Arrupe. Un profeta para el siglo XXI Quotes

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Arrupe. Un profeta para el siglo XXI Arrupe. Un profeta para el siglo XXI by Pedro Miguel Lamet
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“Y ya aparece la palabra clave: liberación: «En toda nuestra acción, nuestra meta debe ser la liberación del hombre de cualquier forma de servidumbre que lo oprima. Deseamos que todos nuestros esfuerzos confluyan hacia la construcción de una sociedad en la que el pueblo sea integrado con todos sus derechos de igualdad y libertad no solamente políticos, sino también culturales y religiosos». La carta añadía una renuncia a toda posible actitud burguesa y a relaciones de los jesuitas «con las clases privilegiadas». Los provinciales eran conscientes de que este estilo despertaría reacciones inevitables: «No las provocaremos nosotros con actitudes partidistas, pero continuaremos en la predicación del evangelio de los pobres, cualesquiera que fueran estas reacciones». Y se comprometían a «transformaciones audaces, que renueven radicalmente las estructuras». La carta rechazaba al mismo tiempo las actitudes violentas que «si se inspiran en la frustración y el odio, y no en la reflexión de la conciencia y el amor cristiano”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“Por más pobres que seáis, sobreabundáis en bienes naturales y espirituales. Que la luz de Cristo os conduzca a abrir los ojos sobre la inmensidad de la miseria humana para llevarle algún remedio, por la oración o por la acción. Dios, encontrado en toda la vida. Dios, comunicado siempre. Dios, actuando para la salvación del mundo entero[2].”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Solo soy un pobre hombre que procura estropear lo menos posible la obra de Dios».”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Al consumista egocéntrico, egoísta, obsesionado más por la idea de poseer que de ser, esclavo de las necesidades que él mismo se crea, insatisfecho y envidioso, y cuya única regla de conducta es la acumulación de beneficios, se opone el hombre servidor, que no aspira a poseer más, sino a ser mejor, a desarrollar su capacidad de servir a los demás en solidaridad y sabe contentarse con lo necesario».”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Nada es más práctico que encontrar a Dios; que amarlo de un modo absoluto, y hasta el final. Aquello de lo que estés enamorado, y arrebate tu imaginación, lo afectará todo. Determinará lo que te haga levantar por la mañana y lo que hagas con tus atardeceres; cómo pases los fines de semana, lo que leas y a quien conozcas; lo que te rompa el corazón y lo que te llene de asombro con alegría y agradecimiento. Enamórate, permanece enamorado, y eso lo decidirá todo»[”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Soy un pobre hombre que procura estropear lo menos posible la obra de Dios»”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Dicen que soy optimista y lo creo. Me parece una gracia de Dios en estos momentos tener un temperamento optimista. La razón de ser de ese optimismo es que yo tengo una gran confianza en Dios. Y estamos en sus manos»[22”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Hay unos que mueren por inanición y otros por exceso de colesterol. El hambre es la hija natural de la injusticia, una injusticia que los países ricos pueden evitar. Pero digámoslo claramente: No quieren»”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Al consumista egocéntrico, egoísta, obsesionado más por la idea de poseer que de ser, esclavo de las necesidades que él mismo se crea, insatisfecho y envidioso, y cuya única regla de conducta es la acumulación de beneficios, se opone el hombre servidor, que no aspira a poseer más, sino a ser mejor, a desarrollar su capacidad de servir a los demás en solidaridad y sabe contentarse con lo necesario»”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“No soy economista. Pero tratando con tantos jesuitas, creo poder reclamar algún conocimiento de la naturaleza humana. No se puede cambiar una situación injusta, como la que nos encontramos hoy, cambiando simplemente las estructuras y las instituciones, si no se cambia también el pueblo que vive en ellas”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“Aquí yace un hombre que, de tan humano, consiguió tener el corazón más grande que el mundo en que vivió; un mundo que, aun cuando no estaba aún del todo preparado para comprenderlo cabalmente, no pudo resistirse a la hermosa y arriesgada tentación de amarlo.”