Orosia Quotes

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Orosia: mujeres de sol a sol Orosia: mujeres de sol a sol by Espido Freire
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“Me dio por leer y en los hechos de los personajes reía y lloraba mis propios pasos, las horas lentas que casi nunca los libros nos narran. La biblioteca de la señora fue mi armario de ilusiones y a ella le encantaba que leyera.”
Maria Barbal, Orosia: mujeres de sol a sol
“Se reúne la vida con la muerte, se suspira de victoria y de capitulación, se llora de alegría y de pánico. En el punto álgido la oleada se detiene, retrocede, la atmósfera se apaga y se marchita, las perspectivas se destruyen en la nada, las rojas y enloquecidas amapolas de la pasión se convierten en ceniza que se dispersa y vuela.”
Pilar Navarrete, Orosia: mujeres de sol a sol
“Era el típico temperamento de un animal cautivo que permanece en el letargo hasta que se le abre la jaula, y entonces, su primera presa es el guardián que todos los días ha estado suministrándole el alimento.”
Pilar Navarrete, Orosia: mujeres de sol a sol
“La persona agraciada se gusta en primer lugar ella misma, y para gustarse más se adorna, y su propia satisfacción de ser así le va añadiendo brillo y gusta a los demás y se expande, y multiplica la satisfacción por su belleza que también hace belleza.”
Pilar Navarrete, Orosia: mujeres de sol a sol
“En la devoción de Sagrario por sus dos amigas se combinaba el estímulo de someterse a la dureza de una con el placer de dar lástima a la otra. A todos nos seduce tanto ser esclavos de un buen amo como ser un buen amo que se complace en sus esclavos.”
Pilar Navarrete, Orosia: mujeres de sol a sol
“A mí que ni sé leer ni conozco los números, ni podría decir cuánto tiempo hace de todo aquello, porque mis medidas no son las del tiempo, sino sólo las del dolor.”
Rosa Regàs, Orosia: mujeres de sol a sol
“¿Fue así cómo ocurrió? ¿O fue así como el tiempo y la memoria fueron transformando hechos tal vez más desolados aún con el único fin de poder resistirlos, de poder seguir sin que el peso del dolor y la ausencia, del desconsuelo y el desarraigo hirieran todos los momentos del día y de la noche?”
Rosa Regàs, Orosia: mujeres de sol a sol
“El profesor de Lengua le regaló un diccionario medio desencuadernado y así, a golpe de ir y volver entre las columnas de letras, fue abriéndose paso por el hermetismo de las palabras puestas en fila. Descubrió mil mundos, y las horas de metro - casa, taller, academia - se borraban por las pasiones de las Brönte, el amor de Neruda, el dolor de Miguel Hernández, el inquietante Orwell, el mágico prodigioso García Márquez.”
Sagrario Ramírez, Orosia: mujeres de sol a sol
“Cuando el frío mata ya no se siente. Así hablaba mi padre. Ahora recordaba esas palabras porque ya no lo sentía. Veía caer la nieve pero no sentía frío. Tampoco estaba asustada. Volví a recordar a mi padre, el calor de su piel y la grandeza de sus palabras. (...) A mí sólo me interesaba sobrevivir y para eso las palabras de mi padre fueron precisas.”
Angela Labordeta, Orosia: mujeres de sol a sol
“- Necesito alguna palabra de consuelo - susurró. - Yo la he necesitado durante 30 años y no la he conseguido nunca. Ahora solo quiero que te mueras y deseo borrarte de mi mente con la mayor rapidez posible”
Angela Labordeta, Orosia: mujeres de sol a sol
“No sé cómo había sucedido ni por qué me había quedado allí sentada viendo pasar las horas y mi vida: sabiendo que sería casi imposible que alguien me encontrase y barajando la posibilidad de morir en ese lugar. Resultaba un sitio casi perfecto: intacto y blanco.”
Angela Labordeta, Orosia: mujeres de sol a sol
“El tiempo me había secado las palabras y había marchitado cualquier recuerdo amable. Por eso no podía decirle ni que se fuera ni que se quedara, y mucho menos hablarle de todo aquello que se había detenido en mi corazón y se había agriado como lo hace el buen vino cuando se le abandona. A mí él me había abandonado.”
Angela Labordeta, Orosia: mujeres de sol a sol
“Armando decía que mi hermano se había quedado detenido en el tiempo o en uno de esos libros a los que tanto amaba.”
Angela Labordeta, Orosia: mujeres de sol a sol
“Ramón quiso jugar a arrojar piedras a las zarzas, pero ella se negó;prefería continuar sentada sobre uno de los troncos, meneando las piernas y sintiéndose triste y perezosa”
Espido Freire, Orosia: mujeres de sol a sol