El amor brujo Quotes
El amor brujo
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Roberto Arlt269 ratings, 3.62 average rating, 38 reviews
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El amor brujo Quotes
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“¡Pero claro! Ahora lo que nos falta es conseguir una guía de los ferrocarriles de España y, ya con eso, cuando lleguemos, ni tenemos que preguntar. Con este libraco y la guía hacemos lo que queremos sin equivocarnos en un solo paso. —Chiquito, me parece mentira tanto sueño. La señora Loayza reflexiona: —¡Qué gran obra la de Primo de Rivera! Es inútil… los únicos que hacen algo bueno en el gobierno son los militares.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“¿Quería ser feliz?; ¡perfectamente!, no tenía derecho a diferenciarme, en un ápice, del rectángulo de vulgaridad que forman todas las parejas con una madre y una hermana atrás. No sólo debía respetar la disciplina burguesa, sino enorgullecerme de ser sometido a ella por la fuerza misma de las circunstancias. Me decía: «Alguna vez, y merced a tantos esfuerzos realizados, quedaré deformado como Víctor, Alberto, Irene o la señora Loayza. Entonces podré disfrutar de la felicidad. No importa que ahora la anciana, con el pecho hinchado de orgullo, incube este pensamiento ladino: “A pesar de que estaba casado lo dominé”. Al final me convertiré en un cero como ellos y entonces seré dichoso».”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“Si no era Víctor era la señora Loayza, quien buscaba en el aparato «música criolla». Los rasgueos de guitarra y los cantos autóctonos fijaban más aún mi existencia en un plano de vulgaridad atroz.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“advirtiéndome que yo me encontraba fuera de lugar. No porque la disposición de las cosas en mi hogar fuera superior a aquéllas de la nueva casa. Actuaban otros factores diversos. En este choque —que ponía de continuo en sobresalto mi atención— no entraba remotamente aquel concepto del bien o del mal. Lo que persistía en mí era una descentración de los hábitos más arraigados, cuya duración era semejante al tiempo en que yo permanecía allí. Hago hincapié en unos detalles aparentemente superfluos para informar y unificar esa cadena de pequeños desequilibrios que repulsaban en mí el afecto de Irene. Allí cada cosa parecía repetirme: —¿Qué hacés aquí, intruso?”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“dolorosa. Una vez cumplida en todas sus etapas debe proporcionarle satisfacciones exquisitas. Lo cual no me”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“Pienso, mientras escribo estas líneas, en la crítica que se hace, después de las batallas, a los planes estratégicos de vencidos y vencedores. Recuerdo frases del mariscal Foch: «La victoria se obtiene siempre con residuos, con restos. Al anochecer de la batalla todos están muy fatigados, los vencedores igual que los vencidos, pero con una diferencia, que el vencedor tiene más obstinación, más fuerza moral que el vencido». Y pensar que ellas fueron entonces tan ignorantes que no repararon en mi absurdo deseo: de que aquellos únicos vestigios morales, aquellos que pueden convertirnos en los vencedores, me fueran destruidos.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“—No importa. Es necesario que conozca ese nuevo género de esclavitud, que en nuestro ambiente de hombres sin carácter impone a la hembra joven, sutil, voluptuosa, asesorada por la anciana técnica en las flaquezas del sexo masculino. ¿No estaba yo en camino de ello? ¿No comenzaba a impregnarme de esa complicidad de tres, que eslabona una turbia junta, en la cual la madre termina por sonreír con un esguince sonrojado, al novio y a la hija, que a ella misma le consta que han estado, unos minutos antes, ayuntándose incompletamente sobre los almohadones de la sala?”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“El Príncipe Desobediente, a despecho de los consejos de sus Maestros, quiere entrar al Camino Prohibido, donde lo acechan innúmeras Tentaciones. Sabe que, si no es fuerte, perecerá entre las fauces de un Monstruo misterioso. El Príncipe tiene Fe, se lanza al Camino Tenebroso y vence al Monstruo. De este combate le nace la Sabiduría.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“Entrar a ese camino era para Balder una preocupación subconsciente. Es decir, buscaba romper los vínculos que lo ligaban a la sociedad de sus semejantes, para penetrar al mismo subsuelo donde se movían las larvas. Refiriéndose a semejante estado, decía Balder luego: «Si en aquellas circunstancias, un ser superior a mí, se me hubiera acercado para pronosticarme los millones de minutos de sufrimiento que me aguardaban, yo no habría retrocedido en mi propósito de estar junto a Irene. Cada pulgada cúbica de mi cuerpo exigía imperiosamente aquella prolongación del mismo hechizo a que me había sometido la bella jovencita. Era entonces necesario, “imperiosamente necesario” para mí, el recorrido de esa misteriosa trocha de subsuelo humano, donde aquellos pálidos recuerdos del subconsciente, los ancestrales monstruosos y los destinos ciegos aguardan para nutrirse de nuestra sangre, que allí les será concedida en profundos vasos.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“Entre las paredes de madera decoradas de espejos, innúmeros parroquianos juegan a los dados y conversan de la temporada lírica, techados por un plafón blancuzco cuya poca altura multiplica extraordinariamente la bulla de aquel conjunto de partiquinos, comprimarios, maestros del arte de la música, maquinistas y bailarines.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“En síntesis, Balder era uno de aquellos tantos tipos que denominamos «hombre casado». Era él haragán, escéptico, y era un hombre triste…”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“Sociedad, escuelas, servicio militar, oficinas, periódicos y cinematógrafo, política y hembras, modelaban así un tipo de hombre de clase media, alcahuete, desalmado, ávido de pequeñas fortunas… porque sabía que las grandes fortunas eran inaccesibles, una especie de perro de presa que hacía deportes una vez por semana y que, afiliado a cualquier centro conservador, con presidencia de algún generalito retirado, despotricaba contra los comunistas y la Rusia de los Soviets.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“De hecho, estas demi-vierges, quienes emporcaran de líquidos seminales las butacas de los cines de toda la ciudad, se convertían en señoras respetables y, también de hecho, estos cretinos se trasmutaban en graves señores, que disertaban sobre «la respetabilidad del hogar y la necesidad de proteger las buenas costumbres de la contaminación del comunismo».”