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“Mientras el papa Juan Pablo II afirma que no es suficiente la lucha por la justicia en contra de las estructuras injustas y que es necesario que dicha lucha esté al servicio de la caridad y condicionada por esta, el padre Arrupe, con una posición que me permito señalar más matizada, subraya en primer lugar que no toda caridad es de por sí auténtica. Esta caridad puede ser falsa y no es más que aparente, es decir, viene a ser una injusticia camuflada cuando más allá de la ley se concede a una persona por benevolencia aquello que le es debido en justicia. En concreto, la limosna no puede ser una especie de subterfugio último para no cumplir con una persona la justicia a la que tiene derecho[62]”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«un testigo fiel del Concilio Vaticano II. Algunos lo llamarán “el hombre de la utopía”, otros se referirán a él como “un místico y un profeta para nuestro siglo”, otros, por fin, lo reconocerán como aquel que ha hecho tantas cosas nuevas, en nombre del Señor que nos dice, en el libro del Apocalipsis (Ap 21,5): “Mira, renuevo el universo”. Este es el aspecto característico de la figura y el mensaje del padre Pedro Arrupe».”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“En la Iglesia también pueden cometer errores unos y otros. Todos creen que obran con recta intención y cumpliendo la voluntad de Dios. Pero creo que el padre Arrupe podía ver en esa actitud del Papa [la desautorización del general y su intervención en la Orden], hecha con recta intención sin duda alguna, algo anormal para la vida de la Compañía. Y eso lo había de sentir realmente de una manera extraordinaria. De toda suerte es maravilloso el ejemplo que el padre Arrupe y todos los jesuitas dieron en esta ocasión. De tal manera que el propio Papa que hizo aquello, Juan Pablo II, tuvo que reconocer después en la primera reunión de los provinciales que le había edificado extraordinariamente la actitud que habían tomado los jesuitas. Nadie se lo esperaba, pero el padre Arrupe sufrió, sufrió más porque ya no era contra él, al ser contra el otro, el vice, era contra la Compañía y eso es lo que quizás le hirió más en aquella circunstancia.”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«También el padre Arrupe fue probado en su amor a la Iglesia –dijo el General–. Su esfuerzo por renovar la Compañía conforme al ritmo dinámico del Vaticano II encontró incomprensión por parte de algunos e incluso intervenciones dolorosas por parte de la Iglesia, a la que él amaba con corazón ignaciano. Ambos, san José Pignatelli y Pedro Arrupe, se adentraron en el misterio de una voluntad de Dios que exige sacrificios por la vida de la Iglesia y que, algunas veces, impone el deber de sufrir con amorosa humildad a manos de la Iglesia…»[”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“¿A dónde va la Compañía?”, le preguntaban, y Arrupe respondía con sencillez desarmante: “A donde Dios la lleva”. Confianza absoluta, gozosa en el Señor, esperanza ante el Crucificado cargado con su cruz terrible, que le rompió el cuerpo, pero nunca su ánimo».”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Para el presente, Amén…; para el futuro, ¡Aleluya!». Era como la síntesis mística de toda su vida[56]”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“Eso no quiere decir que yo considere mi vida como particularmente extraordinaria. Lo extraordinario es que, habiendo faltado yo mismo muchas veces a lo que podría haber sido la orientación de mi vida, el Señor ha seguido haciendo posible su plan respecto a mí. Él nos quiere como somos, y a mí me ha amado como soy. El milagro de la vida reside en ese amor que prevé, dispone, ayuda, sostiene…, y hace aparecer las maravillas que se manifiestan en toda existencia como si fueran nuestras. Cuando son suyas. Se encuentra de nuevo aquí la gran dificultad de trazar una frontera entre lo divino y lo humano.”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“La verdadera biografía no se escribe sino delante del Señor. Él solo puede corregir, y añadir mucho, a los más preciosos elementos que a nosotros mismos se nos escapan. Delante del Señor…, es decir, como lo describe san Juan de la Cruz: En la noche dichosa en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía. Se ha escrito, no sé dónde, que la biografía más interesante es la que se escribe «sin tinta». También se puede aplicar a la mía.”