El corrector Quotes

Rate this book
Clear rating
El corrector El corrector by Ricardo Menéndez Salmón
182 ratings, 3.29 average rating, 16 reviews
Open Preview
El corrector Quotes Showing 1-3 of 3
“Se puede vivir sin leer, es cierto: pero también se puede vivir sin amar: el argumento hace aguas como una balsa capitaneada por ratas... Sólo quien ha estado enamorado sabe lo que el amor regala y quita: sólo quien ha leído sabe si la vida merece la pena de ser vivida sin la conciencia de aquellos hombres y mujeres que nos han escrito mil veces antes de que naciéramos. Y que nadie se sonría ante estas líneas. Por una vez, y sin que sirva de precedente, han sido escritas sólo desde la emoción.”
Ricardo Menéndez Salmón, El corrector
“Sinds er agora's bestaan heeft niemand zoveel gelogen als de politicus. Wanneer bij de Grieken een politicus loog, werd hem een beschamende straf opgelegd: het ostracisme. Tegenwoordig krijgt hij, in het ergste geval, een Kamerzetel, geven ze hem een burgemeesterpost of wijzen ze hem een ministerie toe. Dat is de ongeschreven wet van onze meritocratie: lieg en u zult beloond worden.

(Since the agora's came into existence, nobody has lied as much as the politician. When a politician lied to the ancient Greeks, a shameful punishment was imposed on him: ostracism. Nowadays he receives, in the worst case, a seat in parliament, they make him a mayor or assign him a ministry. That is the unwritten law of our meritocracy: lie and you will be rewarded.)”
Ricardo Menéndez Salmón, El corrector
“Los hombres, sin excepción, negros y blancos, felices y tristes, inteligentes y necios, somos así: enarbolamos banderas que otros odian, adoramos dioses que ofenden a nuestros vecinos, nos rodeamos de leyes que insultan a quienes nos rodean. La consecuencia es fácil de deducir: de vez en cuando, haga sol o nieve, en democracia o bajo la égida de algún fascista disfrazado de inspector de Finanzas, estrellamos aviones contra rascacielos, bombardeamos países pobres de solemnidad y nos embarcamos en cruzadas tan atroces como injustas.”
Ricardo Menéndez Salmón, El corrector