Purity of Blood Quotes

Rate this book
Clear rating
Purity of Blood (Adventures of Captain Alatriste, #2) Purity of Blood by Arturo Pérez-Reverte
7,451 ratings, 3.81 average rating, 386 reviews
Open Preview
Purity of Blood Quotes Showing 1-27 of 27
“Never trust a man who reads only one book.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“...the problem with words is that once spoken, they cannot find their way back to the speaker alone.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“Desconfíen siempre vuestras mercedes de quien es lector de un solo libro.”
Arturo Pérez-Reverte , Purity of Blood
“Later, with time, I learned that although all men are capable of good and evil, the worst among them are those who, when they commit evil, do so by shielding themselves in the authority of others, in their subordination, or in the excuse of following orders. And even worse are those who believe they are justified by their God.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“He did not want to think, but it was inevitable that he would.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“El problema de las palabras es que, una vez echadas, no pueden volverse solas a su dueño. De modo que a veces te las vuelven en la punta de un acero.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“...despite my youth I already suspected that it did no harm to keep my ears open. Just the opposite. In life, danger lies not in not knowing, but in revealing that you do: It is always good to have a sense of the music before the dance begins.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“But one never knows how the dice will fall, and they are always cast before anyone even notices.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“[…] è un terribile errore misurare le proprie forze contro quelle dei potenti, con cui è più facile perdere che vincere. È molto meglio pazientare senza fare rimostranze fino a quando il tempo o il caso non ci metteranno l'avversario a tiro di daga […] Nel caso contrario, pazienza: perché, in fin dei conti, l'ultima parola spetta a Dio ed è lui che mescola le carte, le sue e quelle di tutti noi.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“No había piedad en ellos, ni siquiera esos ápices de humanidad que a veces uno vislumbra incluso en los más desalmados. Frailes, juez, escribano y verdugos se comportaban con una frialdad y un distanciamiento tan rigurosos que era precisamente lo que más pavor producía; más, incluso, que el sufrimiento que eran capaces de infligir: la helada determinación de quien se sabe respaldado por leyes divinas y humanas, y en ningún momento pone en duda la licitud de lo que hace. Después, con el tiempo, aprendí que, aunque todos los hombres somos capaces de lo bueno y de lo malo, los peores siempre son aquellos que, cuando administran el mal, lo hacen amparándose en la autoridad de otros, en la subordinación o en el pretexto de las órdenes recibidas. Y si terribles son quienes dicen actuar en nombre de una autoridad, una jerarquía o una patria, mucho peores son quienes se estiman justificados por cualquier dios. Puestos a elegir con quien habérselas a la hora, a veces insoslayable, de tratar con gente que hace el mal, preferí siempre a aquellos capaces de no acogerse más que a su propia responsabilidad. Porque en las cárceles secretas de Toledo pude aprender, casi a costa de mi vida, que nada hay más despreciable, ni peligroso, que un malvado que cada noche se va a dormir con la conciencia tranquila. Muy malo es eso. En especial, cuando viene parejo con la ignorancia, la superstición, la estupidez o el poder; que a menudo se dan juntos. Y aún resulta peor cuando se actúa como exégeta de una sola palabra, sea del Talmud, la Biblia, el Alcorán o cualquier otro escrito o por escribir. No soy amigo de dar consejos –a nadie lo acuchillan en cabeza ajena-, mas ahí va uno de barato: desconfíen siempre vuestras mercedes de quien es lector de un solo libro.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“nada hay más despreciable, ni peligroso, que un malvado que cada noche se va a dormir con la conciencia tranquila. Muy malo es eso. En especial, cuando viene parejo con la ignorancia, la superstición, la estupidez o el poder; que a menudo se dan juntos.”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“En un mundo venal, hecho de hipocresía y falsas maneras, los poderosos, los buitres carroñeros, los envidiosos, los cobardes y los canallas suelen encubrirse unos a otros.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“Pues, desde siempre, ser lúcido y español aparejó gran amargura y poca esperanza.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“No todos los pueblos son igual de razonables para elegir su conveniencia o su destiño, ni igual de cínicos para justificarse después ante la Historia o ante sí mismos. En cuanto a nosotros, fuimos hombres de nuestro siglo: no escogimos nacer y vivir en aquella España, a menudo miserable y a veces magnífica, que nos tocó en suerte; pero fue la nuestra.”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“en un mundo venal, hecho de hipocresía y falsas maneras, los poderosos, los buitres carroñeros, los envidiosos, los cobardes y los canallas suelen encubrirse unos a otros. Dios nuestro señor los crió a todos, y éstos vinieron juntándose desde siempre, y bien a su gusto, en nuestra infeliz España.”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“Juro a vuestras mercedes que no lograba odiarla. Por el contrario, la certeza de que tenía parte en mi desgracia dejábame un regusto agridulce, que intensificaba el hechizo de su recuerdo. Era malvada –y aún lo fue más con el tiempo, voto a Cristo– pero era bellísima. Y justo esa connivencia de maldad y de belleza, tan ligadas una a otra, me causaba una fascinación intensa, un doloroso placer al sufrir trabajos y penar por su causa.”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“Después, con el tiempo, aprendí que, aunque todos los hombres somos capaces de lo bueno y de lo malo, los peores siempre son aquellos que, cuando administran el mal, lo hacen amparándose en la autoridad de otros, en la subordinación o en el pretexto de las órdenes recibidas. Y si terribles son quienes dicen actuar en nombre de una autoridad, una jerarquía o una patria, mucho peores son quienes se estiman justificados por cualquier dios.”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“Por eso estaba callado y quieto, que era una forma tan buena como otra cualquiera de estar desesperado.”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“Además, en aquel tiempo la justicia seglar era tan cruel como la eclesiástica, y las gentes también lo eran, por incultura y por afición natural del vulgo a ver descuartizar al prójimo.”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“No pudieron vencer a mis dolores las noches, ni dar paz a mis enojos...”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“y él murmuraba amen al tiempo que ellos, para que no se sintieran tan solos cuando caían al suelo y morían. Pero sus ojos claros y fríos estaban atentos a las ondulantes filas de la caballería enemiga,”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“Percibí en su voz un tono que ya conocía bien: resignación y ausencia de ilusiones sobre el éxito o fracaso de la empresa; resolución fatigada, silenciosa, desprovista de interés salvo por los detalles técnicos, del soldado veterano dispuesto a afrontar con sencillez un mal rato que forma parte de su oficio.”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“cualquier hombre cabal puede escoger la forma y el lugar donde morir, pero nadie elige las cosas que recuerda.”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“Respecto al vino, decía el capitán que ya tendría tiempo en la vida de beber hasta reventar, si lo quisiera, y que para eso nunca se le hacía demasiado tarde a un hombre;”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“Y fue entonces cuando el capitán de la Cuesta, que andaba fatal de lenguas extranjeras pero tenía una memoria estupenda, dijo aquello de «ni srinden, ni veijiven, ni la puta que los parió, sin cuartel, señores, acordaos, ni un hereje vivo en este reducto»,”
Arturo Pérez-Reverte, Limpieza de sangre
“Cuanto más poder se alcanza, más limitada es la ocasión de ejercerlo.

Gaspar de Guzmán, conde de Olivares”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood
“Después, con el tiempo, aprendí que, aunque todos los hombres somos capaces de lo bueno y de lo malo, los peores siempre son aquellos que, cuando administran el mal, lo hacen amparándose en la autoridad de otros, en la subordinación o en el pretexto de las órdenes recibidas.

Iñigo Balboa”
Arturo Pérez-Reverte, Purity of Blood