Feminismo vibrante Quotes

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Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución by Ana Requena Aguilar
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“Seamos seres que desean, que comen, que bailan, que gozan, seres que se mueven, cuerpos que se cuidan, seres que repiten segundo plato y piden postre, seres que se tocan y quieren tocar. Seamos críticas, siempre, pero también disfrutonas.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Si el patriarcado nos quiere quietecitas y calladas, el feminismo quiere mujeres que tengan herramientas para decir lo que quieren y, más aún, para saberlo. Mujeres que puedan explorar, que puedan dejarse vivir lo que desean sin castigarse ni sentirse culpables por ello.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Una frase que puede resumirlo todo: ¿Qué es lo correcto? Lo que a ti personalmente te pueda dar satisfacción y placer.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Deberíamos dejarnos vivir lo que deseamos sin castigarnos, sin culpa y sin estigmatizar a las otras porque sus prácticas y deseos sean estos o aquellos.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Tenemos que cuestionar las normas que nos dicen cómo relacionarnos con los hombres en los grupos de amigos, en el trabajo, en la calle, en los centros escolares, en entornos laborales, en los bares, pero también las normas sobre las que se ha construido la seducción, el deseo, la conquista y la forma de tener sexo. En absoluto quiere decir que queramos terminar con la seducción, con la conquista o con el sexo, sino que no queremos que ninguna de esas cosas se construya a costa de nuestra subordinación, de nuestro acoso o de nuestra incomodidad. Queremos seducción, deseo, conquista y sexo, pero no queremos la mayoría de los valores e ideas sobre los que se han construido. Queremos seducción, deseo, conquista, placer y sexo, pero los queremos sin juicios ni culpas, sin papeles asignados que tengamos que interpretar a la fuerza. Queremos deseo y placer y sexo y lo queremos sintiéndonos bien con nuestros cuerpos, rompiendo las tallas que aprietan, abriendo los brazos a las sexualidades diversas, a los sujetos diversos, pidiendo postre y devorándolo hasta el final.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Las mujeres queremos seguir ligando, flirteando, tonteando. Queremos sexo, queremos ser deseadas y desear. Pero no queremos estas normas, no queremos estas reglas construidas a base de cuerpos y vidas sometidas al deseo y al placer de otros, a la mirada de otros, a cánones estrictos de belleza que nos hacen sentir mal, a los mandatos de ser siempre agradables, piropeables, tocables, al mandato de gustar para valer más, a los roles de hombres activos que insisten e invaden y de mujeres que esperan y se dejan. No a base de hacer todo lo posible por ser deseadas y queridas y aceptadas por los hombres aun a costa de reprimir lo que nosotras queremos o somos.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Algunos días me veo todavía hoy eligiendo la ropa en función de lo que haré durante la jornada, de dónde estaré, de a qué horas y de cómo volveré a casa, de si me siento más o menos fuerte para soportar las miradas o los comentarios o las licencias que cualquier hombre pueda tomarse sobre mí y sobre mi cuerpo. Quizá me vea bien con mi minifalda azul pero no esté de ánimo para ir por la calle y esquivar lo que sea que venga, o para que en una reunión alguien considere que puede detenerse un minuto y medio a mirar mis piernas.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Como he dicho, el caso de La Manada y el libro de Nerea Barjola hicieron que muchas periodistas nos cuestionáramos la forma en que cubríamos las historias de violencia sexual: ¿qué es necesario contar?, ¿qué detalles sirven para explicar lo que sucedió y cuáles son solo morbo?, ¿eso solo depende de la forma y del contexto en que lo cuentes?, ¿está sirviendo este relato para concienciar o está sirviendo para atemorizar?, ¿estamos contando la violencia sexual de una forma que pueda despertar a la sociedad o lo que estamos haciendo es asustar más a las mujeres?, ¿estamos poniendo el foco en la estructura o lo estamos poniendo en las particularidades que impiden que la gente reconozca que esa violencia es producto de un sistema mucho más complejo?”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Vuelvo a Michael Sanguinetti, el policía canadiense que pronunció la frase que originó la primera Marcha de las Putas: «Las mujeres deben evitar vestirse como putas si no quieren ser violadas». Vuelvo a él porque su frase resume el relato en el que todas hemos sido socializadas: las mujeres somos un objeto de deseo y somos nosotras quienes debemos cuidarnos y protegernos. La responsabilidad, la culpa está en nosotras, puesto que los hombres son seres deseantes y sexuales que no pueden contenerse, está en su naturaleza, así que no debemos provocarles, no debemos molestarles, no debemos hacer o decir determinadas cosas. Este es un relato poderoso que, a pesar de los cambios sociales e históricos, ha logrado pervivir.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución
“Cuesta, incluso, no sentir miedo cuando echas la vista atrás y revisas algunas de las situaciones vividas. Me he encontrado diciéndome a mí misma «lo que pudo pasarte aquí», «cómo pudiste quedarte sola con esos tipos en estas circunstancias» o «qué suerte tuve esa vez de que no sucediera nada». Es como si hubiéramos puesto una lupa que hace ver pero que también quema.”
Ana Requena Aguilar, Feminismo vibrante: Si no hay placer no es nuestra revolución