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“De manera que cualquier mecanógrafa, en vez de pensar en agremiarse para defender sus derechos, pensaba en engatusar con artes de vampiresa a un cretino adinerado que la pavoneara en una voiturette. No concebían el derecho social, se prostituían en cierta medida y, en determinados casos, asombraban a sus gerentes del lujo que gastaban, incompatible con el escaso sueldo ganado.”
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“Dicha etapa de civilización argentina, comprendida entre el año 1900 y 1930, presenta unos fenómenos bien curiosos. Las hijas de tenderos estudian literatura futurista, en la Facultad de Filosofía y Letras, se avergüenzan de la roña de sus padres y, por la mañana, regañan a la criada si en la cuenta del almacén descubren alguna diferencia de centavos.”
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“—El hogar es una mentira. Existe nada más que de nombre. Substancialmente, lo que se define por hogar, no es más que una simple pocilga, en la cual un macho, respetablemente denominado esposo, practica los vicios más atroces sin que una hembra, su respetable esposa, se dé por enterada.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“gente ya se habituó de tal modo a ellas, que cualquier verdad, incluso la más inocente y accesible, les parece una injuria a las buenas costumbres. Otras veces se preguntaba: —¿Hasta qué punto estos hipócritas aparentan ignorar la verdad para tener pretextos de vivir como perfectos fariseos? ¿Será posible que sostengan, a los extremos que lo hacen, su comedia?”
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“la inutilidad del placer sexual si no se desarrollaba acompañado de amor. Casi todas estas muchachas (sus amigas) pertenecían al grado inmediato que antecede a la mediana burguesía. Hijas de empleados o de comerciantes. Tenían hermanos y novios empleados o comerciantes. Ocupaban por sistema casas cuya fachada se podía confundir con el frente de viviendas ocupadas por familias de la mediana burguesía. Nunca frecuentaban ni almacén, ni feria, ni carnicería, porque ello hubiera sido en desmedro de su categoría. A la calle salían vestidas muy correctamente. En ciertas circunstancias, un portero no habría podido individualizar a la semiburguesa de la aristócrata, como también era imposible establecer las diferentes fachadas de las casas ocupadas por esta gente.”
― EL AMOR BRUJO: Novela
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“en la escuela y, como las hormigas o las abejas que no se niegan al sacrificio más terrible, satisfacían las exigencias del espíritu grupal. Ellas pertenecían a la generación del año 1900. Para subsistir la ausencia de vida espiritual (es decir, el religiosismo en su forma de culto es olvidado por las mujeres en cuanto éstas se casan) iban al cine.”
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“obligaciones contraídas, se viera obligado a convivir. Analizaba a su mujer y la encontraba semejante a las esposas de sus amigos. Todas ofrecían unas características semejantes. Eran singularmente amargadas y ambiciosas, vanidosas y rigurosamente honestas, y con un orgullo inmenso de tal honestidad. A”
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“Transcurrían los meses. A intervalos tuvo relaciones con mujeres. Se desengañaba en juegos fáciles e indiferentes. Ellas no lo satisfacían nunca, y Balder tampoco demostraba mayores aptitudes para resultarles agradable. Se acostaba con ellas con la misma facilidad que concurría al café a conversar con amigos que no estimaba, mas indispensables por la fuerza de la costumbre.”
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“mujeres le desilusionaban por la esterilidad mental de su existencia. Donde se imaginaba un palacio descubría una choza.”
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“La voluntad tarada”
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