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“Personalmente, lo único que deseo es repetir desde el fondo del alma: «Tomad, Señor, y recibid…»[36].”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“Hasta aquí mis apuntes de julio de 1983, que he querido reproducir en su frescura para transmitir el auténtico estado de alma del padre Arrupe enfermo. Sin dulcificarlo. Quitarle la tragedia humana y la depresión psicológica a la lucha interna de Arrupe es despojarle del último gigantesco gesto de su vida.”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«Esto: mucho, mucho, mucho. ¿Hasta cuándo? Yo no sé. Espero, espero. Para mí nada, nada, nada. (Lo dice muy expresivamente, con enorme sentido trágico). Arriba, Dios trino. Luego, el Corazón del Señor, y este pobre. El Señor me da su luz. Yo quiero darle todo al Señor. Todo es muy difícil. Es lo que Dios permite. Algo especial que nos ha enviado de una manera muy rápida. Bendito él, benditos sean los hombres». (Utilizaba el término «hombres» para referirse a los jesuitas). «Pero es tremendo, tremendo». Lo dice con una fuerza, pronunciando mucho la erre.”
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“«Hay que sufrir y ofrecerlo. Es la vida. Dios está más allá de todo. Siempre alegría en el Señor. Mi vida es estar en Dios. Tenemos que ver a Dios en todo. Yo no entiendo esto. Pero debe ser de Dios, de su providencia… Es algo muy especial. Para mí muy bien. Pero ¿y para la Compañía? Tiene que ser cosa de Dios. De vez en cuando siento una fuerza muy especial».”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“sobre la importancia de la oración, que define como «el camino para encontrar las verdades en la propia vida. Hay muchos caminos. Pero todos son lo mismo en forma diversa. Lo más importante de la vida es comunicarse uno con Dios».”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“«En este momento crepuscular de mi vida me siento más cerca del Señor a quien he servido. Abandono todas mis deficiencias en la misericordia infinita de su corazón, seguro de su comprensión y amor. En las largas horas de mi forzada inacción, puedo considerar reposadamente mi pasado y mi presente. Me esfuerzo así por cooperar con la gracia divina en el proceso de purificación y conversión permanente a que tan repetidamente he instado a la Compañía». Y recordaba sus dos últimas opciones, como testamentarias, a sus hijos: los refugiados y los jóvenes, manipulados especialmente por la droga[31”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“el Papa volvió a la idea de sus predecesores de que la Compañía es un test de la vitalidad de la Iglesia.”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“es preciso saber discernir, en medio de filosofías e ideologías en sí inaceptables, los elementos positivos que esos sistemas ciertamente contienen y que hay que aprovechar»”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“Como señala Francisco Ivern, «esta posición crítica de Arrupe ante el capitalismo liberal, que lo sitúa de cierta forma en una posición intermedia entre el marxismo y el liberalismo económico, es muy pertinente y relevante en nuestros días. Arrupe se debió de alegrar al enterarse, ya en el Cielo, de la carta que los provinciales jesuitas de América Latina escribieron e hicieron pública en Ciudad de México, en 1996, sobre “El neoliberalismo en América Latina”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“Y de paso pone en guardia contra otra línea «subrepticiamente introducida» entre los cristianos: «Los análisis sociales que se practican habitualmente en el mundo liberal implican una visión del mundo individualista y materialista, igualmente opuesta a los valores y actitudes cristianos»[”
Pedro Miguel Lamet, ARRUPE. Testigo del siglo XX, profeta del XXI (Jesuitas)
“al mismo tiempo, se oponía con la misma firmeza a los que querían aprovecharse de estas reservas contra el marxismo para meter en el mismo saco de «marxismo» o «comunismo» «el compromiso con la justicia y por la causa de los pobres, la defensa que los explotados hacen de sus propios derechos y las justas reivindicaciones».”
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