pensar, vivían en sus silencios, como ahogados en un mar de calma.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Lo miraba y veía al mismo de antes. Un hombre con cara de bobo que parecía incapaz de hacer daño. Pero adentro de él, junto al huérfano, en el mar de silencio, ya lo sabía, vivía un monstruo.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Todos mis muertos, pensé. Si los de mi papá estaban en sus silencios y los de mi mamá eran las plantas de la selva, los míos eran las hojas a punto de caerse.”
Pilar Quintana, Los abismos
“One time, at the club, mamá heard a woman ask my grandmother why she hadn’t had more children. “Ay, mija,” my grandmother said, “if I could have avoided it, I wouldn’t even have had this one.” The two of them burst out laughing. My mother had just gotten out of the pool and was standing there dripping water. It felt, she said, like they’d ripped open her chest and reached in to tear out her heart. My”
Pilar Quintana, Abyss
“nada que hacer. Senté a Paulina en”
Pilar Quintana, Los abismos
“Me acosté bocarriba, me acobijé hasta el cuello y me prometí que solo pensaría en cosas lindas. Las flores del jardín, las azulinas y los cartuchos, los picaflores y los pechirojos, una mariposa naranja que quiso montarse en mi dedo y se quedó serena mientras la observaba. [...] Cerré los ojos y se me apareció un precipicio. Los abrí y lo seguí viendo.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Entonces lo vi en sus ojos. El abismo dentro de ella, igual al de las mujeres muertas... una grieta sin fondo que nada podía llenar.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Ahora no se escuchaba nada. Solo el silencio. Solo el abismo de ese silencio.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Siempre pensé que la selva eran los muertos de mi mamá. Sus muertos renacidos.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Entonces lo vi en sus ojos. El abismo dentro de ella, igual al de las mujeres muertas, al de Gloria Inés, una grieta sin fondo que nada podía llenar.
-Este lugar es perfecto para desaparecer.
-Vamos -- dije y apreté.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Fue decepcionante. Lo único que ocurrió fue que la hostia se me pegó en el paladar y me pasé el camino de vuelta a la banca luchando para quitármela con la lengua, pero delante de mis compañeras, de María del Carmen, que tenía lágrimas en los ojos, fingí que había sido espectacular.”
Pilar Quintana, Los abismos
“-Una niña muy inteligente.
-Inteligentísima.
Si insistían en lo de la inteligencia, me di cuenta, era porque no podían decir que era bonita.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Yo me resistía con todas mis fuerzas, tratando de que se rompiera el hilo que desde abajo, entre las hojas secas, todos mis muertos, tiraba de mí. Entonces el abismo, como no lograba hacer que me lanzara ni podía devorarme, se me metía por los ojos, una cosa deliciosa y horrible, una bolita saltarina en la barriga y una náusea asquerosa y pestilente, hasta quedar bien sepultado dentro de mí.”
Pilar Quintana, Los abismos
“—Cuando la tristeza se me mete en el cuerpo yo trato de hacer que se vaya, te lo juro. Era una silueta en la oscuridad y no le alcanzaba a ver la expresión. —Vos sos lo más importante para mí, Claudia. Aunque a veces la tristeza me gane, vos sos lo único importante de verdad. ¿Lo sabés? Seguí callada.
—Te prometo que voy a hacer mi mejor esfuerzo, que voy a pelear más duro y no voy a dejar que me vuelva a ganar.
Me salió una lágrima silenciosa. Yo estaba quieta y no creo que ella se diera cuenta.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Yo había oído del suicidio y creía saber lo que era, pero solo ahora empezaba a entenderlo. No era que de repente la persona cayera en un rapto de locura y se matara. No era algo que ocurría a pesar de sus deseos o intenciones. No era un juego o una broma que salía mal. Era que en serio la persona se quería morir.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Los muertos de mi papá, empecé a pensar, vivían en sus silencios, como ahogados en un mar en calma.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Los gritos se acabaron. Ahora no se escuchaba nada. Solo el silencio. Solo el abismo de ese silencio.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Poco a poco el apartamento se fue llenando de plantas hasta convertirse en la selva. Siempre pensé que la selva eran los muertos de mi mamá. Sus muertos renacidos.”
Pilar Quintana, Los abismos
“Tuve el impulso de consolarla, de decirle que no era cierto, que ella era la mejor del mundo, pero ese día me había sentado bien llorar en el pecho de mi tía Amelia, saltar por horas en el brinca-brinca, atragantarme de crispetas y gaseosa, y me callé. —Cuando la tristeza se me mete en el cuerpo yo trato de hacer que se vaya, te lo juro.”
Pilar Quintana, Los abismos